lunes, 3 de febrero de 2025

LA NATURALEZA Y EL HOMBRE ANDINO

 

LA NATURALEZA Y EL HOMBRE ANDINO


 Francisco Carranza Romero

El hombre andino se ha adaptado a su realidad durante miles de años viendo y escuchando a la naturaleza. Y norma su vida con tres principios prohibitivos que enaltecen tres virtudes:

1ra prohibición: Ama qila (kaytsu) (No seas ocioso). Virtud: Laboriosidad.

2da prohibición:  Ama suwa (kaytsu) (No seas ladrón). Virtud: Honradez.

3ra prohibición: Ama llulla (kaytsu) (No seas mentiroso). Virtud: Veracidad.

Explicando este orden: Quien no labora, para resolver sus necesidades primarias (comida, vestido y vivienda), roba; y, cuando es descubierto y capturado, miente. 

Sin embargo, la vida andina no es sólo la dura faena diaria con prohibiciones, también tiene momentos emotivos. Por ejemplo, el mes de diciembre en algunos pueblos andinos del Perú es de fiestas, ritos y reflexiones. Mi referencia es Quitaracsa (comunidad campesina a 3200 msnm, Áncash, Perú). Este topónimo es quechua: qitaa: lodo, ciénaga; raqra: quebrada estrecha. El río Quitaracsa, llamado por los nativos Jatunmayo (hatun: grande, principal; mayu: río) recibe agua de sus afluentes Yanamayo (yana mayu: río negro), Lampayaco (lampay yaku: agua que lampea) y Jancayaco (hanka yaku: riachuelo de nieve).

 

La fiesta de la divinidad (qapaq raymi). Es el solsticio de verano en el hemisferio sur o hemisferio austral. Del 21 al 25 de diciembre, los días solares más largos del año, se celebra el retorno cíclico del triunfo de la claridad sobre la oscuridad, de la luz sobre la tiniebla. Los pastores solteros se ponen de acuerdo sobre el día y el destino para arrear sus ganados de madrugada hasta las partes cercanas de los nevados para que laman la caquita del hijo del cielo y la tierra, que nace cada año. Los montoncitos de sustancias gelatinosas sobre el pastizal fertilizan al ganado. Corihuacac (Que llora oro. Quri: oro; waqaq: que llora. Sobre 4000 msnm), en la parte baja del nevado Apurraju (apu rahu: nevado protector), es uno de los lugares favoritos. Allí hay una meseta con restos de construcción prehispánica: largas piedras labradas, algunas de pie, otras ya tumbadas. Los primeros rayos solares sobre las crestas del nevado emocionan. La base rocosa brilla por el líquido que baja por su semblante cual lágrima y sudor. Cuando el sol llega plenamente al escenario los pastores se quitan el sombrero, hacen venia y saludan oral o mentalmente: ¡Inti Yaya! (¡Padre Sol!). Cuidando el ganado visualmente conversan y comparten sus variados y deliciosos fiambres. Los perros, después de ladrarse y enseñarse los dientes, también se juntan para conocerse y compartir el fiambre.

Después del desayuno, los flautistas y tamboristas se preparan para tocar. Así comienza la danza grupal. Los varones emponchados abren sus brazos convirtiendo sus ponchos como alas; las mujeres cubiertas de rebozos abren sus brazos como alas. Imitan el vuelo del cóndor. También imitan al picaflor que se acerca a la flor coqueta, a la lluvia que comienza suave para terminar torrencial, al venado que camina con garbo y salta con agilidad. Durante el baile se van formando parejas. Terminadas las horas de música y danza comienza el juego de pintarse la cara y tumbarse. Así nacen y se estrechan las relaciones personales. El sol, el viento, la tierra y el agua comparten la alegría de sus hijos.

Esta celebración, por la influencia del cristianismo, se relaciona con la Navidad, día de la humanización de la divinidad.

Después del mediodía comienza el retorno al pueblo separando las manadas que son arreadas a la parte baja Jancapampa (Pampa de nieve. hanka: nieve; pampa: llanura) donde hay una roca grande erguida de más de tres metros de altura. Ella sabe cuándo hubo nieve en estos lugares que ahora son terrenos de cultivo. La cima plana de la roca labrada, a la que se sube con escalera, sirve para secar muchos productos para su mejor conservación: charqui (cecina), kukupa (papa sancochada y descascarada), qawi (oca partida), chuño o tocosh (bola de almidón de papa fermentada en agua corriente).

Hilillos de agua corren hacia abajo. Es el nacimiento de los riachuelos y ríos que durante miles de años han hecho grietas, quebradas y valles. El flujo de agua llena las cavidades, ablanda las rocas, derriba los muros, forma masas fangosas, corre como riachuelo (yaku) que, juntándose con otros riachuelos forman el río (mayu) que, encontrándose con otros ríos, corre caudaloso hasta el mar. Y después, el aliento de esa inmensa masa de agua se levanta para volver a los Andes en forma de nube. Es el cumplimiento de la dinámica natural: Patsaqa tikranmi (El mundo da vueltas sobre su propio eje). Patsaqa tumanmi (El mundo da vueltas alrededor de un núcleo). Patsaqa kutinmi. (El mundo vuelve. El tiempo vuelve). (En el blog: Francisco Carranza, universo quechua, El mundo dinámico de los quechuas).

Y los ríos subterráneos que se alimentan de la lluvia y de la filtración externa siguen fluyendo o filtrándose hacia el exterior.

Sin embargo, este día no es sólo la celebración del encuentro, reencuentro, fiesta y juego, es también el momento de ver, aprender, comprender y reflexionar sobre el nacimiento del agua y compararlo con la vida de los seres humanos. Y, algunos jóvenes más inquietos sienten que en sus interiores también hay fuentes milenarias. Comprenden que no son seres sólo del presente porque tienen un pasado que muchas veces se filtra en sus vidas, y un futuro por hacerlo. Patsa mamam kawayta yachatsikun: La madre naturaleza enseña la vida. Pero, esta docencia es para quien sabe escucharla.

De algunos humedales se levantan vahos claros que suben al cielo. Siguiendo los consejos de los mayores conviene retirarse del lugar que está arrojando su aliento que puede afectar la salud. Pueden ser gases tóxicos que salen del vientre de la tierra. Quien sabe por experiencia y reflexión, aconseja: ¡Mana alli patsa shukushunkimantaq! (¡Cuidado que el mal sitio te contagie sus males!) O la breve expresión: ¡Patsataq! (¡Cuidado con el mal sitio!).

Pero, lamentablemente, este proceso espectacular del nacimiento del río puede irse acabando poco a poco por el deshielo imparable, efecto de los cambios climáticos naturales o causados por los negociantes ávidos de usar a la naturaleza sólo para su provecho económico.

 

jueves, 9 de enero de 2025

EL GALLINAZO PERUANO

 EL GALLINAZO PERUANO

Francisco Carranza Romero


Buitre Peruano. El gallinazo (Coragyps atratus) es de la familia Cathartidae. Su hábitat es la región baja y cálida. Por su seguridad hace su nido en las grietas profundas de los cerros. De plumaje negro y de alas no grandes. Su cuello y cabeza sin plumas muestran arrugas grises y negras. De patas grises, huesudas y escamosas. Por no tener la siringe no canta, sólo grazna, gruñe y sisea.

