domingo, 21 de febrero de 2016

ADIÓS AL DIRIGENTE CAMPESINO FRANCISCO CARRANZA

ADIÓS AL DIRIGENTE CAMPESINO
 
FRANCISCO CARRANZA

Francisco Javier Carranza Romero




Don Pancho Carranza con el sacerdote italiano Borroni en Quitaracsa


En la tarde del día de la Navidad, desde Caraz (capital de la provincia de Huaylas, debajo del nevado Huandoy, Perú) me llega la noticia por teléfono e internet que mi hermano mayor ha fallecido el 25 de diciembre de 2014 a las 11.50 am bajo el luminoso y cálido sol andino. Y yo, en Toronto (Canadá) en esos días, comparto el dolor de mi familia desde la lejanía. Entonces recuerdo la vida de mi hermano mayor, más conocido como Pancho Carranza.

¿Qué pasa cuando nace un niño en el campo?


Un niño campesino nace porque le llega la hora de nacer. Aunque su vivienda sea una casucha con techo de paja hay un ayllu (comunidad) que lo recibe con amor. Como testigos tiene a toda la naturaleza: cerros, ríos, animales, plantas, sol, estrellas, viento… Por eso, cuando crece va comprendiendo el amor de su familia y de su comunidad. Además, día tras día explora la naturaleza, y cuanto más la conoce, más la ama y así aprende a respetarla hasta que llega a llamarla patsa mama o pacha mama (madre naturaleza). El campesino, por esta temprana experiencia, no será fácilmente comprendido por el citadino que ve a la naturaleza sólo como un objeto para ganar dinero. Recuerdo a un presidente peruano que en 2009 llamó ignorantes a los nativos de Bagua (región de Amazonía) que protestaron pidiendo más respeto a su naturaleza. De verdad, ¿quién es el ignorante?


El dirigente campesino Pancho Carranza nació en el caserío de Quitaracsa (Áncash, Perú) el 11 de octubre de 1929, y desde la infancia exploró su entorno natural, por eso llegó a amarlo con emoción y razón. Él, cuando su esposa fue a laborar a Santa Cruz, fue el organizador de la Comunidad Campesina de Santa Cruz en la década de 1970 y el que se esforzó por el cumplimiento de la Ley de la Reforma Agraria bajo el principio: La tierra es para quien la trabaja. Por esta causa fue odiado, acusado y enjuiciado por algunos terratenientes acostumbrados a vivir de la labor ajena; ellos no se inscribieron como comuneros, respondieron prepotentes: “Nosotros no nos mezclamos con los indios”. “No nos igualamos a los cholos”. Los cargos que le imputaron fueron: instigador, perturbador del orden social y bandido. Por las relaciones y presiones de los terratenientes perdió el juicio en las instancias provincial y departamental. Pero, gracias a los buenos asesores del Ministerio de Agricultura, apeló a la Corte Suprema de Lima donde ganó el juicio. Los comuneros santacrucinos celebraron la victoria con el reconocimiento de mejores productores de cebada y trigo a nivel nacional. 


Mientras Pancho Carranza luchaba en el campo y en las salas del Poder Judicial, sus hijos y dos hermanos menores peleaban en las aulas de los centro educativos donde fueron reconocidos.

También recordé que en las décadas de 1980 y 1990 retornó a Quitaracsa, nuestro pueblo natal, donde fue el presidente que solicitó la posta médica, un colegio de educación secundaria y un teléfono público, construyó canales para irrigar los pastizales y comenzó la arborización en varias áreas… Tuvo discrepancias con los comuneros violentos porque se opuso a tomar los caminos. “El camino es un bien común, y todos tienen el derecho de transitar”, fue su argumento. 


En 2013 la Municipalidad Provincial de Huaylas, siendo alcalde el médico Fidel Broncano, le concedió el diploma y la medalla de ciudadano honorífico. Así se convirtió en el primer campesino de la provincia de Huaylas que recibió este reconocimiento.

Si yo, el hermano menor, no mencionara estos hechos nadie sabría sobre la trayectoria del dirigente campesino Pancho Carranza. Por toda su vida dedicada al servicio de sus hermanos campesinos él no desaparece con su muerte, vive en la memoria de los santacrucinos y quitaracsinos.

Alli ruraq runaqa manam wañuntsu, yarpaqninkunam kawatsiyan: La gente que obra bien no muere, los que lo recuerdan lo hacen vivir.




¿Qué pasa cuando muere un campesino? 

El día de su sepelio -dicen los que vieron o participaron- fue una ceremonia especial: Los familiares, las amistades de Caraz y los campesinos de Santa Cruz lo acompañaron hasta el cementerio al son de la banda de músicos que tocaba huaynos y pasacalles… Así, 
Pancho Carranza, se marchó a la otra región transparente desde donde contempla la historia de sus hermanos campesinos. Wawqillay, kananqa, shuutarillay: Hermano mío, ahora descansa, por favor.

PD: Por seguir el calendario católico él fue llamado Francisco. Y yo, por la misma razón, fui llamado Francisco Javier. Mi padre, cuando nos juntamos en la ciudad de Trujillo para celebrar sus cien años, nos dijo entre la broma y la seriedad: Ustedes tuvieron el mismo
nombre por si uno se ausentaba el otro tome el cargo de defensa de nuestra comunidad.








2 comentarios:

  1. SI... TODO LO ESCRITO SE RESUME EN ESTE RECORDATORIO.
    SIN EMBARGO FALTA COMENTAR DE QUE SIN SER MÉDICO CON DIPLOMA, HIZO LAS INTERVENCIONES QUE LOS MÉDICOS QUE LO CONOCIERON SE QUEDARÉ ASOMBRADOS Y EL SE FUE CURANDO A LA GENTE, PERO MAL LO DOBLEGÓ.

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  2. Taita Pancho para los sobrinos hijos de su hermana mayor Irene López Romero

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