miércoles, 29 de julio de 2020

INTERROGACIONES EN TIEMPOS DE PESTE

INTERROGACIONES EN TIEMPOS DE PESTE

Francisco Carranza Romero

Estos días estamos viviendo con muchos cuidados de salud (cuarentena, distanciamiento, uso de mascarilla y desinfectantes, restricciones de salida para los longevos y niños, etc.) por la amenaza de Covid-19 que ocasiona cambios en la vida: pánico, rebeldía, desconfianza de otros y de sí mismo, clases virtuales, imposibilidad de consultar libros, uso de ciertas palabras con variaciones semánticas según las situaciones, búsqueda de salud en la comida, etc.

¿Significados inversos de positivo y negativo?
Positivo.
Antes usábamos esta palabra con su significado que nos alegraba: beneficioso, optimista, verdadero, efectivo, afectivo, afirmativo, aceptable… Pero ahora, cuando leemos o escuchamos de positivo en el análisis de Covid-19 nos ponemos serios, preocupados, con temor y hasta con tristeza porque se trata de una desgracia, mala suerte.
Negativo. Antes su significado original nos ponía en alerta y nos entristecía porque anunciaba algo malo, triste, pesimista, inefectivo, repulsivo, inaceptable… Sin embargo, ahora, el resultado negativo del análisis de Covid-19 hace sonreír y tranquilizar a la persona analizada y a los que la rodean.
Si en la calle escuchamos que tal fulano es positivo, nuestra reacción inmediata -por vivir los tiempos de la peste- es alejarnos o evitar el contacto con ese fulano sin pensar en el significado positivo de la palabra. Y, si se dice que tal fulano es negativo, dejamos de preocuparnos del contacto con el fulano. Así, no siempre el adjetivo positivo causa alegría; ni el adjetivo negativo causa tristeza. Qué relativa es la lengua.
¿Clase virtual sin libros digitalizados?
Ante el temor de los contagios se evitan las reuniones; por tanto, las clases que antes se hacían en las aulas, laboratorios o campos; ahora se hacen a través de las máquinas con la figura del docente en una pantalla. Sin embargo, no todas las actividades de enseñanza y aprendizaje son posibles como la práctica en el laboratorio y la investigación en los libros porque no todos los libros almacenados en las bibliotecas están digitalizados ni en los países ricos. Bajo esta realidad, la clase virtual es sólo un cumplimiento: justificar los salarios de los docentes; dar el servicio a los alumnos por los pagos realizados (caso de los centros educativos privados). Así la peste nos hace volver a los tiempos antiguos en que el alumno repetía lo que el maestro decía. Era el método del magister dixit. Sólo los muy inteligentes y rebeldes se atrevieron a cuestionar a lo que se decía en la clase.
Por la peste ahora sabemos que las bibliotecas tienen que digitalizar los libros para que los interesados puedan consultarlos sin necesidad de ir al local. Ahora hay que pensar en los libros electrónicos que no pesan, no ocupan mucho espacio, no envejecen ni se apolillan. La ganancia de la editorial y la biblioteca estará en cobrar por el acceso y descarga del libro. Ante esta necesidad urgente aparecerán, como en alta mar, los piratas que digitalizarán las publicaciones sin la autorización de los autores, editoriales y bibliotecas, para luego cobrar a los lectores interesados.  La peste es buena compañera de los inmorales.
¿Revaloración de la comida fermentada?
 Viviendo los días de encierro, distanciamiento y de muchos cuidados por la peste he recordado mucho a mi abuelo materno, Eulogio Romero, quien fue un curandero místico que elaboraba los remedios, y siempre estaba dispuesto a ayudar en la salud física, mental y espiritual de mucha gente que llegaba buscándolo hasta de lugares lejanos.
El abuelo Iullu (hipocorístico quechua del nombre Eulogio) nos repitió muchas veces: Puriqishyayqa tsunupa kallpanta mantsan: La peste teme al poder de la papa fermentada. Así fue que desde niño aprendimos a apreciar la mazamorra de chuño (tsunu api o tuqush api como dicen en el Callejón de Huaylas).
Sin embargo, no sólo los andinos peruanos consumimos la comida fermentada. Los coreanos comen también la verdura fermentada (kimchi) y la pasta de frijol fermentada (dwenjang). Y los alemanes también comen el repollo fermentado (chucrut). Y qué coincidencia, el Covid-19 no ha causado muchas muertes en esos países. ¿La comida fermentada les ha desarrollado buena defensa inmunológica? Me he informado que un equipo de investigación liderado por el médico Jean Bousquet, profesor de medicina pulmonar en la Universidad de Montpellier, Francia, descubrió que algunos productos fermentados como el chucrut y yogur (palabra turca) ayudan en la prevención del virus SARS-CoV-2, causante del COVID-19.
Corea del Sur. Recipientes para fermentar el kimchi. (Imagen de Whoop005 en Pixabay)
Cuando he comentado esto a un grupo de limeños, unos han parado las orejas como dispuestos a hacer la prueba; pero, una minoría de melindrosos y tercos, ha lanzado inmediatamente exclamaciones de ¡aj!, ¡puf! con gestos de asco. Innegable, ni la peste puede hacer repensar a la gente cargada de prejuicios. Es que el tocosh (con este nombre se comercializa en algunos establecimientos) es comida de los campesinos andinos. Lo importante es que se prepare con muchas medidas de higiene.

domingo, 5 de julio de 2020

PERÚ EN PANDEMIA

Perú en pandemia

FRANCISCO CARRANZA ROMERO

                                          Cortesia Time,  corona rus

Encierro y muchas medidas sin planificación
El 17 de marzo comenzó el confinamiento de la gente en Perú. La población, en su mayoría, aceptó la pesada medida por ser necesaria para evitar los contagios de covid-19. Después se anunciaron otras medidas más rígidas como la prohibición de la circulación de los carros particulares sin pase laboral. 

Pero, después de los 15 días se alargó la medida, y volvió a alargarse hasta el 30 de junio asustando a tanta gente que vive de la labor diaria. Ciento siete días vivir soportando el encierro y el aislamiento preventivo por razones sanitarias. Un largo tiempo sentido y soportado, especialmente, por la población llamada vulnerable (adultos mayores y niños). Más de cien días viendo y oyendo noticias de pánico sobre la peste (contagios, muertes y muchas opiniones sensacionalistas; serias, pocas). Si la medida hubiera sido focalizada a los lugares de mayor contagio habría sido más comprensible; pero no a todo el país.

Los supuestos especialistas comenzaron a opinar y aconsejar: “A comer bien porque los bien alimentados no se contagian; aunque se contagien, el cuerpo resistirá y superará la peste”. Como muchas actividades independientes fueron prohibidas y muchos centros de labor se cerraron o redujeron su personal, muchísima gente quedó desocupada. ¿De dónde sacar dinero para comprar los materiales para comer bien? ¿Cómo dormir bien sabiendo que los familiares también tienen el estómago hambriento?

“No automedicarse porque las consecuencias pueden ser peores”.  Los hospitales están llenos de enfermos, de los cuales muchos mueren aun recibiendo las medicinas recetadas; y hasta los mismos médicos y enfermeros también son víctimas. Pues, como sucede en todo el mundo, todo es ensayo porque el mal es tan nuevo que no hay el tratamiento y la medicina eficientes. Esto trae a la memoria el principio latino: Medice, cura te ipsum (Médico, cúrate a ti mismo). Mientras los grandes laboratorios encuentren la vacuna y el remedio, es el tiempo de observar con humildad los tratamientos de la gente en diferentes lugares buscando el alivio y curación del mal.  

“Hay que lavarse las manos con más frecuencia”. De acuerdo, la higiene es importante para la salud; pero, hay sectores urbanos que ni siquiera tienen conexión de agua potable; viven comprando agua en sus depósitos.