Quienes no conocen su función limpiadora del medio ambiente, lo miran con desprecio y asco.  Lo menosprecian por su figura poco estética. Camina sin ninguna elegancia moviendo la cadera como si la tuviera dislocada. Y, cuando revolotea por las cercanías de la vivienda, hay temor de malos presagios. 

Les da asco por estas razones: Su comida favorita es la maloliente carroña que la localiza gracias a su buen olfato y buena vista. Escarba los basurales buscando algo aprovechable. Defeca sobre sus propias patas. Cuando está muy hambriento puede atacar a los pollitos.

Este buitre negro es conocido con muchos nombres en Hispanoamérica. México: zopilote (náhuatl). Honduras: zope. Costa Rica: zoncho. Colombia: chulo, chula. Panamá: gallote. Venezuela: zamuro, curumo. Bolivia: sucha. Chile: jote. Paraguay: urubú (guaraní). En Perú, es conocido con varios nombres: gallinazo (en castellano), shingo (sierra de La Libertad), wiskul (quechua).

Los que hablan la lengua quechua se refieren al gallinazo con algunas de sus características nada halagadoras y que fonéticamente tienen cierta analogía:

wisku (de ojo desviado) > wiskulla > wiskul: de ojo muy desviado. Cuando mira algo mueve la cabeza de un lado a otro. No mantiene su mirada fija en algo.

Wishtu (puriq): (que camina) sin una dirección fija.

Wiqut wiqut (puriq): (que camina) rengueando la cadera como si la tuviera dislocada.

Las comparaciones y referencias al gallinazo no son positivas. A continuación, dos casos:

El escritor Julio Ramón Ribeyro Zúñiga (1929 - 1994), autor del relato “Los gallinazos sin plumas”, llama gallinazos a los niños y adultos marginados y pobres de Lima que buscan en los basurales alguna comida y lo que se pueda vender para ayudarse a sobrevivir.

“El gallinazo no canta en la puna” es un dicho popular peruano que atestigua que el hábitat preferido de esta ave es la región baja y caliente. Este dicho también se refiere a los pobladores costeños y afroperuanos que sufren el soroche o mal de la altura (hipoxia) en la región puna o jalca alta (según Javier Pulgar Vidal: de 4000 a 4800 msnm).

El gallinazo en un relato mítico andino. (La versión extensa está en Francisco Carranza, 2000 pp. 9-11). En el siguiente texto, lo referente al gallinazo está también en quechua.

En el tiempo remoto dicen que este mundo estaba con poca luminosidad. En ese entonces, las aves grandes y fuertes se sentían superiores ante otras pequeñas y de poca fuerza.

La divinidad que todo lo ve, convocando a las aves, les había dicho: A ver, ¿quién puede traer el brillante collar del sol? Este mundo necesita luz y alegría.

El cóndor voló rápido hacia arriba; en eso, por su tamaño grande y por su peso comenzó a cansarse. Llegó hasta la Luna. Volviendo a la tierra contó: “La Madre Luna me ha recibido feliz. Me ha regalado la bufanda tejida con las hebras de su propia cabellera blanca. Ella ha afinado mi quena”. Hizo escuchar a todos la melodía selenita.

Los halcones también volaron; pero, cansados descendieron en un lugar muy caliente.

El gavilán y el cernícalo volaron hasta un lugar de enormes zancudos a quienes los vencieron y les arrancaron sus alas.

El gallinazo entró a un túnel de la tierra para salir por la espalda del sol. Totalmente ennegrecido salió por la puerta opuesta del túnel. Al volver, oscureció la tierra. Contó a todos: “He vencido a los malvados del mundo subterráneo. Ya no me enfermaré porque he bebido el tónico de la vida”. (Wiskulqa, intipa qipanpa yarquyta munar, patsa tuquman yaykurqan. Hankat yanayashqa qipa tuqu punkupa yarqurqan. Kutimur, patsata tutapatsirqan. Llapankunata willakurqan: “Patsa rurin mana allikunata wañutsishkaa. Manam qishyashaqnatsu, kaway hampitam upyashkaa”).

El picaflor, gracias a su peso muy liviano, voló y voló sin cansarse. Mientras el sol contemplaba las competencias de las aves, le quitó uno de sus bellos collares. Cuando terminó el tiempo del relato, apareció brillante, y jaló el bello collar hacia las colinas. El mundo se iluminó.

Animal poco comprendido. No es un símbolo apreciado como el águila, cóndor, paloma, picaflor... Por eso, nadie porta como adorno o amuleto su pluma, garra y pico. Sobre los dos buitres en el escudo de Lima algunos los consideran águilas; otros, gallinazos.

Si aparece en el sueño es considerado un mal augurio para quien sueña y sus cercanos.

Aunque el sistema inmunológico del gallinazo está bien desarrollado, muere al comer animales muertos (ratas y ratones) por el veneno puesto por los seres humanos. Su cadáver, si está cerca de las viviendas, es enterrado o quemado para evitar la contaminación.

Palabras finales. El gallinazo, a pesar de todo, digan lo que digan, ayuda a limpiar a nuestra madre naturaleza. La enseñanza de los mayores sigue viva para los que no han perdido la memoria cultural: “Wiskulta wañutsiytsu, paymi patsata pitsan” (No mates al gallinazo, él limpia la tierra).

Referencias

Carranza Romero, Francisco: 2000, “Madre Tierra, Padre Sol”, Computer Age, Trujillo, Perú.

    2003, “Diccionario quechua ancashino-castellano”, Iberoamericana Vervuert, Madrid.

    2023, “Diccionario español-quechua ancashino”, Iberoamericana Vervuert, Madrid.



jueves, 28 de noviembre de 2024

LA FLOR EN LA CULTURA ANDINA

 LA FLOR EN LA CULTURA ANDINA

Francisco Carranza Romero

                                           qantu wayta


INTRODUCCIÓN

La flor llama la atención por su color, fragancia y forma de sus pétalos. Ella embellece a la planta y a la naturaleza, y anuncia el advenimiento del fruto y semilla en su ovario o en las raíces. Los pobladores andinos la utilizan como adorno, alimento, medicina y pigmento. Y este escrito no es un tratado de Biología Floral.

En quechua la flor es conocida con varias denominaciones: wayta (Quechua Central), sisa (Ecuador), tika, inkil, ñawiksa. Aunque tuktu se refiere al capullo o botón; algunos dicen así a la flor. Hay también palabras específicas para las flores de algunas plantas. Flor de maíz: shamachka, sahama, parwa. Flor de bromelia: machitu.

FLORES COMESTIBLES

Algunas flores son comestibles y dan color a la comida. Una vez recogidas son lavadas, sumergidas en agua caliente para matar cualquier bacteria y desactivar la pilosidad espinosa. Luego son picadas o molidas, mezcladas con sal y picante para saborizar la papa sancochada. Cito cuatro flores comestibles en orden alfabético: 

Flor de calabaza: chiklaw (chila) wayta. De color amarillo.

Flor de mastuerzo (Tropaeolum majus): pataw wayta. Es de color rojo.

Flor de mostaza: shitqa wayta. Se come la flor de color amarillo; no la de color morado.

Flor de picante (flor de la caléndula): utsu wayta. Es de color amarillo o anaranjado.

