LA SAL EN LA CULTURA DE LOS ANDES Y LA SELVA
ALTA
Francisco Carranza Romero
RESUMEN
Los
pueblos de las montañas andinas y selváticas conocen y aprecian la sal por eso
la usan como saborizante, conservador de alimento, remedio, como elemento
protector contra las energías negativas, y en la tintorería. Además, crean
relatos antropomorfizando a este mineral como mujer, por eso la llaman Kachi
Mama (Madre Sal).
I.
INTRODUCCIÓN
La
sal, kachi en quechua, es un mineral
muy apreciado por los animales, por los seres y humanos y, seguramente, también
por algunos vegetales.
“Las sales son compuestos resultantes de la
combinación de un metal con otro elemento no metálico o con un
radical ácido que puede ser orgánico o inorgánico. Ejemplos: Cloruro de
sodio, sulfuro de plomo, fosfato de calcio, etc. En estado sólido no es
conductor de electricidad”. (Comunicación personal con el ingeniero químico
Mario Carranza Romero, con Maestría en Ciencias de Alimentos).
Los seres humanos, al
observar a los pájaros y a otros cuadrúpedos amontonarse en ciertos lugares
para tragar o lamer ciertas arcillas y rocas, se habrían acercado curiosos hasta
probarlos. Así pudieron sentir el sabor ácido agradable.
Con el paso del tiempo el
homo sapiens fue descubriendo muchas clases de sal (por su estado: sólido y
líquido, por el color, olor y brillo), fue conociendo sus propiedades y usos: Sal
común o cloruro de sodio (NaCl), sazonador de las comidas. Elemento
útil para la conservación de los alimentos (carne, verdura). Medicina para
curar algunos males. Y también llegó a descubrir el uso adecuado de la sal. Así
la sal se convirtió en un elemento muy importante de la comida humana.
La presencia de Ayar
Kachi, uno de los participantes en el mito fundacional del imperio incaico,
hace referencia a la tribu que explotaba, trataba y comerciaba la sal en la
región cercana al lago Titicaca. Desde entonces se conocía su importancia en la
vida humana.
Y el ser humano, usando y
observando la sal en su realidad física, recurrió a su imaginación, y creó un
mundo de fantasía y magia como se verá en las siguientes páginas.
II. LA SAL EN LA REALIDAD FÍSICA
Perú es un país con cuatro regiones muy diferenciadas:
1. El mar, al oeste, parte del Océano Pacífico, es una masa de agua salada,
donde abundan vegetales y animales adaptados durante millones de años. 2. La costa
es una faja desértica con áreas verdes en las desembocaduras de los ríos
andinos. 3. La sierra se caracteriza por la naturaleza muy accidentada por
tener montañas y valles. 4. La selva, al este de los Andes, es el área verde
por la abundante vegetación.
La naturaleza andina, aunque alejada del mar, es
rica en diferentes sales que se manifiestan en diferentes estados como
mencionamos a continuación:
SAL
ANDINA
Qispi Kachi (cristal de sal). Esta sal natural emana desde
las profundidades de los cerros y se convierte en cristal de muchos colores que
lo mencionamos en orden alfabético: anqas kachi (sal azul. Se dice que
esta sal es la que da más salud a animales y gentes).
puka kachi (sal roja).
qarwa kachi: (sal amarilla).
suqu kachi (sal gris).
yana kachi (sal negra).
yuraq kachi (sal blanca).
En los Andes y en la
Selva hay muchos cerros que contienen sal, y son conocidos como Cachicaca (kachi qaqa: roca de sal, cerro de
sal). Los quechuas dicen: Kachiqaqa kachita wachan: El cerro de sal pare
sal.
Si sale a borbotones es conocido como Cachiyaco
(kachi yaku: agua de sal, agua salada). -El castellano tiene la
tendencia de abrir la vocal cerrada en margen final de sílaba; más, si es en distribución
silábica final absoluta: u > o. Ejemplos: Del latín lupum (acusativo) > lobo; dictum > dicho. Del quechua: yaku > yaco; kuntur > cóndor-. Para aprovechar la sal de esta
agua se sigue un proceso: represar, solear, batir y recoger hasta lograr la
sequedad.
Topónimos. Hay muchos nombres
de lugares con la palabra quechua kachi
(sal) que hace referencia de ser salinera:
Cachi. En la provincia de Salta (Argentina).
