domingo, 24 de diciembre de 2017

GUERRA Y PAZ, INACABABLE CONFLICTO HUMANO

GUERRA Y PAZ, INACABABLE CONFLICTO HUMANO 

FRANCISCO CARRANZA ROMERO

Guernica. Inspirado en el bombardeo de Guernica, España, durante la Guerra Civil española, Pablo Picasso completó su obra más famosa, en 1937. Esta obra intentaba representar el sufrimiento de la guerra y finalmente presentarse como un símbolo de paz. (https://plus.google.com/+PorelAmorDelArtE2012).


GUERRA, GUERRERO

Con la palabra “guerra” nos referimos al enfrentamiento violento de grupos humanos para matarse y destruirse en masa. Los que hacen la guerra se justifican argumentado que es un acto necesario para imponerse a la fuerza cuando no se puede por la razón. La palabra de origen germánico “guerra” ha superado en español a otras palabras de origen latino: pugna, bellum. Su campo semántico es muy amplio: desavenencia, enemistad, hostilidad, combate, lucha armada; pero en el centro están el odio y la violencia.

Y la historia de la humanidad está marcada por las guerras de conquista, apropiación de riquezas y sometimiento de las poblaciones vencidas; por eso hay instituciones que forman profesionales para la “Ciencia y Arte” de la Guerra. Hasta hay patronímicos: Guerra, Guerrero.


SI VIS PACEM, PARA BELLUM
Los conquistadores y expansionistas romanos decían: Si vis pacem; para bellum: Si quieres la paz; prepara la guerra. Desde entonces, hay instituciones que justifican la necesidad de vivir preparándose para la guerra. Y la ciencia se pone al servicio de la guerra.

Se habla de muchas clases de guerras: guerra fría, guerra sicológica, guerra sucia, guerra sorda, guerra santa, guerra sangrienta, guerra galana, guerra biológica, guerra química, guerra nuclear… En fin, se trata de una industria próspera que inventa el arma; luego, provoca conflictos para comprobar los efectos letales de sus inventos en todas las especies de la biósfera. 

Las guerras son propagandas reales del carácter mortal de las armas. Asegurada la venta de la nueva arma; inmediatamente se fabrica otra para anular sus efectos mortales. Así, la interminable cadena de fabricación de armas ofensivas y defensivas se convierte en negocio pujante. El principio Si vis pacem; para bellum, sigue vigente. El ser humano es un animal que goza de ejercer la violencia y dominación sobre otros de su especie.

¿Es científicamente correcto poner los conocimientos al servicio de la guerra? ¿Es arte el hecho de matarse entre los seres humanos? ¿Desde cuándo se han pervertido las palabras ciencia y arte? Preguntas de Ética que merecen respuestas. 

Para muchos el arte es la expresión de la reflexión y de la búsqueda de la belleza. El acto de matarse no es nada reflexivo; al contrario, es irreflexivo y carece de toda belleza. Sólo el enfermo mental puede hallar belleza en los actos de matar.

La guerra puede ser justificada sólo en la búsqueda de liberación y justicia ante las condiciones de opresión y humillación.


CIENCIA Y ARTE DE PAZ
Si hablamos de la protección del medio ambiente, también es tiempo de que hablemos de la protección de la ecología mental. Limpiemos el ambiente mental con ideas, ciencias y artes de paz. 

No sigamos repitiendo que el acto de matar en masa es ciencia y arte. ¿Por qué no hablamos de ciencia y arte de paz? En el hogar, en la escuela y en la sociedad eduquemos a las nuevas generaciones con estrategias de paz. La ciencia de paz sí es demostración de responsabilidad por la vida humana. El arte de paz sí es más reflexivo y más bello. Recurro a dos maestros asiáticos: Sidarta Gautama (siglo V a C) dijo: El odio no disminuye con el odio. El odio disminuye con el amor. Jesús también habló del amor al prójimo: Amaos los unos a los otros.

Si realmente optamos por la cultura de paz, superemos el principio romano añadiendo sólo el adverbio “non”; así tendremos: Si vis pacem; non para bellum: Si quieres la paz; no prepares la guerra. Este principio sí nos satisfará a todos. Nos hará más humanos.



viernes, 1 de diciembre de 2017

EL MORFEMA -KU EN EL QUECHUA ANCASHINO

Aporte Santiaguino. 9 (1), 2016: 157-170 ISSN 2070-836X

EL MORFEMA -KU EN EL QUECHUA ANCASHINO 
The –ku morpheme in the Ancash Quechua

Francisco Carranza Romero1

RESUMEN: Describe y analiza las diferentes realizaciones morfosemánticas del sufijo –ku en el quechua ancashino. La presencia del sufijo –ku en el quechua ancashino es abundante, además cumple diferentes funciones gramaticales y, consecuentemente, adquiere diferentes significados. La data analizada corresponde a los datos empíricos propios acopiados en varios años de investigación en las diferentes áreas que comprende el quechua ancashino. Se aborda el estudio desde la perspectiva de la lingüística descriptiva andina y se concluye puntualizando que el variado uso del sufijo –ku enriquece el discurso quechua; pero, al mismo tiempo, crea dificultades a los que aprenden el quechua como segunda lengua. 

Palabras clave: sufijo –ku, quechua ancashino; funciones gramaticales; morfosemnántica. ABSTRACT This article describes and analyzes the different morphosemantic realizations of the suffix –ku in Ancash Quechua. The presence of the –ku suffix in Ancash Quechua is abundant, besides fulfilling different grammatical functions and, consequently, acquires different meanings. The data analyzed correspond to the empirical data collected in several years of research in the different areas that comprise the Ancash Quechua. The study is approached from the perspective of Andean descriptive linguistics and it is concluded that the varied use of the –ku suffix enriches the Quechua discourse; but, at the same time, it creates difficulties for those who learn Quechua as a second language. Keywords: suffix –ku, ancash quechua; grammatical functions; morphosemantic. 

1 Instituto de Estudios de Asia y América, «Universidad Dankook», Seúl, Corea. 158
ICHIKLLACHAW Kay musyapakuyqa imanaw Anqash qichwachaw sufihu –ku tukuy laaya kanqantam willakamun. Kay sufihu –ku nishqan Anqash qichwachawqa atskam, hina tukuy laayamanmi tikran, hinaman tukuy laayaman niqninkuna tikran. Kay musyapakuy rurayqa kikin rimaqkunapitam atska watapiqnam ashir ashir ayllukashqa, Anqash suyuchawchaw llapan qichwa rimaqkunapita. Kay musyapakuyqa rurakashqa linguistika discriptiba antichaw kanqanpitam, ichik shimichaw kayta nishwan sufihu –ku, kayqa qichwa shimintsiktam kallpayaatsin, hinaman hukpiqqa qichwa yachakuqkunatam yachakuyninkunachaw sasayaatsin ishkay kaq shimina kanqanraykur. Pushaq shimikuna: ushaq pakishimi –ku; anqash qichwa; gramatika ruraynin; morfosemantika. 

INTRODUCCIÓN

La lengua quechua expresa las variaciones morfosemánticas agregando una o más partículas a una raíz o base. «El Quechua es una lengua aglutinante de tipo sufijante, lo cual quiere decir que las palabras se forman mediante la adición a la raíz de un conjunto de pequeñas partículas llamadas sufijos» (Julca, 2009: 52). La presencia del morfema –ku es abundante en los enunciados del quechua ancashino (Quechua I); su uso, combinación y distribución hacen cambiar el contenido del mensaje. Una advertencia: Transcribo conscientemente en todos mis trabajos la semiconsonante w en posición silábica prenuclear de los diptongos wa, wi (waka = adoratorio; wiyay = oír); pero, al margen de la norma ortográfica quechua, prefiero transcribir u a la semivocal en el margen final de las sílabas en los diptongos au, yu (waychau = huaychao (pájaro de la puna), yukris = zorzal; los sufijos –chau = en, –nau = como). Que me disculpen los académicos quechuas. El aprendizaje del alfabeto latino por los quechuas se complica cuando los alfabetos usados en el quechua y el castellano se distancian. Ya es bastante el uso de la grafía h (hache) en el quechua en vez de la grafía j (jota) del castellano. 