 

FLOR PARA TEÑIR

Flor de tsintsanco: tsintsanku wayta (crece sobre 3000 msnm). Se hierve el agua con la flor de tsintsanco y alcaparrosa amarilla; cuando el agua está de color amarillo oscuro se sumerge el hilo o bayeta blanca, se remueve por un rato para que el color penetre en las fibras. Después, se seca al sol lo teñido. La tela así teñida no pierde su color, aunque pase el tiempo.

En la comunidad de Quitaracsa (Áncash, Perú) había un lugar donde crecía esta planta, por eso el barrio se llamaba Tsintsanku; pero, como allí fue construido el local escolar, ahora el barrio es más conocido como Local. 

FLORES MEDICINALES

Desde épocas antiguas el poblador andino recurre a las flores para curarse de algunos males, así va descubriendo y aprovechando sus virtudes medicinales.

Males. Cito tres enfermedades propias del área rural andina:

Ojeo o mal de ojo: ñawipay. Enfermedad propia de los niños durante los tres primeros meses. Síntomas: fiebre, anorexia, cólico estomacal y diarrea.

Etiología. Resultado de mucha descarga de energía afectiva al cuerpo tierno que aún carece de defensa. El adulto que visita al neonato no debe expresar mucho sus afectos (miradas y caricias) porque puede transmitir bacterias y otros males por el contacto. Los familiares mayores advierten a los visitantes porque algunos no saben cómo tratar a la criatura tierna. 

En Corea del Sur no se expone al recién nacido antes del rito pegil a los cien días de vida. Es la presentación a la sociedad.

Susto: mantsakay. Síntomas: anorexia, palidez, pérdida de peso, crecimiento de pestañas y sueño con sobresaltos. Este mal puede ser de niños y adultos.

Etiología. Un acto repentino y violento baja la defensa del ser humano. Situaciones que pueden provocar susto en el área rural: Aparición sorpresiva de alguien o algo extraño. Sonido estremecedor repentino en ambiente silencioso. El perro salta repentinamente sobre la persona. El encuentro sorpresivo con zorro o puma en curva estrecha. El rayo cae en lugar cercano. 

Vergüenza: pinqakuy. Se da en casos de personas muy sensibles ante la mirada ajena o burla. Síntomas: fiebre, diarrea, desgano, pérdida de fuerza, insomnio.

Etiología: Acto involuntario de exponerse ridículamente ante la mirada de otros. Ejemplo: exponer la parte privada del cuerpo por caída aparatosa o desgarre del pantalón o falda; peor, si quien lo ve, se ríe con burla.

 

Curación. Nos referimos al rito de la curación de los males físicos y psíquicos (ojeo, susto y vergüenza) con flores.

Sobada con flores: Waytawan shuqma. Las flores silvestres son las preferidas para este rito. Son consideradas más puras por no haber tenido contacto con la gente. Las flores de huamanpanqui (wamanpanki), huamanpinta (wamanpinta) y huamanripa (wamanripa) son las más apreciadas por sus poderes especiales; por algo waman significa: halcón. 

El oficiante del rito de terapia con flores se lava bien las manos, se concentra antes y durante el rito de la curación. Después de sobar el cuerpo del paciente con flores, las lleva para dejarlas en un lugar por donde corre el viento o en el encuentro de los caminos para que los males se vayan pronto. Cuando un caminante encuentra montoncitos de flores en el camino, debe evitar el contacto con ellas para no cargarse de los males ajenos. 

Bañarse con flores en el Año Nuevo: Mushuq watachaw waytawan armakuy. Ahora, les comparto una experiencia de mi niñez en la comunidad de Quitaracsa: En la mañana del año nuevo solar mi mamá nos repartía las labores: Ullqu wamrakuna purun waytata apayamunqa. Warmi wamrakuna hatun mankata, tullpata shuyatsiyanqa: Los niños traerán flores silvestres. Las niñas prepararán la olla grande y el fogón. 

Después del desayuno comenzábamos a cumplir nuestras labores pensando en el baño del Año Nuevo. Cuando hacíamos llegar las flores, nos mandaba ponerlas dentro de la olla para alzarlo sobre el fogón, luego llenábamos agua en la olla. Todos nos contábamos emocionados nuestras peripecias al recoger las flores, y ayudábamos provisionando leña. Cuando el agua hervía quitábamos la leña del fogón para que bajara el calor. A mediodía, cuando la sombra de la palma de la mano caía exactamente debajo, nos preparábamos en el patio para que nuestra madre nos ayudara a bañarnos con el agua tibia de las flores. Los mayores desaparecían del patio con sus porciones de agua de flor para hacerse abluciones en los lugares privados como la huerta. Así nos lavábamos de los males del año anterior. Y comenzábamos el año nuevo con cuerpo limpio y purificado. 

FLOR Y MUJER

La flor, como en muchas culturas, está relacionada con la mujer. La expresión quechua Quri wayta (Flor de oro) es un halago a la mujer porque es el reconocimiento de sus virtudes: bondad, laboriosidad, honestidad y belleza.

Baile de recolección de flores:  Wayta pallana tushu. Es un baile grupal de varones y mujeres. Se representa la siembra, riego y recolección de la flor. La mujer de falda exterior floreada del baile es llamada palla. Posiblemente es apócope de pallana. El que lidera el baile avisa en voz alta el proceso del baile que tiene tres tiempos o escenas:

1. ¡Wayta muruna!: ¡Siembra de flor! Los varones y mujeres comienzan a bailar simulando el arreglo del terreno, esparcimiento de semillas, dan pasos con seguridad en el piso como si estuvieran tapando el hueco o surco donde cayó la semilla. 

2. ¡Wayta parquna!: ¡Riego de flor! Los varones bajan sus pañuelos para acariciar los tobillos y pies de las mujeres. El que no tiene pañuelo extiende sus brazos cogiendo una punta delantera de su poncho. Ellas, felices, dan vueltas bailando. 

3. ¡Wayta pallana!: ¡Recolección de flor! Los varones abren los brazos con el gesto de querer abrazar a sus parejas; ellas, sonrientes y esquivas, dificultan; luego, facilitan el abrazo. Es el momento del zapateo alegre, también llamado siki tapsi (sacudida de la posadera). 

PROHIBICIONES

Por más que la flor sea bella y atractiva, es para ser vista. Para apreciarla, no hay necesidad de tocar, oler ni arrancarla. La naturaleza merece respeto y cuidado. Por eso hay prohibiciones que las personas mejor cultivadas aconsejan, especialmente, a los menores: 

Waytaqa mushkunatsu; ama mushkuytsu: La flor no es para ser olida; no la huelas. Hay insectos voladores que entran en contacto con las flores. Estos insectos depositan sus huevos en los estambres y estigmas por ser los lugares seguros para su conservación y desarrollo hasta reventar. Quien huele la flor acercando sus fosas nasales puede aspirar lo que hay allí.

Además, hay flores de olores tóxicos; por algo no son usadas en los ritos curativos ni religiosos. Cito dos: asyaq wayta o supaypa waytan (flor del diablo, geranium, geranio. Asyaq es otro nombre del diablo), wantuq (que carga al muerto, floripondio, especie de Brugmansia). 