Covid-19 y corrupción
Civiles y uniformados infectados por el virus de covid-19 y por el virus de la corrupción que se manifiesta en tantos actos vergonzosos e injustificables mientras todo el país está bajo las medidas de restricción. Cito algunos actos que avergüenzan a toda la humanidad porque es la expresión de la indolencia y el aprovechamiento del dolor y el sufrimiento general: sobrevaloración en las compras de los materiales de salud, comercialización de algunos materiales médicos adquiridos por el Ministerio de Salud, el injusto reparto del bono familiar universal sin que esto llegue a los que realmente más lo necesitan, reparto de la canasta familiar a miles de funcionarios quitando la oportunidad a los verdaderos pobres, venta del material de salud adulterado como el caso del oxígeno industrial en vez del oxígeno de salud, atención en los hospitales públicos y en las clínicas privadas según el poder económico, etc. Así, la peste y la corrupción celebran el acontecimiento al ritmo de la danza macabra.

Los infectados y fallecidos por el virus aumentan día tras día que superan a la capacidad de atención de los centros de salud. La situación es triste, pero real: Quien no tiene dinero ni recomendación está destinado a tratarse en su vivienda como pueda o a morirse en la calle o en la puerta del centro de salud.

Ya se sabe que unos pocos se están beneficiando económicamente con el sufrimiento y el llanto de muchos. Los hospitales y las clínicas privadas cosechan mucho dinero. Algunas farmacias, por estar abiertas durante la centena, venden medicinas y materiales de salud subiendo los precios. Las funerarias, cementerios y crematorios ganan bien por el aumento de la cantidad de muertos. Muchas empresas, por razones justificadas o aprovechando el caso, han despedido a sus trabajadores. Y los que han perdido el trabajo han sido afectados económica y sicológicamente. ¡Qué injusto es el mundo! ¿Ante quién reclamar? Parece que hasta el cielo se ha cerrado para los pobres. El principio latino: Nihil humanum mihi alienum est (Nada de lo humano me es ajeno) ha sido tirado a la basura. El negocio, como en este caso, no se asocia con la ética. El hombre de negocios es una máquina que traga monedas. Sin embargo, hay unos cuantos que sí sienten el sufrimiento de sus prójimos como suyos y actúan de buen corazón.

Las noticias sobre la corrupción, el virus moral para el cual no hay un proyecto de encontrar una vacuna, ensombrecen al Perú.

Las consecuencias del confinamiento largo
¿Cuánto se ha ganado o perdido con tanto tiempo de confinamiento? La situación de la población postpandemia es preocupante no sólo en Perú. Ahora todo el mundo tiene miedo de contagiarse de la peste. Cualquier síntoma de gripe es de sospecha y hace temer. Hay desconfianza de otros. Los ahorros han disminuido o acabado. La deuda con personas, instituciones de servicios y bancos quita el sueño a la gente común que debe empezar a luchar desde cero o desde alguito que queda. Pero las cobranzas por agua, luz, televisión, celular, etc. llegan para pagarlas puntualmente para no caer en la morosidad.

“En vez de prohibir el funcionamiento de los pequeños negocios y talleres, ¿por qué no instruyeron mejor a la gente las nuevas formas de cuidado para no contagiarse? ¿Acaso los viciosos de licor y fiesta han hecho caso?”, fue el comentario amargo de un zapatero que tiene su puesto dentro de un mercado. La peste y el largo confinamiento han afectado a la economía nacional que difícilmente se levantará hasta llegar al nivel de prepandemia.

Los sectores de salud y educación públicas, descuidadas por tantos gobiernos, ahora sufren más que los sectores privados. La peste sólo abrió las llagas mal cerradas. Lima, foco del mayor contagio y muerte en Perú, es una ciudad en pánico. Y los sobrevivientes deben pensar en la vacuna eficaz contra el covid-19 y la corrupción mediante la educación en el hogar, la sociedad y la escuela.

lunes, 27 de abril de 2020

REFLEXIONANDO DURANTE LA CUARENTENA

Imagen de Sabine van Erp en Pixabay
REFLEXIONANDO DURANTE LA CUARENTENA
Francisco Carranza Romero
La peste covid-19 ha destapado, de sorpresa, los defectos y debilidades del sistema. Los gobiernos del mundo hacen muchos esfuerzos para evitar los contagios y muertes de sus ciudadanos. Algunos honorables profesionales de salud, arriesgando su integridad física, atienden diariamente a los enfermos del mortal virus, toman las medidas buscando superar el mal; y en esta lucha hasta se contagian y mueren. Sin embargo, aún hay algunos gobernantes que, pensando más en sus intereses políticos de reelección que en la salud del pueblo, hablan y actúan con indolencia, imprudencia y despreocupación.
Aquí voy a hablar sólo de tres temas relacionados con la peste, la cuarentena y la actitud de los ciudadanos: centralismo, adultos mayores y disciplina.
El fracaso del centralismo
En el siglo XVI hubo la política de juntar a los nativos peruanos en un espacio para controlarlos, evangelizarlos y tenerlos al alcance para las labores, a eso llamaron reducción. Desde entonces han aparecido urbes con poca planificación. Ni qué decir de Lima del siglo XXI, que crece sin la debida planificación urbana ni vial ni de salud. La ciudad capital del Perú muestra hacia el este, norte y sur edificaciones en desorden sin respetar los canales de regadío y cerros que crean los microclimas. El Océano Pacífico es el silencioso receptor de toneladas de basura.
El centralismo es la política de los países en vías de desarrollo industrial. Así Lima se convirtió en el centro del poder político, económico, laboral, educativo, judicial y de salud. El aeropuerto internacional también está aquí. Como las provincias no reciben la debida atención, miles de provincianos llegan a la capital buscando mejores servicios y oportunidades. A su vez, por el mismo mecanismo del centralismo, las capitales de los departamentos también atraen a los pobladores de las áreas rurales que quedan con poca población activa.
Ahora que se ha declarado la cuarentena por la peste que ataca a la capital del Perú, muchos centros de labor, oficinas públicas y negocios han reducido su personal y hasta se han cerrado. Entonces, miles de inmigrantes temporales y residentes se han acordado de sus pueblos de origen y han optado volver para no contagiarse ni morirse de hambre. Este retorno al pueblo natal a pie o en los transportes humanitarios es la huida con pánico. ¿Qué harán estos viajeros cuando lleguen a sus pueblos? ¿Participarán en las labores como sus paisanos? Cuidado, algunos de los que retornan ya están acriollados y achorados. Llevan el virus terrible del egoísmo que se manifiesta en la viveza y en muchas malas mañas.
Este retorno desesperado al pueblo natal no es la búsqueda de la vida tranquila en el área rural como escribieron los poetas. Horacio: Beatus ille qui procul negotiis (Dichoso aquél que lejos de los negocios). Fray Luis de León: Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido.
¿Quieren que los viejos existan pero que no vivan?
La edad es biológica y no cronológica. Por eso hay algunos menores que se comportan como adultos; como también hay algunos adultos que se comportan como niños porque el proceso cronológico no los ha madurado. Y, durante los días de la cuarentena, se repite con frecuencia el discurso: los viejos deben quedarse en casa “por ser más vulnerables ante el virus”. Este enunciado oculta la verdad: falta de camas y equipos de las unidades de cuidado intensivo. Por eso en algunos países los médicos, sin querer, se vieron obligados a actuar como los heraldos negros quitando las máscaras de oxígeno de los enfermos viejos para dárselas a los jóvenes por tener la mayor posibilidad de curación. Es el nuevo edadismo y discriminación, como si estos seres no necesitaran salir para realizar algunas gestiones. Los longevos saludables, dentro y fuera de la casa, pueden aportar experiencia y reflexión que tanta falta hace a los jóvenes. No estorban, más bien, con su larga vida demuestran que están vivos porque han podido superar muchos desafíos.
Ahora les comparto mi experiencia en la República de Corea (más conocida como Corea del Sur) donde es muy común encontrar el Centro de Adultos Mayores en cada complejo de apartamentos y en cualquier pueblito del área rural. Es un local de dos habitaciones amuebladas con televisor, computadora, cocina, periódicos, revistas… donde los mayores se reúnen, organizan sus actividades como almuerzos, cenas, cursos de canto y baile, y otros eventos de actualización. Tienen su directiva que los representa ante las autoridades del distrito. Es que hay una política nacional de cuidado y respeto a los ancianos.
En Perú hace falta la política de cuidar a sus ciudadanos mayores. Una vez en Lima hablé sobre la necesidad de un espacio para los mayores, la respuesta inmediata de un limeño sabihondo fue: “Para eso están los clubes”. Ahora, ¿él estará pasando estos días aburridos en los clubes?
Educación con disciplina
Si la mayoría del pueblo comprendiera que el distanciamiento social y las precauciones de aseo son necesarios habría menos contagios. Por la televisión he visto dos escenas indignantes: 1. Un borracho de clase adinerada se pasea insultando a los policías sin que éstos lo capturen como harían si se tratara de un ciudadano común. 2. En plena cuarentena dos grupos de pandilleros jóvenes (delincuentes en potencia) se enfrentan a pedradas en las calles. Allí no estaban ni los policías ni los militares.
Cuánta falta hace la educación en y con disciplina que forma gente que piensa y actúa no sólo en beneficio de su ego sino también de otros que son miembros de la sociedad. El ser humano no nace para vivir solitario sino para vivir solidario. Y la solidaridad implica generosidad, respeto y orden, valores que se enseñan en el hogar y en la sociedad.
Acabo de informarme que un coreano que vive en el piso décimo noveno, al sentir fiebre y tos, se preocupó de su salud, se puso la mascarilla, evitó usar el ascensor para no encontrarse con nadie, bajó por la escalera y caminó hasta el hospital más cercano donde explicó sus síntomas y pidió un examen para saber si estaba infectado por covid-19. Un ejemplo de cuánto puede aportar cada ciudadano para vencer el mal.
Un pueblo con gente disciplinada puede superar los males con mayor facilidad, y puede construir un futuro mejor.