Otras advertencias sobre este trabajo: 1) Para diferenciar el quechua y el castellano recurrimos a las letras cursivas para el quechua; las normales para el castellano. 2) Las siglas: P = Pregunta; R = Respuesta; morf. = morfema. 

MATERIALES Y MÉTODOS

El universo de estudio comprendió la zona andina de Áncash. Para el acopio de datos se ha utilizado varias técnicas e instrumentos como la entrevista aplicada a los lugareños de los pueblos visitados, así como la revisión de materiales grabados y escritos de quechuahablantes. El trabajo de investigación se enmarcó en los casos de los estudios lingüísticos descriptivos debido a que el propósito principal fue pesquisar y describir de una manera pormenorizada las funciones gramaticales y semánticas del morfema –ku en el quechua ancashino. 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

1. –ku, interrogativo, disyuntivo, hipocorístico. 

1.1 Morfema Interrogativo. Este morfema –ku (–chu en Quechua II) es ubicado en el núcleo de la interrogación. Esta distribución ayuda a entender mejor el mensaje porque funciona también como topicalizador. Por esta razón, en la respuesta también se usa el sufijo topicalizador en donde fue el núcleo de la pregunta. 

Núcleo nombre
P. ¿Shantiku yanapamanqa? R. Manam, Shantiqa yanapashunkitsu. 
P. ¿Santiago me ayudará? R. No, Santiago no te ayudará. 

El nombre propio Shanti (hipocorístico de Santiago) tiene dos morfemas que también funcionan
Ayaku qupikun? R. Ari, ayam qupikun. 
P. ¿El alma aplasta? R. Sí, el alma aplasta. 

El nombre común aya (alma) tiene dos morfemas: -ku interrogativo; -m afirmativo topicalizador en la respuesta. El morfma –m (en distribución postvocálica simple) tiene su alomorfo –mi (en distribución postvocálica larga y postconsonántica). Aya qupikun (qupi-ku-n) = El alma aplasta. 

Es la creencia de que el espíritu errante del muerto se posesiona del cuerpo de un humano vivo para absorber su vitalidad física. Los que no creen, relacionan este hecho con la pesadilla (opresión en el pecho del que está durmiendo). 

Núcleo adjetivo
P. ¿Hatunku markayki? R. Ari, hatunmi markaa. 
P. ¿Es grande tu pueblo? R. Sí, es grande mi pueblo. 
El adjetivo hatun (grande) de la respuesta lleva el morfema –mi por terminar en consonante. 

Núcleo adverbio
P. ¿Qanyanku chaamurqayki? R. Ari, qanyanmi chaamurqaa. 
P. ¿Fue ayer que llegaste? (¿Llegaste ayer?) R. Sí, ayer llegué. (Sí llegué ayer y no otro día). 
Aquí también el adverbio qanyan (ayer) de la respuesta, lleva el morfema –mi por terminar en consonante. 

Núcleo verbo
P. ¿Shantiqa yanapamanqaku? R. Shantiqa yanapashunkitsu. 
P. ¿Me ayudará Santiago? (Dudo que Santiago me ayude) R. Santiago no te ayudará.
 
Como el castellano carece del morfema sufijal interrogativo, en la traducción se puede solucionar cambiando el orden del sintagma oracional: el núcleo de la interrogación precediendo a otros elementos). 

Como observamos en el diálogo superior, aparecen dos sufijos en la interrogación: Shanti-qa, topicalizador en el nombre; yanapamanqa –ku, interrogativo en el verbo conjugado. En la respuesta también hay dos morfemas: –qa en el nombre; –tsu negativo en el verbo. Sin embargo, el morfema interrogativo –ku (–chu en Quechua II) no aparece cuando se usan las palabras interrogativas o exclamativas como los pronombres pi (quién}, ima (qué); los adverbios may (dónde), imay (cuando), ayka (cuánto). 
¿Pitan kanki? ¿Quién eres? 
¿Imata ashillanki? ¿Qué busca usted? 
¿Maypita kayanki? ¿De dónde son ustedes? 
¿Imay yurirqayki? ¿Cuándo naciste? 
¿Aykata munayan? ¿Cuánto quieren?

1.2 Morfema interrogativo-disyuntivo. 
En este caso, los dos elementos de la disyunción llevan el morfema –ku. La interrogación puede ser directa o indirecta. ¿Ishtiku, Kalluku rikchanan? ¿Esteban o Carlos debe despertarse? 

Maa, pikunash shiqiyanqa: kurukunakush, nuqakunakush. 
A ver, quiénes van a ganar: los gusanos o nosotros. 

El morfema –sh (después de vocal simple; –shi después de vocal larga y consonante) da el matiz semántico de que este discurso es dubitativo o no es tan propio del hablante que está repitiendo una expresión de otro u otros. 

Kananqa, ¿puñukunkiku, watqankiku
Ahora, ¿te vas a dormir o vas a vigilar? 
Como se ve, se trata de oraciones interrogativas disyuntivas. 

1.3 Morfema hipocorístico.  
El morfema, pospuesto al hipocorístico, sirve para expresar mayor trato afectivo. 
Antuku (Antu-ku): Antonito 
Mañuku (Mañu-ku): Manuelito 
Shantaku (Shanta-ku): Santacrucito 
Shatuku (Shatu-ku): Saturninito 

Los hipocorísticos Antu, Mañu, Shanta, Shatu llevan el morfema –ku. Por la influencia del castellano también aparecen los femeninos Antuka, Mañuka, Shantaka, Shatuka (la apertura vocálica –ku > –ko trae su opuesto femenino terminado en –a), tal como hablan los bilingües. 

Este morfema afectivo –ku también se usa para los nombres comunes. Añaku es el trato cariñoso para añas (zorrillo, mofeta). Muchos narradores del mito Achicay o Achcay o Achquee (Callejón de Huaylas) dicen añaku (zorrillito, mofetita), al referirse al animal que se compadeció y protegió a la desgraciada niña que, perseguida por la malvada Achicay, huía llevando en su bolsa los huesos de su hermanito devorado por la malvada vieja: Añaku, piñaskir, Achikaypa ñawinman ishpapuykun (El zorrillito, enojándose, orinó hacia los ojos de Achicay). 


2. –ku, morfema verbal simple 

2.1 Enfático. Puede significar alegría, lamento y énfasis sensorial o factual según el momento y la acción. 
Qanyanpitana tamyakun. Llueve ya desde ayer. 

Fuera de una enunciación afirmativa, hay más significados según las circunstancias: Es expresión de alegría si la lluvia es después de una sequía (la terrible usya que causa el caos en el campo); pero es un lamento si es durante los días de mucha lluvia. Los cambios de tono también sirven para diferenciar los mensajes.

Aswaykiqa ima alli mishkikun. 
Tu chicha está muy deliciosa (Tu chicha está bien deliciosa). 

Aquí se elogia la dulzura o la exquisitez de la bebida. 
La expresión «bien deliciosa» (alli mishkikun) es una forma de superlativo muy usada en Perú. 
Hallqaqa alalaakunmi. 
La jalca hace frío intenso. 
Imanaachi, kananqa qilaakuumi. No sé que me pasa, ocurre que hoy siento pereza. 
Upa karchi, wañukuuman, ninki. Seguramente por ser un tonto dices, ojalá me muera. 
Como se ve en los ejemplos, las sensaciones pueden ser externas o internas. 

2.2 Reflexivo. Hay verbos que aceptan la acción reflexiva. 
Rirpuykichau rikaakurillaashaq. 
Por favor, permítame verme en su espejo. 
Lliqllipa rapranwan hampikullay. 
Cúrese con la hoja de la hierbasanta. 
Patsa waranqanyaq puñukushun. 
Durmámonos hasta que amanezca. 
El sustantivo patsa se refiere al mundo espacial y temporal. 

2.3 Provisionativo. El sustantivo se verbaliza porque es el objeto de la búsqueda y del hallazgo. 
Aku yantakuq. (yanta-ku-q). 
Vayamos a buscar leña. 
Kachikuqmi shamuu. (kachi-ku-q-mi). 
Vengo a proveerme de sal. 

