Francisco Carranza Romero (Universidad Hankuk de Estudios Extranjeros) MONOGRÁFICOS SINOELE 〡ISSN: 2076-5533 〡NÚM. 17, 2018 V Congreso Internacional de la Asociación Asiática de Hispanistas, Tamsui (Taiwán) 2005
1. Introducción
El voseo que ya aparece en el “Cantar de Mío Cid”, es de uso general en los
siglos XV y XVI tal como vemos en “La Lozana Andaluza” de Francisco Delicado.
Este fenómeno afecta al pronombre, verbo y adjetivo posesivo.
2. Pronombre de segunda persona
2.1. Latín
Tu (singular) / Vos (plural).
Tu fue usado solamente en nominativo; para acusativo y ablativo se usó te. Para
el caso dativo se usó tibi.
Vōs, vos fueron usados en nominativo y acusativo respectivamente. La
diferencia, fuera del contexto, estaba en el acento de duración: el nominativo tenía
cronema, mientras el acusativo carecía (era una vocal breve).
2.2 Romance castellano.
Si inicialmente el castellano siguió la diferenciación latina del pronombre por
número (tu / vos); con el uso frecuente de los tratos respetuosos: “Vuestra Merced, Su
Merced, Su Señoría, Su Majestad, Vuestra Alteza, Su Alteza” con verbo en tercera
persona singular, el pronombre vos fue desplazado. Entonces vos fue usado en
singular invadiendo el campo de tú. El uso alternativo de estos pronombres crea dos
resultados:
Tú, vos > vos (voseo) / Vuestra Merced > usted
Tú, vos > tú (tuteo) / Vuestra Merced > usted
“En la España del 1500 tú era el tratamiento que se daba a los inferiores, o entre iguales
cuando había máxima intimidad; en otros casos, aun dentro de la mayor confianza, se
hacía uso de vos” (Lapesa, Rafael: “Historia de la lengua española”. 132.1, p. 579).
“Los pronombres usados en el período medieval para segunda persona singular
eran tú, como fórmula familiar; vos, como fórmula de respeto” (Fontanella, María Beatriz: “El español de América”. p. 81). En funciones de
objeto directo y objeto indirecto vos se convirtió en os, y con imperativos se usó en
posición enclítica: andaos, poneos, salíos, subíos.
Pero hay casos en que el tú y vos son usados sin mucha distinción creando
confusiones.
M. B. Fontanella cita dos cartas bonaerenses de la misma remitente (Rosa
Basabilbao) al mismo destinatario (Manuel): “Hermano aseme el favor de prestarme
cincuenta pesos que necesito… i perdona la molestia… tu hermana que te estima”
(1776, Sucesiones 4310) “Hermano Manuel si te quereis aser cargo de las dos
capellanias…, podeis aser el Boleto firmado por Vos aver si los que corren con otras
capellanias quieren transpassar tu cargo” (1784, Sucesiones 4310) ( Fontanella, M. B.: op. cit., p. 90.
Lapesa distingue este fenómeno en España y las colonias de América: “En
España, el puntilloso cuidado por distinguir los matices de tratamiento impidió que las
confusiones entre tú y vos llegaran a crear norma; en la joven sociedad colonial
prevaleció un sentido más igualitario” (Lapesa, Rafael: op. cit., p. 582). . El mismo autor, al hablar de España, señala
sobre la causa de la expansión de tú con el repliegue de vos: “Al generalizarse vuestra
merced > usted como tratamiento de respeto, tú recobró terreno a costa de vos en el
coloquio familiar, hasta eliminarlo durante el siglo XVII y quizás parte del XVIII”(Lapesa, Rafael: op. cit., p. 579). Y, a finales de la Edad Media en España, nos, vos “se reemplazaron por nos-otros,
vos-otros, antes empleados sólo enfáticamente para poner la primera o segunda
persona en contacto con otra, y luego usados en todo caso como formas única. Nos,
vos quedan relegados al estilo elevado y cancilleresco” (Menéndez Pidal, Ramón: “Manual de gramática histórica española”, 93.1, p. 251).
El proceso de cambios de Vuestra Merced es largo: Vuestra Merced >
vuessarced, vusançed > vuested, > vusted, vuced, voacé, vucé > usted.
La distinción de los plurales vosotros (informal, familiar) / ustedes (formal, de
respeto) se neutraliza en Hispanoamérica con la imposición total de ustedes y la
ausencia de vosotros. Este rasgo caracteriza al español de América y lo distingue de
España. Como con el pronombre ustedes el verbo va en tercera persona del plural, la
segunda persona desaparece. Sin embargo, Rafael Lapesa dice que en Andalucía hay
casos de ustedes con el verbo en segunda personal del plural.
