LA SUERTE DEL PERRO: ADMIRADO Y DESPRECIADO
Francisco Carranza Romero
El perro es, quizás, el animal que
mejor se ha adaptado a la vida de los seres humanos, y hasta se ha convertido
en símbolo de admiración y desprecio.
Los perros peruanos más comunes.
Perro calato (qalatu allqu). Qara, qala: piel,
cuero. Qalatu, qalashtu, qarapachu, qarapintu: pura piel, sin pelo. Su
principal característica es no tener pelambre; por esta razón, vive mejor en lugares
de clima cálido. Su piel está expuesta al sol, viento, polvo y lluvia. Algunas
personas gustan dormir con este perro porque les abriga bien.
Perro chusco. Es el perro común (chusku) de
diferentes tamaños y colores. En Perú la palabra “chusco” es usada como
desprecio por los que no asumen la peruanidad multicolor y multicultural. Pero
en Cundinamarca (Colombia) es sinónima de hermoso, bello; por eso, la
expresión: “¡Qué vieja tan chusca!” es un elogio a la belleza de una dama.
Perro cashmi (kashmi allqu). Perro pequeño,
muy inteligente e incansable. No tiene un color definido.
Se dice que los pobladores huancas
comían la carne canina para asimilar las aptitudes físicas y metafísicas: mucha
caloría, buen olfato (distingue a los seres conocidos de los extraños; reconoce
los caminos cubiertos por la nevada) y excelente visión (localiza e identifica
a seres cercanos y lejanos; además, ve hasta a los espíritus). El andino huanca
hasta ahora es calificado así: Allqu mikuq wanka (Huanca comeperro), Allqu
wiksa wanka (Huanca con estómago -con carne- de perro).
Algunos pitucos o pijos peruanos,
que sobrevaloran lo extranjero, prefieren como mascota un perro de raza
extranjera. Una muestra más de la presunción. Al perro nacional lo llaman chusco
(de raza común) despectivamente.
Las referencias caninas de elogio o
insulto se expresan en muchas lenguas. Aquí están en contextos quechua y
español.
EL PERRO EN LA ADMIRACIÓN
En la región andina el perro se
ha ganado el afecto y el buen trato por ser un buen compañero, buen guardián de
casa, ganado y chacra. Ladra cuando siente la llegada de personas y animales extraños
a la casa, redil y chacra que están bajo su cuidado. Ladra al sentir al zorro y
puma cerca del redil. Cuando su amo y amigo humano muere, sufre cual un
familiar: llora, aúlla triste, se estremece, pierde el apetito y hasta muere.
En la cultura andina, se celebra el
rito de despedida pichcay (pitsqa, pichqa: cinco) al quinto día post
mortem. Después de este rito el alma del difunto inicia su nuevo ciclo
existencial. En este nuevo viaje el alma del perro es quien guía al alma del
amigo humano. Alli allquqa, kay patsachaw, wak patsachaw runa yanasanta
qunqantsu: El buen perro no olvida a su amigo humano en este mundo y en el
otro mundo lejano. (En el blog: Francisco Carranza, universo quechua, El mundo
de los espíritus y muertos en la concepción andina).
El día del perro (allqu raymi). El can también merece tener su día,
por eso hay uno dedicado a él: el 17 de diciembre, cinco días antes del día
solar más largo del año (solsticio de verano en el hemisferio sur). En este día
se da un trato especial a los perros y se les ofrece un banquete. Y ellos, como
si entendieran el motivo de los preparativos de sus amigos humanos, están
felices y graciosos oliendo y viendo la comida que, al final, les es servida en
platos especiales.
EL PERRO EN EL DESPRECIO
Este animal, después de ser
domesticado por la especie humana, ha ido perdiendo sus habilidades de autoabastecerse;
ahora depende mucho de lo que le da su amo y amigo. Pero, como es inteligente, hace
muchas demostraciones graciosas y de bravura para ganarse el aprecio y
sustento: mueve la cola, las orejas y la cabeza, se arrastra, se revuelca, salta,
se contorsiona, ladra con afecto, lame la mano, se pone delante del amo y ladra
para defenderlo.
Las palabras y frases en quechua y castellano
con referencias comparativas del humano con el perro tienen connotaciones
negativas; por eso, son insultos:
En quechua
Allqu: perro. Servil y adulón con el que
tiene el poder, arrastrado, que no tiene autoestima. La conducta graciosa del
canino es para recibir la recompensa, aunque sea un hueso. Pero es fiero y
abusivo con el que no tiene poder.
