domingo, 18 de febrero de 2018

LA LENGUA ESPAÑOLA EN GUINEA ECUATORIAL

LA LENGUA ESPAÑOLA EN GUINEA ECUATORIAL 
(Antonio Quilis, Cecilia Casado-Fresnillo) Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid, 1995.



Francisco Carranza Romero

Guinea Ecuatorial, situado entre Camerún, Gabón y el Océano Atlántico, con 400 mil habitantes, es el único país africano cuya lengua oficial es el español desde el referéndum de 1982.

Desde el siglo XV vivió bajo la presión constante de los países europeos, que política, económica, religiosa y culturalmente influyeron en la vida de los ecuatoguineanos. Fue descubierto en 1469 por los portugueses Lope Gonsavez y Fernando Poo. El lo de enero de 147 1, los navegantes Juan de Santarem y Pedro Escobar llegaron a una isla a la que denominaron Annobon (do anno bon). Aunque el tratado de Alcacovas - Toledo (1 479- 1480) convertía al Atlántico en mare clausum para los españoles, éstos siguieron en sus intentos por obtener la posesión legal de estas tierras por su ubicación estratégica: territorio intermedio entre España y Filipinas, y por ser un centro de abastecimiento de esclavos. El tratado de San Idefonso, lo de octubre de 1777, cede a España Guinea Ecuatorial a cambio de unas islas al sur de Uruguay para Portugal.

Siempre estuvo expuesto a las ambiciones de los europeos: Portugal, España, Inglaterra y Francia. Después de declarar su independencia el 12 de octubre de 1968, vivió bajo una dictadura militar nacionalista de Francisco Macías, período en el que retrocedió el idioma Español. Desde 1979 se vive la reconstrucción nacional al mando de Teodoro Obiang Nguema.

Lingüísticamente, es un territorio multilingüe y pluricultural. Hay siete lenguas nativas de la familia bantú, siendo el bubi y el fang las de mayor uso. El idioma español, que penetró al país por la labor de los evangelizadores y la escuela, es la de mayor aceptación y predominio. Las otras lenguas minoritarias son: francés, inglés y pichi (<pichinglis < pidgin english). Debido a esta realidad hay muchos fenómenos de lenguas en contacto.

Los doctores Quilis y Casado-Fresnillo, docentes de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, hacen un estudio exhaustivo del español de ese país africano en los niveles fonológico, fonético, morfosintáctico y léxico, resultado de las encuestas realizadas en el lapso 1981-1993. Sus materiales seleccionados están grabados en un disco metálico que ayuda al lector estudioso a comprobar los datos obtenidos de 466 encuestados que responden un cuestionario de 1710 preguntas.

El español en Guinea Ecuatorial es un superestrato reciente, resultado de la creciente escolarización; por eso, hay más hispanohablantes entre los menores que entre los mayores. Todos los encuestados tienen cierto nivel escolar: primaria o secundaria completas, y algunos licenciados en el extranjero, ya que sólo desde 1980 funciona el centro Asociado de UNED del que han salido ya algunos licenciados. Al 97,6% les gusta el español porque los diferencia de otros africanos, porque es un elemento de unificación nacional (koine) y porque abre la comunicación internacional con España e Hispanoamérica. Eso no significa que se olviden de su lengua materna: el 95% piensa que su lengua materna es muy importante. Uno de los encuestados dice: «Con ella (lengua materna) me conozco, (y sirve) para mantener la identidad nacional».

Conocedores de la realidad lingüística de Guinea Ecuatorial, los autores describen con diagramas y espectrogramas el vocalismo y consonantismo de las lenguas fang y bubi. Y así se puede comprender el tipo de interferencia de estas lenguas en el español. Por ejemplo, el diptongo tónico wé lo pronuncian como en Hispanoamérica {wé} (huérfano, huevo, hueco), diferente de la tendencia de España de pronunciar como {gwé}.

En el nivel de morfosintaxis hay también muchos datos, como el del voseo pronominal: «iEh, vos!». Consideran femeninos los sustantivos terminados en -a: la problema, la mapa, la clima. Elisión del plural -s debido a que en las lenguas bantúes la marca de número precede al nombre: asok (a-sok: cascada), mesok (m-sok: cascadas). Empleo del indicativo por subjuntivo. Este último fenómeno está también presente en los bilingües andinos del quechua y español.

El capítulo «Peculiaridades Iéxicas» presenta un rico glosario comentado del léxico español usado con diferentes significados del uso general; también el léxico nativo asimilado en el español.

El último capítulo es una rica antología de textos orales y textos escritos. Algunos textos orales están transcritos fonética y ortográficamente y, para un lector con conocimientos elementales de fonética y fonología, son valiosos materiales que lo acercan mejor a la lengua descrita.



jueves, 15 de febrero de 2018

DESARROLLO Y DESARROLLISMO

DESARROLLO Y DESARROLLISMO

Francisco Carranza Romero

Los políticos y los técnicos intentan iluminar nuestro mundo con sus floridos discursos repitiendo el vocablo desarrollo y presentándolo como el único remedio para nuestros males. Sin embargo, tanta contaminación y desorden acompañados de otras tantas perogrulladas, loas y verborreas poco aclaran el ambiente. Es que el desarrollo sin planificación y sin la participación del pueblo no es más que el vacuo desarrollismo que genera el caos. 