Waytaqa patsata shumatsin; ama rachiytsu: La flor embellece el mundo; no la arranques. Las flores embellecen a la naturaleza como los cerros y márgenes de los caminos. Se las recoge sólo con fines buenos: para comida, medicina, pigmento y adorno para idolatrar a seres de este mundo o de otro mundo. Quien adorna su cabellera, sombrero y ropa con flores es considerado ignorante, egoísta e irrespetuoso de la madre naturaleza. Upallam waytawan shumaq tukun: Sólo el ignorante presume su belleza con la flor. 

Las flores de las zonas altas o de difícil acceso, a donde el ser humano no puede llegar, se salvan de las manos irreverentes. Por eso, el trato a la persona con el calificativo “hallqa wayta” (flor de la jalca -región alta, sobre 3500 msnm) es un elogio porque se refiere a alguien que no está al alcance del maltrato injusto. 

Palabras finales. La flor, fuera de su utilidad (comida, remedio, pigmento y adorno) es también símbolo de personas y pueblos que se identifican con ella. Y están presentes en la antroponimia. 

Referencias

Carranza Romero, Francisco: “Diccionario quechua ancashino – castellano”.         

    Iberoamericana Vervuert, Madrid, 2003.

    “Diccionario español – quechua ancashino”. Iberoamericana Vervuert, Madrid, 2023.



jueves, 24 de octubre de 2024

LA TRADUCCIÓN DERRIBA LAS BARRERAS LINGÜÍSTICAS

 LA TRADUCCIÓN DERRIBA LAS BARRERAS LINGÜÍSTICAS

Francisco Carranza Romero

Desde hace muchos milenios la especie humana vive dispersa en muchos lugares del planeta Tierra, adaptada a la realidad física (orografía, clima y biósfera) y situación gracias más a su inteligencia que a su fuerza física. En el proceso de su sobrevivencia ha desarrollado su cultura: aprovechamiento de los recursos alimenticios, elaboración de ropas para cubrir su intimidad y para protegerse del frío y viento, fabricación de herramientas y remedios, construcción de sus viviendas y vías, y explicación de los fenómenos naturales y de su propia vida.

Nacimiento de las lenguas

En este esfuerzo de sobrevivencia los homines sapientes crean y desarrollan los códigos de comunicación entre los miembros de su clan y tribu para transmitirse los mensajes. Cuando los gestos y sonidos se convierten en palabras nacen las lenguas en cada lugar donde viven.

Las palabras (elementos mínimos independientes con significados) -fuera de los de origen onomatopéyico y del habla infantil considerados universales lingüísticos- son realizaciones fonéticas que se refieren a seres, acciones y sentimientos. Y esas denominaciones, aunque parezcan arbitrarias, son realizaciones según el cuadro fonológico de cada lengua; por eso, hay vocabularios diferentes. Luego se crean los elementos mínimos significativos (morfemas) dependientes de las palabras. Estos elementos pueden anteponerse o posponerse a las palabras. Las combinaciones de los elementos que forman sintagmas menores y mayores también tienen su orden.

Los usuarios más cultivados intelectualmente son los que sistematizan las realizaciones fonéticas, las variaciones de las palabras y el orden de los elementos en función al campo semántico. Por ejemplo: Los nombres, pronombres y adjetivos se declinan en muchas lenguas según el género, número y caso (nominativo, genitivo, dativo, acusativo, vocativo y ablativo). Los verbos se conjugan según la voz (activa y pasiva), modo (indicativo, subjuntivo, condicional, imperativo, participio, gerundio), tiempo (simple y compuesto), número y persona. Además, hay varias declinaciones y conjugaciones. Todo esto constituye la gramática. Estas variaciones según el lugar, la realidad sociocultural y tiempo diferencian a las lenguas que dificultan la comunicación humana.

Como el lenguaje hablado es la realización momentánea, se recurre a la representación gráfica para que los mensajes perduren y ayuden a la memoria: esculturas, cerámicas, pictogramas, ideogramas y representaciones fonéticas que también difieren según el lugar y tiempo.

La diversidad de lenguas habladas y escritas dificultan la comunicación humana. Esta dificultad la podemos describir como barrera o abismo entre las gentes. Pero, esta dificultad es superada gracias a los bilingües o multilingües que derriban las barreras lingüísticas o se ponen como puentes sobre el abismo para acercar a los que quieren comunicarse. A estos personajes los llamamos intérpretes para la lengua hablada, y traductores para la lengua escrita.

La expresión “interpretación auténtica” de ciertos abogados, es una simple pretensión de omnisapiencia (alteración mental conocida también como síntoma de Hubris).

¿Se puede reproducir todo el mensaje de una lengua a otra lengua?

La traducción es un esfuerzo de trasladar el mensaje de una lengua fuente a otra lengua meta. Y este esfuerzo es un proceso de muchos riesgos y niveles.

La traducción de cierta facilidad es de los textos de lenguas de la misma familia, como entre las lenguas románicas donde el léxico, la morfología y la sintaxis son similares. Las diferencias no son tan distantes. La traducción de los textos de temas técnicos es también más fácil porque el léxico técnico de origen grecolatino es usado en muchas lenguas.

La traducción de mayor dificultad. La traducción de textos de lenguas de familias diferentes crea muchas dificultades. Como ejemplo comparo dos lenguas: español y quechua.

El español, lengua románica, tiene artículo y preposición. El quechua, lengua andina, carece de artículo y preposición; los morfemas enclíticos indican las ideas de objetos directo, indirecto y circunstancial (lugar, origen, dirección, meta, modo, causa…).

En español todos los nombres y adjetivos tienen el género masculino o femenino. En quechua los nombres y adjetivos carecen del morfema de género. Sólo algunas palabras heterónimas diferencian el género como en el trato fraternal:

wawqi: hermano (de varón a varón); turi (de mujer a varón)

ñaña: hermana (de mujer a mujer); pani (de varón a mujer)

 

Traducción de textos literarios. Esta labor es la de mayor dificultad. Entre la prosa y la poesía, la segunda es más difícil porque el lenguaje sintético y figurado tiene también el objetivo de expresar la belleza fonética. Por eso exige condiciones especiales del traductor; no basta hablar, leer y escribir una segunda lengua para estar en condiciones de realizar una buena traducción. El traductor de obras literarias debe ser un buen lector de las obras literarias en la lengua fuente y en la lengua meta para comprender el mensaje y sentir la estética verbal. Por algo hay tantas obras bellas e interesantes en su lengua original que no tienen aceptación ni éxito en la versión traducida. Es que hay traducciones ad pedem litterae (al pie de la letra o traducción literal); y ad sensum (según el sentido). Una breve muestra del orden oracional.

Oración simple. Castellano: sujeto, verbo, objeto. Quechua: sujeto, objeto, verbo. 

Oración compuesta. Castellano: oración principal, oración subordinada. Quechua: oración subordinada, oración principal. Ejemplo de un texto quechua:

Punkuta wichqar, yarquy.

Traducción literal: Cerrando la puerta, sal.

Traducción ad sensum: Al salir, cierra la puerta. 

Además, el traductor tiene que conocer todo el entorno de una obra porque los textos literarios expresan realidades históricas, económicas, políticas, religiosas y otros elementos culturales. Hasta las expresiones lingüísticas varían de significado según la época, grupo social y localidad. (En el blog: Francisco Carranza Romero, universo quechua, traducir no es tan fácil como se cree).   

