sábado, 20 de agosto de 2016

EN ASIA, LA SAUNA ROMPE LOS TABÚES

EN ASIA, LA SAUNA ROMPE LOS TABÚES 

Francisco Carranza Romero



(Escribo este artículo en Seúl gozando la sauna).

Cuando un ignorante del mundo asiático piensa o se imagina sobre este vasto y superpoblado continente hay dos o, quizás, tres posibilidades generales:

1. Gente de ojos rasgados, de pelo negro y lacio, y de piel amarillenta. Nos estamos refiriendo a los asiáticos del Extremo Oriente: chinos, japoneses, coreanos, taiwaneses… Lao Tse y Confucio son de esta área. Pero la Siberia asiática es blanca.

2. Gente de ojos grandes, de pelo negro ya lacio o rizado y de piel más oscura que blanca. Son los asiáticos de Medio Oriente y del área de India y de sus vecinos Paquistán, Nepal, Afganistán... Cito en orden cronológico a tres maestros de esta zona: Sidarta Gautama (el último Buda), Jesús y Mahoma.

3. Gente de ojos rasgados o grandes, de pelo negro ya lacio o rizado, de piel oscura. Son los del sudeste asiático, continentales e insulares: los continentales vietnamitas, tailandeses, camboyanos… Los insulares filipinos, malayos e indonesios…

El continente de Asia, como se ve, es geográficamente tan grande como culturalmente tan heterogéneo.

En la sauna todos se desnudan
Cuando un visitante americano (me refiero al continente) u europeo me pide información sobre la República de Corea, país que más conozco, hablo de la sauna, los saludos, los gestos y de otras particularidades gastronómicas.

Les informo sobre la realidad antropológica dentro de la sauna, una experiencia espectacular. En cualquier barrio coreano hay muchas saunas que funcionan las 24 horas. El precio de entrada oscila entre 6 y 8 dólares estadounidenses. Está al alcance de todos. Generalmente, las saunas están en los pisos bajos de los edificios por temor a las filtraciones de agua, vapor y calor. El acceso es común hasta la mesa de pago; luego, dos puertas hacia el interior separan a los clientes con los íconos de varón y mujer más las palabras en alfabeto coreano. Por los íconos no hay confusión. Yo no conozco sauna para ambos géneros.

Cuando los amigos no coreanos me han visitado, los he llevado a la sauna para que, fuera de bañarse, conozcan la realidad desnuda de Corea. Los zapatos quedan en la entrada, en una caja numerada cuya llave se presenta al controlador interno quien da la llave de la cabina para guardar la ropa. Pasando una puerta de vidrio están las pozas de agua tibia, caliente y fría; habitaciones de vapor seco, húmedo y de rayos infrarrojos. Los fuertes chorros de agua que salen de la pared, cuando se presiona un botón, es el masajeador hídrico. La gente desnuda, totalmente, goza de los espacios amplios. Allí los amigos se encuentran, los abuelos con los hijos y nietos conversan y se ayudan a quitarse la mugre de la piel con toallas ásperas.

El extranjero que entra a la sauna, naturalmente, primero es examinado de reojo; después, frontalmente. Luego, pasada la curiosidad, cada quien hace lo que quiere para bañarse mejor sin preocuparse del tiempo porque -si alguien quiere- hasta puede dormir en otros ambientes secos poniéndose ropas preparadas. Si tiene hambre, puede pedir por teléfono a los restaurantes vinculados con la sauna que, prestos, llevan la comida. Hay también una sala de descanso con televisor, teléfono público, servicios higiénicos, máquinas con bebidas frías. Cuando sobran horas para continuar el viaje, la sauna es el mejor lugar de descanso.

Algunos amigos mexicanos han gozado de la sauna coreana y hasta han visto a los monjes budistas de cabezas rapadas y totalmente desnudos, sentados en flor de loto, recibiendo chorros de agua fría. Entre los amigos peruanos, uno se sintió incómodo y sorprendido en los primeros momentos porque no se había imaginado que los coreanos (de apariencia recatada hasta en el saludo, pues hacen venias a distancia como para no ser tocados), dentro de la sauna andan desnudos exhibiendo todo; y, de qué modo.

-Padre, usted, antes que sacerdote es un hombre -traté de calmar al cura peruano-. El cuerpo humano no es un tabú. Ver el desnudo y desnudarse en la sauna tampoco es pecado.