Allqupa lamatin: sobra del perro. Es la peor calificación
ofensiva porque se refiere a la sobra del perro. Peor que un hueso sin sabor.
Allquhina: como el perro. Allqutrasa:
de traza perruna (esta expresión es mixta: quechua y castellano).
Allqutsay (allqu-tsa-y): tratar como a un perro. Kachaakuqa
waktsa runata allqutsan: El cachaco trata a la gente pobre como a un perro.
El peruanismo cachaco (mandadero del que tiene el poder) procede del quechua kachaku
(kacha-ku).
Chushchu: cachorro. Aprendiz de las mañas caninas.
Siki laqwaq: lameculo. Las formas abreviadas laqwaq,
laqwa: lambón, lambiscón. En el área rural donde no hay servicios
higiénicos cerrados la gente defeca entre montes y piedras, y el perro come el
excremento humano y hasta lame el ano del amo.
Waqyapay: ladrar a alguien. Hablar con
descortesía, llamar la atención con rudeza. Manaraq riqimar waqyapamaytsu:
No me estés ladrando antes de conocerme.
Galga: prostituta, puta. Préstamo léxico del
castellano. Mujer que no cuida su feminidad.
En castellano
Perro, perrito. Que acepta cualquier trato con tal
de obtener beneficios. Cumple las órdenes del amo (superior) al pie de la
letra, sin ningún cuestionamiento. El diminutivo “perrito”, aparentemente
gracioso, enfatiza la ridiculización y desprecio. Hay ocupaciones y profesiones
de “perros y perritos” que sólo cumplen las órdenes de sus superiores; por eso,
no asumen las consecuencias de sus actos, aunque sean mortales. Y se justifican
con mucha frescura: “Yo sólo cumplí las órdenes”.
Perra, perrita. Prostituta, puta. En muchas
lenguas se usa este tipo de referencia comparativa. El diminutivo “perrita” es una
ridiculización graciosa y sarcástica. Ahora, un dato histórico y anecdótico: Manuel
de Amat y Juniet, virrey del Perú (1761-1776), tuvo una amante más conocida
como Perricholi (María Micaela Villegas y Hurtado de Mendoza) con quien tuvo
una hija y un hijo. Para algunos este apelativo es el resultado de la
pronunciación catalana de petit-choli (cholita) ya que Manuel de Amat era
catalán. Pero, para muchos que nunca aceptaron a una chola (nacida en Perú) como
pareja del virrey, es la pronunciación graciosa de “perra chola”. Los que
hablaban quechua le decían wachapa (wacha: coprolalia referente a
vagina): que vale por su huacha. De wachapa resulta huachafa(o): cursi,
de mal gusto.
En el castellano peruano: huacha
(arandela, pequeña pieza circular perforada), homosexual. Hacer la huacha,
hacer una huachita (pasar la pelota por entre las piernas del oponente).
La expresión “hijo(a) de perra” es
un insulto que hiere al interlocutor y a su madre porque equivale a “hijo de
puta”. Esta agresión verbal puede provocar pelea. Y se usa en muchas lenguas
como en la coreana: ke seki. La vocal e, en las dos palabras, es abierta; y según
la romanización del alfabeto coreano, se puede escribir con la digrafía: kae
saeki.
Galgo. Ambicioso, voraz, que no sabe
compartir. Los perros galgos y alanos fueron usados por los españoles para
cazar a los indígenas para llevarlos a los obrajes y minas. Si el perseguido
moría en la huida, era comida del galgo. Los perros Becerrillo y Leoncillo recibieron
mejor salario que los soldados rasos españoles, y mejor trato que los nativos
humanos (López de Gómara cap. LXV).
Cachorro. Discípulo, menor que cumple
ciegamente lo que el mayor le ordena.
Pata de perro. Andariego, que no permanece en
ningún lugar.
Qué suerte la del perro. Así como es bien tratado algunas veces; también
es utilizado sólo para obtener beneficios; luego, es menospreciado. Así, a
nadie le gusta que lo comparen con el perro.
Referencias
Carranza Romero, Francisco: 2003, “Diccionario del quechua-castellano”. Frankfurt, Iberoamérica-Vervuert.
2006, “El mundo da vueltas”. Trujillo (Perú), Edit. Papel del viento.
López de Gómara, Francisco: 1979, “Historia general de las Indias y vida de Hernán Cortés”, Biblioteca Ayacucho, Caracas.