En conclusión, no hay una traducción perfecta, todo es un esfuerzo de pasar el mensaje de una lengua a otra. La traducción es la recreación de la obra.


viernes, 20 de septiembre de 2024

TODOS SOMOS VIAJEROS

 

TODOS SOMOS VIAJEROS

Francisco Carranza Romero

 

Nuestra vida, desde que nacemos, es un viaje. Todos hacemos nuestro propio camino. Sin embargo, somos también la continuación del viaje que nuestros antepasados iniciaron hace milenios y siglos. Hay dos tipos de viajeros y viajes: 

Viajeros y viajes con metas definidas. Caminan silenciosos día a día superando las dificultades y dando significado a sus vidas. Estos viajeros, aun recorriendo largos caminos, se consideran aprendices porque reflexionan sobre su trayectoria y sus metas inmediatas y mediatas. 

Quienes se preocupan por conocer el mundo externo viajan y reflexionan sobre lo que captan sus sentidos. Si, además, quieren conocer su mundo interno para conocerse a sí mismos, hacen el viaje de inmersión en la búsqueda de la verdad. Hay alegorías referentes al viaje hacia el interior de uno mismo, hacia nuestra mismidad, hacia nuestras raíces: Gilgamesh penetra en el mundo de los muertos buscando a su amigo Enkidu. El túnel de Platón. El viaje de Dante por el purgatorio e infierno. El viaje de san Patricio por el purgatorio. 

En el mundo andino hay relatos del paso de la frontera invisible que separa esta dimensión con la otra dimensión que también es conocida como el mundo encantado. Como los relatos son invenciones humanas, los seres de la otra dimensión están antopomorfizados:

Ayra. Mujer que mora en la laguna y catarata. Es la Yaku Mama (Madre Agua).

Waraqllay. Duende que se manifiesta en las primeras horas matinales. También es conocido como Ichik Ullqu (El pequeño Varón).

Piñiñiku. Joven del submundo que ayuda y dialoga con los pastores solitarios. 

Estos seres pasan la frontera para comunicarse con algunos seres humanos a quienes los invitan a visitar sus moradas luminosas, aunque estén en los interiores de este mundo. No son seres agresivos ni hacen maldades. Ellos ayudan a quien busca la explicación de su existencia. 

Si el brillo del mundo exterior es bello. El brillo del mundo interior es también bello y grandioso. La apreciación de la belleza integral nos lleva a la verdad. Los buenos pensamientos y obras son valores que alumbran la vida. Por la apreciación y conocimiento de la belleza exterior e interior nos acercarnos a la verdad. 

Si al ser humano lo comparamos con un árbol, podemos decir: Aunque los malvados y ladrones le arrebaten sus frutos, arranquen sus hojas, corten sus ramas y talen su tronco y hagan leña; el árbol seguirá vivo si la acción bárbara no llega hasta sus raíces. Por eso, cuando el viajero llega hasta sus raíces puede hacer brotar y revivir al árbol, aunque haya estado semioculto desde hace milenios o 500 años. Entonces sí el viajero podrá decir con alegría y orgullo sanos: Nunc nosco me ipsum (Ahora me conozco a mí mismo). Así el principio “Nosce te ipsum” sigue sonando como el mejor consejo y reto para cada ser humano viajero en esta vida. 

 

Viajeros y viajes sin metas definidas. Ambulan sin preocupación de las metas porque sus objetivos son el logro de algo de la forma más fácil e inmediata sin importarles el cómo. Son los que, aunque avancen poco, desean llamar la atención como sea y con lo que sea. 

Los que hacen el viaje sólo por el mundo exterior lo conocen según la captación de sus sentidos. Pero, no contentos de sus experiencias sensoriales, captan imágenes y sonidos con las máquinas. Y en estos días digitales usan las redes sociales para enviar sus fotos jactándose de sus andanzas. Así demuestran sus conocimientos superficiales del mundo, y caen en la vanidad y en el exhibicionismo.

 Los vanidosos y exhibicionistas sienten alegría sólo ante el brillo exterior sin importarles el origen y el efecto del brillo. Se desesperan por mostrar sus joyas brillantes y costosas que pueden ser resultados de compra, regalo, préstamo, alquiler, trueque y hasta de robo. Confunden el precio con valor; precio con aprecio. Ellos no sienten la emoción ante la lenta aparición de los primeros rayos solares; ni ante el paisaje crepuscular. Quizás no conozcan ni comprendan las expresiones “rubicundo Apolo”, “rosicler de la aurora”. 

Intiqa llapan patsata atskin, quñutsin: El sol alumbra y abriga a todo el mundo. Un principio universal, aquí en quechua y castellano. Es el pensamiento y actitud en donde el astro es considerado un padre común o un bien común. Sin embargo, si los pragmáticos comerciantes hubieran podido apoderarse de los rayos solares, ya lo habrían mercantilizado sin ninguna consideración ética.

 Los vanidosos también confunden la cantidad y tamaño con la cualidad. Ellos ignoran que no toda casa grande y costosa es un ambiente donde sus residentes viven con gran amor y con gran apertura mental y afectiva. Sin embargo, una humilde choza puede ser de amplitud infinita y de elegancia sin límites, y donde sus moradores podrían estar viviendo con amor, aunque compartiendo la estrechez e incomodidad. Y si allí llegara, repentinamente, un viajero cansado y hambriento, le podrían ofrecer su pequeño espacio y su escasa comida. Asimismo, no toda urbe grande es el escenario de la práctica del amor y justicia. 

Los exhibicionistas prefieren el ruido porque no saben apreciar el sonido melódico y mesurado; por eso, prefieren vehículos (motocicletas o automóviles) que producen el máximo ruido posible. Para escuchar la música ponen el equipo a volumen alto aun estando dentro del automóvil o dentro de la habitación porque su objetivo es llamar la atención. Esta conducta es la demostración de su vacuidad mental y espiritual. 

Y, como la vida es viaje, tiene principio y fin. El canto fúnebre quechua, que se entona ante el cadáver o ante la tumba, expresa la fugacidad existencial. Aquí está una estrofa:

Kayllam naani, musyallaashun;

kawaq naani, ushakaq naani.

(Una sola vía, aceptemos: / vía de vida, vía que acaba).




jueves, 29 de agosto de 2024

VALORACIÓN DE LA CULTURA INDÍGENA EN PERÚ

 VALORACIÓN DE LA CULTURA INDÍGENA EN PER

Francisco Carranza Romero 

Resumen

La valoración de la cultura indígena en Perú está relacionada con el conocimiento y el respeto de la naturaleza y del indígena que la habita. El poblador de la zona rural piensa que la naturaleza está viva y ella le da vida; por eso la internaliza y la recrea. Esta recreación se manifiesta en su actitud, lengua, creencia, gastronomía, medicina, rito y principios que rigen la vida. Por eso, el estudio de la cultura indígena es el acercamiento a ella para conocerla mejor en su sincronía y diacronía.

Palabras clave: Cultura; indígena; naturaleza; rural.

Abstract

The valorization of Indigenous culture in Peru is related to the knowledge and respect for nature and towards Indigenous peoples that inhabit the land. Those who inhabit rural areas believe that nature is alive and that it gives life; therefore, they engage in the processes of internalizing and recreating nature. The recreation is manifested in the attitude, language, beliefs, gastronomy, medicine, rituals, and principles that dictate and guide Indigenous peoples’ lives. For this reason, the study of Indigenous culture is also a rapprochement with nature, to get to better understand her in its synchrony and diachrony.