-Bueno, bueno. Debo tomar esta experiencia como una lección del viaje y de la vida.
El sacerdote, después de esta experiencia, afuera se rio con todas las ganas, como si se hubiera liberado de muchas ataduras: Los prejuicios son culturales. Fue su conclusión.

Loas asiáticos y americanos, antes de la presencia cristiana, eran muy amantes de los baños de sauna en las fuentes termales. Por eso representaron cuerpos humanos desnudos y actos sexuales en cerámicas (los mochicas, Perú), en esculturas (Kamasutra, India) y en pinturas (China). Por suerte, los religiosos prejuiciosos no los vieron o no los dejaron ver; de lo contrario, los habrían destruido por considerarlos pecaminosos.


viernes, 5 de agosto de 2016

TODOS SOMOS INDÍGENAS

TODOS SOMOS INDÍGENAS

FRANCISCO CARRANZA ROMERO

Prejuicios del ignorante

Aprovechando las facilidades que nos brinda el uso de internet, el 24 de septiembre de 2004 entré a la página web de la revista peruana Caretas, publicada en Lima, edición # 1841 del 23 de septiembre. Allí leí un artículo titulado: “Indios en Washington” donde el autor expresa abiertamente sus prejuicios raciales. Al informar sobre las actividades del presidente peruano en los Estados Unidos, dice: “Toledo asistió a la inauguración del Museo de Indios de América (sin alusiones personales). Después de leer este artículo con varias referencias prejuiciosas, me puse a pensar: ¿Ese periodista habría leído algún libro actual de Ciencias Sociales? De haberlo leído, quizás no habría comprendido ni asimilado los cambios del pensamiento, porque en las Ciencias Sociales, desde hace muchas décadas, se usa la palabra “indígena” –de origen latino que significa: nativo, aborigen, originario– en vez de la palabra “indio”.

Con la palabra “indígena”, todos somos indígenas de algún lugar, incluyendo al autor del artículo mencionado. Y, abarcando la dimensión continental, tenemos indígenas de América, indígenas de Europa, indígenas de África, indígenas de Asia e indígenas de Oceanía. Desde ahora, preparémonos para el futuro cuando nos encontremos con los seres de otros planetas y estrellas; entonces, los terrígenas estaremos unidos o desunidos frente a los alienígenas. 

Repasemos un poco la historia

El error comenzó con Cristóbal Colón que creyó que en el 12 de octubre de 1492 había llegado a India siguiendo una ruta contraria, por eso denominó “indios” a los caribeños.

Los europeos, aun después de comprobarse el error de Colón, siguieron usando la palabra “indio” para referirse a la gente no europea ni cristiana. Después le añadieron la carga semántica de desprecio e insulto. Entonces, “indio” llegó a significar: bárbaro, salvaje, ignorante, no civilizado, no europeizado, de color más oscuro que los europeos, etcétera.

Por esos mismos días de la edición de la revista peruana (septiembre de 2004) se celebró un simposio en la universidad coreana donde laboro: “Reading Indian Literature in Cultural Text”. Cuando asistí comprobé que el evento había sido organizado por el Departamento de Hindi y era sobre la Literatura de India. El adjetivo “indian” estaba bien usado, porque los indios son los pobladores de India. Y, qué coincidencia, por esos días también recibí un folleto (México: dónde estamos y hacia donde vamos), impreso y publicado en México con varias páginas sobre el apoyo a los indígenas de ese país, aquí cito un párrafo: “El Sistema de Radiodifusoras Culturales Indigenistas cuenta con una cobertura potencial de 22 millones de radioescuchas, de los cuales, 5.5 millones son indígenas. Transmite en 31 lenguas”. La palabra indígena se repite muchas veces, y ni una vez usa la palabra “indio”. Indudablemente, los redactores de este folleto están más actualizados que el periodista peruano de la revista limeña. Oyendo hablar a alguien podemos saber quién es; asimismo, al leer lo que alguien escribe podemos saber quién es.

Volviendo a la revista peruana. La respuesta, en el siguiente número, a algunos que criticaron el artículo no fue de asumir el error sino de justificación aduciendo que “indio” es una palabra usada. Ampararse en la ley del uso es muy cómodo; pero, al mismo tiempo, irresponsable. En inglés también los intelectuales usan “indigenous” en vez de indian. Todo el problema está en la voluntad y el esfuerzo de actualizarse para superar los antiguos prejuicios basados en el color de la piel y en algunas diferencias del modus vivendi.