Central Hidroeléctrica de Quitaracsa

Para no ser abstracto ni genérico, cito un caso concreto: la construcción de la Central Hidroeléctrica de Quitaracsa. En 2006, gracias a las breves noticias periodísticas, la comunidad campesina de Quitaracsa (Perú) se enteró, sorprendida, del proyecto de la construcción de una central hidroeléctrica aprovechando las aguas cristalinas de su río. Sin embargo, sus actuales autoridades y pobladores ignoran los datos precisos: ¿Quiénes participaron en el convenio con la empresa constructora? ¿En qué lugar se construirá? Los campesinos sólo recuerdan a ciertos visitantes citadinos a quienes los atendieron como hacen con los forasteros. Esos forasteros habrían visto la abundancia y la limpidez del río Quitaracsa porque los campesinos no arrojan sus basuras al río. Y esos visitantes, posiblemente, habrían elaborado el proyecto de la central hidroeléctrica. 

¿Los técnicos habrían pensado en los beneficios para la comunidad? O, ¿solamente habrían calculado los beneficios económicos para la empresa vendiendo la energía hidráulica? ¿Se habrían considerado los cambios económicos, sociales, morales y culturales que afectarán a la comunidad? 

Que quede muy claro: Ningún poblador de Quitaracsa se opone al progreso; pero sí, todos quieren saber los detalles del proyecto para poder participar con responsabilidad en el convenio antes del inicio de la obra. La modernidad, por más buena que sea, debe ser aceptada por el consenso general. Si el Ministerio de Energía y Minas ha dado el visto bueno al proyecto de una empresa privada sin hacer participar al pueblo, otra vez se ha equivocado. 

Las distinguidas autoridades peruanas que firman el convenio no conocen los lugares de los proyectos ni vivirán allí. Con este modus operandi de “llevar el progreso ignorando al pueblo” se quita la oportunidad de que el pueblo sea partícipe consciente de los cambios de su historia. Es la obligación de las autoridades distritales, provinciales y regionales de promover el diálogo para informar y orientar cualquier proyecto que afecte a los pueblos para evitar los posteriores enfrentamientos y lamentos como ya han ocurrido con los proyectos mineros. El progreso no debe ser impuesto porque ni el paraíso se impone. Eso hacen sólo los dictadores que niegan el poder de decisión a los pueblos. 

Los quitaracsinos, aunque esperan trabajar como obreros en la obra, también tienen sus temores porque la gente extraña que llegue puede afectar la vida de la comunidad. Y, como ya ha ocurrido en muchos lugares, los extraños pueden dedicarse a excavar y destruir los restos arqueológicos que abundan en la zona y que todavía no han sido estudiados por gente especializada, ya que sólo han sido fotografiados y admirados por los visitantes extranjeros. Los traficantes del patrimonio cultural, que dañan las conciencias de la gente con dádivas y dinero, ya están merodeando. Por algo hay tantos tesoros peruanos en el extranjero que difícilmente serán devueltos. 

La comunidad quechuahablante de Quitaracsa, a pesar de la escuela castellanizante, mantiene muchas manifestaciones culturales propias porque hasta ahora ha vivido sin carretera y sin energía eléctrica. Un pueblo vale tanto por su riqueza cultural como por su progreso tecnológico. Aun en el atraso y pobreza hay valores culturales que deben ser respetados. Y la riqueza cultural tradicional es también una atracción del turismo. 

La realidad es que los campesinos de Quitaracsa, aunque autosuficientes por sus cultivos, ganados, telares y la práctica tradicional de la medicina, no tienen el dinero suficiente para condicionar sus viviendas para la era de la electricidad, ni para la instalación del fluido eléctrico, ni para los pagos mensuales del consumo de electricidad. Si estos problemas no son resueltos antes del inicio de la obra, la central hidroeléctrica no será un beneficio para la comunidad, sólo será un jugoso negocio para la empresa comercializadora de la energía. Y cuando la comunidad reclame sus derechos, la empresa pedirá la protección al gobierno central; entonces llegarán las fuerzas del orden para defender los intereses de los empresarios. Aunque la Historia Oficial no mencione, la memoria colectiva recuerda el modus operandi del sistema político que gobierna. 

Antes del inicio del trabajo conviene que intervengan el Instituto Nacional de Cultura (para defender el patrimonio cultural), el Ministerio de Agricultura, el Ministerio de Energía y Minas, y la comunidad de Quitaracsa para defender sus derechos y asumir sus responsabilidades. 

Así como deseamos que el progreso llegue a los pueblos más alejados para superar el atraso y la pobreza, también deseamos que el pueblo tome conciencia del valor del desarrollo sin convertirlo en una panacea. Porque hay tantos casos en que el desarrollismo ha generado el desorden, la contaminación del medio ambiente, y la muerte de la riqueza cultural que no da orgullo y alegría a los pueblos. Un ejemplo: el pueblo andino de Oroya es uno de los diez más contaminados del mundo debido a la contaminación minera. ¿Un motivo de orgullo para el Perú? 

El desarrollismo y el materialismo han destrozado los grandes valores: la familia, la solidaridad y la ecología. Y el Perú informal es una horrible y desordenada modernidad.