Posiblemente, las siguientes expresiones han tenido el siguiente proceso de cambios: 
yantakuypaq (yanta –ku –y –paq) > yantakuq (sincopación de –y –pa…) leña -prov –inf –prop 
kachikuypaq (kachi –ku –y –paq) > kachikuq (sincopación de –y –pa…) sal –prov –inf –prop 
(prov: provisionativo; inf: infinitvo; prop: propósito).

2.4 Ponerse alguna prenda de vestir. El nombre de la indumentaria para vestirse o usar se verbaliza con –ku, y significa el uso o la acción de ponerse. 
Achay umata yanuptinmi tsukukuntsik. (tsuku-ku-ntsik). 
Nos ponemos el sombrero porque el sol sancocha nuestra cabeza. 
tsuku: sombrero –ku: morf. verbalizador del nombre –ntsik: morf. de primera persona plural que incluye al oyente.
Unkukuyta munaptiipis, unkuu kapamaantsu. (unku-ku-y-ta). 
Aunque quiera ponerme la túnica, qué mala suerte, no tengo mi túnica. 
unku: túnica –ku: morf. verbalizador del nombre –y: morf. de infinitivo –ta: morf. de objeto directo.
Ullqum punchukun; warmim hakukun. 
El varón usa el poncho; la mujer usa el manto. 
(El varón se emponcha; la mujer se enmanta) punchu: poncho –ku: morfema verbalizador del nombre –n: morfema de tercera persona; haku: manto –ku: morf. verbalizador del nombre –n: morf. de tercera persona.
Los casos de 2.3, 2.4 son muestras y razones de por qué el bilingüe quechua-castellano verbaliza con mucha facilidad el nombre. 

3. –ku, con morfema verbal compuesto
La distribución sintagmática del morfema -ku con otros morfemas verbales no es arbitraria. Esta combinación añade nuevos elementos al significado del tema verbal. 

3.1 Después de otro morfema verbal. 1) –pa –ku: acción breve y no intencional. El morfema –ku está después del morfema temporal –pa (indicador de que la acción es de duración breve). En esta estructura sintagmática el hablante expresa que la intención está ausente, o se supone ausente. Generalmente se refiere a hechos fortuitos. 

Puyñuta shumaq katay, ishkipakunkim (ishki-pa-ku-nki-m). 
Carga en tu espalda y con cuidado el cántaro, se te puede caer. 
ishki: tema verbal de ishkiy = caer; –pa: morf. de duración breve –ku: morf. de ausencia de intención; –nki: morf. de segunda persona verbal; –m: morf. aseverativo en distribución postvocálica simple. 

Taqay warmish shullupakushqa (shullu-pa-ku-shqa). 
Dicen que aquella mujer ha abortado. (Se supone que este hecho es una desgracia). 
shullu: tema verbal de shulluy = parir; –pa: morf. de duración breve; –ku: morf. de ausencia de intención; –shqa: morf. de participio pasado, acción concluida.

Wachapakuy (wacha-pa-ku-y). Parir accidentalmente. Parir sin estar conviviendo. 
wacha: tema verbal de wachay = parir; –pa: morf. de duración breve; –ku: morf. de ausencia de intención –y: morf. de infinitivo.

El siguiente ejemplo es otro: 
Allawchi, pachak watayuq karshi taqay awkisqa ishpapakun, ismapakun. 
Pobrecito, dicen que aquel viejo se orina y se caga por tener cien años. 
El ejemplo anterior, indudablemente, es un caso fortuito o desgracia. La estructura de los verbos del ejemplo: ishpa: tema verbal de ishpay = orinar; –pa: morf. de duración breve –ku: morf. de ausencia de intención –n: morf. de tercera persona verbal isma: tema verbal de ismay = cagar, defecar –pa: morf. de duración breve –ku: morf. de ausencia de intención –n: morf. de tercera persona verbal. En el caso de que la vocal final del morfema -pa llevara el cronema (fonema suprasegmental de duración) la nueva estructura es -paa-ku. Entonces, la acción es de más duración y con la participación de la voluntad. 

A continuación están los ejemplos con las vocales breves y largas, característica peculiar del quechua ancashino: 
Waqtachaw ishpapaakuy (ishpa-pa-a-ku-y). 
Orina afuera sin preocuparte de nada. (Es la exhortación que se hace al menor que quiere escuchar o participar en la conversación de los mayores). 

Aquí se da el par mínimo: ishpapakuy (orinarse) / ishpapaakuy (orinar despreocupado sin importar el tiempo). En los siguientes ejemplos se aprecian los significados diferentes por la ausencia o presencia del cronema. 
Nuqaqa musyapakuqmi chaamuu; manam musyapaakuqtsu. 
Yo llego aquí para informarme; y no para criticar. 
Otro par mínimo: musyapakuy (informarse) / muyapaakuy (criticar, hablar mal de otro). 

2) ra-ku: énfasis en la acción de duración indefinida. Este sintagma compuesto está formado por –ra (morfema verbal de duración indefinida) y –ku (morfema enfático). El morfema temporal –ra, como en los ejemplos siguientes, puede llevar el cronema en la vocal a para enfatizar la acción duradera. 
Rikaraakuyllatsu; alli yachakuy (rika-ra-a-ku-y-lla-tsu). 
No te quedes solamente mirando; aprende bien. 
Hitaraakuytsu; shaarir, imallatapis ruray (hita-ra-a-ku-y-tsu). 
No permanezcas echado; levantándote, haz siquiera algo. 

3) –ykacha-ku: énfasis en la acción repetida sin seriedad. Este sintagma está compuesto por –ykacha (morfema verbal de acción repetitiva y sin ninguna seriedad) y –ku (morfema enfático). 

Takita, wiyaskir patsa, sikita milluykachakunki; tushu pacha kanki (millu-ykacha-ku-nki).
Apenas oyendo la música contorneas tu cadera; eres un vicioso del baile. 
millu: tema verbal de milluy = contornear; –ykacha: morf. de acción repetida sin seriedad;
ku: morf. enfático –nki: morf. de segunda persona verbal.

Qipillaata yataykachakuytsu (yata-ykacha-ku-y-tsu). 
Por favor, no manosee mi bulto. 
yata: tema verbal de yatay = manosear, palpar, tocar; –ykacha: morf. de acción repetida sin seriedad; –ku: morf. enfático –y: morf. de imperativo en segunda persona –tsu: morfema negativo.

En el castellano el morfema –ear del infinitivo sirve, generalmente, para expresar la acción repetitiva. «Este sufijo es uno de los más activos en la derivación verbal en todas las variedades del español, particularmente en las americanas». «Expresan el ejercicio reiterado de una actividad» (NGLE, 2010, 8.3.1; 8.3.1f). 

4) –taq-ku: sorpresa negativa. Esta estructura del morfema aspectual –taq (ocurre que, sorpresa) con –ku (enfático) expresa la idea negativa. Y puede estar después del nombre, pronombre, adjetivo, adverbio y verbo. 
Después del nombre: Qapaqtaqku kanki (qapaq-taq-ku). Date cuenta, no eres dios. 
Después del pronombre: Nuqataqku (nuqa-taq-ku). Ocurre que yo no soy. 
Después del adjetivo: Allitaqku (alli-taq-ku). Ocurre que no es bueno. 
Después del adverbio: Qanyantaqku rikarqaq, qanyaatinmi (qanyan-taq-ku). Me consta que no fue ayer cuando te vi, fue anteayer. 
Después del verbo: Wamraykiqa rikchantaqku (rikcha-n-taq-ku). Ocurre que tu criatura no se despierta. 
rikcha: tema verbal de rikchay = despertar; –n: morf. de tercera persona verbal; –taq: morf. de sorpresa; –ku: morf. enfático. En este caso los morfemas –taq-ku van pospuestos al verbo ya conjugado por eso no se puede decir que se trata, propiamente, de morfemas verbales. 

5) –tsi-ku: acción en beneficio o perjuicio del sujeto. Este sintagma está compuesto por el morfema causativo –tsi y el enfático –ku; ambos expresan que la acción es en beneficio o daño del sujeto. Taqay awkisqa, mana qillqata riqirmi, qillqatsikullan (qillqa-tsi-ku-lla-n). Aquel anciano pide que le hagan el favor de escribir porque no conoce el alfabeto. 
qillqa: tema verbal de qillqay = escribir; –tsi: morf. verbal causativo; –ku: morf. enfático;
–lla: morf. de cortesía –n: morf. de tercera persona verbal.
Qillayniki kanqanyaq alli hampitsikuy (hampi-tsi-ku-y). 
Hazte curar bien mientras tengas dinero. 
hampi: tema verbal de hampiy = curar, remediar.
–tsi: morf. verbal causativo –ku: morf. enfático –y: morf. de imperativo en segunda persona.