El dramaturgo mexicano Tomás Urtusástegui me comentó que fue en Perú, más que en ningún país de América, donde había comprobado el fuerte racismo de los de la piel clara contra los de la piel oscura.

Mientras en Perú se sigan fomentando los prejuicios raciales, culturales y regionales será muy difícil realizar la integración nacional tan deseada y necesaria.

Lo indígena no debe ser usado solamente como un anzuelo exótico para atraer a los turistas extranjeros, porque es parte fundamental y viva de la realidad nacional.

“CANTO GENERAL” DE PABLO NERUDA EN LENGUA COREANA

domingo, 11 de septiembre de 2016


“CANTO GENERAL” DE PABLO NERUDA 

EN LENGUA COREANA

Francisco Carranza Romero


La escritura y construcción del libro “Canto General” fue un proceso que duró muchas décadas de investigación sobre el continente americano, de paciente selección de imágenes y de lucha intensa con las palabras. Pablo Neruda (seudónimo del chileno Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, 1904-1973) realizó la paciente labor de escribir esta epopeya con pensamiento, sentimiento y voz de un americano. Para muchos críticos, este libro es su mejor expresión poética.

La traducción al coreano también ha sido una labor de varios años por las siguientes dificultades: El conocimiento de las realidades geográficas, históricas y culturales del continente americano. La obligación de estudiar los significados de los nombres de lugares, plantas, animales y costumbres. La difícil comprensión del lenguaje metafórico; luego, la búsqueda de sus equivalentes en lengua coreana. Hasta los mismos hispanos sufren para comprender los poemas.

Las notas explicativas a pie de página ayudan al lector coreano a conocer y comprender la naturaleza e historia de Hispanoamérica; así aprecian mejor el bello mensaje poético.

La traducción, innegablemente, es una labor de mucha responsabilidad. El traductor sin ética, sin esfuerzo y sin paciencia puede devaluar una obra de arte. El objetivo de la traducción es ofrecer un texto en una versión digna en otra lengua. Así como el buen escritor no fija la fecha del término y publicación de su obra; el traductor honesto tampoco debe hacerlo mecánicamente fijando una fecha determinada de entrega. El arte de la creación y recreación (traducción) necesita la paciencia del oso y no la impaciencia del tigre (una referencia al mito fundacional de Corea).

La traductora Hyesun Ko de Carranza, docente jubilada de la Universidad Dankook, Corea de Sur, ha traducido al coreano varios libros sobre Hispanoamérica que han sido publicados por la prestigiosa editorial coreana Munhak kwachisong. Gracias a su labor la sociedad coreana valora la cultura hispanoamericana. Sus traducciones citadas aquí aparecen en orden cronológico:

“Antología poética de César Vallejo” (1998, primera traducción del poeta peruano en lengua asiática. En 2010 se realizó el simposio sobre César Vallejo en el Instituto de Estudios de Asia y América, Universidad Dankook; allí concurrieron los colegas de China, Taiwán, India, Japón y Corea del Sur que ofrecieron traducir en sus lenguas). En 2015 el colega indio Ganguli -docente de Jawaharlal Nehru University- cumplió la promesa y tradujo al hindi y bengalí; y en el mismo año salió la traducción en tailandés.

“Popol Vuh” (1999. Libro maya que contiene mitos de antropogénesis y las costumbres prehispanas).

“Oda frente a la isla de Ceylán” (2000, Pablo Neruda, temas sobre Asia).
“Visión de los vencidos” (2015, Miguel León Portilla).