Cachicadán (kachi kanan: donde hay sal,
salinera). Distrito de la provincia de Santiago de Chuco, departamento La
Libertad.
Cachillacta (kachi
llaqta: pueblo de sal): En Pichincha, Ecuador.
Cachimarca (kachi
marka: pueblo de sal). En distrito de Pacaraos, provincia de Huaral,
departamento de Lima. También hay otro pueblito con el mismo nombre en el
distrito de Cochorro, provincia de Sánchez Carrión, departamento de La
Libertad.
Cachimayo (kachi
mayu: río de sal). Distrito en la provincia de Anta, departamento de Cuzco.
Cachipampa (kachi
pampa: llanura de sal). En distrito de Yaután (provincia de Casma,
departamento de Áncash). Otro poblado en el distrito de Independencia
(provincia de Huaraz, departamento de Áncash).
Cachirrumi (kachi rumi: piedra de sal). Comunidad
en la provincia de Cañar (Ecuador).
Cachiyaco (kachi yaku: agua salada; se refiere a un riachuelo. Cuando el río es de poco caudal se usa yaku). En distrito Balsapuerto (provincia de Alto Amazonas, departamento de Loreto). Denominación de otros riachuelos en el departamento de Junín; en el distrito de Uchiza (provincia de Tocache, departamento de San Martín).
Cuatro regiones del Perú:
Mar, Costa, Andes y Selva.
III. LA SAL NATURAL COMO
MEDICINA
Los andinos no sólo
conocen y valoran la sal como saborizante y conservador de las comidas; también
como material terapéutico y protector. Los usos medicinales obedecen al
conocimiento de la naturaleza de la sal y al rito que acompaña.
Frotación con grano de sal (Kachiwan kupay). Los granos de sal son usados para frotar a los enfermos
por el ojeo y chucaque como explicamos a continuación.
“Mal de ojo” u “ojeo” (ñawipa: ñawi-pa literalmente: por el ojo, por la mirada).
Es un mal propio de los seres débiles o frágiles. Se dice que es el efecto de la
fuerte descarga de energía afectiva no controlada. Las víctimas son los niños y
animales tiernos como vicuña, pichón de pavo, perdiz y paloma. Un ser tierno,
por su naturaleza, es delicado porque aún no ha desarrollado las defensas para
muchas enfermedades; por eso, la persona mayor debe evitar la expresión de
mucho afecto visual, verbal y gestual, ni tener mucho contacto porque lo
enferma. En algunos pueblos no se hacen las visitas para conocer al bebé antes de
que cumpla tres meses.
Los síntomas del mal
de ojo: fiebre, vómito, diarrea, anorexia, insomnio y abulia. Un adulto debe
saber controlar sus afectos. La adultez no es sólo la acumulación del tiempo
vivido, es también la acumulación de conocimientos para no afectar a la
comunidad.
Curación: Generalmente,
una persona mayor -después de lavarse bien las manos- frota todo el cuerpo del
niño con granos de sal natural. La sal procesada no tiene los efectos
curativos. Después de este acto el paciente comienza a sentir alivio: la fiebre
comienza a bajar lentamente, cesan el vómito y la diarrea, se abre el apetito,
duerme bien y tiene ganas de vivir que las expresa con sus movimientos y
expresiones alegres.
“Chucaque” (chukaki). Este
malestar es para gente de toda edad sensible o pudibunda. Los síntomas son: dolor
de cabeza, fiebre, náusea y desgano. Es la consecuencia de haber experimentado
una repentina vergüenza (descoordinación brusca de la energía interna). En este
caso también se soba la cabeza con granos de sal que luego son arrojados al
fuego para que reviente y muera la causa del mal. La sal absorbe el mal.
Agua con sal (Kachi yaku).
Hinchazón
de pies (chaki saksa). Es la mala
circulación sanguínea por caminar mucho. Los pies hinchados son remojados en un
depósito de agua fría con sal. Poco a poco baja la hinchazón.
Salmuera. Cuando las encías se inflaman y hasta
sangran, se recomienda el enjuague bucal (muqtsikuy)
con agua salada para desinflamarlas. La
sal natural es mejor que la sal yodada.