jueves, 16 de abril de 2020

LA PESTE COVID-19 RETA A LA HUMANIDAD

LA PESTE COVID-19 RETA A LA HUMANIDAD

(Texto escrito en los días de cuarentena en Lima, abril de 2020)
Francisco Carranza Romero

En estos días la prensa mundial centra su atención a corona virus o covid-19 que comenzó en Wuhan, capital de la provincia de Hubei (China), y que ahora es pandemia. Es recordado un médico chino honesto y valiente quien informó y alertó sobre la gravedad del mal; la respuesta de las autoridades fue silenciarlo en vez de tomar en cuenta el informe médico. Cuando el mal se hizo notar con muchas muertes, recién se tomó la medida: aislar al pueblo. Sin embargo, la enfermedad llegó a otros países porque ahora es fácil viajar gracias a los modernos medios de transporte. Entonces, algunos gobiernos del mundo tomaron en serio el problema; mientras otros negaron y se burlaron, hasta que vieron aumentar el número de infectados y muertos.

Con la nueva enfermedad mortal surgió, inmediatamente, el virus del egoísmo que existía desde siempre, en unas sociedades más, en otras menos.

Al principio, en muchos países del mundo hubo insultos y maltratos a los ciudadanos del este de Asia como si todos fueran pestíferos. La prensa de Europa y América, sin saber el origen y la naturaleza exacta del virus, aprovechó la oportunidad para criticar la cultura gastronómica de China.

Ahora, que el mal es pandemia, siguen las conductas intolerantes con los ciudadanos de los países donde hay más infectados y fallecidos. El turismo, antes una industria muy lucrativa, ahora es víctima porque ya no hay viajes por los aeropuertos cerrados y el pánico de los contagios.

Ante las medidas de control como la cuarentena y el distanciamiento social, la respuesta de algunos es brutal: acaparar todo lo que se pueda para revenderlo cuando escasee el producto. Esos están infectados por el virus del egoísmo. Gente de ojos brillosos por la ansiedad compra grandes cantidades de papel higiénico, mascarillas, guantes descartables, desinfectantes, agua embotellada, cereales, etc. Los que no pueden adquirir esos productos son las víctimas del egoísmo y Covid-19.

La humanidad, durante toda su historia ha sobrevivido sacando lecciones de las catástrofes (terremotos, maremotos, sequías, incendios, aluviones, friajes, pestes, guerras, etc.). Ante la actual pandemia también tiene que reflexionar y buscar soluciones en los cambios del modus vivendi y no estar sólo esperanzado en la elaboración de la vacuna. Por mi experiencia de haber vivido varias décadas en Corea del Sur y en el área rural de los Andes, cito lo que se puede aprender:

1. La venia leve o profunda. Es suficiente este gesto de saludo cortés en el encuentro y despedida. Ahora debemos evitar el contacto físico en los saludos: apretón de manos, besos (uno o dos en algunos lugares; tres en otros: en las dos mejillas y en la boca).

2. Práctica de más higiene. Abarca muchos aspectos de la vida:
-Quitarse los zapatos en la entrada de la casa. Cuando caminamos la base del calzado está en contacto con el polvo, basura, escupitajo, orina de mascotas, estiércol de aves, etc. Así el zapato es portador de gérmenes infecciosos que pueden llegar hasta el interior de la casa. Algunos hasta ponen sus pies con calzado sobre la mesa para descansar. En Asia es muy común quitarse los zapatos para entrar a la casa. Esto implica que hay que tener los pies limpios y las medias en buenas condiciones.

En mi casa en Lima y en las casas de mis hijas (en Toronto y Baltimore) se cumple esta costumbre que aprendimos en Seúl. Algunos visitantes se incomodan y hasta murmuran por esta exigencia. Las chancletas para el interior de la casa mantienen bien el piso y la alfombra.

-No compartir el mismo vaso al beber. Esto sí debemos cambiar todos, porque los asiáticos y los americanos bebemos, muchas veces, compartiendo el mismo vaso como muestra de la amistad. Cuando no hay vaso y se comparte el contenido de la botella, que puede ser gaseosa o agua, hay que abrir la boca y verter con cuidado el contenido. Así hacen los coreanos. Evitar tomar el contenido de la botella poniendo en contacto los labios.

-Lavarse las manos con mayor frecuencia. Barrer la casa, patio y escaleras con mayor frecuencia. Recuerdo a mi abuelo materno, quien nos narró varias veces: “Retornaba de la chacra cuando escuché ruido atrás, volteé y vi a un varón greñudo, barbudo y casi desnudo que corría bufando y chillando delante del torbellino. Apoyando mi espalda en una roca lo esperé con el bastón listo para defenderme si me atacaba el loco desconocido; pero éste, al verme, salió del camino desviando el curso del viento loco”. Al oírlo muchos dijeron que los perros habían ladrado mientras pasaba el torbellino. “Ahora: limpiemos la casa, el patio y el camino; y quememos la basura para borrar la huella del puriqishyay” -aconsejó-. Después de unos días muchos niños de las casas no aseadas se enfermaron y murieron con chiraqya (tos convulsiva). La palabra quechua puriqishyay se refiere a la enfermedad contagiosa (puriq qishyay: enfermedad viajera). La figura del extraño hombre barbudo es la memoria histórica de que muchas enfermedades (sarampión, viruela, gripe…) llegaron con los barbudos conquistadores.   

3. Uso de la mascarilla. En Corea se usa la mascarilla cuando uno está resfriado o para no inhalar el aire frío en los días frígidos del invierno. Así el enfermo no contagia a otros ni aspira el aire helado.