6) –tsa-ku: transformación enfática. Estructura formada por el morfema transformativo –tsa y el morfema enfático –ku ; ambos expresan la transformación con énfasis. Si la vocal a (margen final del morfema transformativo) es de duración larga y expresa mayor énfasis. 
Yaqashqa awatam allitsakuu. (alli-tsa-ku-u).
Arreglo con dedicación el tejido dañado. 
Pukru rimaq pampata pampatsaakushun (pampa-tsa-a-ku-shun). 
Aplanemos con esmero la plaza hundida. 

3.2 Antes de otro morfema verbal. En esta estructura hay dos casos: 
1) –ku-ri: Combinación de énfasis e incoacción. El morfema –ku precede al morfema incoativo –ri. El tema verbal se enriquece con los semas enfático e incoativo. 

Chukru tantallatapis mikukurishun. (miku-ku-ri-shun) 
Comamos con gusto aunque sea el pan duro. 
miku: tema verbal de mikuy = comer; –ku: morf. enfático; –ri: morf. incoativo; –shun: morf. de imperativo o exhortativo de primera persona del plural. 

Pichi uraykaamun; maa, riqikurillay. (riqi-ku-ri-lla-y). 
Alguien está bajando hacia aquí; a ver, reconózcalo, por favor. 
riqi: tema verbal de riqiy = reconocer; –ku: morf. enfático; –ri: morf. incoativo; –lla: morf. de cortesía –y: morf. de imperativo de segunda persona.

2) -ku-yka: Acción con énfasis y en proceso de realización. El morfema enfático –ku precede al morfema progresivo –yka. El resultado es enfático y progresivo. 
Qishyakuykaptii chaaramunki. (qishya-ku-yka-pti-i) Llegas cuando estoy sufriendo por la enfermedad. 
qishya: tema verbal de qishyay = enfermar, estar enfermo; –ku: morf. enfático –yka: morf. verbal progresivo –pti: morf. subordinador temporal La vocal larga (ii) del margen final de la sílaba; –pti es la marca verbal de la primera persona del singular. 
Huchushqa rarqatam pirqakuykaa. (pirqa-ku-yka-a). 
Estoy levantado el muro de la acequia derrumbada. 


CONCLUSIONES 

El variado uso del morfema –ku enriquece el discurso; pero, al mismo tiempo, crea dificultades a los que aprenden el quechua como segunda lengua. Los quechuahablantes para expresar los hipocorísticos, aunque los nombres sean ajenos a su lengua, recurren a la palatalización: Shanti (Santiago), Ishti (Esteban), Kallu (Carlos), Mañu (Manuel, Manuela). La frecuente y fácil verbalización de los nombres es una característica del quechua. Y los bilingües quechua-castellano siguen con esta tendencia. 


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 
Carranza, Francisco. 2002 La cantidad vocálica en el quechua de Áncash. Lima: Homenaje
    a Luis Jaime Cisneros, Tomo I, Pontificia Universidad Católica del Perú. 
    2003. Diccionario del quechua ancashino – castellano. Frankfurt, Vervuert. 
Julca, Félix. 2009. Quechua ancashino: una mirada actual. Lima: Fondo Editorial del                Pedagógico San Marcos. 
Ortiz, Rescaniere. 1992. El quechua y el aymara. Madrid: Colecciones MAPFRE. 
Quilis, Antonio. 1981. Fonética acústica de la lengua española. Madrid: Gredos. 
Quilis, Antonio y Fernández, Joseph. 1975. Curso de fonética y fonología españolas. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas. 
Real Academia Española. 1973. Esbozo de una nueva gramática de la lengua española.              Madrid: Espasa Calpe. 
Real Academia Española. 2005. Diccionario panhispánico de dudas. Colombia: Santillán. 
Real Academia Española. 2010. Nueva gramática de la lengua española, (NGLE).                      Colombia: Planeta. 

miércoles, 18 de octubre de 2017

MÁQUINAS Y PROGRAMAS QUE ROBOTIZAN


MÁQUINAS Y PROGRAMAS QUE ROBOTIZAN

Francisco Carranza Romero


Resultado de imagen para LA TETA ASUSTADA HABLA POR CELULAR

F

LOS CELULARES SE HACEN IMPRESCINDIBLES

La humanidad está viviendo tiempos de comunicación auditiva y visual de mucha rapidez porque los mensajes se emiten y reciben inmediatamente. Unas pequeñas máquinas se han convertido en elementos muy importantes. Los textos (escritos o sonoros) y las imágenes son compartidos simultáneamente. Las distancias geográficas ya no separan. Todos los que tienen una máquina se sienten compartiendo las experiencias; solamente que no se pueden tocar. Es la “realidad virtual”, dicen los usuarios.

¿A qué virtud se refiere el léxico? Usando estas máquinas la gente siente comodidad y falsa felicidad. Quizás ésta es la “felicidad virtual”. Sin embargo, esta inmediata y objetiva comunicación poco ayuda a superar las barreras humanas que son resultados de los prejuicios. La expresión oral y escrita demuestra poca estética y poco contenido. Poco a poco nos estamos asemejando más y más a las máquinas y simios.

Los aparatos de comunicación -celulares en Hispanoamérica, móviles en España- contienen los datos personales e informaciones generales que se pueden averiguar con facilidad. Muchos salen del anonimato mostrando sus fotos y expresando necedades. Son archivos que pueden ser bien o mal usados. También son armas y herramientas para el engaño y la estafa, para el fomento del odio y la difamación. Los celulares, tal como se ven, poco sirven para hacer más fraternos a los usuarios.

POKEMON. Hace poco, los cazadores de pokemones anduvieron como unos idos persiguiendo los pokemones. Estos noveleros, con la mirada absorta en sus celulares, pisoteaban jardines, profanaban templos y lugares históricos, chocaban con otros transeúntes que podían ser también sus colegas idos; andaban que andaban cargados de ansiedad y emoción.

BALLENA AZUL. Algún enfermo mental, convertido en gurú, aconseja a los menores (por edad o desarrollo mental) que se laceren el cuerpo con figuras que les propone. Los seguidores, ya robotizados o estupidizados o drogados, se hacen cortes en el cuerpo comprometiendo su salud. El gurú virtual no asume ninguna responsabilidad, goza en su interior la insana satisfacción de cómo es fácil manipular, estupidizar y drogar a la gente.

EXTORSIONADORES CIBERNÉTICOS. Los ciberterroristas amenazan a personas e instituciones con bloquear sus programas, exponer los datos o contaminar con virus. Las víctimas del chantaje, para salvarse, deben enfrentarlos cibernéticamente o pagar con dinero cibernético (bitcoin). El cibercrimen es un nuevo crimen. Ni los grandes países están libres, ni las empresas más ricas se salvan, ni los ejércitos de los países más desarrollados tienen la seguridad de que sus datos confidenciales no sean profanados. Este terrorismo cibernético es más difícil de combatir porque el enemigo es invisible.

Cuando las centrales nucleares sean atacadas por estos criminales, el mundo estará en serio peligro. Entonces sí, el ejército de anónimos ciberatacantes decidirá la sobrevivencia o destrucción del mundo. Las máquinas en las manos de gente sin desarrollo espiritual son armas muy peligrosas porque sirven para dominar y humillar a las buenas o a las malas. La ciencia, así, no sirve para dar más tranquilidad al ser humano.