Una sopa con sal ayuda mejor la recuperación del
enfermo muy débil ya que la sal es de propiedad cálido; mejor, si es caldo de
animal negro (cuy, gallina, oveja, cabra…). La mazamorra dulce es menos
efectiva porque el dulce es de propiedad frío.
La sal protege de las fuerzas negativas
Cuando se sube por lugares de mucha altura
conviene portar granos de sal en la bolsa (piksha o chuspa) porque
puede sufrir el mal de la altura (soroche, veta). También sirve para protegerse
del mal sitio (patsa), que es por la emanación de gases tóxicos en los humedales.
En estos casos se chupa granos de sal, y así se supera el malestar físico
(dolor de cabeza y estómago, náusea, pesadez de todo el cuerpo, dificultad para
respirar, desgano, etc.).
Se porta granos de sal también para protegerse
de las energías negativas, por eso es un elemento apotropaico. Los espíritus
evitan el contacto con la sal; la sal los espanta. Y, entre los preparativos para el encuentro con
Ayra (hada que mora en catarata y laguna) se evita comer comida que contenga
sal, ají, ajo, cebolla y azúcar.
IV. SALITRE (PATSU)
Wakin qaqakunam
patsuta waqayan: Ciertos cerros lloran lágrimas de salitre.
Wakin qaqakunam
patsuta wachayan: Algunos cerros paren salitre.
Hay cerros que emanan
gotas de salitre de diferentes colores que se usan en los teñidos y en la
terapia.
Usado en la tintorería: Su acidez afirma el
color en telas de lana, de algodón y cáñamo.
Puka patsu (salitre rojo). La
bayeta y tocuyo hervidos con salitre rojo y con tallos ácidos de tsullku o chullku (Oxalis peduncularis) rojo obtienen el color rojo vivo.
Qarwa patsu (salitre amarillo). La bayeta y tocuyo hervidos
con salitre amarillo y con flores de tsintsanku
son de un amarillo vivo.
Yana patsu (salitre negro). La bayeta y tocuyo
hervidos con salitre negro y hojas machacadas del árbol patsatsin adquieren el color negro azabache.
La buena combinación
de los materiales mantiene el color superando los climas y el paso del tiempo.
Usado en la terapia: Cura muchos males.
Yuraq patsu (salitre blanco). La terapia de sobe:
Los niños que se orinan en la cama al dormir son sobados con salitre blanco en
la cadera para calentarlos y así evitar el problema nocturno.
Para el susto (mantsakay). Los niños enfermos por el
susto son sobados con salitre en todo el cuerpo. Terminado el sobe se arroja el
salitre al fuego donde, al quemarse, toma una figura que sugiere la causa del
susto. Un dato testimonial: Mi sobrino Aulli (hipocorístico de Aurelio) preocupó
a la familia porque perdió el apetito, su rostro palideció, sus pestañas
crecieron, se despertaba asustado y llorando. La señora Juliana le hizo el rito
de curación: sobó todo el cuerpo del niño con salitre blanco; luego arrojó ese
salitre al fuego donde se quemó. Después de sacar el salitre quemado lo miró
dando vueltas y vueltas en su mano, hasta que lo interpretó y nos mostró: “Kayqa allqunawmi. Ari, allqum. Allqum
matsakatsishqa” (Esto es un perro. Sin duda, es un perro. El perro lo ha asustado).
En ese momento mi hermana recordó que el perro Pincullu había salido saltando bruscamente
sobre el niño sentado; salía para espantar un animal intruso en el patio.
Inmediatamente se llamó al perro para que el niño lo tocara sin miedo; y el
perro lo acarició al niño lengüeteando y moviendo la cola. “Hicieron la paz”.
En la noche, después del sobe con salitre, Aulli ya no tuvo malos sueños ni
llantos. Recuperó el apetito y su rostro ya tuvo el color de la vida. Doña
Juliana había acertado en la etiología del mal y en el tratamiento de la curación.
El salitre es también
usado como desinflamante.
QULLPA > collpa > colpa: arcilla fina, muy rica
en sal que los animales degustan.
Los guacamayos,
papagayos, loros y muchas aves picotean la arcilla salitrosa para complementar
su alimentación.
Los monos y los
cuadrúpedos (oveja, cabra, vaca, burro, caballo) comen y lamen disputándose el
mejor lugar. Es una forma cómo los herbívoros complementan su alimentación.
Como resultado de tanto colpeo algunos cerros se convierten en cuevas o áreas cóncavas.
