jueves, 25 de octubre de 2018

PERUANOS Y COREANOS DEBEMOS CONOCERNOS MEJOR

PERUANOS Y COREANOS DEBEMOS 
CONOCERNOS MEJOR

 Francisco Carranza Romero (23/09/2012) 



Este escrito tiene dos partes: La primera es sobre un escándalo deportivo actual; la segunda es un recuerdo a un amigo coreano. 

Indisciplina y violencia física 

En la última semana de agosto de 2012 la prensa peruana se ha ocupado de la denuncia de una atleta peruana de haber sido agredida físicamente por el entrenador surcoreano Pedro Kim durante los Juegos Olímpicos de 2012 en Londres. “No voy a permitir que un tipo extranjero venga a abusar aquí en mi país […] Pelearé hasta que el profesor Kim sea despedido por el IPD (Instituto Peruano de Deporte)”. Días después, 14 deportistas peruanos redactaron un documento y lo enviaron a IPD lamentando la indisciplina y apoyando la calidad profesional del señor Kim. 

Estos hechos y comentarios me inducen a juzgar los acontecimientos con mente fría y sin tanto nacionalismo ni xenofobia. .

La atleta Tejeda quería ir a ver la carrera de su amigo peruano. El señor Kim la prohibió porque ella necesitaba concentración porque tenía que competir pronto. Ella desobedeció y se fue a hacer lo que le dio la gana. El intercambio de palabras y hasta la denunciada violencia fueron las consecuencias.

El 15 de septiembre el IPD destituyó al señor Kim de su puesto; la indisciplinada atleta quedó satisfecha. 

Como peruano que he laborado en una universidad coreana por más de un cuarto de siglo conozco algo sobre los coreanos y su cultura, por eso me atrevo a opinar con imparcialidad sobre este caso: 
1. La indisciplina de algunos deportistas peruanos ya sea en deportes individuales o de grupo, no es ninguna novedad. La misma prensa que un día los idolatra, los destroza días después especulando y demostrando las indisciplinas. Todo vale para el mundo del sensacionalismo periodístico. 

2. Tampoco es novedad la actitud prejuiciosa de algunos coreanos hacia el extranjero, especialmente si no es de un país rico. Y si estos prejuiciosos llegan al Perú, fuera de su actividad de comercio, cometerán muchos errores de trato hacia los peruanos. 

3. El apoyo de otros deportistas peruanos al señor Kim es elogiable porque ellos no lo juzgan con criterio nacionalista y racista. Vale mucho ser amigo de la verdad que del paisano. 

Y, aprovechando esta oportunidad, pregunto a los coreanos: Si este caso similar hubiera ocurrido con un peruano en Corea, ¿cuántos coreanos lo habrían apoyado públicamente? 

Perú y la República de Corea (Corea del Sur) mantienen las relaciones diplomáticas por más de cuatro décadas. Los dos países son firmantes de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Artículo 2, inciso: 1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.).

Son miembros de APEC y han firmado el Tratado de Libre Comercio. Durante el tiempo de las relaciones ha habido las visitas recíprocas de los presidentes, ministros y otras autoridades para estrecharse las manos, abrazarse efusivamente, hacerse venias, pronunciar bellos y emotivos discursos y firmar los documentos de buenas intenciones. Sin embargo, ¿cuánto se ha avanzado en el mutuo conocimiento de ambos pueblos? Sin el mutuo conocimiento no se puede esperar el mutuo respeto. 

Es de suma urgencia iniciar la investigación de los textos escolares peruanos de primaria y secundaria para comprobar cuánto y qué se dice de Corea, que no es China ni Japón aunque esté en el mismo continente. Asimismo, se debe investigar los textos de primaria, Middle School y High School de Corea para comprobar lo que se dice de Perú. Sólo después de esta investigación opinaremos cuánto esfuerzo hemos hecho por conocernos. 

Precisamente ahora recuerdo al sacerdote Francisco Marroquín, quien, en el siglo XVI y desde Guatemala, escribió al rey de España sugiriendo el trato que se debía dar a los pobladores del Nuevo Mundo: “Conocerlos hemos. Conocernos han”. Y, siguiendo ese consejo, la labor de los peruanos y coreanos del siglo XXI debe ser: Conocernos hemos. Por no conocernos bien nos faltamos el respeto y nos miramos como seres muy diferentes siendo del mismo grupo zoológico humano.


Maestro Chongjun Yi en el Recuerdo

Ni bien terminaba el mes de julio de 2008, en Lima me enteré de la muerte del maestro Chongjun Yi. En el mes de marzo de 2008 cuando estuve en Corea, a pesar de su avanzada enfermedad, me llamó para decirme con mucho esfuerzo unas palabras de amistad. Fueron suficientes pocas palabras para expresar los sentimientos. El verdadero amor no necesita muchas palabras. Al despedirnos sentimos y sospechamos algo fatal. Nuestro silencio, en los dos extremos del fono, lo expresó todo. Desde entonces siento su ausencia, aunque sus palabras pausadas, casi cantadas y graves siguen resonando en mis oídos: “Profesor Carranza, Corea también es su patria, y yo me siento su hermano mayor”

Aunque desde el 2007 yo ya estaba enterado de la grave enfermedad del maestro Yi, la noticia del mes de julio de 2008 me estremeció. Desde entonces he recordado con más cariño nuestra relación de largos años recorriendo Corea: montañas, lagos, ríos, playas, templos budistas, parques y los restaurantes de comida típica. 