CAMPAÑAS POLÍTICAS. Hoy las campañas políticas se hacen con mensajes a través de las redes sociales. Los candidatos y hasta los presidentes tuitean con inmediatez que difunden más estupideces que mensajes bien pensados. La mentira, repetida muchas veces, se convierte en verdad para el receptor necio. Más mensajes, mejores resultados

TELEVISIÓN. Los programas, en su mayoría, presentan espectáculos de escándalos y entretenimiento de escasa creatividad como si estuvieran dirigidos a un público con bajo nivel de coeficiente intelectual. Muchos espectáculos son de poco contenido educativo. Y las noticias, cuanto más sensacionalistas son más recepcionadas. ¿Los directores de estos programas son de bajo nivel de creatividad? O, ¿el objetivo es dar más basura porque menosprecian a los televidentes? O, ¿el objetivo es idiotizar a los receptores?


jueves, 28 de septiembre de 2017

CARAZ, ENTRE EMOCIONES QUE CONTRASTAN

CARAZ, ENTRE EMOCIONES QUE CONTRASTAN 

 Francisco Carranza Romero



27 de setiembre-17

Cuando, después de unos años, uno vuelve a Caraz o Carás, ciudad capital de la provincia de Huaylas (Perú), se siente emociones que contrastan. 

Alegría y la chupa. El reencuentro con la familia y gente conocida en los escenarios de la vida pasada es siempre motivo de alegría y actualización de datos. Los abrazos y palmadas acompañan a las palabras emotivas y risas. Pero, lamentablemente, no falta algún caracino que no sabe celebrar el feliz reencuentro sin consumir alcohol. Éste, inmediatamente propone con su dejo lento: “Será motivo, pues. Esto merece un par de chelas heladas”. El visitante que entiende la propuesta ad pedem litterae accede y se sienta a compartir un par de vasos de cerveza. Pero, cuando se levanta y se despide comienza el problema. El que quiere seguir chupando lo insulta y lo califica de sobrado. El borrachín no perdona al que no comparte su vicio. Por eso, algunos caracinos están enfermos por el alcohol consumido sin control. Entonces, es cuando hay que saber con quién reunirse.


Perros en donde sea. Al caminar por las calles recordando los tiempos idos surgen las sorpresas desagradables porque hay que cuidarse de tantos perros que se han adueñado de las veredas, calles, mercados, restaurantes, plazas, templos, terminales de transporte terrestre y hasta en la entrada del hospital San Juan de Dios hay perros; detrás de este nosocomio los perros se pelean por los desechos arrojados allí. ¿Son perros con gustos de antropofagia? Esto hace recordar a Leoncillo y Becerrillo, perros de Vasco Núñez de Balboa, famosos por cazar indígenas que huían de los cristianos esclavistas. Esos perros alanos también se comían a los indígenas. Y ganaban mejor salario que los arcabuceros (Francisco López de Gómara: “Historia General de Las Indias”, cap. LXV). 
Los perros callejeros de todo color y tamaño orinan y cagan en donde sea ante la vista de la gente. Los machos prefieren las esquinas y postes para apoyarse alzando una pierna al orinar. Todos estos desechos, una vez secos, se mezclan con el aire que se respira. Los que viven y transitan por Caraz, seguro que se contaminan con los gérmenes y parásitos caninos. Por eso, no se debe esperar el brote de enfermedades que afecten a la gente. Más vale prevenir. 
Pasar la noche en hotel o casa particular es también incomodidad porque hay que soportar los ladridos, aullidos y peleas de perros vagos que compiten por espacios, hembras, o simplemente no saben arreglar sus problemas. 

¿Quién debe solucionar este problema de perros? El dueño del perro es el primer responsable porque, aunque tenga mucha canifilia, debe mantener su mascota dentro de la casa y no abrirle la puerta para que salga a vagar. Tener un animal es responsabilizarse de éste. Al pasearlo con cuerda por lugares fijados hay que portar bolsas para recoger las deposiciones. 
Las instituciones locales como el municipio, área de salud, área de educación y otras deben coordinar los planes y acciones para advertir a los dueños de los perros callejeros antes de sancionarlos. 
“Caraz Dulzura” es el calificativo por la elaboración y venta de dulces de todo tipo. Una buena atracción turística. Por su clima templado, desde tiempos prehispánicos, ha sido la tierra del árbol y fruto shawin (en quechua) que en castellano es conocido con la palabra caribeña “guayabo” (árbol) y “guayaba” (fruto). El caracino fue calificado en quechua como “shawin puqti” (mermelada de guayaba); pero ahora esta planta escasea. En 2017, Caraz es ciudad de perros, allqu marka. Y los que conviven sin solucionar el problema canino, poco a poco se están volviendo allqu traasa (de traza perruna).



lunes, 28 de agosto de 2017

INTERCAMBIO DE ENFERMEDADES DEL VIEJO Y NUEVO MUNDO EN SIGLO XVI

INTERCAMBIO DE ENFERMEDADES DEL VIEJO 
Y NUEVO MUNDO  EN SIGLO XVI
Francisco Carranza Romero 

Resumen 
Desde 1492, los primeros contactos de los indígenas de Europa y América crearon muchos problemas de convivencia. La conquista de América no fue solo el resultado de la superioridad de armas ni por los designios divinos, tal como han explicado algunos historiadores providencialistas. Hubo un factor muy importante: los europeos fueron portadores de nuevas enfermedades que en pocos días desolaron poblaciones enteras en el Caribe y en el continente. La viruela llegó a los territorios del sur antes que los mismos conquistadores. Pero también los españoles adquirieron una buba rara que luego llevaron a Europa. El siglo XI fue un intercambio de morbos.   

0. Introducción 

El intercambio de productos vegetales y animales, de concepciones, de objetos, de razas y de sistemas de vida se inició cuando los españoles llegaron a una isla del Mar Caribe el 12 de octubre de 1492. Pero, desde ese momento también estuvieron presentes los morbos propios de cada grupo humano.

Si los españoles llevaron las enfermedades del Viejo Mundo al Nuevo Mundo donde mataron a muchos indígenas, también se llevaron los males del Nuevo Mundo. En este trabajo nos ocupamos solamente de dos enfermedades de intercambio que se convirtieron en terribles pestes en cada lado del Atlántico.

Para esta investigación hemos consultado los siguientes autores y obras:

Francisco Delicado: “Retrato de la Lozana Andaluza”. Este libro fue publicado en Venecia en 1524 y consta de 66 mamotretos (capítulos) que aquí los mencionamos con el número romano sin tener que repetir la palabra mamotreto, que significa una mezcolanza de muchos temas, tal como es la obra. El autor nació en Córdoba (España), vivió en Roma, sufrió un mal nuevo que era vergonzoso, y aun más  por ser él un clérigo, pero se curó gracias al “palo santo” procedente del Nuevo Mundo. Y, como resultado de su curación, escribió: “Il modo de adoperare el legno de India Occidentale”. 

Hernán Cortés: “Cartas de relación”. El libro consta de cinco cartas escritas en diferentes fechas: desde el 10 de julio de 1519 hasta  el 9 de marzo de 1532. Cortés nació en Medellín (Badajoz) en 1485, hizo dos años de estudios en la Universidad de Salamanca. En 1504 (con sus diecinueve años) se embarcó hacia las Indias Occidentales. “El primero de febrero de 1519, a los treinta y cuatro años de su edad, Cortés zarpa de Cuba para ir a la cita con su destino”[1]. Es el viaje de conquista del continente americano. En 1521 conquistó México. En 1540 volvió a España acusado de muchos delitos. Sus grandes hazañas le acarrearon muchos enemigos. El 2 de diciembre de 1547 (a los sesenta y tres años) murió en Castilleja de Cuesta (Sevilla). 

Francisco López de Gómara: “Historia general de las Indias”. El libro fue publicado en Zaragoza en 1552 y tiene 122 capítulos. El autor nació en Gómara, un pueblo de Castilla la Vieja. Su ciclo vital: nació en 1511, nunca viajó al Nuevo Mundo pero obtuvo los datos de los soldados Andrés Tapia, Gonzalo de Umbría, y del mismo conquistador Hernán Cortés, de quien escribió una biografía. Murió en 1564.

