LA EDUCACIÓN ES NUESTRA RESPONSABILIDAD Y ESPERANZA
Francisco Carranza Romero
Mana alli yachakushqa
runaqa purun chakram: El hombre sin buena educación es
tierra silvestre. Palabras que siguen resonando en mi memoria. Cuánta verdad en
este breve enunciado. Voces de mis mayores para que yo continuara los estudios
en la capital de la provincia. Entonces, en mi pueblo natal andino, había sólo una
escuela hasta el Segundo Año de Primaria. Y ahora, como protagonista de este proceso
educativo lento, largo y esforzado me atrevo a opinar.
Educación hasta los cinco
años.
El ser humano, al nacer, tiene sus sentidos aún inactivos. Después de unos días,
gracias a la activación de la vista, oído, gusto, olfato y tacto, comienza a
conocer el mundo donde le ha tocado nacer como por un destino. Sin embargo, en
el primer mes de su vida aún está en condiciones inferiores que muchos animales
que son ya casi autosuficientes para sobrevivir.
Cuando pasan los meses el
niño ya distingue a los seres de su entorno por la forma, color, sonido, olor, calor,
suavidad y variedad de expresiones humanas como el afecto, ira, amenaza... Comienza
a conocer los resultados de ciertos sonidos que emite y de sus llantos. Es el
proceso inicial de la realización lenta del homo sapiens.
Durante los primeros
cinco años experimenta y asimila muchos elementos culturales como lengua, creencias,
costumbres, valores y prejuicios que serán imborrables y hasta le marcarán su
personalidad. También comienza a experimentar las diferenciaciones. El de la
zona rural entra en contacto con la naturaleza y aprende a tratarla familiarmente.
El de la urbe entra en contacto con el cemento, plástico, máquinas y otras cosas
fabricadas.
Los padres son los
primeros modelos. Los padres laboriosos, honestos, de apertura mental y
afectiva y que cumplen lo que predican son buenos ejemplos para imitar. Pero,
un hogar con violencias verbales y golpes, con el fomento de odio y menosprecio
a otros, y que no viven según sus discursos determinan la conducta del niño
antes de la juventud y adultez.
Educación escolarizada.
La escuela es una institución que cumple los currículos para el tipo de
ciudadano que desea formar. El Ministerio de Educación de cada país propone el
diseño curricular. Sus objetivos principales son el desarrollo de la memoria y razón
que se miden en los exámenes. Muy pocas veces se valora la creatividad, el servicio
y el cuestionamiento sano del sistema oficial. Simón Bolívar escribe una carta
a su familiar: “Un hombre sin estudios es un ser incompleto” (Hildebrant, 2001,
p. 336).
Los factores geográficos
y socioeconómicos muestran las diferencias en esta etapa: escuelas de áreas
rurales y escuelas de áreas urbanas, escuelas de barrios pobres y escuelas de
barrios ricos, escuelas públicas y escuelas privadas.
La educación escolarizada
para un estudiante de la zona rural es difícil, lejos del hogar y en
condiciones económicas muy precarias porque los productos del campo, para
venderlos, tienen que ser transportados hasta el poblado más cercano al borde
de la carretera. Y no es gran cosa lo que se gana.
Viendo los resultados podemos
decir que la educación escolarizada, en general, está formando ciudadanos que miden
el éxito por el dinero que se gana. Muy poco se valora el servicio a la
sociedad, respeto del bien común y cuidado de la naturaleza. Por algo, muchos
profesionales prefieren laborar en la urbe que en la zona rural. Por la
política del centralismo la urbe ofrece mejores condiciones de vida. Aún más,
si es capital del país.
La educación escolarizada,
aunque ofrezca conocimientos y títulos, no es la panacea porque de sus aulas de
primaria, secundaria y superior egresan ciudadanos veraces y mendaces, leales y
traidores, honestos y corruptos, demócratas y dictadores, generosos y mezquinos,
solidarios e individualistas.
Influencia de la
sociedad. Fuera del hogar y de la escuela, el medio social (los
amigos de aula y barrio) influencia y hasta determina el desarrollo de la
personalidad.
Actualmente, los medios
de comunicación y los programas audiovisuales, especialmente los dirigidos a
los niños, son los que sin ningún cuidado crean la adicción y manipulan las
mentes de los menores. A los autores y a los que comercializan los videojuegos les
importa poco la educación de los menores; lo que les interesa es asegurar la
clientela para ganar dinero promoviendo la ludopatía. Es también una clase de
droga que afecta la salud mental y emocional. ¿No hay institución que fiscalice
y sancione a los responsables de la difusión de tantos videojuegos
estupidizantes y que fomentan la violencia?
A pesar de todo, la
educación bien planificada es la esperanza de la humanidad y de la naturaleza. Es
la verdadera revolución que puede crear una nueva tierra e historia con amor y
solidaridad. Y todos debemos participar en mejorar este proceso; es nuestra
responsabilidad.
“Aunque
el trueno destroce el monte, el sordo no oye.
Aunque el sol esté alto en el cielo, el ciego
no ve.
Somos
sanos y no taparemos oídos y ojos” (Kim Cheon-Taek, poema 34, pág. 50)
Alli pallayta munarninqa alli murukushun: Si queremos tener buena cosecha debemos cultivar con buena voluntad.
Referencias
Hildebrant,
Martha: 2001, “Léxico de Bolívar: El español de América en el siglo XIX”,
Quebector
World Perú S.A., Lima.
Kim,
Cheon-Taek (compilador): 2021, “Antología del canto coreano Sijo”, Verbum,
Madrid
(traductores: Hyesun Ko, Francisco Carranza
Romero).
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