Durante el proceso de la traducción “El paraíso cercado” (Trotta, Madrid, 2003) y “Canto del oeste coreano” (Trotta, 2004) “La fiesta” (en prensa) fui conociendo y admirando a este autor que escarbaba, reflexionaba y exponía muy bien la cultura coreana. Por este motivo tuvimos varios encuentros en un ambiente de sincera relación. Así fuimos cultivando la amistad personal y familiar. En cada encuentro intercambiamos nuestras experiencias de hombres nacidos en el campo y que vivíamos en la ciudad añorando nuestras infancias entre montañas, ríos, mares y en un ambiente de un colectivismo solidario. Y los dos estuvimos de acuerdo en calificar que la ciudad moderna, aunque nos daba la comodidad, nos convertía en individualistas y solitarios. 

Por la traducción de la novela “El paraíso cercado” tuve la oportunidad de conocerlo como un escritor comprometido con su pueblo y su historia en los difíciles tiempos de la dictadura militar. Cuando, por la sugerencia de la editorial Trotta, cambiamos el título original (El paraíso de ustedes) por “El paraíso cercado”, el maestro Yi se emocionó y dijo: “¡Exacto! Este título interpreta muy bien el contenido y la verdadera intención de mi libro; por algo utilizo la palabra ´cercado’ al final de cada capítulo. Al fin, por este título en castellano siento que mi libro ha sido comprendido”. Es que esta novela expone que el pueblo tiene el derecho de ser consultado para elegir y construir su propio camino, y que nadie tiene el derecho de imponerle el camino porque ni la divinidad impone el paraíso. La libertad es un derecho que debe ser respetado. 

La isla de los leprosos, escenario de la novela, es un microcosmos de Corea bajo la dictadura militar: Los leprosos rechazan la comodidad y modernidad que el “humanitario” director les impone sin consultarles. 

“La fiesta”, una novela motivada por el fallecimiento de su propia madre, relata la concepción del acto de morir, la muerte y el rito funerario coreano. Esta obra también me emocionó. Es que los ritos fúnebres de Corea se parecen mucho a los ritos andinos. Cuando le conté sobre los ritos de mi pueblito andino, él se puso serio y habló con mucha seguridad: “En los mitos y en los ritos están las raíces más profundas de la humanidad. Y sólo con la reflexión profunda y seria llegamos a comprender que todos somos hermanos”. El maestro Yi no sólo era un artista, también era un antropólogo serio. Entonces, espontáneamente, nos levantamos de nuestros asientos, nos estrechamos las manos y nos abrazamos. Saboreando la deliciosa ensalada quimchi brindamos el licor makoli (la chicha coreana) con el deseo de que el amor universal supere las discriminaciones entre los seres humanos. Es que él ya estaba enterado de la política segregacionista hacia los extranjeros en muchas instituciones coreanas. Gracias a él y a otros amigos coreanos llegué a amar al pueblo coreano. 

Después de conocer la Península de Yucatán el maestro Yi nos comenzó a relatar pedazos de un relato que estaba madurándolo. Sólo después de siete años de reflexión, de pelea con las palabras, imágenes y de aproximación a los escenarios y personajes nos mostró el relato concluido: Un viejo inmigrante coreano descubrió en una pequeña isla de Yucatán una flor coreana, desde entonces el abuelo se ausentaba por días porque se iba a visitarla y a contemplarla soñando en la lejana isla Cheju, ubicada al sur de la península coreana. Ese anciano señor Corona, adecuación del apellido Ko a la realidad mexicana, vivía añorando su pueblo natal. Es que el maestro Yi había comprendido el sufrimiento interminable y silencioso de los extranjeros en tierras ajenas, especialmente cuando no son incluidos. 

Aunque pasen los años no olvido al hermano mayor coreano, y sigo diciendo mi despedida final en el último diálogo por teléfono: “Hasta luego maestro Yi”. Estoy seguro que él, desde la otra dimensión cercana, me sigue contemplando como a un hermano. “Coreano” o “peruano”, son simples marcas del lugar de nacimiento y del contexto sociocultural. Ahora prefiero el silencio, las palabras sobran. Frater Yi, requiesca in pace. 




Maestro Yi Chong-Jun (como es más conocido: el apellido precediendo al nombre)







jueves, 11 de octubre de 2018

LIBRO TESTIMONIAL Y CRÍTICA SINCERA SOBRE VÍCTOR RAÚL HAYA DE LA TORRE

LIBRO TESTIMONIAL Y CRÍTICA SINCERA SOBRE HAYA DE LA TORRE




Francisco Carranza Romero
Profesor de la Universidad de Corea del  Sur

La lectura del libro “Víctor Raúl Haya de la Torre: Bellas Artes, Historia e Ideología” (2018, PUCP, Lima) del doctor trujillano Eugenio Chang-Rodríguez es un material valioso porque ayuda a conocer muchos datos testimoniales del fundador de APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) porque el autor conoció y compartió momentos con Víctor Raúl Haya de la Torre (VRHT).

El libro presenta los datos biográficos de VRHT en orden cronológico: Nació el 22 de febrero de 1895, en Trujillo, área geográfica de la cultura precolombina mochica. Desde su infancia visitó las ciudades de barro como Chanchan, contempló las bellas cerámicas que reproducen imágenes de vegetales, animales y gentes con sus costumbres y actividades (pesca, deporte en caballitos de totora, enfermedades, curanderismo y momentos de alegría y tristeza). Después, al recorrer el Perú conoció otros vestigios de construcciones y artes como la antigua industria textil del Perú.