Bernal Díaz del Castillo: “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”.  Finalizó la redacción de las crónicas en Guatemala en 1568. Consta de  214 capítulos, cuya primera edición se publicó en 1632 en Madrid. El objetivo del autor fue rebatir y corregir las crónicas erróneas como la de Francisco López de Gómara. No hay datos cronológicos exactos de Bernal Díaz. Posiblemente nació en 1496 en Medina del Campo (Cádiz). Cuando en 1563 Bernal Díaz se presentó en Guatemala como testigo a favor de doña Leonor de Alvarado, hija del adelantado Pedro de Alvarado, “[…] dijo que era de edad de sesenta y siete años” (Probanza de de Méritos de doña Leonor de Alvarado)[2]. En 1514 se embarcó hacia el Nuevo Mundo en la expedición de Pedro Arias de Ávila. Participó en la expedición de Hernán Cortés y fue uno de los protagonistas de la conquista de México. Falleció en Guatemala, probablemente en enero de 1584 a los 88 años. Este libro es rico en testimonios tempranos de México y de los países cercanos. Él mismo reconoce el valor histórico de sus datos y de la limitación literaria de su escrito: “[…] y yo como no soy latino, no me atrevo a hacer preámbulo ni prólogo […] para poderlo escribir tan sublimadamente como es digno fuera menester otra elocuencia y retórica mejor que no la mía; mas lo que yo vi y me hallé en ello peleando como buen testigo de vista yo lo escribiré” (palabras preliminares de la obra).

De los cuatro, sólo Hernán Cortés y Bernal Díaz viajaron al Nuevo Mundo; los otros dos, sin salir del Viejo Mundo, conocieron muchas cosas del ultramar gracias a sus informantes viajeros.


I. El mal del viejo mundo

 La enfermedad de la viruela que causó estragos en Europa pasó al Nuevo Mundo donde, en pocos días, desoló muchos pueblos. Los quechuas la denominaron yana muru (granos negros) diferenciando de puka muru (granos colorados, sarampión). El descubrimiento de la vacuna por Jenner en 1796 fue fundamental para la curación de este mal.

Los cronistas testimonian sobre los terribles estragos en el Nuevo Mundo.

 Hernán Cortés da tres referencias de la enfermedad: Primera: A mediados de diciembre de 1520: “[…] me partí de la Villa de Segura la Frontera, que es en la provincia de Tepeaca, […] y yo con veinte de caballo me fui aquel día a dormir a la ciudad de Cholula, porque los naturales de allí deseaban mi venida; porque a causa de la enfermedad de las viruelas, que también comprendió a los de estas tierras”[3]. (Tercera Relación, redactada el 15 de mayo de 1522 en Coyoacán, dirigida al emperador Carlos V).

Segunda, otro caso en Tlaxcala: “Y otro día, todos los señores de esta ciudad y provincia me vinieron a hablar y me decir cómo Magiscacin, que era el principal señor de todos ellos, había fallecido de aquella enfermedad de las viruelas, y bien sabían que por ser tan mi amigo me pesaría mucho”[4]. (Tercera relación).

Tercera: Refiere la muerte del enviado real a México: “…y en este tiempo el dicho Luis Ponce, juez de residencia, adoleció, y todos cuantos en el armada que él vino vinieron; de la cual enfermedad quiso Nuestro Señor que muriese él y más de treinta otros de los que en la armada vinieron; entre los cuales murieron dos frailes de la Orden de Santo Domingo que con él vinieron, y hasta hoy hay muchas personas enfermas y de mucho peligro de muerte, porque ha parecido casi pestilencia la que trajeron consigo”[5].  (Quinta Relación redactada el 15 de octubre de 1524 en Tenuxtitan (sic).

Francisco López de Gómara: Hablando del poblamiento de la isla La Española por los españoles, dice: “Más fuéles dañoso venir a poblarlo con españoles, porque les dieron viruelas, mal a ellos nuevo, y que mató a infinitos” (XXXII).

Bernal Díaz del Castillo menciona esta enfermedad seis veces: “Y volvamos ahora a Narváez y a un negro que traía lleno de viruelas, que harto negro fue para la Nueva España, que fue causa que se pegase e hinchiese toda la tierra de ellas, de lo cual hubo gran mortandad, que, según decían los indios, jamás tal enfermedad tuvieron, y como no la conocían, lavábanse muchas veces, y a esta causa se murieron gran cantidad de ellos. Por manera que negra la ventura de Narváez, y más prieta la muerte de tanta gente sin ser cristianos” (CXXIV).

“Ya en aquella sazón habían alzado en México otro señor, porque el señor que nos echó de México era fallecido de viruelas, y el señor que hicieron era un sobrino o pariente muy cercano de Montezuma” (CXXX).

“Como en aquel tiempo anduvo la viruela tan común en la Nueva España, fallecían muchos caciques” (CXXXIV).

“[…] cuando llegamos a Tlaxcala ya era fallecido de viruelas nuestro gran amigo, y muy leal vasallo de Su Majestad, Maseecaci” (CXXXVI).

Hablando de por qué los de Tezcuco y México no los atacaran, refiere: “[…] según pareció entre los mexicanos y los de Tezcuco tenían diferencias y bandos, y también como aún no estaban muy sanos de las viruelas, que fue dolencia que en toda la tierra dio y cundió” (CXXXVII).

“[…] otro día dijo Sandoval que se quería volver a Tezcuco, y los de Chalco le dijeron que querían ir con él para ver y hablar a Malinche y llevar consigo dos hijos del señor de aquella provincia que era fallecido de viruelas (CXL). El calificativo que los indígenas dan a Cortés es Malinche que significa: “capitán de Marina” (LXXIV, LXXV).

II. El mal del nuevo mundo

 Aunque los científicos dicen que han demostrado que el mal denominado treponema pallidum ya existía en el Viejo Mundo desde antes de 1492; pero este mal fue una novedad para los europeos. Por esta razón los escritores pensaron que había aparecido en 1494 en Nápoles con la llegada del ejército francés de Carlos VIII,  y fue conocido como morbo gálico, mal francés, mal napolitano. Si los científicos tienen razón, el caso narrado por los escritores sería el recrudecimiento de un mal muy antiguo. Los síntomas y nombres que dieron al mal fueron novedosos.

Francisco Delicado.
Reitero que el presente trabajo se basa en citas literarias. Y, como se podrá comprobar, Francisco Delicado es quien da más detalles del mal porque él mismo y la protagonista de su obra fueron también víctimas. El mismo autor dice que escribió “La Lozana Andaluza” para calmar su dolor: “así daré olvido al dolor” (Dedicatoria).  

1.       Síntomas.
1.1.  Una estrella en la frente, greñimón, picadura de mosca, incordio, buba.
Francisco Delicado: síntomas del mal que padece Lozana, una famosa prostituta española que vive en Roma.

En el mamotreto cuarto, al hablar del itinerario de Lozana antes de llegar a Roma, después de mencionar muchos pueblos bereberes, hay una rápida mención de Flandes. Quizás un juego evasivo del autor para no precisar el lugar donde Lozana se habría ganado la estrella en la frente.

En Marsella Lozana quedó pobre, triste, ultrajada y abandonada a su suerte. “Y sobre todo se daba de cabezadas, de modo que se le siguió una gran aljaqueca, que fue causa que le viniese a la frente una estrella, como abajo diremos” (IV). El autor avisa lo que se va a decir de la estrella en los mamotretos posteriores. Al final del mamotreto cuarto hay un dibujo de una estrella irregular de diez puntas.

En el mamotreto sexto relaciona la estrella con greñimón que también lo escribe griñimón, nombre antiguo de la enfermedad bubosa. Y la toca genovesa de Lozana sirve para ocultar o disimular el mal. Ella cuenta a su amiga Sevillana lo que una vieja prostituta “barbuda, estrellera, mundaria” había dicho de ella: “¿No veis que tiene greñimón? […] pensó que porque yo traigo la toca baja y ligada a la ginovesa, y son tantas las cabezadas que me he dado yo misma, de un enojo que he habido, que me maravillo cómo so viva; que como en la nao no tenía médico ni bien ninguno, me ha tocado entre ceja y ceja, y creo que me quedará señal.

Sevillana: No será nada, por mi vida. Llamaremos aquí un médico que la vea, que parece una estrellica (VI).

Aunque Lozana disimule su “estrella entre ceja y ceja”, la Sevillana la descubre y le da ánimo porque se buscará su curación.

Al final del mamotreto sexto también hay una estrella de diez puntas:

El judío Trigo también se da cuenta de la estrellita, aunque él la llama “picadura de mosca”: “Todo os dice bien; si no fuese por esa picadura de mosca (XVI).