3. Terminaciones verbales de segunda persona plural
3.1. Latín
Para mostrar los morfemas indicadores de persona recurrimos al tiempo presente
del indicativo: Singular
1ra. persona: -o, -m (adsum, possum, adsum, absum)
2da. persona: -s
3ra. persona: -t
Plural
1ra. persona: -mus
2da. persona: -tis
3ra. Persona: -nt
Como la segunda persona del plural es el tema que nos interesa, a continuación se
presenta el paradigma latino añadiendo el infijo indicador de la conjugación:
Amatis (a-tis) primera conjugación
Temetis (-e-tis) segunda conjugación
Regitis (-i-tis) tercera conjugación
Vivītis (-ī-tis) cuarta conjugación
3.2. Romance castellano de siglos XV, XVI
Como nuestro tema es el voseo, ahora se presenta los cambios diacrónicos desde
el latín hasta el castellano.
Primera conjugación : amatis > amades> amáis > amás
Segunda conjugación: temetis > temedes > teméis > temés, temís (algunas veces)
Tercera conjugación : vivitis > vivides > vivís
Los últimos resultados amás, temés, vivís son los usados con vos en las áreas del
voseo más generalizado.
4. Imperativo
4.1. Latín
Primera conjugación: sing. ama / pl. amate (-a-te)
Segunda conjugación: sing. time / pl. timete (-e-te)
Tercera conjugación : sing. rege / pl. regite (-i-te)
Cuarta conjugación : sing. vivi / pl. vivīte (-ī-te)
4.2. Romance castellano
En el romance castellano el imperativo con sujeto vos sufre la apocopación como
se observa a continuación:
Primera conjugación: amate > amad > amá. Este último resultado podemos ver
con otros verbos: cantá, mirá, contá, contáme.
Segunda conjugación: timete > temed > temé. Otros verbos: tené, sabé, comé,
cométe.
Tecera conjugación: dormite > dormid > dormí. Otros verbos: viví, vení, moríte,
reíte.
“Los imperativos sin la desinencia –d, originalmente plurales, pertenecen siempre
en el voseo al número singular e interpelan a un solo interlocutor” (Real Academia Española: “Esbozo de una nueva gramática de la lengua española” (ENGLE), 1.8.3.H.6 nota 47, p. 143. 8).
“Las formas andá, corré, vení, después de haberse usado en el período clásico,
están hoy relegadas a los dialectos, especialmente a América” (Menéndez Pidal, Ramón: op.cit., 115.3, p. 303). En la siguiente cita el
autor localiza el fenómeno antiguo en un país sudamericano. “Vos, -TE > -d, la –d
antiguamente podía escribirse –t: andat, sabet. También se pierde en la
pronunciación, y esa pérdida estuvo de moda entre nuestros clásicos: andá, hazé, subí;
como hoy, por ejemplo, es corriente en la Argentina: cantá, poné” (Menéndez Pidal, Ramón: op.cit., 107.2, p. 281).
5. El voseo
Dos casos de voseo nos interesan en este estudio:
5.1. Vos como singular, con el verbo en segunda persona del plural
Es el más generalizado y ya aparece en el “Cantar de Mío Cid” 261 veces, frente
a 114 de vos con valor plural (ENGLE, 2.14.3, p. 339). Y en España estaba
relacionado con el uso de os y vuestro como veremos en “La Lozana Andaluza”.
En nuestros días este voseo sin vuestro y os, ahora, pertenece al español
americano: Argentina, Uruguay, Paraguay, América Central y sur de México (Rafael
Lapesa). Y el imperativo con el voseo tiene su particularidad. “En el voseo americano
la pérdida de la –d desinencial dio como resultado una forma aguda terminada en
vocal, y el empleo de la tilde, cuando el imperativo no lleva enclíticos, es normal” (ENGLE: 1.8.3.H.6, nota 48, p. 143.10).
5.2. Vos como singular, con el verbo en segunda persona del singular
Está localizado en Chile, Perú (zonas rurales de Arequipa y Cajamarca, y zonas
andinas de La Libertad y Piura), Ecuador, Colombia. Algunos ejemplos: vos sabes,
vos sabrás, vos verás, vos vienes, vos me puedes ayudar. En estas áreas el uso de vos
se alterna con tú. “Nos tratamos de tú y vos” es una expresión para expresar mucha
confianza e intimidad. Dato recogido en Cajamarca (Perú).
Algunos lingüistas (Andrés Bello, Rufino Cuervo, Pedro Benvenuto, Joaquín
Montes), que han investigado en sus países han calificado al voseo como forma
rústica y vulgar; para ellos, el tuteo es propio del habla culta. Sin embargo, en el caso
de Argentina, el voseo es general puesto que se usa en la urbe como en el campo.
El uso de vos y vosotros como plural y con verbo en segunda persona del plural
es lo normativo y que sigue la evolución desde el latín. Por eso no lo consideramos
como voseo.