“Canto General” (“Moduwe Nore” en versión coreana) ha salido en el mes de agosto de 2016. La obra está dividida en 15 secciones o capítulos: La lámpara en la tierra (sobre América indígena), Alturas de Machu Picchu, Los conquistadores (encuentro brusco de europeos y americanos. Dos versos dicen mucho: Los carniceros desolaron las islas. En Cajamarca empezó la agonía), Los libertadores (lucha de indígenas y mestizos), La arena traicionada (mención de los traidores y dictadores); América, no invoco tu nombre en vano (canto a la riqueza natural de América), Canto general de Chile (fauna, flora y la labor del hombre chileno), La tierra se llama Juan (insurgencia de los obreros), Que despierte el leñador (el despertar de la conciencia social), El fugitivo (sobre su vida de fugitivo), Las flores de Punitaqui (vivencias en el norte de Chile), Los ríos del canto (homenaje a los luchadores), Coral de año nuevo para la patria en tinieblas (contra el dictador González Videla), El gran océano (canto al Océano Pacífico y a las estatuas de las Islas Pascuas. “Tu estatua está extendida más allá de las olas”), Yo soy (su rol como poeta luchador. “La sombra que indagué ya no me pertenece”).

“Alturas de Machu Picchu” es el canto a la grandeza de la arquitectura incaica que, desafiando al tiempo y a los cambios climáticos, se yergue sobre la montaña, sobre el río y sobre el valle. Cuando Neruda llegó a Machu Picchu quedó emocionado ante tanta grandeza y belleza, y escribió buscando el diálogo con los anónimos constructores. Ahora los coreanos pueden compartir su emoción poética. “VIII: Sube conmigo, amor americano. / Besa conmigo las piedras secretas. XII: Sube a nacer conmigo, hermano. /Mírame desde el fondo de la tierra. / Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta. /Hablad por mis palabras y mi sangre. X:  Piedra en la piedra, el hombre, ¿dónde estuvo? / Aire en el aire, el hombre, ¿dónde estuvo? / Tiempo en el tiempo, el hombre, ¿dónde estuvo?”

El libro de 731 páginas, incluyendo la breve explicación del poemario y la bibliografía, ya está expuesto en las principales librerías de Corea del Sur. Algunos periodistas coreanos, después de leer el libro, reconocen que, gracias a esta traducción, se enteran de la faceta que desconocían de Neruda: un poeta con compromiso político y social. Descubren que “Canto General” es una epopeya y no un poemario lírico como el ya conocido “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”.

Ahora los lectores coreanos pueden comprender mejor al continente de América multicultural y de muchos colores descrita en lenguaje poético. Ahora, a ellos les toca opinar sobre la obra.



SER INDÍGENA EN PERÚ


SER INDÍGENA EN PERÚ

FRANCISCO CARRANZA ROMERO

Acabo de leer el libro de Luis Millones "Perú indígena" (Fondo Editorial de Congreso del Perú, Lima, 2008). El autor expone con argumentos claros y con datos precisos la política y la actitud de las autoridades gubernamentales frente a la población indígena que desde 1532 defiende sus tierras comunales ante la ambición de los conquistadores españoles, criollos, mestizos, clérigos, militares, empresarios, etcétera. 

Referencias históricas 

Desde que Cristóbal Colón llamara erróneamente “indios” a los pobladores de las islas del Caribe porque pensó que había llegado a las Indias, esta palabra fue mal usada. Más tarde, cuando comprobaron que ese territorio no eran las Indias, llamaron Indias Occidentales a todo el continente. 

Por esa avidez de enriquecerse con el trabajo y las riquezas de los nuevos conquistados recurrieron a los intelectuales de entonces para que justificaran la conquista y la colonización. En 1550 los dominicos Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de las Casas (obispo de Chiapas) polemizaron sobre la legitimidad de la conquista y colonización.

Sepúlveda defendió la legitimidad de la dominación de los civilizados cristianos sobre los incivilizados por ser éstos bárbaros, incultos, inhumanos, paganos, gentiles e infieles.

Las Casas, que compartía la vida con los indígenas americanos por décadas, los defendió valientemente bajo el principio de la igualdad del género humano. Pero, como los poderes político y religioso estaban en santa alianza, su voz crítica fue desechada y calificada de “leyenda negra”. Para la corona española los indígenas significaron: nuevos tributarios y nueva mano de obra. Para la iglesia católica los indígenas significaron: nuevos creyentes y nueva mano de obra para las parroquias.

Luis Millones también opina que la rápida despoblación de América no fue sólo el resultado de la sobreexplotación de los indígenas en las minas, cultivos y obrajes; fue también por la carencia de antígenos ante las nuevas enfermedades como sarampión, viruela, peste bubónica, influenza, etcétera. 