Keywords: Culture; indigenous; nature; rural.

Introducción

Los tiempos que vivimos es del predominio del pensamiento utilitarista y monetarista. Una actividad que no genera dinero no es relevante. Por ejemplo, los servicios de salud, educación y seguridad se han convertido en negocios. Dentro de este ambiente no se da la debida importancia a los estudios de las culturas indígenas en las que están incluidas las lenguas, relatos, creencias, ritos y muchas manifestaciones artísticas. Quienes las estudian haciendo muchos esfuerzos no sólo carecen de apoyo y comprensión; sino que también reciben muchos calificativos despectivos: idealistas, románticos, no realistas, no pragmáticos, desfasados…

Y, quien se atreve a hablar quechua en un barrio de los pitucos peruanos (los que, por tener cierto poder económico, se creen los peruanos especiales), se expone a que lo califiquen de “indio”, “indígena” y lo discriminen. Pituco equivale a pijo (España), sifrino (Venezuela), cheto (Argentina). El usuario común del castellano no diferencia la etimología y el campo semántico de las palabras indio e indígena; simplemente las usa como sinónimas y con la intención despectiva.

La educación escolarizada en todos sus niveles, desgraciadamente, poco ayuda a superar los prejuicios (juicios a priori) contra las manifestaciones culturales de los amerígenas (los que han nacido en el continente americano). En los textos y clases se siguen repitiendo los pensamientos y actitudes colonialistas que vienen desde el siglo XVI. Pero, si estas manifestaciones (restos arqueológicos, festividades tradicionales, interpretaciones musicales, danzas, ritos, vestimentas, comidas, remedios, productos artesanales, etc.) generan ganancias económicas, son muy publicitadas. Muchos extranjeros llegan a Perú con el deseo de conocer y apreciar estas manifestaciones in situ. Y el turismo es una actividad que aporta bien al presupuesto nacional y da labor y ganancia a muchos sectores formales e informales.

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN 

1. Estrecho y erróneo concepto de ciencia.

Por la iniciativa del sacerdote Alberto Gonzales, representante de Concytec (Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica) de Áncash, fuimos a la oficina principal en Lima. El mencionado sacerdote ya había reservado una audiencia con el director. Llegamos puntuales y entramos a la oficina del director donde, después de los saludos de protocolo, le expusimos y pedimos el apoyo para la publicación del “Diccionario del quechua ancashino - castellano”, elaborado por mí durante muchos años. Su respuesta inmediata fue lacónica y tajante: “Concytec apoya sólo investigaciones científicas”. Salimos pronto de la oficina. Afuera, comentamos sobre sobre el pensamiento y la actitud del director, ingeniero de profesión. Habría sido suficiente negar el apoyo aduciendo al presupuesto limitado; pero, había expresado su prejuicio, no por ser ingeniero, sino por su limitada formación académica. Los “científicos” y “técnicos” como él, aunque tengan los títulos universitarios, no consideran a la Lexicografía, una disciplina de la Lingüística, como ciencia; por algo, acabo de transcribirlos entre comillas. Es la demostración de la ignorancia etimológica de los vocablos “ciencia” y “científico” que son derivados del latín: verbo scire (scio, scis, shii, shitum) y del sustantivo scientia. La escena descrita no sólo es el mal uso de la palabra ciencia, sino también la actitud de menosprecio a los indígenas, creadores de sus manifestaciones culturales.

Unos años después, la editorial europea Iberoamericana-Vervuert publicó mi diccionario. Con el apoyo de mi familia asumí todo el costo porque deseaba aportar algo a mi cultura materna. Doné un ejemplar al sacerdote Gonzales y a algunas bibliotecas: Biblioteca Nacional (Lima), Pontificia Universidad Católica del Perú, Hankuk University of Foreign Studies (Corea, donde era docente) … Por suerte, el libro ha tenido acogida y ya está como libro electrónico.

2. ¿Para qué sirve el quechua?

En una reunión virtual promovida por una institución de Huaraz (capital de Áncash, Perú) alguien intervino sorpresivamente: ¿Para qué sirve el quechua? Una pregunta provocativa y con menosprecio a los que estábamos intercambiando opiniones sobre algunos aspectos de nuestra cultura andina. Luego, el irrespetuoso e imprudente cerró el micrófono y la pantalla. Estaría sonriendo de su “gran hazaña” sin pensar en su magna y atrevida ignorancia.

Ignorantes e irrespetuosos como él, hay muchos. Son los que, sin mirarse bien en el espejo, creen que la historia en América comenzó en 1492 (la llegada de Cristóbal Colón a la isla Guanahaní); y que en Perú comenzó en 1532. No les importa saber qué pasó a los pobladores de América después de la llegada de los conquistadores europeos y después de la independencia. El doctor Eugenio Chang-Rodríguez (peruano de ascendencia china por línea paterna), al hablar de la independencia de Cuba (1898), dice: “La población amerindia ya no existía, porque había sido casi completamente exterminada por los conquistadores y sus descendientes.” (p. 156).

Por ignorar la lengua quechua que aparece en muchos topónimos hay un nevado mal llamado Alpamayo, transcrito así en los textos escolares y enciclopedias. Alpamayo, proviene del quechua allpa mayu: río terroso, río barroso. Así se llama el río que corre debajo del nevado Shuyturraju (shuytu rahu: nevado alargado o piramidal). Los que nacimos en la comunidad de Quitaracsa así lo hemos llamado a nuestro nevado. Repito: Alpamayo (Allpamayu en quechua) es el río barroso que en los meses de lluvia recorre por el caserío que lleva su nombre. Pero, este río, al llegar al río Santa adquiere otro nombre: Cedros, por los árboles cedros plantados en sus márgenes durante la construcción de la carretera de Huallanca a Caraz. Para cuestionar este nombre erróneo del glaciar hay que conocer la lengua quechua y comprender los cambios fonéticos y ortográficos cuando pasa al castellano.

3. Escuela castellanizante.

Es comprensible que los documentos (registro de matrícula y certificados) estén en castellano para que sean comprensibles en todo el Perú y en los países hispanos. Pero no es comprensible que los textos estén en castellano y los profesores enseñen y examinen en castellano en las áreas rurales donde se habla quechua.

Para evitar la generalización, recurro al dato testimonial. Como en mi pueblo natal, comunidad campesina de Quitaracsa (Áncash), había una escuela primaria hasta el Segundo Año, mis padres, mis hermanos mayores y mi maestra Fulceda Caballero Rincón me animaron a continuar los estudios y me convencieron diciéndome muchas veces: “Waktsaqam alli yachakurlla pallarikan”: El pobre se supera sólo estudiando bien. Así me enviaron a Caraz (capital de la provincia de Huaylas, Áncash) para terminar la primaria. Allí experimenté la realidad desventajosa para los que hablábamos el idioma quechua. En el aula, todo en castellano (texto, clase, examen y conversación). En la calle, actitud de menosprecio hacia los que usábamos el quechua por la necesidad de comunicarnos. Muchos de mis compañeros quechuahablantes dejaron de estudiar año tras año. Y yo, a pesar de todo, continué. ¿Cuánta fuerza tenía aquel niño fuera de su familia y de su realidad física y cultural? ¿Demasiado cumplidor de los consejos y órdenes de los mayores? Ahora, ya septuagenario, después de pasar muchos años cumpliendo el largo proceso de la educación escolarizada, doy toda la razón a mis mayores: Yachakuy naanillam waktsakunapa pallarikaynin: El estudio es el único camino de superación de los pobres. Más datos están en mis libros “Madre Tierra, Padre Sol” y “El mundo da vueltas”.