6. La lozana andaluza
6.1. Referencias del libro
El libro “Retrato de la Lozana Andaluza”, aunque escrito desde años antes, su
versión base fue transcrita en 1524, desde el 30 de junio hasta el primero de
diciembre: “Compuesto el año mil y quinientos y veinte e cuatro, a treinta días del
mes de junio, en Roma, alma cibdad” (Resumen de Parte Prima). “Fenezca la historia
compuesta en retrato, el más natural que el autor pudo, y acabóse hoy primo de
diciembre, año de mil quinientos e veinte e cuatro a laude y honra de Dios trino y
uno” (LXVI). En los siguientes años fue retocado. Rampín y Lozana comentan
refiriéndose al año del saqueo de Roma, 1527:
Rampín: El año de veinte y siete me lo dirán.
Lozana: Por ellos padeceremos todos (XII).
Se publicó en Venecia en 1528 como una obra anónima. Aunque el castellano es
el que predomina, pero hay la presencia del latín, italiano y catalán (X).
La obra consta de 66 mamotretos o capítulos, y está dividida en tres partes:
Primera Parte: desde el mamotreto I hasta el mamotreto XXIII. Adaptación de
Lozana en el ambiente lupanar de Roma.
Segunda Parte: del XXIV al XL. Por su experiencia, malicia, sabiduría y
prudencia Lozana se mueve como pez en el agua. El Autor dialoga con un
Compañero, y éste describe la actividad de ella: “[…] tiene ésta la mejor vida de
mujer que sea en Roma. Esta Lozana es sagaz, y ha bien mirado todo lo que pasan las
mugeres e esta tierra… y tiene tal labia que sabe quién es el tal que viene allí, y cada
uno nombra por su nombre, y no hay señor que no desee echarse con ella… y siempre
es llamada señora Lozana, y a todos responde, y a todos promete y certifica, y hace
que tengan esperanza, aunque no la haya” (XXIV).
Tercera Parte: del XLI al LXVI. Para vivir recurre a su sabiduría: es curandera,
bruja, consejera y experta en todos los afeites.
Lozana: […] quien veza a los papagayos a hablar, me vezará a mí a ganar. Yo sé
ensalmar y encomendar y santiguar cuando alguno está aojado… Sé quitar ahitos, sé
para lombrices, sé encantar la terciana, sé remedio para la cuartana y para el mal de
la madre. Sé cortar frenillos de bobos y no bobos, sé hacer que no duelan los riñones
y sanar las renes, y sé medicar la natura de la mujer y la del hombre, sé sanar la
sordera y sé ensolver sueños, sé conocer en la frente la fisionomía, y la quiromancia
en la mano, y penosticar (XLII). “Vezar” significa enseñar.
El autor prefirió la palabra “mamotreto” en vez de capítulo porque cada capítulo
contiene muchas y variadas informaciones de los personajes, hechos históricos, cosméticos, curación de muchas enfermedades, arte culinario, supersticiones,
grabados, etc. Los mamotretos, en este trabajo, están mencionados solamente con
números romanos entre paréntesis.
La obra tiene mucha influencia de “La Celestina” de Fernando de Rojas. El
personaje Caballero compara al mundo de Lozana con la de Celestina: “Monseñor,
ésta es la Cárcel de Amor; aquí idolatró Calisto, aquí no se estima Melibea, aquí
poco vale Celestina” (XXXVI). Lozana pide a Silvano que le lea sus libros
preferidos: “Mi señor, no sea mañana ni el sábado, que terné priesa, pero sea el
domingo a cena, y todo el lunes, porque quiero que me leáis, vos que tenéis gracia,
las coplas de fajardo y la comedia Tinalaria y a Celestina, que huelgo de oír leer
estas cosas muncho” (XLVII). A pesar de la estricta censura de escribir y publicar libros relacionados con el
sexo en la Edad Media, época de la literatura de castidad, Delicado retrató la vida de
la gente de estrato social bajo, el mundo de las prostitutas y rufianes. Sus
descripciones y hechos son hedonísticos. Con “El retrato de la Lozana Andaluza”
(título de la primera edición) se expuso a la censura y marginación. Por eso, la
primera edición fue de autor anónimo.
Para este trabajo se utiliza las ediciones y comentarios de Claude Allaigre
(Cátedra, Madrid, 1985) y Ángel Chiclana (Espasa Calpe, Madrid, 1988).
El clérigo Francisco Delgado, que en Italia cambió su apellido a Delicado para
latinizarlo o italianizarlo. Posiblemente nació entre 1475 y 1485 (Ángel Chiclana:
Introducción, “La Lozana Andaluza”, p. 16). Fue natural de Córdoba, España.