4. La incineración de los cadáveres. En India y en algunos países asiáticos con la influencia del budismo, los muertos son quemados. Cuando se toca este tema, algunos cristianos objetan por la creencia de “la resurrección de los muertos”. Con todo respeto a la religión, mi padre fue incinerado en Trujillo porque allí le tocó la hora de la muerte, y yo pude llevar su ceniza a mi pueblo natal cumpliendo su deseo y mi compromiso. El sacerdote Wenceslao Calderón también fue incinerado en Trujillo ante la contrariedad de algunos de sus colegas; y su urna con cenizas está empotrada en la pared del local parroquial que con esfuerzo construyó.

La incineración sirve para no depositar las enfermedades en las tumbas bajo tierra o en los nichos. Las cenizas ya no contaminan y pueden guardarse o verterse al río o debajo de un árbol. En Perú, desgraciadamente, hay pocas ciudades con crematorios. Es el momento de fomentar los hornos de incineración.


5. La solidaridad en la vida. La sociedad colectivista o comunitaria sabe ayudarse mejor. La lengua quechua tiene el sufijo de reciprocidad -naku que se pone antes del morfema del infinitivo (-y). Esto es posible con los verbos transitivos, aquí van tres ejemplos: kuyanakuy (amarse recíprocamente), hampinakuy (curarse), yanapanakuy (ayudarse). Si practicamos la solidaridad comunitaria en vez del individualismo podremos superar cualquier catástrofe.

6. Disciplina. Es un valor que se debe inculcar en el hogar y en la sociedad. El disciplinado sabe escuchar y reflexionar antes de actuar. Si la cuarentena y el distanciamiento social son por la salud personal y de los demás, hay que respetarlos.

La peste reta a la humanidad, ésta debe responder bien para sobrevivir.



lunes, 13 de enero de 2020

EL VOSEO EN LA LOZANA ANDALUZA

EL VOSEO EN LA LOZANA ANDALUZA

Francisco Carranza Romero (Universidad Hankuk de Estudios Extranjeros) MONOGRÁFICOS SINOELE 〡ISSN: 2076-5533 〡NÚM. 17, 2018 V Congreso Internacional de la Asociación Asiática de Hispanistas, Tamsui (Taiwán) 2005


1. Introducción 


    El voseo que ya aparece en el “Cantar de Mío Cid”, es de uso general en los siglos XV y XVI tal como vemos en “La Lozana Andaluza” de Francisco Delicado. Este fenómeno afecta al pronombre, verbo y adjetivo posesivo. 

2. Pronombre de segunda persona 

 2.1. Latín 

Tu (singular) / Vos (plural). 
    Tu fue usado solamente en nominativo; para acusativo y ablativo se usó te. Para el caso dativo se usó tibi. 

  Vōs, vos fueron usados en nominativo y acusativo respectivamente. La diferencia, fuera del contexto, estaba en el acento de duración: el nominativo tenía cronema, mientras el acusativo carecía (era una vocal breve). 

 2.2 Romance castellano.
    Si inicialmente el castellano siguió la diferenciación latina del pronombre por número (tu / vos); con el uso frecuente de los tratos respetuosos: “Vuestra Merced, Su Merced, Su Señoría, Su Majestad, Vuestra Alteza, Su Alteza” con verbo en tercera persona singular, el pronombre vos fue desplazado. Entonces vos fue usado en singular invadiendo el campo de tú. El uso alternativo de estos pronombres crea dos resultados:
    Tú, vos > vos (voseo) / Vuestra Merced > usted
    Tú, vos > tú (tuteo) / Vuestra Merced > usted

    “En la España del 1500 tú era el tratamiento que se daba a los inferiores, o entre iguales cuando había máxima intimidad; en otros casos, aun dentro de la mayor confianza, se hacía uso de vos” (Lapesa, Rafael: “Historia de la lengua española”. 132.1, p. 579).

     “Los pronombres usados en el período medieval para segunda persona singular eran tú, como fórmula familiar; vos, como fórmula de respeto” (Fontanella, María Beatriz: “El español de América”. p. 81). En funciones de objeto directo y objeto indirecto vos se convirtió en os, y con imperativos se usó en posición enclítica: andaos, poneos, salíos, subíos.

    Pero hay casos en que el tú y vos son usados sin mucha distinción creando confusiones.
M. B. Fontanella cita dos cartas bonaerenses de la misma remitente (Rosa Basabilbao) al mismo destinatario (Manuel): “Hermano aseme el favor de prestarme cincuenta pesos que necesito… i perdona la molestia… tu hermana que te estima” (1776, Sucesiones 4310) “Hermano Manuel si te quereis aser cargo de las dos capellanias…, podeis aser el Boleto firmado por Vos aver si los que corren con otras capellanias quieren transpassar tu cargo” (1784, Sucesiones 4310) ( Fontanella, M. B.: op. cit., p. 90.

    Lapesa distingue este fenómeno en España y las colonias de América: “En España, el puntilloso cuidado por distinguir los matices de tratamiento impidió que las confusiones entre tú y vos llegaran a crear norma; en la joven sociedad colonial prevaleció un sentido más igualitario” (Lapesa, Rafael: op. cit., p. 582).  . El mismo autor, al hablar de España, señala sobre la causa de la expansión de tú con el repliegue de vos: “Al generalizarse vuestra merced > usted como tratamiento de respeto, tú recobró terreno a costa de vos en el coloquio familiar, hasta eliminarlo durante el siglo XVII y quizás parte del XVIII”(Lapesa, Rafael: op. cit., p. 579). Y, a finales de la Edad Media en España, nos, vos “se reemplazaron por nos-otros, vos-otros, antes empleados sólo enfáticamente para poner la primera o segunda persona en contacto con otra, y luego usados en todo caso como formas única. Nos, vos quedan relegados al estilo elevado y cancilleresco” (Menéndez Pidal, Ramón: “Manual de gramática histórica española”, 93.1, p. 251).

    El proceso de cambios de Vuestra Merced es largo: Vuestra Merced > vuessarced, vusançed > vuested, > vusted, vuced, voacé, vucé > usted.

    La distinción de los plurales vosotros (informal, familiar) / ustedes (formal, de respeto) se neutraliza en Hispanoamérica con la imposición total de ustedes y la ausencia de vosotros. Este rasgo caracteriza al español de América y lo distingue de España. Como con el pronombre ustedes el verbo va en tercera persona del plural, la segunda persona desaparece. Sin embargo, Rafael Lapesa dice que en Andalucía hay casos de ustedes con el verbo en segunda personal del plural.

3. Terminaciones verbales de segunda persona plural

 3.1. Latín 

    Para mostrar los morfemas indicadores de persona recurrimos al tiempo presente del indicativo:          Singular
    1ra. persona: -o, -m (adsum, possum, adsum, absum)
    2da. persona: -s
    3ra. persona: -t
    Plural
    1ra. persona: -mus
    2da. persona: -tis
    3ra. Persona: -nt

    Como la segunda persona del plural es el tema que nos interesa, a continuación se presenta el paradigma latino añadiendo el infijo indicador de la conjugación:
    Amatis (a-tis) primera conjugación
    Temetis (-e-tis) segunda conjugación
    Regitis (-i-tis) tercera conjugación
    Vivītis (-ī-tis) cuarta conjugación

 3.2. Romance castellano de siglos XV, XVI

    Como nuestro tema es el voseo, ahora se presenta los cambios diacrónicos desde el latín hasta el castellano.
    Primera conjugación : amatis > amades> amáis > amás
    Segunda conjugación: temetis > temedes > teméis > temés, temís (algunas veces)
    Tercera conjugación : vivitis > vivides > vivís Los últimos resultados amás, temés, vivís son los usados con vos en las áreas del voseo más generalizado.

4. Imperativo 

4.1. Latín 

    Primera conjugación: sing. ama / pl. amate (-a-te)
    Segunda conjugación: sing. time / pl. timete (-e-te)
    Tercera conjugación : sing. rege / pl. regite (-i-te)
    Cuarta conjugación : sing. vivi / pl. vivīte (-ī-te)

 4.2. Romance castellano

    En el romance castellano el imperativo con sujeto vos sufre la apocopación como se observa a continuación:

    Primera conjugación: amate > amad > amá. Este último resultado podemos ver con otros verbos: cantá, mirá, contá, contáme.
    Segunda conjugación: timete > temed > temé. Otros verbos: tené, sabé, comé, cométe.
    Tecera conjugación: dormite > dormid > dormí. Otros verbos: viví, vení, moríte, reíte.

