LA TRADUCCIÓN DERRIBA LAS BARRERAS LINGÜÍSTICAS
Francisco Carranza Romero
Desde hace muchos
milenios la especie humana vive dispersa en muchos lugares del planeta Tierra, adaptada
a la realidad física (orografía, clima y biósfera) y situación gracias más a su
inteligencia que a su fuerza física. En el proceso de su sobrevivencia ha desarrollado
su cultura: aprovechamiento de los recursos alimenticios, elaboración de ropas
para cubrir su intimidad y para protegerse del frío y viento, fabricación de herramientas
y remedios, construcción de sus viviendas y vías, y explicación de los
fenómenos naturales y de su propia vida.
Nacimiento de las lenguas
En este esfuerzo de
sobrevivencia los homines sapientes crean y desarrollan los códigos de comunicación
entre los miembros de su clan y tribu para transmitirse los mensajes. Cuando
los gestos y sonidos se convierten en palabras nacen las lenguas en cada lugar
donde viven.
Las palabras (elementos mínimos
independientes con significados) -fuera de los de origen onomatopéyico y del habla
infantil considerados universales lingüísticos- son realizaciones fonéticas que
se refieren a seres, acciones y sentimientos. Y esas denominaciones, aunque
parezcan arbitrarias, son realizaciones según el cuadro fonológico de cada
lengua; por eso, hay vocabularios diferentes. Luego se crean los elementos
mínimos significativos (morfemas) dependientes de las palabras. Estos elementos
pueden anteponerse o posponerse a las palabras. Las combinaciones de los
elementos que forman sintagmas menores y mayores también tienen su orden.
Los usuarios más
cultivados intelectualmente son los que sistematizan las realizaciones
fonéticas, las variaciones de las palabras y el orden de los elementos en
función al campo semántico. Por ejemplo: Los nombres, pronombres y adjetivos se
declinan en muchas lenguas según el género, número y caso (nominativo,
genitivo, dativo, acusativo, vocativo y ablativo). Los verbos se conjugan según
la voz (activa y pasiva), modo (indicativo, subjuntivo, condicional,
imperativo, participio, gerundio), tiempo (simple y compuesto), número y
persona. Además, hay varias declinaciones y conjugaciones. Todo esto constituye
la gramática. Estas variaciones según el lugar, la realidad sociocultural y
tiempo diferencian a las lenguas que dificultan la comunicación humana.
Como el lenguaje hablado es
la realización momentánea, se recurre a la representación gráfica para que los
mensajes perduren y ayuden a la memoria: esculturas, cerámicas, pictogramas,
ideogramas y representaciones fonéticas que también difieren según el lugar y
tiempo.
La diversidad de lenguas
habladas y escritas dificultan la comunicación humana. Esta dificultad la
podemos describir como barrera o abismo entre las gentes. Pero, esta dificultad
es superada gracias a los bilingües o multilingües que derriban las barreras
lingüísticas o se ponen como puentes sobre el abismo para acercar a los que
quieren comunicarse. A estos personajes los llamamos intérpretes para la lengua
hablada, y traductores para la lengua escrita.
La expresión
“interpretación auténtica” de ciertos abogados, es una simple pretensión de
omnisapiencia (alteración mental conocida también como síntoma de Hubris).
¿Se puede reproducir todo
el mensaje de una lengua a otra lengua?
La traducción es un
esfuerzo de trasladar el mensaje de una lengua fuente a otra lengua meta. Y este
esfuerzo es un proceso de muchos riesgos y niveles.
La traducción de cierta
facilidad es de los textos de lenguas de la misma familia, como entre las lenguas
románicas donde el léxico, la morfología y la sintaxis son similares. Las
diferencias no son tan distantes. La traducción de los textos de temas técnicos es también más fácil porque el léxico técnico de origen grecolatino es
usado en muchas lenguas.
La traducción de mayor
dificultad. La traducción de textos de lenguas de familias diferentes crea muchas
dificultades. Como ejemplo comparo dos lenguas: español y quechua.
El español, lengua
románica, tiene artículo y preposición. El quechua, lengua andina, carece de
artículo y preposición; los morfemas enclíticos indican las ideas de objetos
directo, indirecto y circunstancial (lugar, origen, dirección, meta, modo,
causa…).
En español todos los nombres y adjetivos tienen
el género masculino o femenino. En quechua los nombres y adjetivos carecen del
morfema de género. Sólo algunas palabras heterónimas diferencian el género como
en el trato fraternal:
wawqi: hermano (de
varón a varón); turi (de mujer a varón)
ñaña: hermana (de
mujer a mujer); pani (de varón a mujer)
Traducción de textos
literarios. Esta labor es la de mayor dificultad. Entre
la prosa y la poesía, la segunda es más difícil porque el lenguaje sintético y
figurado tiene también el objetivo de expresar la belleza fonética. Por eso exige condiciones especiales del
traductor; no basta hablar, leer y escribir una segunda lengua para estar en
condiciones de realizar una buena traducción. El traductor de obras literarias
debe ser un buen lector de las obras literarias en la lengua fuente y en la
lengua meta para comprender el mensaje y sentir la estética verbal. Por algo hay
tantas obras bellas e interesantes en su lengua original que no tienen
aceptación ni éxito en la versión traducida. Es que hay traducciones
ad pedem litterae (al pie de la letra o traducción literal); y ad sensum (según
el sentido). Una breve muestra del orden oracional.
Oración simple.
Castellano: sujeto, verbo, objeto. Quechua: sujeto, objeto, verbo.
Oración
compuesta. Castellano: oración principal, oración subordinada. Quechua: oración
subordinada, oración principal. Ejemplo de un texto quechua:
Punkuta
wichqar, yarquy.
Traducción
literal: Cerrando la puerta, sal.
Traducción ad sensum: Al salir, cierra la puerta.
Además, el traductor tiene que conocer todo el entorno de una obra porque los textos literarios expresan realidades históricas, económicas, políticas, religiosas y otros elementos culturales. Hasta las expresiones lingüísticas varían de significado según la época, grupo social y localidad. (En el blog: Francisco Carranza Romero, universo quechua, traducir no es tan fácil como se cree).
En conclusión, no hay una
traducción perfecta, todo es un esfuerzo de pasar el mensaje de una lengua a
otra. La traducción es la recreación de la obra.