Lozana: Señor Silvano, ¿qué quiere decir que el autor de mi retrato no se llama
cordobés, pues su padre lo fue y él nació en la diócesis?
Silvano: Porque su castísima madre y su cuna fue en Martos, y como dicen: no
donde naces sino con quien paces (XLVII).
En su obra relata que su madre fue natural de Peña Martos cuya patrona era Santa
Marta. Al explicar sobre la patria materna expone su juego verbal y conceptual. La
peña dedicada al dios guerrero Marte hace contraste con la virtuosa Marta, hermana
de Lázaro y María Magdalena. El mogollón Sagüeso ilustra a Lozana: “El nombre de
la ciudad que fue allí edificada por Hércules, sacrificando al dios Marte, y de allí le
quedó el nombre Martos a Marte fortísimo” (LIII).
7. Análisis gramatical y cuantitativo
Nuestro análisis se limita solamente a la Primera Parte del libro incluyendo el
prólogo; pues 23 mamotretos son suficientes para ver el tipo de voseo y los
fenómenos relacionados.
7.1. Vos
Es el caso del pronombre vos refiriéndose a la segunda persona del singular. Se
usa como expresión de respeto, cortesía, discurso formal y falta de confianza.
Como sujeto expreso: 93. Con el imperativo aparece después del verbo: id vos,
salí vos, decíme vos, mirá vos, entrá vos; algunas veces en desiderativo con
subjuntivo: viváis vos.
Con preposición: 37: a vos 12 veces, de vos 8 veces, para vos 7 veces, en vos
(voz) 5 veces, con vos 3 veces, cabo vos, tras vos.
Como vocativo: 1. “Señor, vos, estos corales al brazo, por mi amor” (Lozana a
Maestresala, mamotreto XIX).
Sumando se obtiene 131 veces la presencia del pronombre vos.
En la Primera Parte, solamente hay dos casos de vosotros expreso: “¡En Valencia
ligaros ían a vosotras!” (Lozana a las catalanas, X). “Sobrino, cená vosotros” (Tía a
Rampín y Lozana, XIII). Sin embargo, hay 3 casos de vosotros tácito: “Señoras, ¿en
qué habláis, por mi vida?” (Lozana a Teresa y Beatriz, VIII). “Decíme, señoras mías,
¿sois casadas?” “Decíme, señoras mías, ¿hay aquí judíos?” (Lozana a Teresa y
Beatriz, IX).
7.2. Verbo en segunda persona del plural
Aunque vos se refiera al sujeto singular, el verbo está en plural y en segunda
persona. Este fenómeno es el más frecuente en la obra que analizamos, pues en los 23
mamotretos hay un total de 377 casos. Entre paréntesis aparecen las formas verbales
actuales. Aquí excluimos la forma imperativa por sus terminaciones particulares y que
trataremos aparte.
El orden está según la frecuencia, de mayor a menor.
7.2.1. Indicativo: 292
Presente: 204: veis 27, queréis 20 o querés 3 “Mirá, si querés algo” (Rampín a
Lozana, XV), sois 20, tenéis 16 o tenés, sabéis 16, decís 11, venís 10, hacéis 7, estáis
7, habéis (tener) 2 “¿Qué habéis, amores?” (Lozana a Rampín), habéis de 5, traéis o
traés 6 (traéis), podéis 6, pensáis 5, parecéis 4, buscáis 3, miráis 3, esperáis 3, dais 3,
oíslo 2, laváis, andás 2 “Andás aquí, andás” (Estufero a Rampín, XIII), echáis 2,
apretáis, acordáis, sentís, lleváis, sudáis, comenzáis, batís, conocéis, halláis, pagáis,
valéis, mandáis, sacáis, servís, hiláis, tornáis, dormís, llamáis, olvidáis, asoméis,
moráis.
La forma verbal “das” (dais) podría ser italianismo porque el personaje Estufero,
en la misma oración, usa otra palabra italiana (mancha: propina) que confunde a
Lozana: “Señora, das aquí la mancha” (XIII).
Paradigma: 1ra. conjugación: -áis > -ás
2da. conjugación: -eis > -és
3ra. Conjugación: -ís
Futuro imperfecto: 50: veréis o verés 12 “…verés el templo, veréis Setemzoneis,
y reposarés” (Rampín a Lozana, XV), dormiréis 3, ganaréis 3, hallaréis 3, podréis 2, pasaréis 2, habréis 2, quedaréis 2, oirés u oiréis 2 “…que agora oirés tengo de estar
años” (Diomedes a Lozana IV), seréis o serés 2, vernéis, perderéis, viviréis, sabréis,
maravillaréis, peligrarés “Guardaos de tomar lo ageno, que peligrarés” (Lozana a
Rampín, XI), derramaréis, haréis, calentaréis, gastaréis, reposarés, llevaréis, vello hés
(verlo habéis > lo veréis) “Vamos allá y vello hés” (Rampín a Lozana, XVI), reirés,
andaréis, haréis, ternéis “… de aquí a cinco días no ternéis nada” (Lozana al
canónigo, XXIII).