Creció saboreando la rica realidad artística: las artes plásticas de las escuelas europeas que trajeron los españoles y que fueron bien recibidas y peruanizadas por el talento de los peruanos; los géneros de música precolombina, europea y africana.

Fue estudiante del colegio Seminario San Carlos y San Marcelo (Trujillo) donde tuvo como condiscípulos a Macedonio de la Torre, Alcides Spelucín…

En 1913 ingresó a la Universidad Nacional de Trujillo donde conoció al poeta César Vallejo Mendoza con quien cultivó una gran amistad como para defenderlo de las críticas injustas y prejuiciosas de los aristócratas trujillanos (“Hiperestesia. Mis primeros versos para César Vallejo”. Publicado con el seudónimo Juan Amateur). Una leal demostración amical. Vallejo y VRHT fueron miembros del 
Grupo de Trujillo que más tarde se convirtió en Grupo Norte donde también estuvo Ciro Alegría.

En 1917 se trasladó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Fue vicepresidente de la Federación de Estudiantes del Perú. Con este cargo conoció a Manuel González Prada, quien entonces era el director de la Biblioteca Nacional. En sus años de universitario estuvo en contacto con los movimientos de los estudiantes y obreros. Estas actividades lo hicieron “peligroso” para el gobierno; por eso se vio obligado a huir del país y vivir en el exilio donde ganó muchas relaciones y experiencias. En México se relacionó con José Vasconcelos, Diego Rivera, Jesús Silva Herzog…

La dictadura de Luis Sánchez Cerro (1931-1933) persiguió a VRHT y a los miembros de PAP (Partido Aprista Peruano, fundado en 1930). En 1932 los impacientes e idealistas obreros apristas se sublevaron y enfrentaron al ejército. Como es de suponer, fueron vencidos, capturados, torturados y fusilados. El Búfalo Barreto (Manuel Barreto Risco) es hasta ahora muy recordado.

En el ochenio dictatorial de Manuel Apolinario Odría (1948 – 1956) también hubo persecución de los apristas. Sin embargo, a pesar de estas experiencias amargas, en vez de apoyar al movimiento socialcristiano representado por la Democracia Cristiana, el PAP prefirió respaldar y dar el triunfo al conservador Manuel Prado (1956 – 1962). Sobre esta actitud muy comodina y pragmática, alejada de la doctrina aprista, don Eugenio dice: “La errónea política colaboracionista hizo perder al PAP su hegemonía en las universidades y en los sindicatos laborales…”

En 1963 Fernando Belaunde Terry asumió a la presidencia con la alianza de dos partidos: Acción Popular y Democracia Cristiana. APRA y UNO (Unión Nacional Odriísta), los dos partidos perdedores, formaron la alianza en el congreso; y, como constituían la mayoría, se dedicaron a tumbar ministros y a vetar muchos proyectos del Poder Ejecutivo. Los apristas sinceros y críticos se sintieron desilusionados y traicionados; consideraron que el partido se había alejado de los principios revolucionarios; prefirieron salir del PAP y fundaron el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) que inició la guerrilla de 1965 liderada por Luis de la Puente Uceda.


Como intelectual fue una brillante figura que vio el mundo desde América y defendió que cada sociedad tiene su propio proceso histórico. “Haya refutó a Hegel cuando afirmó de manera categórica que Europa es absolutamente, el término de la Historia Universal. Demostró que no hay una sola Historia y que Occidente no es la meta final de las aspiraciones humanas” (p. 209). Haya se adelantó a la globalización y a los tratados de libre comercio, propuso la construcción de la identidad latinoamericana.

Hasta 1979, año de su fallecimiento, los apristas tuvieron a Víctor Raúl Haya de la Torre como maestro a quien podían consultar y escuchar.


miércoles, 15 de agosto de 2018

MORIR CON DIGNIDAD, DESEO DE TODOS

martes, 14 de agosto de 2018


MORIR CON DIGNIDAD, DESEO DE TODOS




Francisco Carranza Romero

Cumpliendo mi romería de cada año volví a Seúl en julio de 2018 para cumplir los compromisos académicos y para celebrar los reencuentros familiares y amicales. Pero, cada reencuentro tengo sabores diferentes.

A pesar del clima caluroso y con bochorno que, algunos días superó los 40°C, hice visitas a dos hospitales yoyangwon donde cuidan a los pacientes que ingresan aún conscientes (muy pocas veces) o ya inconscientes. Ahora narro mis experiencias en esos centros.

1. Acompañado de mi esposa y de mi cuñada entro a un hospital. Subo al segundo piso y entro, Al fin, en un reducido cuarto donde yacen 6 pacientes. Presuroso y con mucho cuidado me acerco a la cama de mi concuñado quien está tendido sobre una cama, recibe el oxígeno por un tubo que penetra por su boca, en un brazo recibe el suero intravenoso las 24 horas, no siente mi llegada y supongo que tampoco me oye ni me ve. Acercándome a su oído le digo: ¡Hermano mayor, aquí estoy! Sus ojos, aunque abiertos, no se fijan en un determinado punto. Está en esta condición por dos meses. Dicen que otros pacientes semimuertos están así por años. El comentario me conmueve más porque a mí no me gustaría estar así por tantos días, meses... “Prefiero la muerte que esta vida”, es mi amarga conclusión. ¿Fue un error que los de 911 le hicieran la reanimación cardiopulmonar a un señor de más de 80 años?

