MODERNIZACIÓN COMUNICATIVA
Y SUS CONSECUENCIAS
Francisco Carranza Romero
La rapidez seduce y reduce el tiempo necesario para la reflexión antes de emitir el mensaje. Si antes el error de la comunicación se justificaba con expresiones latinas: lapsus linguae (error de la lengua, error al hablar) y lapsus calami (error del cálamo o pluma, error al escribir), ahora es el tiempo del lapsus digiti (error del dedo, error digital) porque los dedos teclean con celeridad letras, números e íconos sin el debido control del cerebro.
Los nuevos aparatos de comunicación están cambiando el mundo. Son inventos maravillosos que nos conducen no sólo al bien sino también al mal, porque también son medios para ofender, calumniar, mentir, estafar, dominar… Son armas para que el cobarde y malvado hiera sin mostrarse, sin hacerse responsable.
El internet o la internet (hasta el género es dudoso) ha sacado del anonimato a mucha gente que ahora se hace autopropaganda hasta exhibiendo sus fotos.
Control desde una central
La tecnología de la información, al masificarse y globalizarse, se ha convertido en una industria muy lucrativa y del poder que erige nuevos poderosos (personas y países). Todos los usuarios de la nueva tecnología de información quedan registrados, y sus temas de comunicación también quedan archivados en una central. Los nuevos poderosos tienen acceso a todos los programas y archivos con facilidad; ergo, pueden manejar el mundo según sus intereses.
Además, como los datos de personas e instituciones están grabados, son objetivos preciados de los espías y ladrones que pueden vaciar los datos más confidenciales. Ante este terrible peligro se inventan los programas de protección de máquinas y datos, que también son lucrativos. Así el negocio sigue próspero.
Algunos países ya toman en cuenta los datos obtenidos de las grabaciones telefónicas y de internet para los procesos judiciales.
Depósito de todo
El internet, convertido en el depósito de datos, es una biblioteca inmediata porque tiene mucha acumulación de datos y porque cualquier usuario puede cargar los datos. Pero esta cantidad informativa no garantiza la calidad de los datos. Vivimos dando importancia más a la cantidad que a la calidad.
Para llevar los datos ya no cargamos papeles y libros pesados; un pequeño y liviano USB contiene mucho.
Cambios de conducta individual y social En la mesa, a la hora del desayuno o cena -porque para el almuerzo es poco posible el encuentro familiar por razones laborales o de estudio- cada comensal está más atento al celular o a otro aparato que a la persona a quien la acompaña. Los diálogos se reducen a respuestas lacónicas que hasta pueden llegar a simples sonidos nasales: ¡Um! ¡Mmm! que más parecen mugidos, gruñidos y bufidos. El diálogo oral mirándose cara a cara se está perdiendo. El diálogo generacional (de mayores y menores) se está muriendo. Entre los mismos miembros de la generación digital tampoco dialogan; prefieren enviarse mensajes e íconos para expresar sus estados sicológicos estando físicamente muy cercanos. ¿Esta situación es parte de la realidad virtual?
Los aparatos de comunicación, a pesar de darnos las ventajas de rapidez comunicativa, nos están separando. Las personas están más atentas al aparato que a otra persona. De la gente que ambula por la calle, siquiera una mitad va con el teléfono celular en el oído. ¿Hay urgencia de comunicarse? ¿Hay mucho que decir?
Nuevas palabras
Los hablantes hispanos, dentro de esta modernidad informática, recurren fácilmente a los préstamos léxicos del inglés. Estos préstamos son adaptados al español. En los ejemplos el inglés aparece entre paréntesis: chatear (chat), escanear (scan), jaquear (hack), tuitear (twitter)… Muy pocos hacen el calco semántico como en el caso de correo electrónico en vez de email, ratón en vez de mouse.
Rapidez comunicativa
Estamos viviendo la segunda década del siglo XXI y experimentando la rapidez de la comunicación escrita, hablada y de imágenes gracias a los avances de la tecnología de información. Las distancias geográficas ya no son barreras, por eso sentimos una aparente cercanía. Gozamos de las modernas comunicaciones visibles y audibles. Sin embargo, esta modernidad también afecta nuestras vidas.