Paradigma: 1ra. conjugación: -aréis > -arés
2da. conjugación: -eréis > -erés
3ra. conjugación: -iréis > -irés
En casos vernéis (vendréis), ternéis (tendréis) hay metátesis de r con n y síncopa
de d.
Pretérito imperfecto: 9: habíades o habíedes 3 “¿Quién me lo dijo a mí que lo
habíades de hacer?” (Tía a su esposo, XIII), morábades “¿Y a qué parte
morábades?” (Sevillana a Lozana, VI), veníades, sabíedes “Esto no sabíedes vos;
pues que no se os olvide” (Lozana a Rampín dándole lecciones de hacer el amor,
XIV), sirvíedes “Y a vos no’s conocí… cuando sirvíedes al señor canónigo” (Autor a
Rampín, XVII), llorábades, queríades Pues, ¿qué me enviastes a decir que me
queríades dar nuevas de mi madre? (Cortesana a Lozana, XXIII).
Paradigma: 1ra. conjugación: -ábades
2da. conjugación: -íades, -íedes
3ra. conjugación: -íedes
Pretérito indefinido: 19: nacistes 3 “¿A vos vezo yo, que nacistes vezado?”
(Lozana a Rampín, XIV), vistes 2, echastes 2, enviastes 2, hecistes 2, soñastes,
salistes “Cuánto ha, señora mía, que salistes de Córdoba?” (Beatriz a Lozana, VII),
paristes “Ansí veáis vos de lo que paristes” (Napolitana a Lozana, XI), subistes,
acordastes (despertasteis), posistes, dejastes, conocistes. Paradigma: 1ra. conjugación: -astes
2da. conjugación: -istes
3ra. conjugación: -istes
Pretérito perfecto: 10: habéis visto 2, habéis comido 2, habéis hecho 2, habés
llevado “Vos me habés llevado la flor” (Lozana a Rampín, XV), habéis mudado,
habéis tomado, habéis cenado. Paradigma: haber + participio pasado.
7.2.2. Subjuntivo: 75
Presente: 61: seáis 7, veáis 7, viváis 4, habléis 4, vais 4 “Y vení presto, que
quiero que vais conmigo para que traigáis a esta señora cierta cosa que le plazerá”
(Mastresala a Rampín, XIX), tengáis 3, dispongáis, vengáis 2, gocéis 2, mostréis 2,
estéis 2, maravilléis 2, hagáis 2, olvidéis, muráis, gocéis, sirváis, pongáis, deis, digáis,
asentéis “quiere que os asentéis” (tía al esposo invitándolo sentarse, XIII), dejéis,
ahinquéis, vecéis (enseñéis), fatiguéis, calléis, llaméis, hiléis, acompañéis, jabonéis,
traigáis, enojéis, miréis, seáis, halléis.
Paradigma: 1ra. conjugación: -éis
2da.conjugación: -áis
3ra. conjugación: -áis
La forma vais equivale al actual vayáis (con epéntesis de ya).
Pretérito imperfecto: 7: fuésedes 2, supiésedes (supiéseis), enviásedes,
probásedes “Si vos me probásedes” (Rampín a Lozana, XII); hubiérades, viérades
“¡… si la viérades vos desnuda en la estufa! (Rampín al tío, XIV).
Paradigma: 1ra. conjugación: -ásedes
2da. conjugación: -ésedes
3ra. conjugación: -ésedes
Futuro imperfecto: 6: quisiéredes (quisiéreis) 3, mandáredes (mandáreis) 2 “Mi
señor, yo iré de muy buena voluntad donde vos, mi señor, me mandáredes” (Lozana a
Diomedes, IV), hiciéredes.
Paradigma: 1ra. conjugación: -áredes
2da. conjugación: -éredes
3ra. conjugación: -éredes
Condicional simple: 1: podríades “…en Roma no podríades encontrar con
hombre que mejor sepa el modo de cuántas putas hay” (Valijero a Lozana, XX).
El presente del indicativo es de mayor frecuencia debido al diálogo sobre los
hechos de la vida cotidiana.
7.3. Imperativo
En 23 mamotretos hay un total de 324 casos.
7.3.1 Afirmativo Con 298 casos
a) Con –d apocopado. Es de frecuencia alta: 255. Como consecuencia de esta elisión,
la vocal final lleva el acento de intensidad, se usa la tilde para evitar la confusión.