Mi cuñada, acompañada de sus hijos, fue a hablar al médico jefe. El resultado del diálogo: Legalmente no se puede sacar al paciente. Tampoco se puede aplicar la eutanasia. El paciente es, realmente, un cliente y seguro aportante del hospital.

En la tercera visita estrecho la mano semimuerta de mi concuñado en señal de despedida. En mi condición de andino yo oro a los apus andinos y coreanos para que lo ayuden a cruzar pronto el río que divide las existencias.

Y el 11 de agosto, a las 5.30 pm, hora de Toronto, recibimos la llamada de la familia de Corea avisándonos la muerte del familiar. Aunque el llanto es mi primera reacción; después, me tranquilizo pensando que la calma ha llegado: Ahora mi concuñado coreano descansa.

Desde Canadá acompaño mental y espiritualmente a la familia coreana en los ritos fúnebres: dos días de velatorio, incineración, y el rito de despedida al tercer día después del entierro. Este último rito de despedida es como pitsqay o pichqay (pistqacinco), rito andino en el quinto día post mortem.

2. Enterado de que el profesor coreano Chang Sunion está en un hospital yoyangwon, voy para verlo y despedirme porque mi visita a Corea es sólo una vez al año y por un mes. Haciendo varios cambios del tren subterráneo llego al hospital acompañado de un exembajador coreano con quien mantengo la amistad por décadas. Y él, al entrar a un cuarto con 6 camas, es quien me señala a un paciente de cabeza rapada. Mi recuerdo era: un hombre calvo, pero con abundante cabellera en los parietales y en el occipital. Ahora, para mí está desconocido. Me acerco a su lecho porque él está tendido.

-¡Profesor Chang, aquí estoy!
-¡Omona! ¡Omona! (¡Madre mía!¡Madre mía!) ¿Carranza? -Estira sus brazos y trata de levantar su cabeza-.
-Sí, profesor Chang, hermano mayor. Vengo desde Perú para verlo.
-Mis lentes, por favor. ¿Estoy soñando o estoy despierto? -Se pone los gruesos lentes con torpeza.

Me toma una mano, la estrecha y no la suelta. Sonríe, pide a un auxiliar que le alce la cama donde reposa su cabeza. Él está lúcido, no ha olvidado el español. Yo recuerdo que él mismo me contó en 1980, mi primera visita a Corea, que había traducido y publicado “El Quijote” en lengua coreana. Ahora me cuenta que sus dos hijas se han casado: una con un francés, la otra con un español de Valencia -enfatiza la pronunciación ceceante en la última sílaba-; por eso viven en el extranjero. 


Hablamos recordando muchos acontecimientos. Bromeamos como en los tiempos cuando éramos colegas del Departamento de Español en Hankuk University of Foreign Studies donde laboré por 26 años. Hasta que, recordando a los colegas menores (sus exalumnos) del Departamento, se enfurece y exclama: ¡Esos malditos! Es que ellos, olvidándose la enseñanza de Confucio: respeto al maestro, lo maltrataron en los dos últimos años antes de su jubilación. Como manda la ley, él dejó la labor de docente universitario a los 65 años sin ninguna ceremonia ni reconocimiento. Se retiró de las aulas muy resentido, desilusionado y enfermo. 

Como todo reencuentro en el hospital, éste también se hace breve. Nos abrazamos, nos despedimos emotivos porque pensamos en muchas cosas: Quizás ésta podría ser la última oportunidad para los que vivimos en lugares muy distantes: Perú y Corea. La vida está llena de sorpresas. Nadie puede comprar la vida. Nuestra vida es frágil. Nuestras lágrimas premonitorias rompen las barreras del nacionalismo y etnocentrismo. Los humanos tenemos los mismos sentimientos.


Recuerdo la enseñanza del maestro Sidarta Gautama para quien la vida es un proceso de sufrimientos: nacimiento, enfermedad, vejez y muerte.


viernes, 10 de agosto de 2018

EL PERÚ ES UN MENDIGO SENTADO SOBRE UN BANCO DE ORO

         EL PERÚ ES UN MENDIGO SENTADO 
      SOBRE UN BANCO DE ORO
                                    Francisco Carranza Romero

INSULTO ANTES QUE ELOGIO
Esta expresión atribuida al italiano Antonio Raymondi, que muchos la repiten como si fuera un elogio para el Perú, es una aguda crítica antes que un bonito piropo. Confieso que yo también, cuando estaba en la escuela primaria, creía que se trataba de un elogio; pero, con los años de reflexión me parece más una severa crítica antes que un elogio. Analicemos la expresión por partes.

El Perú es un mendigo”. Qué afirmación tan hiriente; pero, lamentablemente, verdadera para el Perú contemporáneo. Los gobiernos de turno han convertido al Perú en un país pedigüeño o mendigo internacional. No hay cuando termine esta campaña oficial e internacional de pedir ayuda para resolver cada problema inmediato. Para despertar la compasión de personas e instituciones extranjeras se presentan cifras e imágenes alarmantes. Así parece que el Perú fuera el único país de los grandes desastres naturales, un país castigado y olvidado por el mismo Dios.

Sin embargo, en todo el mundo suceden algunos de estos desastres naturales: tifones, tornados, huracanes, inundaciones, aluviones, sequías, heladas, nevadas, maremotos, terremotos, fallas geológicas que sepultan pueblos, erupciones volcánicas, etc., que causan el dolor humano. Y muchos países, que no cuentan con un programa de prevención, no cuentan con presupuestos suficientes para superar los estragos de los fenómenos naturales.