Algunas personas también gustan chupar la sal de la arcilla salitrosa cuando ésta
está húmeda.
V. LA SAL EN LA FANTASÍA
Mito
fundacional del imperio inca.
Se dice que cuatro hermanos con sus
respectivas parejas salieron de unas ventanas del cerro Paucartambo). Aquí
recurro a los cronistas donde un personaje está relacionado con la sal (kachi),
posiblemente una tribu que tenía a la sal como producto principal para los trueques.
“Dicen que al principio del mundo
salieron por unas ventanas de unas peñas que están cerca de la ciudad (Cosco o
Cusco) en un puesto que llaman Paucartampu, cuatro hombres y cuatro mujeres… Al
primer hermano llaman Manco Cápac y a su mujer Mama Ocllo… Al segundo hermano
llaman Ayar Cachi y al tercero Ayar Uchu y al cuarto Ayar Manco” (De la Vega,
Inca Garcilaso: “Comentarios Reales”, Lib. I, Cap. XVIII ).
En otro relato fundacional se dice
que de los cuatro hermanos que salieron de la cueva, Ayar Cachi era muy
poderoso porque destruía cerros y hacía valles a hondazos. Sus hermanos,
temerosos de él, le tendieron una trampa pidiéndole que sacara alhajas de oro
de la cueva; pero, cuando él entró a la profundidad, los hermanos le cerraron
la entrada con inmensas piedras. (Betanzos, Juan de: “Suma y narración de los
incas”, Primera parte, Cap. III). Ayar Cachi, comprendió la traición, se quedó llorando
para siempre en el subsuelo; y sus lágrimas saladas salen en algunos lugares.
En el relato que recoge Miguel Cabello
Valboa Ayar Cachi se convirtió en una roca por faltar el respeto a un hechicero
sentándose sobre él (Cabello Valboa, Miguel: “Miscelánea antártica”, Tercera
parte, Cap. IX).
Origen
de la sal (Kachi Mama).
1. En Áncash. El presente relato
lo escuché en quechua muchas veces desde mi infancia en Quitaracsa (distrito de
Yuramarca, provincia de Huaylas, departamento de Áncash, Perú), cada vez era
algo diferente porque los relatos orales nunca se repiten igual.
“Kachi era una joven muy hermosa, más
hermosa que la flor de cantuta. Su rostro sonrosado como si hubiera recibido el
beso apasionado del sol en la hora del crepúsculo, sus ojos brillantes y negros
eran capaces de ablandar la roca más dura, sus pestañas largas y arqueadas
hacia el cielo invitaban a la contemplación, su cabellera negra, abundante,
amarrada en dos gruesas trenzas que remataban en cintas de colores vivos,
danzaban sobre la espalda delicada cuando ella caminaba con la esbeltez de las
vicuñas y llamas. Su bata azul marina bordada con ramos de flores marcaba el
ritmo de sus pasos seguros. Su monillo verde con cintas de colores en la parte
delantera ocultaba y abrigaba su pecho turgente y lleno de vida. Su presencia
opacaba a las flores y emanaba una atracción irresistible. Desde su
adolescencia se había comprometido con Cullqi, un joven de su pueblo que, fuera
de su hermosura exterior, era respetado por todos por ser laborioso, honrado y
amante de la verdad; tres virtudes que a un individuo lo convierten en runa o
gente.
Sin embargo, como todos alababan la
belleza de la agraciada muchacha, ella llegó a sentirse muy importante y hasta que
comenzó a pensar que tenía derecho a grandes riquezas, a ser servida con
exquisitos manjares, a vestirse mejor que las flores, y otros caprichos vanos.
Sus ambiciones interiores pronto se convirtieron en palabras que fueron mal
recibidas por todos los miembros de su ayllu, hasta que llegaron a detestarla.
Cullqui se convirtió en víctima de los
desaires y rechazos frecuentes. Su amor sincero no fue correspondido, llegando
a ser despreciado hasta delante de muchas personas. Con el corazón herido y
desesperado, maldijo a su suerte de haberse enamorado de Kachi, y, por último,
maldijo a la vanidad que ofusca la razón y el sentimiento. Humillado y hundido
en la más profunda y oscura desesperación se marchó hacia la región del olvido
y del imposible retorno que está ubicada en la orilla de un inmenso cráter. Él
solo cargaría su mala suerte. Su definitiva ausencia entristeció a su familia y
a sus amigos. Hubo muchos comentarios: El amor ablanda a la piedra más dura. El
amor causa desvaríos al hombre más cuerdo. El amor puede echar a perder a la
joya más valiosa, como puede valorar a la cosa más fútil.