Decretos de buena voluntad

El decreto del libertador José de San Martín en 1821: “En adelante no se denominarán aborígenes, indios o naturales: ellos son hijos y ciudadanos del Perú y con el nombre de PERUANOS deben ser reconocidos”, es un gesto de muy buena voluntad. Sin embargo, la independencia del Perú no mejoró la situación del indígena.

En 1823 se reconoció que el sufragio es universal, pero en 1828 se estableció que el derecho de sufragio es para los que tienen el ingreso anual superior a 800 pesos, una indirecta forma de descartar a la población pobre de indígenas.

En 1854 Ramón Castilla declaró la libertad de los esclavos afroperuanos.

A los indígenas, después de la Guerra del Pacífico, se les aumentó el tributo y el trabajo obligatorio para mejorar la economía del gobierno. Por eso, en 1885 estalló la rebelión indígena en el Callejón de Huaylas (Áncash). El gobernante Miguel Iglesias mandó al ejército para que acabara con los rebeldes. Pedro Pablo Atusparia y Pedro Cochachín Celestino, líderes indígenas muertos en desigual lucha, sobreviven en la memoria histórica de los pueblos andinos. “A los ojos de los limeños del XIX, los indígenas eran la causa del retraso de la nación y cuyo proceso de integración tenía que pasar por la destrucción de su modo de vida, o bien por su reemplazo por “razas mejores”. Lo que dice el historiador y antropólogo Millones no es ninguna novedad. Para muchos racistas, la “mancha india” era la causa del atraso.

En el siglo XX, siguiendo este criterio los hacendados arrebataron tierras y ganados a los indígenas y los convirtieron en siervos. El gobierno militar de Juan Velasco Alvarado, propulsor de la reforma agraria, (1970), prefirió llamarlos “campesinos”. Sin embargo, esta denominación sólo hace contraste con la urbe, evade el asunto cultural.

En 1993 el gobierno hizo referencia del respeto a la comunidad campesina.

En 1994 el gobierno hizo el convenio con la Organización Internacional de Trabajo, y creó la Unidad de Asuntos Indígenas, y lo ubicó dentro del Ministerio de Trabajo. Se creó una institución sin autonomía y que depende de la burocracia estatal.

En 1995 se habló de la inversión privada en las tierras comunales. Pero, el acuerdo de la inversión sin la participación de las comunidades campesinas crea problemas.

En el siglo XXI: En 2000 sale la Resolución Ministerial No. 159: “Directiva para promover y asegurar el respeto a la identidad étnica y cultural de los pueblos indígenas, comunidades campesinas y nativas a nivel nacional” (Ministerio de la Mujer y del Desarrollo Humano). Los indígenas y discapacitados pasan al Ministerio de la Mujer.

En 2001 se promulga la Ley 27425 que “oficializa los festivales rituales de identidad nacional”. Los legisladores apoyan los festivales indígenas porque atraen a los turistas extranjeros. Y las grandes agencias de turismo son prósperos negocios que venden la imagen indígena del Perú.

Tantas leyes imprecisas y sin una planificación real convierten a los indígenas en partes del paisaje turístico, en entes sin voz ni representación en el congreso. Y la legislación del Perú del Siglo XXI no sabe cómo llamar a los indígenas; y esto demuestra la incapacidad o la falta de voluntad para resolver el problema siquiera en el plano lingüístico. Por último, no se sabe en dónde ubicar el asunto.

Los indígenas demuestran su existencia real cuando defienden la propiedad comunal (tierra, agua) y la práctica de su cultura, y se enfrentan a la oficialidad que los ignora. Los inmigrantes pueden quejarse y pedir apoyo acercándose a sus embajadas; pero los indígenas, ¿ante quién pueden expresar sus quejas?

Las universidades, que deberían de responder ante este problema nacional, forman profesionales que no pueden comprender su realidad porque viven con la mirada puesta en el extranjero. La rebelión del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas (México) y la muerte de miles de indígenas quechuas, víctimas de los guerrilleros y del ejército peruano, son claras muestras que desde el siglo XVI hasta el XXI muchos siguen repitiendo la teoría de Ginés de Sepúlveda: la civilización debe imponerse a la barbarie. 