Pero hay otros desastres que son resultados de la falta de planificación y de la falta de ética de la misma gente: La corrupción que padecen las autoridades es una peste que  contagia hasta los niveles inferiores. El menosprecio de los grupos del poder hacia los que tienen otro color y otra cultura. Las mentiras electoreras de los candidatos que prometen aun sabiendo que no van a poder cumplir las promesas, y la masa electoral cómplice que vota por un candidato aun sabiendo de estar siendo engañada. Así el país vive en un caos donde reinan la injusticia social, la inseguridad social, la violencia institucionalizada y de grupos civiles armados como respuesta, el abuso del poder contra los pobres, el olvido de las áreas rurales, la desocupación, la discriminación racial y cultural...

El país se sigue endeudando más y más, y el dinero de la deuda parece que nunca hubiera entrado al país. ¿Dónde está siquiera la mitad de toda la deuda peruana que supera tantos miles de millones de dólares? ¿No estará depositada en las cuentas de los exgobernantes, de sus familiares y allegados ganando intereses en los bancos extranjeros?

Al recorrer los centros turísticos, la vitrina del Perú para los visitantes, nos encontramos con las manos estiradas y semiabiertas pidiendo limosna. En Sacsayhuamán y Machupicchu, soberbios monumentos prehispánicos de la creatividad y del trabajo, hay adultos y niños en actitud de limosneros pi­diendo "wan dólar" (one dollar). ¡Qué pedagogía de la mendicidad! Esas imágenes de mendigos actuales son las que se llevarán para siempre los visitantes.

Para justificar la mendicidad se recurre a las palabras “solidaridad”, “colaboración”, “saber compartir”, “beneficencia”, y luego se extiende la mano dispuesta a recibir. Sin embargo, ¿los acriollados que gobernaron el Perú supieron ser solidarios con sus paisanos indígenas? Las leyes de tributación a los indígenas, y las leyes de educación son ejemplos de esa discriminación. Los grupos del poder económico y político no supieron compartir; para salvar su capital ahorraron en bancos extranjeros, y cuando los obreros y campesinos hicieron peligrar sus propiedades e intereses recurrieron a las fuerzas armadas para callarlos temporalmente o para siempre. Para pedir colaboración hay que estar laborando y no esperar que otros vengan a laborar. 

¿Qué ha pasado que ya no se siente el mensaje del canto "Tengo el orgullo de ser peruano y soy feliz"?

El Perú es un mendigo sentado”. Esta expresión dice que el Perú es un país sentado, no de pie, no en actitud de labor y lucha. La mejor posición de un mendigo es estar sentado. Los antiguos pobladores no hubieran podido realizar esas grandes obras que desafían al tiempo y a los desastres naturales con esa actitud de estáticos sentados. ¿Desde cuándo el Perú optó por la actitud del mendigo sentado para pedir ayuda a las instituciones y gobiernos extranjeros?

El Perú es un mendigo sentado sobre un banco de oro”. El banco de oro es una manifestación de riqueza; pero, ¿de qué sirve la riqueza si no se la trabaja, y si no genera bienestar para la población? Si no hay inversores nacionales para explotar esa riqueza, abramos las puertas a inversores extranjeros para que den ocupación a miles de personas que buscan un trabajo, suscribamos contratos que satisfagan tanto a los peruanos como a los inversores. Veamos a todos los países del mundo -como China, Rusia, Corea del Sur, Japón y Estados Unidos- hacen esfuerzos para atraer los capitales extranjeros. 

Y Perú, para dejar de ser “un mendigo sentado en un banco de oro”, debe abrir sus puertas a los inversores, cumplir sus compromisos suscritos y dar seguridad para no espantarlos.



TUMSHUCAICO, UN RESTO ARQUEOLÓGICO POR ESTUDIAR

TUMSHU QAYKU, UN RESTO ARQUEOLÓGICO
POR ESTUDIAR
               Francisco Carranza Romero

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La Municipalidad Provincial de Huaylas imprimió un folleto dedicado a “Tumshukaiko“ (transcribo tal como lo estoy viendo en el folleto) con atractivas fotos como para encantar a los visitantes. Agradecí a quien me lo obsequió. Pero, cuando ya me puse a leer comencé a sentir vergüenza, ira y pena por los disparates de la sección de etimología. Dice el folleto: “tumshu = masa nerviosa del cerebelo, tuétano, médula. caico (cambia la ortografía) = somos o estamos (segunda persona plural), encierras”. Y el improvisado etimologista no se atreve a proponer el significado de todo el topónimo, quizás ya sospechaba de su metida de pata.

Quien haya propuesto la explicación etimológica de Tumshu Qayku, por más doctorado y catedrático que sea, es un ignorante del quechua y de sus cambios fonéticos.

La palabra quechua referente a “seso, médula y tuétano”  es “tuqshu” (la resalto en cursiva para que se distinga bien) que, algunas veces, significa además “tonto, cretino”. Juzgándola según las leyes de la Lingüística no es posible que “tuqshu”, por un raro cambio fonético, haya generado “tumshu”, porque el sonido “q” (oclusivo postvelar ausente en el castellano y que por eso hay tantas formas de transcribir) no se convierte en “m” (oclusivo, bilabial, nasal). Reto al etimologista que ponga más ejemplos en que “q” se haya convertido en “m”. Es en este caso que debemos decir: Zapatero a tus zapatos.