Mirá 61 “Mirá qué bellacas” (Lozana a Sevillana, VI), descí o decí 25, vení 22,
andá 17, dejá 11, tomá 10, hacé 6 “Vos llegá cortés y hacé una reverencia” (Tía a
Lozana, III), esperá 6, entrá 5, dormí 4, mostrá 4, quitaos 3, alzá 3, catá (mirad) 3,
pensá 2, passaos 2, salí 2, guardá 2, serví 2, comprá 2, acordá, traéme 2, torná 2,
caminá 2, asentaos 2, echá 2, abrí 2, procurá 2, meté 2, enjaboná o jaboná 2, asomaos
2, prestáme, buscá, volveos, tirá, laváme, cobijaos, esté, enlodá, disponé, reposá,
matá, quedaos, llegaos, bebé, llegá, retraeos, ecomendámela, respondé, acabáme,
perdonáme, notá, callá, sentáos, válaos (Posiblemente: Idos a Dios, porque luego el
Auctor le manda al diablo a Rampín: “Válale el diablo” XVII), teneos, poneos, comé,
aparejáme, estaos, solicitá, sobí, rogá, tené, dáme “Mi vida, dáme licencia …besaros
de buena gana” (Valijero a Lozana, XXII. Por el contexto del trato recíproco se
deduce que no se trata de tuteo), guardá, empleá, prometé, sahumáos, ponelle.
Muchos usan pronombres personales enclíticos: dejáme, decíme, decínos,
perdonáme, echaos, traéme, tornásela, tornáme guardaos, compráme, esperáme
abríme, prometéme.
Paradigma: 1ra. conjugación: –á
2da.conjugación: –é
3ra. conjugación: -í.
b) Con –d. El mantenimiento del morfema del imperativo es de frecuencia 43.
Id 8 “Id vos, y besaldo donde sabéis” (Lozana a Sorolla, X), andad 4, sed 2
“Hija, sed buena” (Madre a Lozana, I), dad 2, dalde 2 (le se refiere a hombre), daldo
2 (lo se refiere al diamante) “Andá, Trigo, daldo y mirá si podéis sacalle más”
(Rampín, XVI), abrilde 2, decilde 2, decilda 2“Decilda que Trigo me mandó que
viniese a hablalla” (Mastresala a Rampín pidiendo audiencia con Lozana, XIX),
socorred, mostrad, quitad, cobrildas (cubridlas), besaldo, mirad “Mirad que me ha
traído cebada” (Lavandera a Lozana, XII), tomad, bebed, comed, guardaldo, sabeldo,
llamaldo, notad (el autor se refiere al lector), ved, llevalde, haceldo, untaldo.
Cuando este imperativo –d lleva los enclíticos le, lo, la o sus plurales se produce
la metátesis de la lateral /l/ con /d/: cobrildas, besaldo, abrilde, dalde, sabeldo, decilde,
decilda (evidente diferenciación de género en las vocales finales: e para masculino; a
para femenino), daldo, hacelde, llamaldo, llevalde.
Pero también hay uso alterno de imperativo con y sin –d: tomad, tomá, bebed,
bebé “Señora, tomad, bebed, bebé más” (Estufero a Lozana, XIII), mostrad, mostrá,
notad, notá.
7.3.2. Negativo Hay 26 casos de imperativos negativos con la forma del subjuntivo.
No curéis (curés: 3 veces) 11 “No curéis, que a todo me hallaréis” (Rampín a
Lozana, XIX, “No curés, que el canónigo tiene la culpa” Cortesana a Lozana,
XXIII), no digáis 2, no lo hagáis 2 “¡Ay, prima Hernández, no lo hagáis!” (Beatriz,
VII), no’s envolváis, no toméis, no os alteréis, no vecéis, no gastéis, no’s desnudéis,
no lo rompáis, no me lo mandéis, no aparajés, no tardéis, no’s maravilléis.
7.4. Os
Este pronombre es el resultado del desgaste de vos. En esta Primera Parte aparece
148 veces. Puede estar como proclítico o enclítico.
7.4.1. Como reflexivo: 28. “Señora, sentaos” (Beatriz a Lozana, VIII). “No’s
maravilléis” (Lozana a Napolitana, XI). “Señora, quedaos aquí” (Napolitana a
Lozana, XI).
7.4.2. Como objeto directo: 59. “Si os hablare, abaja la cabeza y passaos…, si os
tomare la mano, retraeos” (Tía a Lozana, III). “Ya os entiendo” (Camisera a Teresa,
VII). “Señora, para serviros más que hermano” (Mastresala a Lozana, XIX).
7.4.3. Como objeto indirecto: 61. “¿Y la humildad os hace hundir la boca?”
(Lozana a Lavandera, XII). “Pues hago’s saber que ese hurón no sabe cazar en esta
floresta” (Lozana a Rampín, XIV). “Sea ansí, yo os lo traeré” (Rampín a Lozana que
pide un morterico chiquito, XV).
