viernes, 5 de abril de 2024

LA EDUCACIÓN ES NUESTRA RESPONSABILIDAD Y ESPERANZA

 LA EDUCACIÓN ES NUESTRA RESPONSABILIDAD Y ESPERANZA

Francisco Carranza Romero

Mana alli yachakushqa runaqa purun chakram: El hombre sin buena educación es tierra silvestre. Palabras que siguen resonando en mi memoria. Cuánta verdad en este breve enunciado. Voces de mis mayores para que yo continuara los estudios en la capital de la provincia. Entonces, en mi pueblo natal andino, había sólo una escuela hasta el Segundo Año de Primaria. Y ahora, como protagonista de este proceso educativo lento, largo y esforzado me atrevo a opinar.

Educación hasta los cinco años. El ser humano, al nacer, tiene sus sentidos aún inactivos. Después de unos días, gracias a la activación de la vista, oído, gusto, olfato y tacto, comienza a conocer el mundo donde le ha tocado nacer como por un destino. Sin embargo, en el primer mes de su vida aún está en condiciones inferiores que muchos animales que son ya casi autosuficientes para sobrevivir.

Cuando pasan los meses el niño ya distingue a los seres de su entorno por la forma, color, sonido, olor, calor, suavidad y variedad de expresiones humanas como el afecto, ira, amenaza... Comienza a conocer los resultados de ciertos sonidos que emite y de sus llantos. Es el proceso inicial de la realización lenta del homo sapiens.

Durante los primeros cinco años experimenta y asimila muchos elementos culturales como lengua, creencias, costumbres, valores y prejuicios que serán imborrables y hasta le marcarán su personalidad. También comienza a experimentar las diferenciaciones. El de la zona rural entra en contacto con la naturaleza y aprende a tratarla familiarmente. El de la urbe entra en contacto con el cemento, plástico, máquinas y otras cosas fabricadas.

Los padres son los primeros modelos. Los padres laboriosos, honestos, de apertura mental y afectiva y que cumplen lo que predican son buenos ejemplos para imitar. Pero, un hogar con violencias verbales y golpes, con el fomento de odio y menosprecio a otros, y que no viven según sus discursos determinan la conducta del niño antes de la juventud y adultez.

Educación escolarizada. La escuela es una institución que cumple los currículos para el tipo de ciudadano que desea formar. El Ministerio de Educación de cada país propone el diseño curricular. Sus objetivos principales son el desarrollo de la memoria y razón que se miden en los exámenes. Muy pocas veces se valora la creatividad, el servicio y el cuestionamiento sano del sistema oficial. Simón Bolívar escribe una carta a su familiar: “Un hombre sin estudios es un ser incompleto” (Hildebrant, 2001, p. 336).

Los factores geográficos y socioeconómicos muestran las diferencias en esta etapa: escuelas de áreas rurales y escuelas de áreas urbanas, escuelas de barrios pobres y escuelas de barrios ricos, escuelas públicas y escuelas privadas.

La educación escolarizada para un estudiante de la zona rural es difícil, lejos del hogar y en condiciones económicas muy precarias porque los productos del campo, para venderlos, tienen que ser transportados hasta el poblado más cercano al borde de la carretera. Y no es gran cosa lo que se gana.

Viendo los resultados podemos decir que la educación escolarizada, en general, está formando ciudadanos que miden el éxito por el dinero que se gana. Muy poco se valora el servicio a la sociedad, respeto del bien común y cuidado de la naturaleza. Por algo, muchos profesionales prefieren laborar en la urbe que en la zona rural. Por la política del centralismo la urbe ofrece mejores condiciones de vida. Aún más, si es capital del país.

La educación escolarizada, aunque ofrezca conocimientos y títulos, no es la panacea porque de sus aulas de primaria, secundaria y superior egresan ciudadanos veraces y mendaces, leales y traidores, honestos y corruptos, demócratas y dictadores, generosos y mezquinos, solidarios e individualistas.

Influencia de la sociedad. Fuera del hogar y de la escuela, el medio social (los amigos de aula y barrio) influencia y hasta determina el desarrollo de la personalidad.

Actualmente, los medios de comunicación y los programas audiovisuales, especialmente los dirigidos a los niños, son los que sin ningún cuidado crean la adicción y manipulan las mentes de los menores. A los autores y a los que comercializan los videojuegos les importa poco la educación de los menores; lo que les interesa es asegurar la clientela para ganar dinero promoviendo la ludopatía. Es también una clase de droga que afecta la salud mental y emocional. ¿No hay institución que fiscalice y sancione a los responsables de la difusión de tantos videojuegos estupidizantes y que fomentan la violencia?

A pesar de todo, la educación bien planificada es la esperanza de la humanidad y de la naturaleza. Es la verdadera revolución que puede crear una nueva tierra e historia con amor y solidaridad. Y todos debemos participar en mejorar este proceso; es nuestra responsabilidad.

“Aunque el trueno destroce el monte, el sordo no oye.

 Aunque el sol esté alto en el cielo, el ciego no ve.

Somos sanos y no taparemos oídos y ojos” (Kim Cheon-Taek, poema 34, pág. 50)

 

Alli pallayta munarninqa alli murukushun: Si queremos tener buena cosecha debemos cultivar con buena voluntad. 

Referencias

Hildebrant, Martha: 2001, “Léxico de Bolívar: El español de América en el siglo XIX”,

    Quebector World Perú S.A., Lima.