El judío Valijero ya le había informado que en Roma había enfermas de greñimón: “Hay putas de botón de griñimón noturnas” (XX).

Lozana, en sus años ya de retiro de su oficio de puta, reconoce que su mal es incurable: “No hay tan asno médico como el que quiere sanar el griñimón (LIX).

El cliente enfermo Camerino entrega algo para que Lozana les compre remedio para el incordio que tienen: “Señora Lozana, ensalmános estos encordios, y veis aquí esta espada  y estos estafiles; vendedlos vos para melecinas” (LXIV). Está evidente que el mal del cliente se manifiesta con incordio que es tumor y buba. Estafiles son piezas del estribo.  

 Francisco López de Gómara: Al referir la conducta de los primeros españoles en Ciguaya, dice: “Desde aquella fortaleza (Santo Tomé de Cibao) salían a tomar vitualla y arrebataban mujeres, que les pegaron las bubas (XXII). En capítulo posterior explica sobre este mal: “Los de aquesta isla Española (Santo Domingo) son todos bubosos, y como los españoles dormían con las indias, hinchiéronse luego de bubas, enfermedad pegajosísima y que atormenta con recios dolores” (XXIX).

Bernal Díaz del Castillo: Sin especificar ni describir el mal, hace mención de algunos soldados españoles bubosos. “Y pasó un Rodrigo Rancel, que fue una persona prominente y estaba muy tullido de bubas; no fue en la guerra para que de él se hiciese memoria, y de dolores murió. Y pasó un Francisco de Orozco, que también estaba malo de bubas y había sido soldado en Italia […] Y vino un fulano Peinado, que se tulló del mal de bubas después de ganado México; murió en la Veracruz” (CCV). ¿El soldado Orozco se contagió en de bubas en Italia? Es que dos veces se menciona sus servicios en ese país: capítulos XXVI y CCV.

“Andrés de Monjaraz fue capitán cuando la guerra de México […] y como estaba muy malo de bubas, y a esta causa no hizo cosa que de contar sea […]; murió de dolor de las bubas (CCVI).

1. 2. Tabique nasal hundido. Boca hundida.
Francisco Delicado: Dos prostitutas hablan de Lozana recién llegada a Roma.
Beatriz: Hermana, ¿vistes tal hermosura de cara y tez? ¡Si tuviese asiento para los antojos! Mas creo que si se cura que sanará.
Teresa Hernández: ¡Andá ya, por vuestra vida, no digáis! Súbele más de mitad de la frente; quedará señalada para cuanto viviere. ¿Sabéis qué podía ella hacer? Que aquí hay en Campo de Flor munchos d’aquellos charlatanes, que sabrían medicarla por debajo de la banda izquierda (VII).

Es una clara lamentación al tabique hundido donde no se podrían asentar los anteojos o gafas; y que esa huella quedará para siempre. La expresión “banda izquierda” se refiere al bazo.

La española Lavandera también tiene la boca hundida y escaso pelo.
Lavandera: Ay señora! La humildad d’esta casa me ha hecho pelar la cabeza…
Lozana: ¿Y la humildad os hace hundir tanto la boca? (XII).

El autor refiriéndose a Lozana: “Ésta comprará oficio en Roma, que beneficio ya me parece que lo tiene curado, pues no tiene chimenea, ni tiene do poner antojos (XXIV). Clara alusión al mal que está visible en su nariz (chimenea) y en el tabique hundido que no puede soportar los anteojos.

El comendador alaba la locuacidad de Lozana: “¡Dóla a todos los diablos, y qué labia tiene! ¡Si tuviera chimenea!” (XXVII).

Lozana describe al personaje Trujillo, pero se refiere a la relación de nariz grande con sexo grande: “¿Qué señas daré d’él salvo que a él le sobra en la cara lo que a mí me falta?” (LI).  A ella le falta la nariz por la enfermedad que padece.

1. 3. Pérdida de pelos.
La alopecia hace caer los pelos de la cabeza y de las cejas (corona de Venus); pero ella, en los primeros días de su llegada a Roma aún conserva los cabellos y cejas.
Sevillana: Los cabellos os sé decir que tiene buenos. (VII).

Lavandera también sufre de alopecia: “La humildad d’esta casa me ha hecho pelar la cabeza (XII).
    
Divicia le increpa a Lozana de por qué no se ha podido curar la caída de cejas por la enfermedad: “¿Y vos los pelos de las cejas?” (LIV). A estas alturas, Lozana ya muestra la corona de Venus.

Lozana habla a uno de los cuatro palafreneros: “Vení vos, ¡oh qué tenéis de pelos en esta forma! Dios os bendiga; vería si tuviese cejas (LXIV). 

2.       Nombres del nuevo mal.
2.1. Mal de Francia.

 Francisco Delicado: 
Lozana: Decíme, ¿cuánto ha que estáis en Roma?
Lavandera: Cuando vino el mal de Francia. (XII).

La respuesta de Lavandera hay que completar con el siguiente dato histórico: En 1495 llegó el rey francés Carlos VIII con su ejército a Nápoles, entre los soldados ya había enfermos del extraño mal.  

En el diálogo del Auctor con Rampín, éste menciona el mal.
Auctor: ¿Qué ensalmo te dirá?
Rampín: El mal francorum. (XVII). El mal de los franceses, ya que usa el genitivo plural latino.

Lozana, en los primeros días de su estadía y trabajo en Roma, se informa por el valijero de las clases de putas, de sus procedencias y problemas.
Lozana: ¿Todas tienen sus amigos de su nación?
Valijero: Señora, al principio y al medio, cada una le toma como le viene; al último, al francés, porque no las deja hasta la muerte (XXI). Una clara alusión al mal francés que entonces aún no tenía remedio.  
  
Silvano habla de las putas ya enfermas: “Que como se hacen francesas o grimanas, es necesario que, en muerte o en vida, vayan a Santiago de las Carretas” (XLV). El hospital Santiago de las Carretas estaba lleno de enfermas del mal de Francia, grimana o greñimón.

En el siguiente diálogo de dos putas matreras hay datos de cómo y en dónde comenzó el mal. Divicia relaciona el mal con la lepra, pero sugiere su aparición en el puerto.
Lozana: No viene ninguna puta, que deben jabonar el bien de Francia. Dime, Divicia, ¿dónde comenzó o fue el principio del mal francés?
Divicia: En Rapalo, una villa de Génova, y es puerto de mar, porque allí mataron los pobres de San Lázaro, y dieron a saco los soldados del rey Carlo cristianísimo de Francia aquella tierra y las casas de San Lázaro, y uno (de los soldados) que vendió un colchón por un ducado, como se lo pusieron en la mano, le salió una buba ansí redonda como el ducado […] Después, aquél lo pegó a cuantos tocó con aquella mano […] Que por eso se dice: el Señor te guarde de su ira, que es esta plaga, que el sexto ángel derramó sobre casi la meatad de la tierra” (LIV). En los discursos anteriores hay mucha polisemia conceptista. “Bien de Francia” es eufemia del “mal de Francia”. El topónimo Rapalo tiene relación con el verbo “rapar” y la palabra “palo”. “Mano” tiene el sentido sexual masculino. “Sexto ángel” se refiere al diablo; y, como anota el editor: “Seis es número simbólico (el sexo, el demonio, el mal)[6].

Lozana piensa que el mal no tiene cura porque todavía no conoce el remedio llegado del ultramar: “Di que sanarás el mal francés, y te judicarán por loco del todo, que ésta es la mayor locura que uno puede decir, salvo quél leño salutífero” (LV).

Francisco López de Gómara: Relata cómo llamaron al mal los que no sabían sus orígenes: “Los otros llamáronle mal francés, creyendo habérselo pegado franceses” (XXIX).  

 2.2. Mal de Nápoles.
 Francisco Delicado:
Lozana: ¡Mira si son sesenta años éstos!
Divicia: Por cierto, que paso, que cuando vino el rey Carlo a Nápoles, que comenzó el mal incurable el año del 1488, vine yo a Italia (LIII). Aquí hay un error cronológico porque Carlos VIII, rey de Francia, entró en Nápoles el 22 de febrero de 1495. 

