PERÚ DEBE MEJORAR LA INDUSTRIA TURÍSTICA
Francisco Carranza Romero
Actitud frente al turista
¡Bienvenido a Perú! es un saludo y un
deseo que leemos en el pasillo que
conduce a la Inmigración donde los
funcionarios controlan la entrada del
viajero sellando el pasaporte.
Los turistas bien informados sobre la
realidad peruana, desde el aeropuerto se
ponen en actitud defensiva porque deben
defenderse de las agencias de viaje, de los taxistas, de los hoteles y
de la inseguridad en las calles.
Pareciera que los que tienen el trato con los turistas estuvieran ávidos de sacar la mayor cantidad de dólares, euros y yenes de los
viajeros a como dé lugar. Por ejemplo: hacer el turismo en Cusco sale
muy caro por el precio de los hoteles, del tren de Cusco a Machu
Picchu y de los restaurantes. “Es el impuesto por ser extranjero”, se
justifican. Pero el abuso es también con los peruanos que hacen el
turismo.
Recuerdos del Callejón de Huaylas
En el mes de febrero de 2010 me encontré con un diplomático
extranjero acreditado a Lima. Apenas viéndome me contó
emocionado que había conocido el Callejón de Huaylas: “Ahora
conozco su tierra: muy maravillosa, muy bonita, montañas muy altas
y nieve muy blanca y brillante. Cielo azul, aire limpio y bonitas ropas
de gente...”, me repitió varias veces. Me dijo que había estado en
Yungay, laguna de Llanganuco, Pastorruri, Chavín... Había viajado a
Huarás para entregar unas computadoras a una escuela. Le agradecí
por el gesto generoso de su país; pero, en el fondo sentí la triste
realidad peruana en actitud de mendicidad internacional mientras un
político de plazoleta insulta a los países vecinos de republiquetas. El
amigo siguió contándome sus apreciaciones. Alabó al hotel huarasino
administrado por los suizos: “¡Buena calefacción, buena atención,
comida deliciosa y desde el hotel podía ver a Huascarán! ¡Qué
maravilloso! ¡Incomparable!” Así como hay turistas mochileros que
viajan gastando poco, hay también turistas que quieren conocer
nuevas realidades naturales y culturales en un ambiente de
comodidad y seguridad.
Naturalmente, para continuar la conversación, le pregunté
cómo había viajado y si le había afectado la altura. “La altura, no
problema. Pero el avión muy caro, como un vuelo internacional. Yo no
comprendo”. Me quedé callado porque tampoco comprendo ese costo
tan caro de Lima-Huarás-Lima, un servicio que los peruanos comunes
no pueden usar. El costo de pasaje de ida y vuelta por avión de Lima-Huarás-Lima
es más caro que el pasaje de 240 dólares de Toronto-Nueva York-Toronto; siendo un vuelo internacional entre Canadá y
Estados Unidos.
Como mencionó los lugares turísticos de belleza natural y de
riqueza cultural como el centro arqueológico de Chavín de Huántar, la
conversación llegó a la carretera: “Hasta ahora me duele la cintura, y
todos los huesos también”. Se frotó los huesos de la cadera y la
columna vertebral haciendo gestos de dolor. “Muchísimos huecos,
todo peligroso. De Yungay a Llanganuco, ¡uf!, camino sin asfalto y
muy angosto”. Inmediatamente le pedí mil disculpas. “Dicen que
Áncash tiene ricas minas...”. Una verdad; pero, parece que el canon
minero va primero a la capital del Perú y de allí sale a gotas; por eso
el enfrentamiento del gobierno regional y central. El gobierno culpa a
la región porque no sabe gastar; el gobierno regional culpa al
gobierno central que no otorga el dinero que le corresponde para la
ejecución de las obras en las provincias. En ese juego se pasan
meses y años. Y es el tema de los discursos para los nuevos
candidatos.
Para mí, que he realizado
tantos viajes al Callejón de
Huaylas en transporte
público o en vehículo
privado, ese comentario
sobre las carreteras
andinas de Áncash no es
ninguna novedad. Desde
Chasquitambo comienzan
los interminables baches.