Kim, Cheon-Taek (compilador): 2021, “Antología del canto coreano Sijo”, Verbum, Madrid     

    (traductores: Hyesun Ko, Francisco Carranza Romero).



martes, 27 de febrero de 2024

EVADIR LA RESPONSABILIDAD, UNA MALA COSTUMBRE

 EVADIR LA RESPONSABILIDAD, 

UNA MALA COSTUMBRE

Francisco Carranza Romero

El ser humano, muchas veces, habla, gesticula, escribe y actúa llevado por su impulso descontrolado sin juzgar si sus palabras, gestos y actos son buenos o malos para él mismo y para otros.

Después, cuando él mismo o por intervención de otra persona, se da cuenta de las consecuencias del error, no asume su responsabilidad inmediatamente. Al contrario, comienza a justificarse culpando a otras personas y cosas. Por esta falta de autocrítica tenemos expresiones y acciones que se repiten mecánicamente desde hace muchos siglos.

Como en Perú la política de la educación busca la incorporación de los hablantes de las lenguas nativas a la nación mediante la castellanización en vez de fomentarles el conocimiento y la valoración de sus propias culturas, las evasiones de responsabilidad verbales y fácticas también son transmitidas y hasta que son traducidas. Y, para evitar la generalización, presento las expresiones evasivas en latín, español y quechua ancashino (en cursivas).

Lapsus linguae: error de la lengua. La lengua, el órgano más activo de la fonación verbal, es sólo una herramienta.

En quechua: shimi pantay: error de la boca. Por suerte, existe la crítica a la evasión de la responsabilidad: Shimikitsu pantan; qammi pantanki: Tu boca no es la que se equivoca; tú te equivocas.

Y, juzgando con objetividad, quien habla es el ser humano; por tanto, la lengua y la boca no son culpables del error (lapsus). El mensaje es elaborado por el pensamiento; luego, las palabras son seleccionadas para realizarlas fonéticamente.

Lapsus calami: error de la pluma. Una referencia a la época en que se escribía con la pluma y la tinta líquida. Cuando después fueron inventados los lápices y bolígrafos se siguió repitiendo la frase latina sin pensar que el cálamo, lápiz y lapicero son sólo los instrumentos auxiliares de la realización gráfica del escribiente humano.

En quechua: qillqa pantay: error de escritura. Otra crítica al evasor de su responsabilidad gráfica: Qillqaqa kikintsu qillqakan; qammi qillqanki: La letra no se escribe per se; tú la escribes.

Lapsus digiti: error del dedo. Después del invento de la máquina de escribir se echa la culpa a los dedos porque éstos son los que presionan las teclas para escribir. Y en los tiempos actuales seguimos usando los dedos; pero ya no ponemos el papel a la máquina para ver el texto escrito. Como en los casos anteriores el escribiente es el ser pensante.

En quechua: rawkana pantay. Pero, como la palabra rawkana está en desuso en muchas áreas dialectales del quechua, se recurre al español “dedo” cerrando las vocales medias: diidu pantay.

Fuera de las evasiones de la responsabilidad citadas, hay otras.

 Error de la política (lapsus piliticae). Las autoridades del gobierno o de cualquier institución recurren a la palabra “política” para no asumir la responsabilidad el error.

En quechua: mandu pantay: error de la autoridad; imprisa pantay: error de la empresa. Mandu tukur mana alli ruraskir upa tukunki: Después de cometer el error como autoridad no asumes tu responsabilidad.

Ante el reclamo por una medida injusta, como el despido intempestivo de un empleado, la autoridad evade su responsabilidad diciendo: “Es la política de la empresa”. ¿Acaso la política no es un acuerdo de los directivos de la institución?

Error del sistema (lapsus sistemae). En la era cibernética se culpa al “sistema”, un léxico polisémico por referirse a la máquina, computadora, celular, medidor, plan, programa… Sin embargo, todas las máquinas y programas son controlados por el ser humano; por eso, es su responsabilidad. La inteligencia artificial también hace según lo programado.

Cuando un cliente reclama por la cobranza excesiva del consumo de agua, la empresa proveedora dice: “Pague primero, luego reclame; de lo contrario, se cortará el servicio”. El cliente sin conexiones a alto nivel se siente estafado. Los técnicos enviados por la empresa, después de ver los grifos e inodoros repiten la letanía: “Parece fuga de agua. Parece problema del medidor viejo”. Después de esos pareceres continúa el problema y el cliente sigue “atrapado y sin salida”.

En quechua: maakina pantay: error de la máquina. Maakinapis runapa rurayninmi; runam allitsanan: La máquina también es obra de gente; la gente debe arreglarla.

¿Cuándo aprenderemos a asumir la responsabilidad de nuestros actos?

La forzada castellanización también es la imposición consciente o inconsciente de las taras (irresponsabilidad, falta de autocrítica) de la sociedad dominante. Los prejuicios étnicos y culturales de los hispanohablantes son insultos para los nativos. ¿La escuela castellanizante ha mejorado a las comunidades indígenas? ¿El servicio militar de los indígenas los humaniza más? Pareciera que la castellanización es para que los indígenas sepan sus deberes (órdenes) y no para que conozcan sus derechos.

Muchos nativos, víctimas de prejuicios y discriminaciones, se avergüenzan de sus orígenes y de su cultura; por eso, apenas aprenden a comunicarse en español, lo usan evadiendo el uso de su lengua materna. En esta situación, cuando tienen hijos, aprovechan la oportunidad y buscan nombres extraños para desindigenizarlos. Esta conducta es también el resultado de la escuela alienante y castellanizante. Por suerte, hay algunos bilingües coordinados en lengua indígena y castellana que las usan bien según las circunstancias.