Una tarde en que la cocina quedó vacía
de gente, las cuyes de la casa de la hermosa joven, que se calentaban junto al
fogón y que habían escuchado todos los comentarios de aquellos días, comenzaron
a cuchichear entre ellas en voz baja. Cada quien tenía su opinión; pero, en
general, censuraban a Kachi y hasta ponían en tela de juicio su belleza. Hasta
que Cututu, el macho padrillo de toda la cuyada, poco amante de cuchicheos y
murmuraciones, intervino con voz de autoridad máxima.
-¡Silencio! Una cosa es innegable:
Kachi es la mujer más hermosa. Pero también, ella es la más malvada porque le
falta la razón y la humildad. Ella es igual a una flor venenosa.
El cuyero se quedó en silencio, todos
estaban de acuerdo con el razonamiento de Cututu. Es que él tenía la buena
costumbre de reflexionar antes de hablar.
Pasó el tiempo, Kachi no encontraba un
hombre digno para sus grandes ambiciones; sin darse cuenta, se fue enamorando
del cercano y lejano radiante Inti (Sol). Todas las mañanas salía a recibirlo y
casi todo el día se quedaba observándolo. Sabía con detalles por dónde aparecía
radiante y alegre, y por dónde se ocultaba guiño tras guiño. “Inti me mira de
frente solamente a mí, a los demás les envía sus rayos sobrantes”. Estaba
orgullosa y llena de pasión.
Acudió al templo de Pachacamac en
búsqueda de una fórmula que le acercara más para estar para estar al lado de su
amado todo el tiempo. Los sacerdotes, conocedores de la opinión pública, le
escucharon todo y le aconsejaron que se calmara y que entrara en razón. El más
anciano de todos concluyó lacónico: Hermosa Kachi, abandona tus locas
ilusiones; porque querer apropiarte del padre Inti es un pensamiento
descabellado. Él es padre de todos y no puede convertirse en algo que satisfaga
los caprichos de una sola persona. Un bien común no debe, de ninguna manera,
llegar a convertirse en propiedad privada.
Desilusionada del poder de los
sacerdotes, y contrariada de sus opiniones se dirigió a la bruja y servidora
del poderoso y temible Supay, más conocida como Achicay, en recuerdo de una que
había muerto al caer desde las alturas. Ella también ya conocía la opinión
pública acerca de la ambiciosa joven. La escuchó simulando compasión y
comprensión mientras en su interior sonreía de las locas pretensiones de la
muchacha. Después de escucharla le aconsejó: Como eres la mujer más bella del
mundo tienes derecho a todo. La belleza, hija mía, es una bendición que hay que
saber aprovecharla mientras esté en su plenitud. Yo, en tu lugar, también haría
cualquier locura para sacar provecho de mi belleza; pero, como no soy bella ni
joven, me conformo con lo que soy -bajó la voz en signo de su triste
resignación-. Pero tú, si sigues mis consejos, lograrás todo lo que ahora
deseas.
-Gracias, Mamita, gracias -exclamó
emocionada y feliz de haber encontrado a alguien que sí la comprendía en todo.
-Anda a esa montaña, en la cima hay un
túnel que desciende hasta los cimientos de todas las montañas, adentro está el
pueblo de los enanos piñiñicos. Allí esperarás oculta hasta que Inti descienda para
reposar; entonces lo atraparás lo más rápido posible porque su reposo es tan
breve como el pestañeo. Suerte, hija.
Kachi volvió feliz a su casa, se vistió
de gala, rápido partió sin despedirse de nadie. Durante su larga jornada de
descenso encontró vidas diferentes y de formas grotescas. Hasta que llegó al
pueblo de los piñiñicos, quienes también se quedaron admirados de la belleza de
la forastera. Cuando ella estaba aguardando con toda su atención el Inti
penetró besándole la mejilla.
-¡Lo atrapé! -gritó tan fuerte que
estremeció una roca que cayó sobre el camino delgado tapándolo para siempre-.
Ella seguía gritando: ¡Es mío, mío y solamente mío…!