Todos somos indígenas

Hace algunos años escribí el artículo “Todos somos indígenas”, publicado en una revista de México (Universo de El Búho) como respuesta a una revista peruana que calificaba de “indio” al presidente Alejandro Toledo. En el artículo demostré, lingüísticamente, que todos somos indígenas de algún lugar porque esta palabra compuesta significa: originario, natural del lugar (inde: del lugar, de allí; gena: originario), por eso hay: terrígena (natural de la Tierra), alienígena (natural del territorio ajeno a la Tierra). Con este criterio decimos indígenas de Europa, indígenas de Asia, indígenas de África, indígenas de Oceanía, indígenas de América. Sin embargo, muy pocos usuarios de la lengua castellana tienen conocimientos sincrónicos y diacrónicos de la lengua que usan.

Por esta ignorancia hablan despectiva y prejuiciosamente cuando se refieren a los hablantes de lenguas nativas o a los que tienen manifestaciones culturales diferentes de los europeos. Ante esa actitud despectiva, los mismos indígenas prefieren calificarse de quechuas, aymaras, campas, huitotos, cashinahuas, boras, etcétera. No aceptan los adjetivos indígena, amerindio, indoamericano, aborigen, nativo.

“CINCO ESQUINAS”, RELATO SOBRE UNA DÉCADA HORRIBLE

jueves, 14 de abril de 2016


“CINCO ESQUINAS”, RELATO SOBRE UNA DÉCADA HORRIBLE


Francisco Carranza Romero
Pofesor de la Universidad de Corea del Sur y UNALM en Perú

Diciembre de 2015: Por acompañar a un extranjero que buscaba pepino del mar disecado llegué en taxi al barrio chino, en el centro de Lima. El vendedor chino nos mostró una bolsita de plástico con pepinos del mar. “¡Yes!”, exclamó alegre el extranjero. “Trescientos cincuenta dólares”, respondió el vendedor. No compramos porque el precio nos pareció una estafa. Para salir del barrio chino el taxi entró a una zona de casas viejas y calles estrechas. “Aseguren las puertas y suban las ventanas. Estamos en Cinco Esquinas”, nos advirtió el conductor. El “ombligo de los Barrios Altos” era peligroso en pleno mediodía. Allí recordé el título de la novela anunciada de Mario Vargas Llosa.

Cuando en marzo de 2016 fue publicada la novela “Cinco esquinas” (Alfaguara, 2016, Lima), de Mario Vargas Llosa, la leí recordando los acontecimientos de la década 90 del Perú, ambiente de miedo y terror por las cinco esquinas. Está narrada con estilo magistral vargasllosiano. Aunque muchas escenas son invenciones novelescas, están basadas en espacios y acontecimientos reales; no son meras ficciones porque el presidente Fujimori y el Doctor sí gobernaron Perú con métodos poco inocentes por los que han sido juzgados después de ser extraditados: el Doctor desde Venezuela, Fujimori desde Chile a donde llegó en avión privado desde Japón. Algunos temas que sobresalen.

Prensa servil
Rolando Garro, director del semanario amarillo Destapes, al servicio del Doctor, dice sobre la envidia y el morbo, mientras chantajea al ingeniero minero Enrique Cárdenas con fotos comprometedoras de una orgía en que había participado: “Hay en esta ciudad, usted lo sabrá de sobra, gente que quiere hacerle daño. Por su prestigio, su poder y su fortuna. La envidia y el resentimiento florecen aquí con más fuerza que en cualquier otro país” p. 25. 

“El morbo es el vicio más universal que existe… Pero, sobre todo, en el Perú” p. 98. Como el ingeniero Cárdenas no da los cien mil dólares estadounidenses, las fotos salen en primera plana y en páginas interiores: “¡Magnate calato haciendo chucherías!” p. 143. El escándalo alimenta el morbo de los limeños, “los chismosos más chismosos que ha parido el universo” p. 188. Como Garro, otros periodistas de la prensa amarilla se arrodillaron y sirvieron al poder.

Desapariciones
Las desapariciones no son sólo de personas sino de documentos y objetos. El director deDestapes desapareció y su cadáver demolido con torturas fue llevado a Cinco Esquinas. El ingeniero Cárdenas, el primer sospechoso por haber sido víctima de Destapes, es detenido, encarcelado y sufre vejaciones. El ruletero, al saber que los policías buscan a su amigo Juan Peineta, le advierte: “Las cosas de la policía no suelen tener ninguna lógica… Sólo un asunto está muy claro. Aquí se cocina algo feo contra ti” p. 213 “… no me gustaría que te enreden en algo feo, o, incluso que te desaparezcan. Sabes de sobra que aquí desaparecen a la gente y no pasa nada porque la culpa de todo la tienen los terroristas” p. 215. El anciano indigente Juan es detenido y torturado hasta firmar aceptando ser el autor del crimen.

