miércoles, 24 de febrero de 2016

CASTELLANIZACIÓN DE TAEKWONDO: TECONDO

jueves, 21 de noviembre de 2013


CASTELLANIZACIÓN DE TAEKWONDO: TECONDO

Francisco Carranza Romero 

El siguiente artículo se refiere a la transcripción en alfabeto latino detaekwondo (transcripción romanizada literalmente), arte marcial coreano de defensa y ataque. Es un deporte oficial olímpico que desde las Olimpíadas de Verano de Sidney, 2002,  da varias medallas a la República de Corea más conocida como Corea del Sur. El autor es un prestigiado investigador peruano, profesor de la Universidad  de Corea y otras.

La palabra taekwondo en la lengua castellana es un préstamo léxico. Los hablantes recurren al préstamo de una palabra procedente de otra lengua en los siguientes factores: No hay tiempo ni intención para crear una palabra equivalente según su significado; la pereza mental y la falta de la planificación lingüística. Muy pocos países tienen una institución atenta para proponer equivalentes propios antes de que el neologismo llegue a convertirse en uso general. 


 MI PROPUESTA
La transcripción romanizada “taekwondo” del alfabeto coreano es más literal que fonética y debe ser adaptada en cada lengua según su sistema fonológico y ortográfico.

La palabra original, transcrita fonéticamente, es de tres sílabas [tӗ-kwon-do], y el idioma coreano es de silabemas. Aquí la sílaba “tӗ”  tiene la vocal “ӗ” abierta; pero la transcripción romanizada y más difundida “taekwondo” (ta-e-kwon-do) es de cuatro sílabas. Por allí comienza el problema. Para explicar mejor, parto de la pronunciación general coreana sílaba por sílaba.


TAE [tӗ] > TE (significa: patada): En esta sílaba la vocal “e” es abierta y simple, que los romanizadores coreanos la transcribieron con dos vocales abiertas “ae”. Así una vocal simple se convierte en dígrafa.


El préstamo léxico debe ser sometido al sistema fonológico y ortográfico de la lengua receptora. Es con este criterio que la palabra romanizada “taekwondo” debe ser castellanizada como “tecondo” según el cuadro fonológico y las reglas ortográficas del castellano.   


Hagamos un poco de historia sobre el castellano que es la lengua receptora. En el latín clásico había 10 vocales: cinco vocales largas y cinco vocales breves. En el latín vulgar de la Edad Media había desaparecido la diferencia de la duración vocálica; las vocales básicas a, i, u se habían simplificado, por eso tenía sólo siete vocales: a, e abierta, e cerrada, i, o abierta, o cerrada y u. El romance castellano, desde sus orígenes hasta ahora, solamente tiene cinco vocales: a, e, i, o, u porque todas se simplificaron.


La transcripción “tae” en castellano equivale a dos sílabas: ta-e porque no hay diptongo con dos vocales abiertas. Y esta pronunciación y separación silábica está lejos de la pronunciación y escritura originales. La transcripción de esta sílaba según el Alfabeto Fonético Internacional es con una “e” usando la cursiva mayúscula o poniendo un circunflejo sobre ella; pero nunca convirtiéndola en “ae”.


Por esta razón la forma castellanizada “te” (con una vocal simple) reproduce mejor la forma original coreana.

KWON >CON (puño): La pronunciación común de los coreanos es [kon] aunque los romanizadores escriban la semiconsonante “w”.


Debemos aclarar que la letra “k” (letra griega kappa) se usa en español solamente en casos muy especiales: kilo (palabra griega que significa mil), káiser (en latín Caesar) y kantiano (referente al filósofo Kant) o en nombres de personas. En otros casos, la tendencia es sustituirla por la letra latina “c” cuando está ante las vocales a, o, u. Así tenemos Corea, folclor. Es mejor escribir según el habla: tecondo.

DO (arte): Con esta sílaba no hay ningún problema. 
Después de ver el origen y la pronunciación de la palabra: tecondo tenemos sus derivados tecondistatecondismo, y son escrituras válidas para el castellano.


Por todo lo expuesto, la forma castellana “tecondo”, fuera de estar más cercana a la pronunciación original, facilita la pronunciación y escritura de los hispanohablantes. No es tan complicada como la transcripción anterior.


Ahora veamos los derivados de tecondo usando sufijos comunes en la lengua castellana.

TECONDISTA: El sufijo griego –ista se refiere a la ocupación, hábito, actitud  y afecto por una actividad. Con este sufijo tenemos muchas palabras que se refieren a actividades en ciencias, artes, deportes y otros campos: arpista, artista, beisbolista, ecologista, economista, folclorista, futbolista, golfista, lingüista, montañista,  tenista, violinista, voleibolista, etc.


Si algunos dicen “tecondoga” es por la influencia del japonés, por analogía con yudoca, y carateca. En el caso de “tecondoin”, en donde la sílaba “in” significa persona, explica la influencia del chino. El mundo hispánico recurre al sufijo –ista que ayuda a formar nuevas palabras.


TECONDISMO: El sufijo griego –ismo connota la idea de sistema, doctrina, adecuación y conformidad. El tecondo es concebido no solamente como actividad física sino también como desarrollo mental y espiritual, por eso podemos hablar de la doctrina del tecondismo. En español hay muchas palabras con este  sufijo –ismo: cristianismo, budismo, taoísmo, hedonismo, empirismo, masoquismo, etc.


Si los medios de comunicación han escrito hasta ahora “taekwondo” pueden también comenzar a escribir la forma castellanizada “tecondo, tecondista, tecondismo”, palabras que cumplen los criterios lingüísticos más propios del castellano. Así esta palabra coreana podrá ser aceptada en el nuevo Diccionario de la Real Academia Española. Pronto pueden seguir “quimchi, quimchicero, quimchicería”, ya que el quimchi es la verdura fermentada infaltable en la mesa coreana. 

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