¿En Caraz ya no hay personas que saben el quechua como para no haber corregido antes de la impresión de esas tonterías etimológicas? Disculpen, ahora la ira es más fuerte que la vergüenza y pena. En mi condición de hablante del quechua del área de Áncash, nacido en la comunidad campesina de Quitaracsa, provincia de Huaylas, me atrevo a hacer las siguientes aclaraciones, porque creo que la verdad, y no la ignorancia, es la que nos hará libres.

Tumshu: adormecimiento, entumecimiento. De allí deriva el verbo “tumshuy”. Decimos: Chankaa tushshushqa (Mi pierna se ha adormecido), cuando sentimos el adormecimiento de la pierna después de una sentada larga provocando la mala circulación de la sangre. Ese entumecimiento está acompañado de cosquilleos internos, dolor y pesadez.

Qayku: lugar cercado, encerrado como puede ser un corral, vivienda amurallada. En Quitaracsa hay topónimos: Qayku, Usa Qayku (Corral piojoso) que refieren a lugares que tienen una sola vía de entrada y salida, excelentes parajes para mantener animales y también para sembrar.

Es posible que Tumshu Qayku o Tumshucaico (ortografía castellanizada) haya sido un castillo o templo amurallado y quizás con algunas celdas que producían adormecimientos. Solamente cuando las excavaciones y estudios hayan avanzado podremos constatar el valor y el verdadero significado de este resto arqueológico que, si bien es cierto, han comenzado a excavar; pero, para dejarlo al abandono y a la intemperie. La piedra larga, que quizás fue una formidable columna, está botada y siendo destruida por gente que la golpea como para hacerla pedazos. Además, muy cerca ya hay viviendas en desorden. Ya aparecieron muchos corralitos como “kuchi qayku” (chiquero), “wallpa qayku” (gallinero), “ismay qayku” (excusado, cagadero), etc. Los que viven allí, ¿cuentan con la licencia del municipio o de la Casa de la Cultura? No creo que sean las casas de los guardianes, porque éstos estarían preparados para cuidar el resto arqueológico.








TRADUCIR NO ES TAN FÁCIL COMO SE CREE


TRADUCIR NO ES TAN FÁCIL COMO SE CREE
           Francisco Carranza Romero

 La traducción de una obra implica muchos factores previos y posteriores que facilitan y obstaculizan el proceso.

Los traductores

La traducción de las obras literarias exige condiciones especiales de los traductores, porque no basta hablar, leer y escribir una segunda lengua para estar en condiciones de realizar una buena traducción en ésta. Los traductores de obras literarias deben ser buenos lectores de las obras literarias para estar acostumbrados al lenguaje literario. Hago esta repetición de “literario” para distinguir que mi comentario se refiere solamente a la traducción en el campo de la literatura. El que no es un buen lector de las obras en la lengua fuente o en la lengua meta, difícil que comprenda y sienta los recursos de la estética verbal. Hay tantas obras bellas e interesantes en su lengua original que no tienen aceptación ni éxito en la versión traducida.         

Los traductores deben tener ejercicios de creación y composición literarias para transcribir con más precisión el mensaje y la belleza de una obra en otra lengua porque la traducción es la reescritura de la obra.

Conocer todo el contorno de una obra, porque ella no puede estar ajena a los factores históricos, económicos, políticos, religiosos y otras expresiones culturales. Hasta las expresiones lingüísticas varían de significado según la época, grupo social y localidad. Por ejemplo: la palabra “camarada” puede tener buena connotación en la sociedad donde predomina la ideología comunista; pero, esta misma palabra puede ser despectiva en otra sociedad donde se odia a los comunistas.

La honestidad es una virtud necesaria también en la traducción, cuando hay dudas de comprensión de la obra se debe consultar a los mismos autores –si están vivos-, a los críticos y a otros que entiendan la literatura. La impaciencia es la causa de que muchas grandes obras en su lengua original no hayan sido aceptadas ni apreciadas en la versión traducida. Además, se dan casos en que el profesor de la lengua reparte los capítulos de una obra a sus alumnos como tarea para que los traduzcan; luego, recoge les da unos retoque y aparece como traductor. 

Autores

Los autores a quienes se les pide el permiso para traducir sus obras deben responder a sus solicitantes con toda la seriedad, y para eso deben tener una relación de los permisos de traducción que han otorgado.

Se dan casos de autores que dan los permisos de traducción de la misma obra a dos o más traductores a la misma lengua. En  algunos casos, a un traductor le da el permiso de traducir toda la obra; a otro le da su consentimiento de traducir una parte de esa misma obra. Otras veces, aun sabiendo que su obra ya ha sido traducida de una segunda lengua a una tercera, dan permiso para una nueva traducción a la tercera lengua.  Es el caso de la obra “Nuestro héroe desfigurado” que fue traducido del francés al español y publicado por la editorial Norma de Colombia; pero esta misma obra –por el consentimiento de su autor- fue traducido por otro y publicado en España. ¿Es que la traducción del francés al español era pésima?   

La obra “Edad dorada” también fue traducida del francés al castellano; aun así, el autor dio permiso a dos diferentes traductores, una versión se publica en Perú y la otra en España.
        
“Retratos de Juventud” fue traducido; y cuando estaba en proceso de publicación se supo que una parte de la obra había sido traducida por otro. En ambos casos el autor firmó su consentimiento.