7.5. Vuestro
“El latín, junto a vester conocía vŏster, y la analogía generalizó esta forma en el
latín vulgar: nŏstru, vŏstru dieron nuestro, vuestro, con –a en femenino, con –s en
plural” (Menéndez Pidal, Ramón: op. cit. 97, p. 258), Vuestro puede estar en función adjetiva o pronominal; y en la Primera Parte
hay 51 casos.
7.5.1. Como adjetivo: 43. “¡Socorred el vuestro siervo!” (Diomedes a Lozana, III).
“¡Por vuestra vida!” (Sevillana a Lozana, V). “…si no viene vuestro marido, podréis
vos ganar la vida” (Rampín a Lozana, XV).
7.5.2. Como pronombre: 8. “Soy vuestra muerta y viva… Disponé como de vuestro”
(Lozana a Rampín, XIV). “Señora, por mi fe, que tengo de ser vuestro, y vos mía… y
más agora, que soy vuestro yo y cuanto tengo… Esta cadenica sea vuestra”
(Mastresala a Lozana, XIX).
Aquí no tomamos en cuenta el primer elemento del trato cortés: vuestra merced,
ya que lo vemos aparte.
7.6. Vuestra Merced
Vuestra Merced, que puede estar en minúscula, es el tratamiento de respeto y
humildad ante el interlocutor, y lleva el verbo en tercera persona. Y su frecuencia en
la Primera Parte es de 28. “¿Y cuándo quiere vuestra merced que partamos?”
(Lozana a Diomedes, IV). “¿Qué es lo que manda vuestra merced?” (Rampín a
Mastresala, XIX). “Ya lo he dicho a vuestra merced que busque una persona que
mire por casa, pues que ni vuestra merced ni yo podemos, que cuando duele la
cabeza todos los miembros están sensibles, y vuestra merced se confía en aquel judío
de Trigo” (Mayordomo al canónigo, XXIII).
Otros tratos de cortesía: Su merced 5 “Beso las manos de vuestra merced. Vení
vos, hermano, que lo manda su merced” (Valijero a Lozana y a Rampín, XIX). Su
señoría: 2 veces. Vuestra señoría (en el prólogo y dirigido a un supuesto noble, quizás el príncipe de Orange): 1. Vuestra excelencia 1 “Pues venga vuestra ecelencia”
(Rampín a Mastresala, XIX).
No tomamos en cuenta las expresiones: mi señor, señor mío, mi señora, señora
mía porque algunas veces se usa sin el adjetivo posesivo.
7.7. Tuteo
Es el trato de mayor a menor, de superior a subalterno, y entre personas muy
conocidas. Con el pronombre tú el verbo va en segunda persona del singular. En la
Primera Parte de “La Lozana Andaluza” hay una frecuencia de 78.
“Daca el aguapiés. Muda aquellas sábanas. Toma esa cabellera. Dale el escofia.
Descalza a su meced. Sírvelo porque él te dé la bieandada (propina)” (Lozana a
Rampín que se ha vuelto su criado, XIX).
“¡Ven abajo, daca un cojín…, apareja que coman algo de bueno!” (Trigo a su
esposa Tina, XVI).
Vecina: Española, ¿por qué no atas aquel puerco?
Lavandera: Anda, vete, bésalo en el buz del hierba.
Vecina: Bien, yo te aviso.
Lavandera: Pues mira, si tú me lo miras o tocas, quizá no será puerco por ti.
Vecina: Bien, espera.
Lavandera: ¡Va d’aquí, borracha, a un como tú he lavado la cara con cuajares!
(XII).
El tuteo también es usado en lo refranes como generalizador: “Ve do vas, y como
vieres, ansí haz, y como sonaren, así bailarás” (Trigo aconseja a Lozana, XXII). Este
refrán equivale a: A donde fueres, haz lo que vieres.
7.8. Mezcla de tuteo y voseo
Hay casos de mezclas de tuteo y voseo del mismo hablante refiriéndose al mismo
interlocutor, lo que nos hace pensar que el paradigma aún estaba inseguro.
“Dame acá ese morteruelo de azófar. Decí, hija, ¿echastes aquí el atanquía y las
pepitas de pepino?” (Napolitana a su hija, XI).
Tuteo: dame.
Voseo: decí, echastes.
“Disponé como de vuestro, con tanto que me lo tengáis secreto… ¡Aguza, aguza,
dale si le das!... Dormí, por mi vida, que yo os cobijaré. Quite Dios de mis días y
ponga en los tuyos, que cuanto enojo traía me has quitado. ¡Oh, pecadora de mí!, ¿y
despertéos?” (Lozana a Rampín en la primera noche de amor, XIV).
Tuteo: aguza, aguza, dale, das, tuyos, has quitado.