     “Los imperativos sin la desinencia –d, originalmente plurales, pertenecen siempre en el voseo al número singular e interpelan a un solo interlocutor” (Real Academia Española: “Esbozo de una nueva gramática de la lengua española” (ENGLE), 1.8.3.H.6 nota 47, p. 143. 8). “Las formas andá, corré, vení, después de haberse usado en el período clásico, están hoy relegadas a los dialectos, especialmente a América” (Menéndez Pidal, Ramón: op.cit., 115.3, p. 303). En la siguiente cita el autor localiza el fenómeno antiguo en un país sudamericano. “Vos, -TE > -d, la –d antiguamente podía escribirse –t: andat, sabet. También se pierde en la pronunciación, y esa pérdida estuvo de moda entre nuestros clásicos: andá, hazé, subí; como hoy, por ejemplo, es corriente en la Argentina: cantá, poné” (Menéndez Pidal, Ramón: op.cit., 107.2, p. 281). 

5. El voseo 

    Dos casos de voseo nos interesan en este estudio: 
 5.1. Vos como singular, con el verbo en segunda persona del plural 

    Es el más generalizado y ya aparece en el “Cantar de Mío Cid” 261 veces, frente a 114 de vos con valor plural (ENGLE, 2.14.3, p. 339). Y en España estaba relacionado con el uso de os y vuestro como veremos en “La Lozana Andaluza”. 

    En nuestros días este voseo sin vuestro y os, ahora, pertenece al español americano: Argentina, Uruguay, Paraguay, América Central y sur de México (Rafael Lapesa). Y el imperativo con el voseo tiene su particularidad. “En el voseo americano la pérdida de la –d desinencial dio como resultado una forma aguda terminada en vocal, y el empleo de la tilde, cuando el imperativo no lleva enclíticos, es normal” (ENGLE: 1.8.3.H.6, nota 48, p. 143.10). 

 5.2. Vos como singular, con el verbo en segunda persona del singular 

    Está localizado en Chile, Perú (zonas rurales de Arequipa y Cajamarca, y zonas andinas de La Libertad y Piura), Ecuador, Colombia. Algunos ejemplos: vos sabes, vos sabrás, vos verás, vos vienes, vos me puedes ayudar. En estas áreas el uso de vos se alterna con tú. “Nos tratamos de tú y vos” es una expresión para expresar mucha confianza e intimidad. Dato recogido en Cajamarca (Perú). Algunos lingüistas (Andrés Bello, Rufino Cuervo, Pedro Benvenuto, Joaquín Montes), que han investigado en sus países han calificado al voseo como forma rústica y vulgar; para ellos, el tuteo es propio del habla culta. Sin embargo, en el caso de Argentina, el voseo es general puesto que se usa en la urbe como en el campo.  
    
    El uso de vos y vosotros como plural y con verbo en segunda persona del plural es lo normativo y que sigue la evolución desde el latín. Por eso no lo consideramos como voseo. 

6. La lozana andaluza

 6.1. Referencias del libro 

    El libro “Retrato de la Lozana Andaluza”, aunque escrito desde años antes, su versión base fue transcrita en 1524, desde el 30 de junio hasta el primero de diciembre: “Compuesto el año mil y quinientos y veinte e cuatro, a treinta días del mes de junio, en Roma, alma cibdad” (Resumen de Parte Prima). “Fenezca la historia compuesta en retrato, el más natural que el autor pudo, y acabóse hoy primo de diciembre, año de mil quinientos e veinte e cuatro a laude y honra de Dios trino y uno” (LXVI). En los siguientes años fue retocado. Rampín y Lozana comentan refiriéndose al año del saqueo de Roma, 1527: 
    Rampín: El año de veinte y siete me lo dirán. 
    Lozana: Por ellos padeceremos todos (XII). 

    Se publicó en Venecia en 1528 como una obra anónima. Aunque el castellano es el que predomina, pero hay la presencia del latín, italiano y catalán (X). 

    La obra consta de 66 mamotretos o capítulos, y está dividida en tres partes: 
    Primera Parte: desde el mamotreto I hasta el mamotreto XXIII. Adaptación de Lozana en el ambiente lupanar de Roma. 

    Segunda Parte: del XXIV al XL. Por su experiencia, malicia, sabiduría y prudencia Lozana se mueve como pez en el agua. El Autor dialoga con un Compañero, y éste describe la actividad de ella: “[…] tiene ésta la mejor vida de mujer que sea en Roma. Esta Lozana es sagaz, y ha bien mirado todo lo que pasan las mugeres e esta tierra… y tiene tal labia que sabe quién es el tal que viene allí, y cada uno nombra por su nombre, y no hay señor que no desee echarse con ella… y siempre es llamada señora Lozana, y a todos responde, y a todos promete y certifica, y hace que tengan esperanza, aunque no la haya” (XXIV). 

    Tercera Parte: del XLI al LXVI. Para vivir recurre a su sabiduría: es curandera, bruja, consejera y experta en todos los afeites. 
    Lozana: […] quien veza a los papagayos a hablar, me vezará a mí a ganar. Yo sé ensalmar y encomendar y santiguar cuando alguno está aojado… Sé quitar ahitos, sé para lombrices, sé encantar la terciana, sé remedio para la cuartana y para el mal de la madre. Sé cortar frenillos de bobos y no bobos, sé hacer que no duelan los riñones y sanar las renes, y sé medicar la natura de la mujer y la del hombre, sé sanar la sordera y sé ensolver sueños, sé conocer en la frente la fisionomía, y la quiromancia en la mano, y penosticar (XLII). “Vezar” significa enseñar. 

    El autor prefirió la palabra “mamotreto” en vez de capítulo porque cada capítulo contiene muchas y variadas informaciones de los personajes, hechos históricos,  cosméticos, curación de muchas enfermedades, arte culinario, supersticiones, grabados, etc. Los mamotretos, en este trabajo, están mencionados solamente con números romanos entre paréntesis. 

    La obra tiene mucha influencia de “La Celestina” de Fernando de Rojas. El personaje Caballero compara al mundo de Lozana con la de Celestina: “Monseñor, ésta es la Cárcel de Amor; aquí idolatró Calisto, aquí no se estima Melibea, aquí poco vale Celestina” (XXXVI). Lozana pide a Silvano que le lea sus libros preferidos: “Mi señor, no sea mañana ni el sábado, que terné priesa, pero sea el domingo a cena, y todo el lunes, porque quiero que me leáis, vos que tenéis gracia, las coplas de fajardo y la comedia Tinalaria y a Celestina, que huelgo de oír leer estas cosas muncho” (XLVII).      A pesar de la estricta censura de escribir y publicar libros relacionados con el sexo en la Edad Media, época de la literatura de castidad, Delicado retrató la vida de la gente de estrato social bajo, el mundo de las prostitutas y rufianes. Sus descripciones y hechos son hedonísticos. Con “El retrato de la Lozana Andaluza” (título de la primera edición) se expuso a la censura y marginación. Por eso, la primera edición fue de autor anónimo. 

    Para este trabajo se utiliza las ediciones y comentarios de Claude Allaigre (Cátedra, Madrid, 1985) y Ángel Chiclana (Espasa Calpe, Madrid, 1988). 

    El clérigo Francisco Delgado, que en Italia cambió su apellido a Delicado para latinizarlo o italianizarlo. Posiblemente nació entre 1475 y 1485 (Ángel Chiclana: Introducción, “La Lozana Andaluza”, p. 16). Fue natural de Córdoba, España. 