Entonces, aprendí el castellano por la necesidad de comunicarme con los que realmente no me entendían o pretendían no entenderme. Sin ninguna metodología de aprendizaje de la segunda lengua fui asimilando el castellano día a día. Con mucha atención escuchaba las expresiones verbales mientras miraba los actos paraverbales (mímica y gesto) del emisor; luego, tras mi limitada comprensión, comenzaba a elaborar la respuesta repitiendo cada palabra. En ese proceso lento, con frecuencia comparé mi quechua con el castellano; y concluí que eran lenguas diferentes en muchos aspectos. Sin embargo, sonreí al comprobar que los que decían que no hablaban quechua usaban muchas palabras quechuas pronunciándolas un poco diferentes. ¿Esos castellaneros no se daban cuentan de su castellano quechuizado? O, ¿es mi opinión después de muchos años estudiando y reflexionando sobre el castellano peruano?

En este forzado aprendizaje también asimilé la coprolalia hispana que, con el tiempo, dejé de usarla cuando no era necesaria. Por este proceso llegué a ser un bilingüe subordinado quechua-castellano. Después, en la secundaria, por estudiar en el Seminario San Francisco de Sales (Huaraz), un colegio de formación sacerdotal, comencé a estudiar la lengua de Cicerón y algo de la lengua de Homero; así fui comprendiendo el origen de muchas palabras y el proceso de los cambios fonéticos y de la gramática del latín al castellano. Beata illa tempora.

Muchos años después, al estudiar Lingüística, supe explicar mi proceso de aprendizaje del castellano: del conocimiento de la sincronía castellana había pasado a la diacronía. Sin embargo, he visto con mucha tristeza que muchos bilingües subordinados quechua-castellano, al no poder soportar la presión social diaria, prefieren negar su conocimiento del quechua. En las urbes del Perú se requiere mucho valor y seguridad para afirmar y demostrar que uno habla quechua o para identificarse indígena. Y esta actitud es un desafío a la realidad sociocultural.

La escuela y los medios de comunicación escrita y audiovisual promueven también la sumisión a la cultura extranjera. Por ejemplo: Los onomásticos extranjeros, bien o mal escritos, hasta de los ciudadanos que hablan quechua, son ejemplos evidentes. Cuando he preguntado a muchos por los significados de sus nombres que los identifican, la respuesta ha sido alzar los hombres como expresión de que eso no les importa. Los nombres y apellidos, identidad de los ciudadanos, se han convertido sólo en palabras que suenan y se transcriben con mucha arbitrariedad. “En los nombres no hay reglas” es la expresión justificativa de los que ignoran las normas de la ortografía y la etimología de las palabras. Así, los nombres de las personas son enigmas, palabras cuyos significados no son comprendidos ni por los que ostentan los títulos de estudios superiores.

Shutipis naanim: El nombre también es destino (camino). Algunos andinos y los asiáticos del extremo oriente se preocupan por poner el nombre adecuado al neonato. Por esta preocupación, antes de registrarlo, consultan a los que saben sobre los nombres. Quien, desde la infancia, sabe el significado de su nombre crece consciente del significado de las palabras (realizaciones sonoras y escritas) que lo identifican. Comprende que su nombre es el deseo de sus padres y es su destino.

Cuando un funcionario de una empresa de servicios en Lima me quería atarantar con sus tecnolectos burocráticos en vez de resolver mi solicitud de cancelar o dar de baja el teléfono fijo de mi casa, le pregunté el significado de su nombre Carlos que estaba visible en su credencial que colgaba en el pecho, alzó los hombros antes de responder; luego, soltó lo que mejor podía decir en el momento: “Yo no creo en los nombres”. Ay, Carolus, stultus Carolus. Así no eres muy querido; pero sí, un creído e ignorante del significado de tu nombre -rumié en mi interior-.

Mis hijas tienen nombres quechuas gracias al apoyo y apertura mental de mi esposa. Cuando realicé una gestión documental en la oficina consular de Seúl, di los nombres de mis hijas. El funcionario temporal, quien ya me conocía, gastó una broma preguntándome: ¿Son chapas o nombres? Mi respuesta fue: Son nombres cuyos significados hacen buena combinación con sus apellidos. Luego, le expliqué que para los andinos y asiáticos el nombre es también destino (Shutipis naanim); por eso hay la preocupación por poner el nombre conveniente del neonato. 

 (https://universoquechuablogspot.com/2016/02/civilizacion-y-vacuidad.html).

 Compruebo que pocos hemos superado los pesados prejuicios y estigmas. Aunque muchos intenten burlarse de nosotros por hablar el quechua, nos atrevemos a hacerlo en algunas circunstancias.

4. Instituciones con doble discurso.

Ahora, un caso laboral. Las solicitudes y entrevistas no se hacen en quechua en el concurso por un puesto laboral para la población rural que habla quechua. Cuando una enfermera bilingüe quechua y castellano, que competía por un puesto laboral, se presentó a la entrevista ante los miembros del jurado, estos le hicieron la observación de que no tenía el certificado de conocimiento de quechua. La postulante, superando el ambiente tenso, delicado y de miedo, se atrevió a decir despacio y con el mayor respeto: “Yo soy quechuahablante”. Ninguno de los ilustres miembros del jurado se atrevió a hablar quechua para comprobar lo que afirmaba la postulante; al contrario, uno del jurado, alzando y batiendo una hoja de papel, sentenció tuteando: “Eso lo debes demostrar con un documento”. Sin embargo, a nadie se le pidió el certificado de la competencia lingüística del castellano (https://bit.ly/3W51JEw).

Los funcionarios, cuando les conviene, usan la retórica ilustrada y califican al quechua como idioma nativo, indígena, aborigen, autóctono, oriundo y vernáculo; en otras circunstancias, lo consideran como un idioma extranjero aun dentro de las áreas donde se usa como lengua de comunicación general. Así maltratan a la gente que habla quechua.

5. Desidia por el estudio y cuidado de nuestra realidad física y cultural.

En los cantos y discursos se habla del orgullo de ser peruano; pero, en la realidad, es más discurso que realidad. El Perú es un territorio muy accidentado; por ende, con variedad de climas. En este espacio hay diversidad de biósfera. Dentro de esta diversidad vital, vivió el ser humano desde hace milenios. La convivencia con la naturaleza convirtió al ser humano en consciente cuidador y transformador de ella. Mientras recolectaba y cultivaba los productos vegetales fue conociendo sus valores nutritivos y medicinales. Eso también hizo con los animales a los que cazó y domesticó los que pudo. Esta riqueza cultural, resultado de la experiencia de milenios, hay que estudiarla, conservarla y mejorarla con los nuevos recursos de la modernidad.