El compañero explica al autor: “Esta Lozana es sagaz, y bien mirado ha de todo lo que pasan las mujeres en esta tierra, que son sujetas a tres cosas: a la pensión de la casa, y a la gola, y al mal que después les viene de Nápoles (XXIV).

Lozana y Divicia hablan de la procedencia de la plaga, y la hipótesis es que habían echado sangre de perros y leprosos en vino y en agua que la gente bebía y se infectaba, y hasta hablan desde cuándo.
Lozana: ¿Y las plagas?
Divicia: En Nápoles comenzaron… Munchos murieron, y como allí se declaró y se pegó, la gente que después vino d’España llamábanlo mal de Nápoles, y éste fue su principio, y este año de veinte y cuatro (1524) son treinta y seis años que comenzó (LIV). Según esta cuenta habría comenzado en 1488; pero otro dato de la llegada del rey francés Carlos VIII a Nápoles fue en 1495. Hay un error de 7 años. Pero ya hay cierta alusión a España como origen del mal.

Francisco López de Gómara: Habla de los soldados españoles enfermos de bubas en la isla Española: “Sintiéndose atormentar y no mejorando, se volvieron muchos de ellos a España por sanar, y otros a negocios, los cuales pegaron su encubierta dolencia a muchas mujeres cortesanas, y ellas a muchos hombres que pasaron a Italia a la guerra de Nápoles a favor del rey don Fernando el Segundo contra franceses, y pegaron allá aquél su mal. En fin se les pegó a los franceses; y como fue a un mismo tiempo, pensaron ellos que se les pegó de italianos, y llamáronle mal napolitano (XXIX). 

Carreta
Francisco Delicado:
Valerián: […] a ellos doman ellas, y a ellas doma la carreta (XXX). Según el editor se refiere al mal que ya padece Lozana.

En la “Historia general de las Indias” (Franciso López de Gómara), escrita 28 años después de el “Retrato de Lozano Andaluza” (Francisco Delicado), ya hay un breve reconocimiento de que los españoles fueron los portadores del mal. “Empero también hubo quien le llamó sarna española (XXIX). El cronista cita a autoridades que estudiaron el mal: “Hacen mención de este mal Joanes de Vigo, médico, y Antonio Sabelico, historiador, y otros diciendo que se comenzó a sentir y divulgar en Italia el año de 1494 y 95” (XXIX). Los datos cronológicos son los más cercanos a los primero viajes de los españoles al Nuevo Mundo. Este mismo cronista escribe de que el mal no se quedó en Europa sino que fue llevado a India: “[…] y Luis Bertomán, que en Calicut por entonces pegaron a los indios este mal de bubas en viruelas, dolencia que no tenían ellos y que mató infinitos” (XXIX).


III. La medicina procedente del nuevo mundo

Leño o leña de Indias Occidentales, palo santo.

Francisco Delicado:
Lozana habla de la planta medicinal llegada desde el Nuevo Mundo: “Ya comienza a aplacarse (el mal) con el leño de las Indias Occidentales. Cuando sean sesenta años que comenzó, alora cesará” (LIV). Pronostica que el mal será superado a los sesenta años de su aparición, en 1548 según sus cálculos. El uso de seis décadas, otra vez, tiene la connotación sexual por el número seis, que en latín es sex.

Sin embargo, Lozana no conoce por tratamiento propio el remedio venido del Nuevo Mundo: “Di que sanarás el mal francés, y te judicarán por loco del todo, que ésta es la mayor locura que uno puede decir, salvo quél leño salutífero (LV).

Sobre el palo guayaco, Delicado escribió un tratado como él mismo lo declara en su “Cómo se escusa el autor”, que aparece después de los 66 mamotretos del Retrato de La Lozana Andaluza: “Y en el tratado que hice del leño de India, sabréis el remedio mediante el cual me fue contribuida la sanidad”. Por ser un enfermo del mal de Francia es que pudo describir con detalles los síntomas de esta enfermedad. 

 Francisco López de Gómara:
“Así como vino el mal de las Indias, vino el remedio, que también es otra razón para creer que trajo de allá origen, el cual es el palo y árbol dicho guayacán, de cuyo género hay grandísimos montes. También curan la misma dolencia con palo de la China, que debe ser el mismo guayacán o palo santo, que todo es uno. Era este mal a los principios muy recio, hediondo e infame; ahora no tiene tanto rigor ni tanta infamia” (XXIX). Al hablar de la isla Boriquén (Puerto Rico) agrega: “Hay también mucho guayacán, que llaman palo santo, para curar de bubas y otras dolencias” (XLIV).

Las medicinas como el guayacán (siglos XV y XVI), el salvarsán y el neosalvarsán (inicios del s. XX) no fueron tan eficientes en todos los casos; sólo después del descubrimiento de la penicilina es que la terrible enfermedad venérea ha llegado a tener curación.

 IV. Comentario final


La rápida conquista de América no se debió sólo por la superioridad de armas de los españoles; también hubo un factor muy importante que poco se ha tomado en cuenta en las historias: la llegada de nueva enfermedad que en poco tiempo mató más indígenas que los conquistadores. Los indígenas, al ver que los forasteros no morían de la peste que los estaba matando, los llamaron teules considerándolos poderosos y con naturaleza divina. Y los españoles, conocedores de este trato espcial, hicieron todo lo posibles para no perder esa calificación. “Y a esta causa, […] nos llamaron teules, qu es, como he dicho, o dioses o demonios”[7]. [...] y enterramos el muerto en una de aquellas casas que tenían hechas en los soterraños, porque no lo viesen los indios que éramos mortales, sino que creyesen que éramos teules como ellos decían”[8].

En las primeras relaciones de grupos humanos diferentes, naturalmente, hay intercambios de morbos que se convierten en pestes por no haber defensa ante nuevos microorganismos. Si la viruela fue la causa de la muerte de muchos americanos; la sífilis también causó estragos en la población europea.

El novelista Mario Vargas Llosa al narrar la vida del pintor francés Paul Gauguin (París 1848 – Atuona, Islas Marquesas, 1903) en su novela “El paraíso en la otra esquina”, no menciona ni una vez la palabra sífilis, prefiere llamarla “la enfermedad impronunciable” 17 veces; y una vez la llama “la maldita”. Aquí están algunas citas de la novela: “[…] traías dentro de ti la enfermedad impronunciable, Paul. Una marca infamante, pero, también, tu credencial de hombre sin frenos”. ¿Quién le había contagiado este mal? ¿Dónde? Refiriéndose a una prostituta conocida como vagina dentata, dice: “¿Te había contagiado ella la enfermedad impronunciable? […] ¿A esa negra panameña debías que se te hubiera debilitado la vista, que te fallara el corazón, que las piernas se te hubieran llenado de pústulas?”  p. 246. Paul Gauguin, como los españoles del Siglo XV, se contagió en América.
 


[1] Manuel Alcalá: Nota preliminar de “Cartas de Relación” de Hernán Cortés, p. XI
[2] Bernal Díaz del Castillo: “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”, pp. 656-7.
[3] Hernán Cortés: “Cartas de Relación”, pp.104-105.
[4] Ibidem.
[5] Ibidem.
[6] Ibidem: Nota 8. Mamotreto LIV, p. 429.
[7] Bernal Días de castillo, cap. XLVII, p. 80.
[8] Ibid. Cap. LXV, p. 113.

Bibliografía
 
 Carranza Romero, Francisco: “Diccionario quechua ancashino – castellano”. Edit.
Vervuert, Madrid, 2003.
Cortés, Hernán: “Cartas de Relación”. Edit. Porrúa, México, 1979.
Delicado, Francisco: “Retrato de la Lozana Andaluza”. Edit. Cátedra, Madrid, 1985.
Díaz del Castillo, Bernal: “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”. Edit.
Porrúa,México D.F., 2002.
Fernández, Adela: “Diccionario ritual de voces nahuas”. Edit. Panorama, México D.F.,                1985.
Gómez de Silva, Guido: “Breve diccionario de la lengua española”. FCE, México D. F.,             1985.
López de Gómara, Francisco: “Historia general de las Indias”. Biblioteca Ayacucho,                  Caracas, 1979.    
Vargas Llosa, Mario: “El paraíso en la otra esquina”. Edit. Alfaguara, Bogotá, 2003.