El zamaqueo no sólo afecta al vehículo sino a los viajeros, y continúa
por Recuay, Huarás, Carhuás, Yungay, Carás, El Cañón del pato... y ni
pensar en las carreteras que unen a los pueblos del área de
Conchucos y Marañón.
La prensa peruana, 23 de marzo de 2010, difunde la noticia de
las estimaciones estadísticas de dos entidades oficiales: Defensoría
del Pueblo y Transporte Terrestre y Pasajeros sobre los accidentes en
las carreteras en 2009: 3,243 muertos, 48,395 heridos. Los buses, camiones, combis y taxis son los que más se accidentan. Esas cifras
superan a las víctimas del terremoto de Ica. Las carreteras en mal
estado, los vehículos en mal estado y los conductores y peatones
imprudentes son las causas de los accidentes. Esta noticia llega al
extranjero y presenta al Perú como un destino turístico de mucho
riesgo.
Falta la planificación del desarrollo turístico
El gobierno central de Lima no planifica el desarrollo turístico.
Los gobiernos regionales tampoco hacen suficientes esfuerzos por
mejorar los servicios y la seguridad a los visitantes. Todos quieren
ganar sin invertir en la infraestructura y en la seguridad.
Los hoteles, aunque tengan bonitos nombres y muchas
estrellas como categoría, sólo podrían competir con los hospedajes de
otros países del mundo ofreciendo comodidad y buenos servicios al
mismo precio.
El Perú tiene mucho que mostrar porque tiene una naturaleza
variada por la orografía y el clima. Desde las áreas desérticas de la
costa hasta los bosques tupidos de la selva; desde las zonas bajas y
cañones profundos hasta las elevaciones de los glaciares que
acarician el cielo, desde el mar rico en productos marinos hasta los
lagos andinos y ríos de la selva ricos en fauna y flora.
El turismo peruano, hablando
con franqueza, está centrado
más en Lima y Cusco. Lima,
por ser el punto de llegada y
salida de los vuelos
internacionales. Cusco, por
Machu Picchu y los restos
arqueológicos prehispanos. Y
la machupichización del
turismo, no es ninguna
novedad, es el mérito y defecto del turismo peruano.
En los meses de lluvia en la sierra hay cancelaciones de vuelos
de Cusco a Lima, cancelaciones de viajes a Machu Picchu. Estos
problemas son noticias que trascienden la frontera nacional.
El turismo peruano debe ampliar los destinos. En los meses de
lluvia en los Andes, debe ser orientado hacia los centros
arqueológicos y balnearios de la costa peruana. Y también hacia la
selva. Así se puede evitar que los turistas sufran por la lluvia.
Si se quiere un ejemplo de turismo ecológico y organizado es
Costa Rica que cuenta con excelentes carreteras que llevan hasta los
miradores de los volcanes.
En otros países existe el Ministerio de Cultura, Turismo y
Deportes que muy bien se autofinancia. En Perú, que quiere atraer
más turistas, no hay un ministerio que junte a la cultura, turismo y
deporte.
De algo nos tenemos que jactar
Sin embargo, no todo está mal; de algo tenemos que sentir el
orgullo: la sala “Sumaq” del aeropuerto Jorge Chávez es
incomparable. He visitado las salas VIP de los aeropuertos de Europa,
Asia y de algunos países de América; ninguna llega al nivel de Sumaq
(bello, en quechua). En sus amplias salas se puede consumir gratis:
frutas, pasteles, refrescos, café, té, leche, bebidas alcohólicas, etc.
Hay periódicos nacionales y extranjeros, varios televisores, cabinas
de internet, teléfono público, salas de reposo y servicios higiénicos
(higiénicos, de verdad). Solamente me ha incomodado el uso
excesivo del aire acondicionado; para huir de esa área he tenido que
pasar al área sin techo para los fumadores donde he tenido que
soportar el humo de los pasajeros que queman muchos cigarrillos,
quizás por el nerviosismo del viaje o porque les toca abstenerse por
muchas horas de vuelo sin fumar.
El aeropuerto Jorge Chávez ha mejorado en su infraestructura,
en la rapidez de las atenciones y por el hotel para los pasajeros que no quieren salir del área para descansar.
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