Como el hombre rural tiene el pensamiento hilozoísta porque considera a la naturaleza como un ser vivo, vive en contacto con ella, la siente como la causa y parte de su existencia; por eso, la defiende cuando la maltratan y la convierten en simple recurso que genera dinero. Es cuando la urbe y el campo, al no comprenderse, se enfrentan.

Los enfrentamientos de los pobladores del lugar con los defensores de las empresas que, en busca de los materiales que generan ganancias económicas, afectan a la naturaleza: tala de bosques, contaminación del agua y del aire. Las empresas están representadas por los estudios de abogados y por las autoridades del gobierno quienes, después de negociar con ellas, envían a las fuerzas policiales y militares para acallar a los que protestan. Todo, en nombre del orden.

Extraña gastronomía. Hay poco conocimiento y valoración de la gastronomía de las zonas rurales porque en las urbes se imita el menú extranjero. Aquí menciono algunas comidas.

Fuera del consumo de los productos comunes, también hay consumo de insectos. En Perú hay gente que come la hormiga sikisapa (culona). En Colombia (Neiva, Santander del Norte, Santander del Sur) también se come, y es llamada hormiga culona.

Una especie de grillo, llamada langosta del campo, es plato exquisito en muchos lugares. El grillo comestible (mikuna chukllush) es delicioso cuando está asado o frito. Los mexicanos comen el chapulín, por eso lo crían y comercializan. Los coreanos también comen el metugi. “Los grillos también se convierten en alimento para el hombre. Existen tres clases de grillos susceptibles de ser criados como alimento: el grillo campestre; el que tradicionalmente encontramos en el campo y al que oímos cantar en verano.” (Vilcapoma, 2010, p. 158). La larva de ciertos insectos también es comestible. El suri peruano es como la larva del gusano de seda, pondegi o peondegi, que se come en Corea.

Hongo de mazorca de maíz. En Áncash es conocido como puqpii (Quitaracsa) y aputu (Caraz). Su nombre científico es: Ustilago maydis. Este hongo, pasado por agua caliente, se convierte en exquisito plato de ensalada y guiso en Quitaracsa. En México lo llaman huitlacoche, que es muy bien aprovechado en la comida; y ya es un producto de exportación. En otros países lo conocen como la trufa mexicana.

Comida fermentada. Los andinos consumen la papa fermentada, tocosh (tuqush, tsunu, chuñu). El maíz fermentado es también llamado tocosh. Y en la época de la pandemia de Covid-19 fue consumido porque ayuda a fortalecer al sistema inmunológico. Los coreanos también aprecian la comida fermentada: doenjang o toenjang (frijol molido y fermentado) y kimchi (verdura fermentada).

6. Hay extranjeros que aprenden quechua.

Este escrito no es solo de lamentaciones jeremíacas; es también de reconocimiento a los ciudadanos, aunque poquísimos, que se acercan a la comunidad quechua con el deseo de aprender su lengua y sus valores culturales.

Daniel Hintz con la colaboración de Gudelia Medrano, Rosa Pinedo, Ábila Collantes y Diane Hintz ha publicado el libro: “Guía del quechua de Corongo (llaqwash)”. En la carátula se indica: Volumen 1, Gramática pedagógica. Este volumen fue publicado gracias al generoso aporte económico del médico peruano-estadounidense Enrique Liñán (un respetable mecenas en el siglo XXI). Es un texto didáctico con bellos dibujos y fotografías; además, tiene un disco para quien se interese escuchar. Es el resultado de muchos días, meses y años de esfuerzo de la gente que labora sin pensar en el lucro. Los esposos Hintz son estadounidenses que han tenido la actitud noble de acercarse a la gente de Áncash y, especialmente, a los de Corongo (provincia de Áncash) para conocerlos y aprender la lengua quechua. El libro es el resultado de muchas notas, fotos y grabaciones. Un valioso material para los estudiosos de la cultura andina.

El italiano Ivo Baldi (el fallecido obispo de Huari) visitó mi comunidad dos veces cuando era obispo de Huaraz. Se ganó el cariño de la gente porque podía comunicarse en quechua hasta en sus homilías. Sudó con los fieles en la labor de la reparación de la capilla.

La etnóloga y montañista francesa Doris Walter quien, antes de la pandemia de Covid-19, visitaba con frecuencia la comunidad de Quitaracsa llevando grupos de extranjeros que viajaban con ella a pie conociendo la orografía y la biósfera andinas. Ella es muy recordada por los quitaracsinos porque dialogaba con ellos en su propia lengua.

Los polacos Elzbieta Jodlowska y Miroslaw Maka (RIP), estudiosos del temible personaje Pishtaco (pishtakuq: degollador de gente inocente), también se ganaron la amistad y confianza de los quechuas del área de Huaraz porque dieron el paso de aprender y valorar la cultura de sus hospedadores. Ellos recibieron el aprecio de la gente; por eso llegaron a ser padrinos de algunos niños del lugar; así tienen compadres y ahijados quechuas.

He citado a cinco extranjeros que aprendieron la lengua andina con paciencia, y pudieron mantener diálogos en quechua; por eso, merecieron y merecen nuestro respeto y gratitud. Son esfuerzos y sacrificios sin pensar en la ganancia económica. Estos esfuerzos y logros dan otro tipo de satisfacciones: la alegría de ser la voz de los que no tienen voz, y el gozo espiritual de haber llegado al otro con actitud fraterna. Y yo, como un andino que habla, estudia y fomenta el quechua, les reitero mis agradecimientos.

Comentario Final

En la formación profesional de los peruanos se debe enfatizar el conocimiento de la realidad física, histórica y cultural del país para valorarla y valorarnos. Nadie valora lo que no conoce. Escuchemos el mensaje de un canto coreano del siglo XVII:

Flores caídas en el jardín por el viento de anoche.

El muchacho quiere barrer todas con la escoba.

Déjalas. Aunque ya caídas, siguen siendo flores.

(Kim Cheon-Taek, sijo 411, p. 156)

El futuro del Perú lo construimos todos los peruanos con dos actitudes: conociendo nuestro pasado y no borrándolo ni destruyéndolo; asumiendo nuestro presente (realidad física y cultural). Este “nuestro” es inclusivo, que en Quechua I (Áncash, Lima Huánuco, Pasco y Junín) se expresa con el morfema nominal y verbal -ntsik (después de vocal simple; -nintsik después de vocal larga, diptongo y consonante. La sílaba -ni- es un refuerzo fonético). “Y todo aquel que no tiene futuro no es hombre.” (Paz, p. 299).


Referencias Bibliográficas

Carranza Romero, F. (2000). Madre Tierra, Padre Sol. Computer Age, TRujillo, Perú.

Carranza Romero, F. (2003). Diccionario del quechua ancashino-castellano. Frankfurt,            Iberoamerica Vervuert.

Carranza Romero, F. (2006). El mundo da vueltas. Papel de viento editores.

Chang-Rodríguez, E. (2015). Diásporas chinas a las Américas. Pontificia Universidad              Católica del Perú.

Kim, Cheon-Taek. (2021). Antología del canto coreano sijo (Cheongguyeong-eon).                  Verbum.  (Traducción de Hyesun Ko y Francisco Carranza Romero).

Paz, O. (1986). El arco y la lira. Fondo de Cultura Económica, México.

Vilcapoma, J. (2010). Insectos en metáfora cultural. Asamblea Nacional de Rectores, Lima,      Perú.