    Lozana: Señor Silvano, ¿qué quiere decir que el autor de mi retrato no se llama cordobés, pues su padre lo fue y él nació en la diócesis? 
    Silvano: Porque su castísima madre y su cuna fue en Martos, y como dicen: no donde naces sino con quien paces (XLVII). 

    En su obra relata que su madre fue natural de Peña Martos cuya patrona era Santa Marta. Al explicar sobre la patria materna expone su juego verbal y conceptual. La peña dedicada al dios guerrero Marte hace contraste con la virtuosa Marta, hermana de Lázaro y María Magdalena. El mogollón Sagüeso ilustra a Lozana: “El nombre de la ciudad que fue allí edificada por Hércules, sacrificando al dios Marte, y de allí le quedó el nombre Martos a Marte fortísimo” (LIII). 

7. Análisis gramatical y cuantitativo
     Nuestro análisis se limita solamente a la Primera Parte del libro incluyendo el prólogo; pues 23 mamotretos son suficientes para ver el tipo de voseo y los fenómenos relacionados. 

 7.1. Vos 

    Es el caso del pronombre vos refiriéndose a la segunda persona del singular. Se usa como expresión de respeto, cortesía, discurso formal y falta de confianza. 

    Como sujeto expreso: 93. Con el imperativo aparece después del verbo: id vos, salí vos, decíme vos, mirá vos, entrá vos; algunas veces en desiderativo con subjuntivo: viváis vos. 
    Con preposición: 37: a vos 12 veces, de vos 8 veces, para vos 7 veces, en vos (voz) 5 veces, con vos 3 veces, cabo vos, tras vos. 
    Como vocativo: 1. “Señor, vos, estos corales al brazo, por mi amor” (Lozana a Maestresala, mamotreto XIX). 
    Sumando se obtiene 131 veces la presencia del pronombre vos. 

    En la Primera Parte, solamente hay dos casos de vosotros expreso: “¡En Valencia ligaros ían a vosotras!” (Lozana a las catalanas, X). “Sobrino, cená vosotros” (Tía a Rampín y Lozana, XIII). Sin embargo, hay 3 casos de vosotros tácito: “Señoras, ¿en qué habláis, por mi vida?” (Lozana a Teresa y Beatriz, VIII). “Decíme, señoras mías, ¿sois casadas?” “Decíme, señoras mías, ¿hay aquí judíos?” (Lozana a Teresa y Beatriz, IX). 

 7.2. Verbo en segunda persona del plural 

    Aunque vos se refiera al sujeto singular, el verbo está en plural y en segunda persona. Este fenómeno es el más frecuente en la obra que analizamos, pues en los 23 mamotretos hay un total de 377 casos. Entre paréntesis aparecen las formas verbales actuales. Aquí excluimos la forma imperativa por sus terminaciones particulares y que trataremos aparte. 

    El orden está según la frecuencia, de mayor a menor. 
  7.2.1. Indicativo: 292 
    Presente: 204: veis 27, queréis 20 o querés 3 “Mirá, si querés algo” (Rampín a Lozana, XV), sois 20, tenéis 16 o tenés, sabéis 16, decís 11, venís 10, hacéis 7, estáis 7, habéis (tener) 2 “¿Qué habéis, amores?” (Lozana a Rampín), habéis de 5, traéis o traés 6 (traéis), podéis 6, pensáis 5, parecéis 4, buscáis 3, miráis 3, esperáis 3, dais 3, oíslo 2, laváis, andás 2 “Andás aquí, andás” (Estufero a Rampín, XIII), echáis 2, apretáis, acordáis, sentís, lleváis, sudáis, comenzáis, batís, conocéis, halláis, pagáis, valéis, mandáis, sacáis, servís, hiláis, tornáis, dormís, llamáis, olvidáis, asoméis, moráis. 

    La forma verbal “das” (dais) podría ser italianismo porque el personaje Estufero, en la misma oración, usa otra palabra italiana (mancha: propina) que confunde a Lozana: “Señora, das aquí la mancha” (XIII). 
    Paradigma: 1ra. conjugación: -áis > -ás 
                       2da. conjugación: -eis > -és 
                      3ra. Conjugación: -ís 

    Futuro imperfecto: 50: veréis o verés 12 “…verés el templo, veréis Setemzoneis, y reposarés” (Rampín a Lozana, XV), dormiréis 3, ganaréis 3, hallaréis 3, podréis 2, pasaréis 2, habréis 2, quedaréis 2, oirés u oiréis 2 “…que agora oirés tengo de estar años” (Diomedes a Lozana IV), seréis o serés 2, vernéis, perderéis, viviréis, sabréis, maravillaréis, peligrarés “Guardaos de tomar lo ageno, que peligrarés” (Lozana a Rampín, XI), derramaréis, haréis, calentaréis, gastaréis, reposarés, llevaréis, vello hés (verlo habéis > lo veréis) “Vamos allá y vello hés” (Rampín a Lozana, XVI), reirés, andaréis, haréis, ternéis “… de aquí a cinco días no ternéis nada” (Lozana al canónigo, XXIII).     
Paradigma: 1ra. conjugación: -aréis > -arés 
                  2da. conjugación: -eréis > -erés 
                 3ra. conjugación: -iréis > -irés 
    En casos vernéis (vendréis), ternéis (tendréis) hay metátesis de r con n y síncopa de d. 

    Pretérito imperfecto: 9: habíades o habíedes 3 “¿Quién me lo dijo a mí que lo habíades de hacer?” (Tía a su esposo, XIII), morábades “¿Y a qué parte morábades?” (Sevillana a Lozana, VI), veníades, sabíedes “Esto no sabíedes vos; pues que no se os olvide” (Lozana a Rampín dándole lecciones de hacer el amor, XIV), sirvíedes “Y a vos no’s conocí… cuando sirvíedes al señor canónigo” (Autor a Rampín, XVII), llorábades, queríades Pues, ¿qué me enviastes a decir que me queríades dar nuevas de mi madre? (Cortesana a Lozana, XXIII). 
    Paradigma: 1ra. conjugación: -ábades 
                       2da. conjugación: -íades, -íedes 
                       3ra. conjugación: -íedes 

    Pretérito indefinido: 19: nacistes 3 “¿A vos vezo yo, que nacistes vezado?” (Lozana a Rampín, XIV), vistes 2, echastes 2, enviastes 2, hecistes 2, soñastes, salistes “Cuánto ha, señora mía, que salistes de Córdoba?” (Beatriz a Lozana, VII), paristes “Ansí veáis vos de lo que paristes” (Napolitana a Lozana, XI), subistes, acordastes (despertasteis), posistes, dejastes, conocistes.                  Paradigma: 1ra. conjugación: -astes 
                      2da. conjugación: -istes 
                 3ra. conjugación: -istes 

    Pretérito perfecto: 10: habéis visto 2, habéis comido 2, habéis hecho 2, habés llevado “Vos me habés llevado la flor” (Lozana a Rampín, XV), habéis mudado, habéis tomado, habéis cenado.                Paradigma: haber + participio pasado. 

  7.2.2. Subjuntivo: 75 
    Presente: 61: seáis 7, veáis 7, viváis 4, habléis 4, vais 4 “Y vení presto, que quiero que vais conmigo para que traigáis a esta señora cierta cosa que le plazerá” (Mastresala a Rampín, XIX), tengáis 3, dispongáis, vengáis 2, gocéis 2, mostréis 2, estéis 2, maravilléis 2, hagáis 2, olvidéis, muráis, gocéis, sirváis, pongáis, deis, digáis, asentéis “quiere que os asentéis” (tía al esposo invitándolo sentarse, XIII), dejéis, ahinquéis, vecéis (enseñéis), fatiguéis, calléis, llaméis, hiléis, acompañéis, jabonéis, traigáis, enojéis, miréis, seáis, halléis. 

    Paradigma: 1ra. conjugación: -éis 
                      2da.conjugación: -áis 
                      3ra. conjugación: -áis 
    La forma vais equivale al actual vayáis (con epéntesis de ya). 