Estamos viviendo la segunda década del siglo XXI y experimentando la rapidez de la comunicación escrita, hablada y de imágenes gracias a los avances de la tecnología de información. Las distancias geográficas ya no son barreras, por eso sentimos una aparente cercanía. Gozamos de las modernas comunicaciones visibles y audibles. Sin embargo, esta modernidad también afecta nuestras vidas.
La rapidez seduce y reduce el tiempo necesario para la reflexión antes de emitir el mensaje. Si antes el error de la comunicación se justificaba con expresiones latinas: lapsus linguae (error de la lengua, error al hablar) y lapsus calami (error del cálamo o pluma, error al escribir), ahora es el tiempo del lapsus digiti (error del dedo, error digital) porque los dedos teclean con celeridad letras, números e íconos sin el debido control del cerebro.
Los nuevos aparatos de comunicación están cambiando el mundo. Son inventos maravillosos que nos conducen no sólo al bien sino también al mal, porque también son medios para ofender, calumniar, mentir, estafar, dominar… Son armas para que el cobarde y malvado hiera sin mostrarse, sin hacerse responsable.
El internet o la internet (hasta el género es dudoso) ha sacado del anonimato a mucha gente que ahora se hace autopropaganda hasta exhibiendo sus fotos.
Control desde una central
La tecnología de la información, al masificarse y globalizarse, se ha convertido en una industria muy lucrativa y del poder que erige nuevos poderosos (personas y países). Todos los usuarios de la nueva tecnología de información quedan registrados, y sus temas de comunicación también quedan archivados en una central. Los nuevos poderosos tienen acceso a todos los programas y archivos con facilidad; ergo, pueden manejar el mundo según sus intereses.
Además, como los datos de personas e instituciones están grabados, son objetivos preciados de los espías y ladrones que pueden vaciar los datos más confidenciales. Ante este terrible peligro se inventan los programas de protección de máquinas y datos, que también son lucrativos. Así el negocio sigue próspero.
Algunos países ya toman en cuenta los datos obtenidos de las grabaciones telefónicas y de internet para los procesos judiciales.
Depósito de todo
El internet, convertido en el depósito de datos, es una biblioteca inmediata porque tiene mucha acumulación de datos y porque cualquier usuario puede cargar los datos. Pero esta cantidad informativa no garantiza la calidad de los datos. Vivimos dando importancia más a la cantidad que a la calidad.
Para llevar los datos ya no cargamos papeles y libros pesados; un pequeño y liviano USB contiene mucho.
Cambios de conducta individual y social En la mesa, a la hora del desayuno o cena -porque para el almuerzo es poco posible el encuentro familiar por razones laborales o de estudio- cada comensal está más atento al celular o a otro aparato que a la persona a quien la acompaña. Los diálogos se reducen a respuestas lacónicas que hasta pueden llegar a simples sonidos nasales: ¡Um! ¡Mmm! que más parecen mugidos, gruñidos y bufidos. El diálogo oral mirándose cara a cara se está perdiendo. El diálogo generacional (de mayores y menores) se está muriendo. Entre los mismos miembros de la generación digital tampoco dialogan; prefieren enviarse mensajes e íconos para expresar sus estados sicológicos estando físicamente muy cercanos. ¿Esta situación es parte de la realidad virtual?
Los aparatos de comunicación, a pesar de darnos las ventajas de rapidez comunicativa, nos están separando. Las personas están más atentas al aparato que a otra persona. De la gente que ambula por la calle, siquiera una mitad va con el teléfono celular en el oído. ¿Hay urgencia de comunicarse? ¿Hay mucho que decir?
Nuevas palabras
Los hablantes hispanos, dentro de esta modernidad informática, recurren fácilmente a los préstamos léxicos del inglés. Estos préstamos son adaptados al español. En los ejemplos el inglés aparece entre paréntesis: chatear (chat), escanear (scan), jaquear (hack), tuitear (twitter)… Muy pocos hacen el calco semántico como en el caso de correo electrónico en vez de email, ratón en vez de mouse.
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