Después, el mismo Doctor, para demostrar su poder, confiesa a la periodista Retaquita (Enanita) de Destapes que él mandó ejecutar a Garro por no obedecerle. “Fujimori será el presidente, pero el que manda y hace y deshace es el Doctor” p. 232. 

El Doctor era tan poderoso que hacía desaparecer hasta los papeles que ponían en duda la nacionalidad del candidato que llegó a la presidencia: “En pocos días, desaparecieron todos los indicios de la falsificación y los jefes de la Marina que la descubrieron fueron sobornados o intimidados para que callaran y destruyeran aquellas pruebas. Éstas nunca salieron a la luz. La partida de bautismo fue arrancada misteriosamente del libro de registros de la parroquia y desapareció para siempre jamás” p  231.

El gobierno quería una fidelidad perruna; de lo contrario: persecución, difamación, tortura y desaparición.

Sociedad de apariencias
Una noche del toque de queda une a dos señoras en una cama, y les despierta los morbos escondidos. “Maldito toque de queda. Pero, claro, el terrorismo era peor” p. 9. “Bajo su mano, la superficie de ese muslo era firme y suave, ligeramente húmeda, acaso por la transpiración o alguna crema” p. 12. Con las aventuras homosexuales de dos limeñas de la alta sociedad limeña, el autor muestra la vida de apariencias sociales de algunas personas que van a misa, se confiesan, comulgan y se califican de decentes viviendo con doble moral: ritos e  hipocresía, y en la privacidad practican hasta las relaciones en trío con la participación del esposo de una ellas. 

Ambiente premonitorio
La descripción de la naturaleza y el tiempo es un anuncio de lo que ocurrirá: “Era un día gris y húmedo, de cielo encapotado de nubes plomizas, tan feo que parecía presagiar algo siniestro…. Había penumbra y un silencio profundo” p. 116. Era la mañana de la  publicación en Destapes de las fotos de la noche de orgía en Chosica hundiendo el prestigio del ingeniero Cárdenas.

Gracias a “Cinco esquinas” el lector puede imaginar y juzgar la década 90 del Perú con apagones, bombas, asesinatos, prensa amarilla controlada por el gobierno, corrupción de profesionales e instituciones y toques de queda.

Esa década 90 aún tiene sus consecuencias en el siglo XXI porque muchos crímenes no han sido resueltos y muchos autores no han sido sentenciados. En las excavaciones judiciales aparecen cuerpos de niños y ancianos, de mujeres y varones; y sus familiares los reconocen. Pero, muchos desaparecidos siguen desaparecidos. Gracias a la labor de Comisión de la Verdad y Reconciliación hay datos de torturas, muertes y desapariciones, campesinos quechuas en su mayoría. ¿Los autores? Los terroristas de Sendero Luminoso y Movimiento Tupac Amaru, los policías y militares. Además, aun contra la oposición de algunas instituciones, se ha construido en Lima un museo para que no se repitan esos hechos violentos contra los más indefensos: El Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social. 

¿Pestañar o pestañear?
Desde el punto de vista lingüístico, Vargas Llosa, miembro de la Real Academia Española, prefiere el verbo “pestañar” (que no aparece en el Diccionario de la Real Academia Española -DRAE-) y no “pestañear” como se usa en Perú y en otros países hispanos. En DRAE aparecen “pestaña, pestañear, pestañoso”. “Le ardía la cara, pestañaba sin cesar” p. 48 “Pestañaba sin cesar y tenía una expresión idiota” p- 161 (referidos a Enrique Cárdenas). “Añadió, pestañando” (referido al Ruletero) p. 203. “Miró largamente a la Retaquita, en silencio, ella no pestañó ni cerró los ojos. ¿Por qué le decía el Doctor estas cosas a ella?” p. 241.

Los sufijos verbales del infinitivo del romance castellano: -ear, -ficar, -izar, -ntar son derivados del infinitivo latino de primera conjugación –are. En fin, quizás el uso de MVL se difunda.