   Pretérito imperfecto: 7: fuésedes 2, supiésedes (supiéseis), enviásedes, probásedes “Si vos me probásedes” (Rampín a Lozana, XII); hubiérades, viérades “¡… si la viérades vos desnuda en la estufa! (Rampín al tío, XIV). 
    Paradigma: 1ra. conjugación: -ásedes 
                2da. conjugación: -ésedes 
                3ra. conjugación: -ésedes 

    Futuro imperfecto: 6: quisiéredes (quisiéreis) 3, mandáredes (mandáreis) 2 “Mi señor, yo iré de muy buena voluntad donde vos, mi señor, me mandáredes” (Lozana a Diomedes, IV), hiciéredes.          
  Paradigma: 1ra. conjugación: -áredes 
                     2da. conjugación: -éredes 
                     3ra. conjugación: -éredes 
Condicional simple: 1: podríades “…en Roma no podríades encontrar con hombre que mejor sepa el modo de cuántas putas hay” (Valijero a Lozana, XX). 

    El presente del indicativo es de mayor frecuencia debido al diálogo sobre los hechos de la vida cotidiana. 

 7.3. Imperativo En 23 mamotretos hay un total de 324 casos. 

 7.3.1 Afirmativo Con 298 casos 
    a) Con –d apocopado. Es de frecuencia alta: 255. Como consecuencia de esta elisión, la vocal final lleva el acento de intensidad, se usa la tilde para evitar la confusión. 
    Mirá 61 “Mirá qué bellacas” (Lozana a Sevillana, VI), descí o decí 25, vení 22, andá 17, dejá 11, tomá 10, hacé 6 “Vos llegá cortés y hacé una reverencia” (Tía a Lozana, III), esperá 6, entrá 5, dormí 4, mostrá 4, quitaos 3, alzá 3, catá (mirad) 3, pensá 2, passaos 2, salí 2, guardá 2, serví 2, comprá 2, acordá, traéme 2, torná 2, caminá 2, asentaos 2, echá 2, abrí 2, procurá 2, meté 2, enjaboná o jaboná 2, asomaos 2, prestáme, buscá, volveos, tirá, laváme, cobijaos, esté, enlodá, disponé, reposá, matá, quedaos, llegaos, bebé, llegá, retraeos, ecomendámela, respondé, acabáme, perdonáme, notá, callá, sentáos, válaos (Posiblemente: Idos a Dios, porque luego el Auctor le manda al diablo a Rampín: “Válale el diablo” XVII), teneos, poneos, comé, aparejáme, estaos, solicitá, sobí, rogá, tené, dáme “Mi vida, dáme licencia …besaros de buena gana” (Valijero a Lozana, XXII. Por el contexto del trato recíproco se deduce que no se trata de tuteo), guardá, empleá, prometé, sahumáos, ponelle. 

    Muchos usan pronombres personales enclíticos: dejáme, decíme, decínos, perdonáme, echaos, traéme, tornásela, tornáme guardaos, compráme, esperáme abríme, prometéme. 
    Paradigma: 1ra. conjugación: –á 
                       2da.conjugación: –é 
                      3ra. conjugación: -í. 
     b) Con –d. El mantenimiento del morfema del imperativo es de frecuencia 43
    Id 8 “Id vos, y besaldo donde sabéis” (Lozana a Sorolla, X), andad 4, sed 2 “Hija, sed buena” (Madre a Lozana, I), dad 2, dalde 2 (le se refiere a hombre), daldo 2 (lo se refiere al diamante) “Andá, Trigo, daldo y mirá si podéis sacalle más” (Rampín, XVI), abrilde 2, decilde 2, decilda 2“Decilda que Trigo me mandó que viniese a hablalla” (Mastresala a Rampín pidiendo audiencia con Lozana, XIX), socorred, mostrad, quitad, cobrildas (cubridlas), besaldo, mirad “Mirad que me ha traído cebada” (Lavandera a Lozana, XII), tomad, bebed, comed, guardaldo, sabeldo, llamaldo, notad (el autor se refiere al lector), ved, llevalde, haceldo, untaldo. 

    Cuando este imperativo –d lleva los enclíticos le, lo, la o sus plurales se produce la metátesis de la lateral /l/ con /d/: cobrildas, besaldo, abrilde, dalde, sabeldo, decilde, decilda (evidente diferenciación de género en las vocales finales: e para masculino; a para femenino), daldo, hacelde, llamaldo, llevalde. 

    Pero también hay uso alterno de imperativo con y sin –d: tomad, tomá, bebed, bebé “Señora, tomad, bebed, bebé más” (Estufero a Lozana, XIII), mostrad, mostrá, notad, notá. 
  7.3.2. Negativo Hay 26 casos de imperativos negativos con la forma del subjuntivo. 

    No curéis (curés: 3 veces) 11 “No curéis, que a todo me hallaréis” (Rampín a Lozana, XIX, “No curés, que el canónigo tiene la culpa” Cortesana a Lozana, XXIII), no digáis 2, no lo hagáis 2 “¡Ay, prima Hernández, no lo hagáis!” (Beatriz, VII), no’s envolváis, no toméis, no os alteréis, no vecéis, no gastéis, no’s desnudéis, no lo rompáis, no me lo mandéis, no aparajés, no tardéis, no’s maravilléis. 

 7.4. Os 

    Este pronombre es el resultado del desgaste de vos. En esta Primera Parte aparece 148 veces. Puede estar como proclítico o enclítico. 
  7.4.1. Como reflexivo: 28. “Señora, sentaos” (Beatriz a Lozana, VIII). “No’s maravilléis” (Lozana a Napolitana, XI). “Señora, quedaos aquí” (Napolitana a Lozana, XI). 

  7.4.2. Como objeto directo: 59. “Si os hablare, abaja la cabeza y passaos…, si os tomare la mano, retraeos” (Tía a Lozana, III). “Ya os entiendo” (Camisera a Teresa, VII). “Señora, para serviros más que hermano” (Mastresala a Lozana, XIX). 

  7.4.3. Como objeto indirecto: 61. “¿Y la humildad os hace hundir la boca?” (Lozana a Lavandera, XII). “Pues hago’s saber que ese hurón no sabe cazar en esta floresta” (Lozana a Rampín, XIV). “Sea ansí, yo os lo traeré” (Rampín a Lozana que pide un morterico chiquito, XV). 

7.5. Vuestro 

    “El latín, junto a vester conocía vŏster, y la analogía generalizó esta forma en el latín vulgar: nŏstru, vŏstru dieron nuestro, vuestro, con –a en femenino, con –s en plural” (Menéndez Pidal, Ramón: op. cit. 97, p. 258), Vuestro puede estar en función adjetiva o pronominal; y en la Primera Parte hay 51 casos. 

  7.5.1. Como adjetivo: 43. “¡Socorred el vuestro siervo!” (Diomedes a Lozana, III). “¡Por vuestra vida!” (Sevillana a Lozana, V). “…si no viene vuestro marido, podréis vos ganar la vida” (Rampín a Lozana, XV). 

  7.5.2. Como pronombre: 8. “Soy vuestra muerta y viva… Disponé como de vuestro” (Lozana a Rampín, XIV). “Señora, por mi fe, que tengo de ser vuestro, y vos mía… y más agora, que soy vuestro yo y cuanto tengo… Esta cadenica sea vuestra” (Mastresala a Lozana, XIX). 

    Aquí no tomamos en cuenta el primer elemento del trato cortés: vuestra merced, ya que lo vemos aparte. 