Muy tarde Kachi comprendió su suerte de
eterna prisionera mientras, afuera, la vieja Achicay se reía y carcajeaba a sus
anchas. “El vientre oscuro de la tierra puede alocar al más cuerdo”, dicen los
que saben. Su llanto inconsolable formó ríos subterráneos y mares
interminables. Su moco, que fluía sin cesar, comenzó a filtrarse por las
comisuras de las rocas. Delicadas flores blancas, negras, amarillas, rosadas,
verdes… salieron de las grietas. Cristales brillantes se derritieron con la
humedad. Los animales y personas que lo probaron gustaron mucho su sabor.
De tanto llorar y lamentarse de su
equivocada conducta se envejeció, pero siguió con vida porque ése era su
castigo.
Algunos obreros de las minas de sal
cuentan haber soñado y hasta visto a la Madre Sal, Kachi Mama, convertida en
una mujer muy vieja, horriblemente fea y que por sus fosas nasales vierte
imparables lavas de moco que da asco verla. “Viéndola, no da ganas de probar la
sal”, comentan”.
(Carranza Romero, Francisco: “Madre
Tierra, Padre Sol” pp. 20-22)
2. En Rioja (departamento de San
Martín). Este relato está separado en párrafos para facilitar la lectura.
“Cuenta la leyenda que en Rioja, en las
afueras del pueblo, había una mina de sal. Esta mina tenía una madre, que
tomaba la forma de una viejita muy canosa y haraposa.
Una vez, la viejita se presentó en la
casa de una señora, que estaba preparando tortillas de yuca, las cuales son muy
populares en esa región. La viejecita, tocó la puerta desesperadamente y suplicó
a la señora le invitara un pedacito de sus tortillas, para probar la sal. La
señora, muy amablemente, al ver el estado de la viejecita, accedió sin
problema. La viejecita probó el trozo convidado, lo saboreó y luego estornudó
sobre el batán donde estaba el resto de la masa de yuca, diciendo que le
faltaba más sal.
Cuando esto sucedió, la dueña de la
casa se molestó mucho y la echó insultándola por haber contaminado todas las
tortillas. La vieja, resentida, cuando salió de la casa, dijo: “Si no me quieren
por aquí me iré muy lejos y hasta allá irán a buscarme”. Luego, se marchó.
La dueña de la casa, muy molesta, cerró
bruscamente la puerta y le gritó que nunca más vuelva, pero no comprendió lo
que la viejita quería decir, ni quién era. Esa noche, entre sueños, comprendió
que era en realidad la Madre de la Sal. Pasaron los días, y cuando los
pobladores necesitaban sal para realizar sus tortillas fueron a recoger a la
mina, pero no la encontraron y regresaron a sus casas muy apenados.
Cierta vez, un grupo de cazadores del
pueblo se internaron en la selva en busca de animales, y encontraron allí una
mina de sal, en las faldas de un cerro, en un lugar muy lejano de donde estuvo
la mina anterior. Desde ese día, el pueblo debe utilizar la sal la sal de esa mina
lejana”. (Llemllij, Moisés y Millones, Luis: “Mujer, poder y prestigio en los
Andes” pp. 39-40).
3. Comunidad 9 de Octubre
(Río Bajo Marañón, Dpto. de Loreto). Narrado por Ridder Huaymacari Silvano (septiembre
de 2019).
Un cazador cocama se
quejaba porque los animales se escapaban cuando los quería cazar. Triste por su
situación de no poder llevar carne a su casa se encontró con un forastero a
quien le contó su mala suerte sin saber que era Awara (diablo). El
diablo lo llevó a una cueva y le ofreció la solución: Te daré la piedra mágica tewe
pitanin (tewe: piedra de sal; pitanin: colorada) que atrae
animales para que los puedas cazar; pero, a cambio me entregarás al primero que
salga a recibirte cuando llegues a tu pueblo.
El hombre aceptó el trato
porque pensando que el primero en recibirlo sería su mascota tayatsu (huangana
o cerdo silvestre). Recibió la piedra colorada envuelta en hojas de la palmera shapaja,
luego se sobó todo el cuerpo con esa piedra. Desde entonces, apenas mostraba la
piedra a los animales, éstos se acercaban a lamerle las manos. Era la
oportunidad para cazarlos. Acumuló mucha carne y la guardó en shapaja y se
dirigió a su pueblo.