Ante estos casos surgen varias explicaciones: Se puede tratar de algunos escritores descuidados que firman los permisos de traducción a todo el que le solicita sin revisar sus archivos de documentos otorgados. Pero, también puede ser el caso de escritores ávidos de publicidad y premios que no tienen ningún escrúpulo en firmar sus consentimientos de traducción de la misma obra a varios traductores de una misma lengua que le solicitan; quizás por querer asegurarse de la traducción.

Esta actitud acaparadora de los escritores quita la oportunidad a sus colegas. 

Solamente cuando la primera versión traducida es un desastre se debe hacer la nueva traducción con el fin de demostrar a los lectores que la versión anterior no era buena. Y al traductor de la primera versión desastrosa se le debe castigar negándole su futura participación en la labor de traducir. 

Crítica severa y objetiva

Como en todo el mundo, muchos críticos y escritores forman parte de un círculo literario por eso se alaban recíprocamente confundiendo y engañando a los lectores que se dejan orientar por los críticos lambones que escriben en los periódicos y revistas, o que salen en la radio y televisión. Los críticos, antes de ser amigos de alguien, tienen que ser amigos de la verdad, porque es la verdad y no la mentira la que nos ayudará a ser libres y veraces.

En una sociedad donde se calla ante ante el maestro de clase aunque éste esté equivocado difícilmente podrá madurar la crítica, porque el que critica se convierte en un descortés y hasta en enemigo.

Es tiempo de que se hagan comparaciones de varias versiones de una misma obra en castellano, porque se puede dar el caso de que no sean más que réplicas o copias con pequeñas añadiduras o correcciones.

Instituciones coreanas que financian la traducción de las obras coreanas

La promoción de la traducción no termina con dar el apoyo económico para la labor de la traducción, ése es solamente el inicio, pues tiene mucha labor que seguir cumpliendo.

Las instituciones deben coordinar para no ser sorprendidos por los traductores y autores oportunistas, deben intercambiarse los datos para no hacer dobles ni triples gastos en una misma obra y autor.

Estar en contacto con las agregadurías culturales de Corea y centros donde se publican para conocer la opinión de los críticos extranjeros.

Informarse debidamente para no caer en aprovechadores de los recursos coreanos.



EL MUNDO AL REVÉS


A propósito de una guerra inútil

                                 EL MUNDO AL REVÉS
                               Francisco Carranza Romero
                 
A principios del siglo XVII el cronista indígena Waman Puma (halcón y puma), más conocido por su nombre cristiano Felipe Huamán Poma de Ayala, escribió en castellano y quechua sus críticas opiniones de la conquista y usurpación del territorio incaico por los europeos cristianos; y, cuando las palabras no eran suficientemente objetivas, dibujó muchos folios. A esas épocas de invasión y explotación las llamó “el mundo al revés”, traducción de la expresión quechua “pacha tikray”, que se refiere al caos.

SIGLO XVI

En este siglo, realmente, el mundo estaba al revés para Waman Puma  por los siguientes hechos:
Trampa para matar al inca. En la plaza de Cajamarca el inca citó a los forasteros recién llegados para conocerse. Los cronistas oficiales –los enviados desde España para escribir justificando las acciones de los conquistadores- y los no oficiales refieren así ese encuentro: El sacerdote Vicente Valverde, antes que cualquier jefe español, se presentó al inca Atahualpa portando la Biblia en la mano. Gracias al intérprete Felipillo le dijo que aceptara la palabra de su Dios. El inca puso el libro a su oído, y al no oír esa palabra (rimay) se sintió engañado y arrojó ese libro. “Venganza, cristianos, la palabra de Dios por los suelos”, gritó el dominico. Ante esa contraseña, desde detrás de los muros de la plaza rugieron los arcabuces, los jinetes bien armados entraron gritando “¡Santiago, Santiago!” dispuestos a matar a cuantos pudieran. El inca había caído en la trampa, fue capturado y ejecutado después de un simulacro de juicio.

En nombre de la santa religión y de la civilización los conquistadores destruyeron templos, ídolos y otras manifestaciones nativas. Los hombres y lugares fueron bautizados con nombres cristianos. Era una forma de salvarlos del horrible infierno. Los indígenas tenían que optar por una de las dos alternativas: Creer o morir. Millares de indígenas ya bautizados fueron esclavizados y mandados a las minas y obrajes para generar más riqueza para los amos.

Las críticas de algunos honestos clérigos como Bartolomé de las Casas fueron calificadas como “leyenda negra”. El poder de entonces también tenía muchas formas de evadir las críticas. 500 años después el papa, máxima autoridad de la religión católica, pidió perdón a los descendientes de aquellos conquistados y ultrajados; pero el mea culpa no resucitó a los muertos, ni calmó el dolor de las víctimas ni les restituyó los bienes usurpados.

    En otras partes del mundo también se conquistó pueblos y se masacró seres humanos en nombre del progreso y de la modernización tecnológica.

SIGLO XXI

Ahora, en los inicios del siglo XXI, también vivimos el mismo fenómeno de “el mundo al revés”. Los hechos son similares:

Se invade el territorio de Irak para imponer la cultura occidental de democracia y libertad, y el modus vivendi también occidental.

Después de ser los entusiastas partícipes de la creación de instituciones como la ONU y el Consejo de Seguridad Internacional, cuando éstas no les sirven sumisamente, las desconocen y actúan rompiendo todos los compromisos internacionales.

El enemigo de hoy, hace unas décadas era el más consentido aliado porque atacaba a su vecino Irán. Cuando dejó de ser obediente, fue calificado de dictador, tirano y monstruo. Pero ese monstruo fue alimentado y apoyado por Estados Unidos.