 7.6. Vuestra Merced 

    Vuestra Merced, que puede estar en minúscula, es el tratamiento de respeto y humildad ante el interlocutor, y lleva el verbo en tercera persona. Y su frecuencia en la Primera Parte es de 28. “¿Y cuándo quiere vuestra merced que partamos?” (Lozana a Diomedes, IV). “¿Qué es lo que manda vuestra merced?” (Rampín a Mastresala, XIX). “Ya lo he dicho a vuestra merced que busque una persona que mire por casa, pues que ni vuestra merced ni yo podemos, que cuando duele la cabeza todos los miembros están sensibles, y vuestra merced se confía en aquel judío de Trigo” (Mayordomo al canónigo, XXIII). 

    Otros tratos de cortesía: Su merced 5 “Beso las manos de vuestra merced. Vení vos, hermano, que lo manda su merced” (Valijero a Lozana y a Rampín, XIX). Su señoría: 2 veces. Vuestra señoría (en el prólogo y dirigido a un supuesto noble, quizás el príncipe de Orange): 1. Vuestra excelencia 1 “Pues venga vuestra ecelencia” (Rampín a Mastresala, XIX). 

    No tomamos en cuenta las expresiones: mi señor, señor mío, mi señora, señora mía porque algunas veces se usa sin el adjetivo posesivo. 

 7.7. Tuteo 

    Es el trato de mayor a menor, de superior a subalterno, y entre personas muy conocidas. Con el pronombre tú el verbo va en segunda persona del singular. En la Primera Parte de “La Lozana Andaluza” hay una frecuencia de 78
    “Daca el aguapiés. Muda aquellas sábanas. Toma esa cabellera. Dale el escofia. Descalza a su meced. Sírvelo porque él te dé la bieandada (propina)” (Lozana a Rampín que se ha vuelto su criado, XIX). 
    “¡Ven abajo, daca un cojín…, apareja que coman algo de bueno!” (Trigo a su esposa Tina, XVI).       
    Vecina: Española, ¿por qué no atas aquel puerco? Lavandera: Anda, vete, bésalo en el buz del hierba. 
    Vecina: Bien, yo te aviso. Lavandera: Pues mira, si tú me lo miras o tocas, quizá no será puerco por ti. 
   Vecina: Bien, espera. Lavandera: ¡Va d’aquí, borracha, a un como tú he lavado la cara con cuajares! (XII). 

    El tuteo también es usado en lo refranes como generalizador: “Ve do vas, y como vieres, ansí haz, y como sonaren, así bailarás” (Trigo aconseja a Lozana, XXII). Este refrán equivale a: A donde fueres, haz lo que vieres. 

7.8. Mezcla de tuteo y voseo 

    Hay casos de mezclas de tuteo y voseo del mismo hablante refiriéndose al mismo interlocutor, lo que nos hace pensar que el paradigma aún estaba inseguro. 
    “Dame acá ese morteruelo de azófar. Decí, hija, ¿echastes aquí el atanquía y las pepitas de pepino?” (Napolitana a su hija, XI). 
    Tuteo: dame. 
    Voseo: decí, echastes. 
    “Disponé como de vuestro, con tanto que me lo tengáis secreto… ¡Aguza, aguza, dale si le das!... Dormí, por mi vida, que yo os cobijaré. Quite Dios de mis días y ponga en los tuyos, que cuanto enojo traía me has quitado. ¡Oh, pecadora de mí!, ¿y despertéos?” (Lozana a Rampín en la primera noche de amor, XIV). 
    Tuteo: aguza, aguza, dale, das, tuyos, has quitado. 
    Voseo: disponé, vuestro, tengáis, dormí, os, os. 
    “Dilo tú, por mi vida… Duérmete… Andá, abridle” (Lozana a Rampín en diferentes momentos, XXII). 
    Tuteo: di, tú, duérmete. 
    Voseo: andá, abrilde. 

8. Comentario final 

    El voseo y sus fenómenos relacionados se iniciaron en España, de donde se expandió a América después de 1492. En otro libro del siglo XVI encontramos estos ejemplos: “Todo eso es así como vos, señor Antonio, lo habéis dicho.” (Luis a Antonio, Tratado Primero). “Decías verdad; pero no se han de tomar las cosas tan por extremo como vos lo hacéis” (Antonio a Bernardo, Tratado Segundo) ( Torquemada, Antonio de: “Jardín de flores curiosas”. Páginas 107, 216).

    En América, Hernán Cortés en 1520 transcribe en castellano lo que dice que Moctezuma le había dicho: “A mí véisme aquí que soy de carne y hueso como vos… Ved cómo os han mentido; verdad es que tengo algunas cosas de oro que me han quedado de mis abuelos: todo lo que yo tuviere tenéis cada vez que vos lo quisiéredes; yo me voy a otras casas donde vivo: aquí seréis proveído de todas las cosas necesarias para vos y para vuestra gente. Y no recibáis pena alguna, pues estáis en vuestra casa y naturaleza” (Cortés, Hernán: “Cartas de relación”, segunda carta, 30 de octubre de 1520, p. 52).

    Bernal Díaz del Castillo, en 1568, escribe lo que le dijo el gobernador de Cuba: “Bien sé que pasastes muchos trabajos, y ansí es descubrir tierras nuevas para ganar honra. Su Majestad os lo gratificará, y yo así lo escribiré, y ahora, hijo, volved otra vez a la armada que hago, que yo mandaré al capitán Juan de Grijalva que os haga mucha honra” (Díaz del Castillo, Bernal: “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”, cap. VII, p. 15).  El mismo autor refiere que Hernán Cortés escogió al viejo Heredia (“tenía mala catadura en la cara, y la barba grande y la cara medio acuchillada, y un ojo tuerto, y cojo de una pierna, y era escopetero”) para asustar a los de Cingapacinga (Tizapancinco) que eran malos vecinos: “Id con estos caciques hasta el río (que estaba allí un cuarto de legua) y cuando allá llegáredes, haced que os paráis a beber y lavar las manos, y tirad un tiro con vuestra escopeta, que yo os enviaré a llamar, que esto hago porque crean que somos dioses, o de aquel nombre y reputación que nos tienen puesto (culúa), y como vos sois mal agestado creerán que sois ídolo” (Díaz del Castillo, Bernal: Op. Cit. cap. XLIX, p. 83).  

    En las dos riberas del Océano Atlántico el voseo evolucionó de diferentes maneras. 
   España: Usan tú y usted en singular; pero en plural prefieren vosotros. Vuestro, como adjetivo y pronombre, está en uso. Os también está en uso como objeto directo o indirecto. 
    América: Usan tú y usted en singular, pero en plural prefieren ustedes. En áreas llamadas voseantes se usa, generalmente, vos con verbo en segunda persona del plural, y en algunos lugares con verbo en segunda persona singular.  

Bibliografía
Cortés, Hernán: “Cartas de relación”. Edit. Porrúa, México D.F., 1979.
Delicado, Francisco: “La Lozana Andaluza”. Edición de Claude Allaigre, Edit. Cátedra, Madrid, 1985. Edición de Ángel Chiclana, Edit. Espasa Calpe, Madrid, 1988.
Díaz del Castillo, Bernal: “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”. Edot. Porrúa, México D.F., 2002.
Echauri, Eustaquio: “Lengua latina”. Edic. Atlas, Madrid, 1944.
Fontanella, María Beatriz: “El español de América”. Mafre, Madrid, 1992.
Lapesa, Rafael: “Historia de la lengua española”. Gredos, Madrid, 1981.
Lausberg, Heinrich: “Lingüística románica”. Edit. Gredos, Madrid, 1985.
Mateos, Agustín: “Gramática latina”. Edit. Esfinge, México, 1940.
Menéndez Pidal, Ramón: “Manual de gramática histórica española”. Espasa Calpe, Madrid, 1958. Moreno de Alba, José: “El español en América”. FCE, México, 1988.
Quesada, Miguel Ángel: “El español de América”. Edit. Tecnológica, Costa Rica, 2000.
Real Academia Española: “Esbozo de una nueva gramática de la lengua española”. Espasa Calpe, Madrid, 1973.
Torquemada, Antonio de: “Jardín de flores curiosas”. Clásicos Castalia, Madrid, 1982.