Voseo: disponé, vuestro, tengáis, dormí, os, os.
“Dilo tú, por mi vida… Duérmete… Andá, abridle” (Lozana a Rampín en
diferentes momentos, XXII).
Tuteo: di, tú, duérmete.
Voseo: andá, abrilde.
8. Comentario final
El voseo y sus fenómenos relacionados se iniciaron en España, de donde se
expandió a América después de 1492. En otro libro del siglo XVI encontramos estos
ejemplos: “Todo eso es así como vos, señor Antonio, lo habéis dicho.” (Luis a
Antonio, Tratado Primero). “Decías verdad; pero no se han de tomar las cosas tan
por extremo como vos lo hacéis” (Antonio a Bernardo, Tratado Segundo) ( Torquemada, Antonio de: “Jardín de flores curiosas”. Páginas 107, 216).
En América, Hernán Cortés en 1520 transcribe en castellano lo que dice que
Moctezuma le había dicho:
“A mí véisme aquí que soy de carne y hueso como vos… Ved cómo os han mentido;
verdad es que tengo algunas cosas de oro que me han quedado de mis abuelos: todo lo
que yo tuviere tenéis cada vez que vos lo quisiéredes; yo me voy a otras casas donde
vivo: aquí seréis proveído de todas las cosas necesarias para vos y para vuestra gente.
Y no recibáis pena alguna, pues estáis en vuestra casa y naturaleza” (Cortés, Hernán: “Cartas de relación”, segunda carta, 30 de octubre de 1520, p. 52).
Bernal Díaz del Castillo, en 1568, escribe lo que le dijo el gobernador de Cuba:
“Bien sé que pasastes muchos trabajos, y ansí es descubrir tierras nuevas para ganar
honra. Su Majestad os lo gratificará, y yo así lo escribiré, y ahora, hijo, volved otra
vez a la armada que hago, que yo mandaré al capitán Juan de Grijalva que os haga
mucha honra” (Díaz del Castillo, Bernal: “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”, cap. VII, p. 15). El mismo autor refiere que Hernán Cortés escogió al viejo Heredia
(“tenía mala catadura en la cara, y la barba grande y la cara medio acuchillada, y un
ojo tuerto, y cojo de una pierna, y era escopetero”) para asustar a los de Cingapacinga
(Tizapancinco) que eran malos vecinos: “Id con estos caciques hasta el río (que
estaba allí un cuarto de legua) y cuando allá llegáredes, haced que os paráis a beber
y lavar las manos, y tirad un tiro con vuestra escopeta, que yo os enviaré a llamar,
que esto hago porque crean que somos dioses, o de aquel nombre y reputación que
nos tienen puesto (culúa), y como vos sois mal agestado creerán que sois ídolo” (Díaz del Castillo, Bernal: Op. Cit. cap. XLIX, p. 83).
En las dos riberas del Océano Atlántico el voseo evolucionó de diferentes
maneras.
España: Usan tú y usted en singular; pero en plural prefieren vosotros. Vuestro,
como adjetivo y pronombre, está en uso. Os también está en uso como objeto directo
o indirecto.
América: Usan tú y usted en singular, pero en plural prefieren ustedes. En áreas
llamadas voseantes se usa, generalmente, vos con verbo en segunda persona del
plural, y en algunos lugares con verbo en segunda persona singular.
Bibliografía
Cortés, Hernán: “Cartas de relación”. Edit. Porrúa, México D.F., 1979.
Delicado, Francisco: “La Lozana Andaluza”. Edición de Claude Allaigre, Edit. Cátedra, Madrid, 1985. Edición de Ángel Chiclana, Edit. Espasa Calpe, Madrid, 1988.
Díaz del Castillo, Bernal: “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”. Edot. Porrúa, México D.F., 2002.
Echauri, Eustaquio: “Lengua latina”. Edic. Atlas, Madrid, 1944.
Fontanella, María Beatriz: “El español de América”. Mafre, Madrid, 1992.
Lapesa, Rafael: “Historia de la lengua española”. Gredos, Madrid, 1981.
Lausberg, Heinrich: “Lingüística románica”. Edit. Gredos, Madrid, 1985.
Mateos, Agustín: “Gramática latina”. Edit. Esfinge, México, 1940.
Menéndez Pidal, Ramón: “Manual de gramática histórica española”. Espasa Calpe, Madrid, 1958. Moreno de Alba, José: “El español en América”. FCE, México, 1988.
Quesada, Miguel Ángel: “El español de América”. Edit. Tecnológica, Costa Rica, 2000.
Real Academia Española: “Esbozo de una nueva gramática de la lengua española”. Espasa Calpe, Madrid, 1973.
Torquemada, Antonio de: “Jardín de flores curiosas”. Clásicos Castalia, Madrid,
1982.
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