Cuando llegó a su pueblo
vio que su única hija era la que salía a recibirlo. Apenado, por un momento,
trató de apartar a su hija porque recordó el trato; y hasta se olvidó la fecha
del cumplimiento del pacto. Cuando llegó el día fijado apareció Awara
pidiéndole el cumplimiento del pacto. El hombre se negó entregarle su hija y
comenzó a huir con su familia hacia las tierras altas buscando la salvación. En
el camino se encontró con Yakumama (Madre del Río, serpiente anaconda,
boa gigante) quien los guio hasta la falda de una montaña boscosa donde había
una cueva. Entraron allí y se escondieron. Sin embargo, Awara los
encontró y cerró la cueva para que nunca salieran de ella.
El cazador y su familia,
encerrados y abandonados a su suerte dentro de la cueva, lloraron tanto hasta
que sus lágrimas brotaron por la montaña, y éstas, al secarse, se convirtieron
en tewe (roca de sal).
VI. LA SAL Y LA MAGIA
Magia.
Repetimos que la sal
es considerada como elemento apotropaico porque espanta a las malas energías;
defiende y protege al que lo tiene. Así la sal está relacionada con la buena
suerte. Y este modus cogitandi no es sólo del mundo andino porque también lo he
visto y experimentado en Seúl.
Espanta las malas energías de la vivienda. Los granos de sal esparcidos
en la entrada y puerta principal de la vivienda atajan la entrada de las malas
energías. Pero, si éstas ya estuvieran dentro de la casa, la limpia. Así la sal
protege a los que residen en la casa.
Espejo roto. Cuando un espejo se rompe en pedazos al caerse
repentinamente, causa miedo y espanto porque puede ser el anuncio de algún
acontecimiento malo (mala suerte). Para superar este mal momento se hace el
siguiente rito: Inmediatamente se esparcen los granos de sal sobre los trozos
de espejo. Si hay agua, también se rocían unas gotas sobre los trozos. Si todo
esto se hace con la mano izquierda, mejor; porque esta mano es las preferida
para la comunicación con las energías negativas y los espíritus. Después de
unos minutos, tiempo suficiente para neutralizar el mal, se procede a barrer
los pedazos de vidrios y a secar el piso.
Este rito ayuda a tranquilizar
al autor del accidente y a los que están relacionados con él.
El diablo teme a la
sal. Los campesinos de la comunidad campesina de
Quitaracsa dicen, muy seguros: Supaypis kachita mantsan: Hasta el diablo teme a la sal.
Supay evita el contacto con ella.
Sin embargo, cuando alguien quiere contactarse
con los seres de otro mundo, considerados puros, como Ayra (mujer encantada de
las cataratas y encañadas) y Apu (espíritu de la montaña), no debe consumir sal
(kachi), ají (utsu o uchu) ni tener
relación sexual cinco días antes. Por algo, el chamán no consume sal, ají, ajo
ni cebolla para celebrar un rito importante.
VII.
LA SAL EN LA EXPRESIÓN POPULAR HISPANA
Significado
positivo
Sal: gracia, donaire, vida. “Vosotros
sois la sal de la vida” (Vos estis sal vitae) es una expresión atribuida a
Jesús.
Sal ática: elegancia como el lenguaje
de los escritores y oradores atenienses
Sal y pimienta (negra): Con buen sabor
Sal y ají: Delicioso
Significado
negativo
Salar: causar mala suerte, desgraciar.
Salado: desafortunado, de mala suerte.
“Los curas y monjas son salados” dicen algunos, por eso no quieren viajar con
ellos.
Hacerse sal y agua: Deshacerse.
BIBLIOGRAFÍA
Betanzos, Juan de (1987). Suma y
narración de los incas. Atlas,
Madrid.
Cabello Valboa, Miguel (1951). Miscelánea
antártica. Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima.
Carranza Romero, Francisco (2000). Madre
Tierra, Padre Sol. Computer Age, Trujillo, Perú.
(2003). Diccionario Quechua Ancashino – Castellano. Vervuert,
Frankfurt.
Llemllij, Moisés y Millones, Luis (2016).
Mujer, poder y prestigio en los Andes. Argos, Lima.
De la Vega, inca Garcilaso (1991). Comentario
Reales. FCE, Méx. DF.
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