LA OCIOSIDAD ES LA CAUSA DEL ROBO Y LA MENTIRA
Francisco Carranza Romero
La sociedad peruana,
desde antes la llegada de los españoles, ha valorado tres principios quechuas
que norman la vida: Ama qila. Ama Suwa.
Ama Llulla.
Sin embargo, los peruanos
de hoy, al mencionar hablando o escribiendo los tres principios morales que fueron
las columnas principales de la sociedad prehispana, citan por citar y con mucha
arbitrariedad sin pensar en los criterios de orden y lógica.
Reflexionando con calma y
conocimiento de la cultura quechua, comprendemos que hay un orden de causa y
efecto. Alli churakuyqa yaku rurinchawpis
kaykan (El buen orden está aun dentro del agua) es un proverbio que enseña
que hay orden en donde sea. ¿Acaso cuando aprendemos los Diez Mandamientos de
Moisés lo hacemos en desorden y arbitrariedad?
En mi condición de
bilingüe coordinado quechua-español, cito y explico los tres principios
quechuas respetando el orden como me enseñaron mis mayores.
1.
AMA QILA (Quechua I: Áncash, Lima, Huánuco, Pasco) o AMA QILLA
(Quechua II: abarca otras regiones de Perú, Bolivia, Argentina, Ecuador y
Colombia) que en los textos hispanos aparece como AMA QUELLA: No ser ocioso.
Es la simplificación de
la expresión Ama qila kaytsu (QI) o Ama qilla kaychu (QII) que significa: No
seas ocioso: No seas haragán. No seas flojo. No seas perezoso. Es un mandato vital
que tiene dos elementos de negación: 1. Ama:
no prohibitivo. 2. -tsu (Q I) o su
alomorfo -chu (Q II): morfema sufijal
de negación. Por esta razón, la traducción completa de este principio es: De
ninguna manera seas ocioso.
Los siguientes cuatro
calificativos quechuas referentes al ocioso demuestran cuán detestable es este
defecto: qila (ocioso); ushma, wichwi (que hasta “suda” por estar ocioso), pacharakuq (pacharaco, comechado, mantenido).
En la vida rural vemos
que quien no cultiva plantas comestibles ni cría animales no puede tener la
comida a su alcance. Aunque sea un recolector, para recoger los frutos silvestres
y capturar animales también debe moverse de un lugar a otro, fabricar sus
herramientas para tener éxito en la recolección y para depositar lo
recolectado. Quien no labra la tierra removiéndola, sembrando, regando y
cuidando lo sembrado sufre por el hambre. Quien no cría animales no se
beneficia de ellos en el momento que necesita. Y, después de recoger su comida
debe saber conservarla para tiempos de escasez.
Como cambia el clima, el
cuerpo necesita protección; entonces el homo faber hace sus ropas con los
materiales a su alcance.
Para protegerse del mundo
exterior (viento, sol, insectos, animales y otros seres humanos) construye su
vivienda, aunque sea aprovechando la cueva natural. Como ser humano necesita
vivienda que cuesta su construcción, arreglo, alquiler o compra.
El principio quechua Ama qila (No seas ocioso) es la confirmación
de que la ociosidad es la madre de todos los vicios; pensamiento no sólo andino,
sino universal. En lengua latina hallamos los siguientes proverbios: Otiositas docet malitiam, et mater vitiorum
est (La ociosidad enseña la maldad, y es la madre de los vicios). Otiositas nultorum malorum est ocasio
(La ociosidad es la ocasión de muchos males). Otiositas mater vitiorum, et noverca virtutum est (La ociosidad es
madre de los vicios, y la madrastra de las virtudes).
Por este principio sabemos
que el homo sapiens debe estar en labor continua para solucionar sus
necesidades básicas: comida, vivienda y ropa. La labor dignifica al ser humano.
Así el homo sapiens tiene el destino de transformar el mundo para sobrevivir.
Pero, el acto de transformar la naturaleza, de ninguna manera significa la destrucción
de ella.
2.
AMA SUWA. En los textos hispanos está transcrito AMA SUA: No seas ladrón. Quien no cultiva vegetales
comestibles ni cría animales, sacia su hambre apoderándose lo ajeno. Para
protegerse de las inclemencias del tiempo roba ropas ajenas. Para vivir necesita
expulsar a los dueños de las viviendas; es decir, robar las casas de otros.
Los calificativos
quechuas para el ladrón son: lapta, yata
(que palpa y toca lo ajeno), mishi
(gato). Algunos ladrones tienen el apodo mishi
antecediendo a sus nombres: Mishi Makshi, Mishi Tulli (Gato Máximo, Gato Toribio).
El robo es el último y
peor recurso de un ser humano porque es la falta de respeto a sus semejantes y
a su comunidad. El robo consiste en arrebatar lo ajeno, estafar, extorsionar, secuestrar
y hasta matar a quien defiende sus pertenencias.
El ladrón destruye la
moral social de la convivencia en mutua confianza.
3.
AMA LLULLA: No mentir.
No buscar justificaciones a la ociosidad y ladronería.
El ocioso que roba, cuando
es descubierto, miente y se justifica. Llega a la peor bajeza porque, en vez de
asumir su error, recurre a su ingenio para engañar. Y, quien miente una vez con
éxito, seguirá mintiendo cuantas veces sea descubierto y acusado.
El mentiroso es
embaucador, estafador, tramposo que rompe el valor de la palabra hablada o
escrita. Es el caradura que recurre al juego de palabras y dice sin ningún
sonrojo: La promesa no es compromiso; y el compromiso no es obligación. Que los
ilustres profesionales de ley hagan la “interpretación auténtica”.
No hay una característica
antropológica del ocioso, del ladrón y del mentiroso; pueden ser pobres o
ricos, de corbata o sin corbata, de camisa de cuello blanco o de cuello azul,
de piel blanca o negra, de ojos grandes o de ojos rasgados, del Hemisferio Norte
o del Hemisferio Sur, creyente en dios o ateo. Los ociosos, ladrones y
mentirosos son seres degradados de su humanidad.
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