Revisemos la historia. ¿Cuántos dictadores de América Latina fueron también financiados y apoyados? Un ejemplo: En Chile, el 11 de setiembre de 1973, el general Augusto Pinochet derribó el gobierno democrático y civil de Salvador Allende que murió en pleno combate. Ahora EE.UU. reconoce su error por haber apoyado ese hecho. Aunque los políticos manejen el doble discurso: los dictadores de izquierda o derecha son dictadores. Los que los apoyan son sus cómplices.

¿Quiénes serán los vencedores de esta guerra de Irak? Indudablemente, las industrias de armas bélicas que necesitan escaramuzas y masacres para demostrar y promocionar sus nuevas armas. Apenas concluida la carnicería humana lejos de Europa y Estados Unidos tendrán muchos pedidos de países que todavía actúan bajo el principio romano “Si vis pacem, para bellum” (Si quieres la paz, prepara la guerra). Son los descendientes de Caín que no pueden vivir sin odiar y matar. Los financiadores de la guerra, sin ninguna duda, también se beneficiarán del reparto del oro negro.

¿Quiénes serán los perdedores? Los pobres ciudadanos de Irak que no pudieron sacar su dinero a los bancos extranjeros, los que no tuvieron tiempo ni recursos para huir. Esa población que sufrió la dictadura fortificada por los protectores extranjeros. Esa gente que sufre hambre y sed, que llora por sus familiares muertos en combate o por los efectos colaterales de la guerra –así llaman ahora a las muertes de los civiles fuera de combate-. Los periodistas oficiales, como los cronistas de antes, se encargan de justificar la guerra.

Los pobres familiares de los soldados de las fuerzas aliadas, los que no pudieron evitar que cumplieran el servicio militar en otro lugar, sobreviven con la esperanza de verlos retornar sanos y salvos. Los hijitos de los que decidieron la guerra, y los hijitos de los grandes empresarios están lejos del peligro.

Otros perdedores son los que creían que después del término de la guerra fría habría más posibilidades de construir un mundo de paz, justicia y libertad.

Hace apenas tres años se celebró con mucha publicidad y fanfarria el inicio del nuevo milenio, el inicio del siglo XXI del calendario gregoriano occidental, por supuesto. Entonces hubo voces de mucho optimismo: el inicio de la nueva era de paz, justicia y libertad. La palabra globalización se repitió en muchos idiomas, hasta los loros aprendieron esta palabra; pero algunos críticos ya veían que dentro de esa palabra “globo” había un terrible vacío. Es que, en la práctica, la globalización es la imposición de la ideología y los productos de las superpotencias.

¿Cuándo llegará el día en que vivamos bajo el principio: Si vis pacem, non para bellum? El que ama, de verdad, la paz; no debe preparar la guerra, ni debe desarrollar armas bélicas. Si no se cumple este principio no habrá ningún acuerdo de paz válido.




LA COMISIÓN DE LA VERDAD Y RECONCILIACIÓN MERECE NUESTRO RESPETO

LA COMISIÓN DE LA VERDAD Y RECONCILIACIÓN 
MERECE NUESTRO RESPETO

Francisco Carranza Romero
   
Ante tantas denuncias no atendidas de las pobres víctimas de la violencia durante más de una década se formó la Comisión de la Verdad y Reconciliación integrada por personas de reconocida trayectoria ética y profesional.

Los miembros de CVR recorrieron muchos pueblos del Perú buscando a los testigos y a los denunciantes que no habían sido oídos. Y allí se dieron cuenta que las víctimas de la violencia eran, en su gran mayoría, poblaciones de campesinos quechuahablantes que vivían en paupérrimas condiciones por el olvido de los gobiernos centralistas. Con la colaboración de las instituciones nacionales e internacionales preocupadas por los Derechos Humanos visitaron los lugares de las torturas y muertes, y participaron en las excavaciones de algunas supuestas fosas comunes. Algunas veces no tuvieron éxito porque los datos no coincidían con los hechos. Pero, otras veces, sí. Y después de años de la entrega del documento de CVR se siguen encontrando más restos humanos en diferentes lugares donde habían ocurrido las capturas y desapariciones de los ciudadanos. Esas pobres víctimas no se "autocapturaron" ni "se autodesaparecieron" como dijo una fujimorista.

También acudieron a diferentes instituciones oficiales a las que pertenecían algunos denunciados con el fin de obtener otros datos y otras versiones. En algunas recibieron la colaboración, pero en otras fueron rechazados. Algunos investigados se indignaron y los tildaron de “rojos y proterroristas” y hasta los amenazaron. Aun así siguieron trabajando porque estaban seguros de que miles de muertes tenían sus autores que actuaban por la consigna ideológica o en "defensa del sistema y del orden".

Los miles de folios y fotografías recogidos por CVR fueron compilados y entregados al presidente Alejandro Toledo en una ceremonia oficial. Ese documento es para recordar siempre, para no cometer otras barbaridades semejantes, para que el gobierno y otras instituciones ayuden a los deudos de las víctimas, para que todo el país reflexione y aprenda a perdonarse asumiendo sus responsabilidades. Por eso, el documental publicado se titula: Yuyanapaq (para recordar); que en el quechua de Áncash es: Yarpaanapaq.

Así fue que se toparon con el ejército peruano y con iglesia católica. Algunos jerarcas, aunque malhumorados, prefirieron callarse y ocultar su malestar con carraspeos. Pero, alguien que, después de leer el libro Código de Da Vinci y ver la película basada en ese libro, prohibió a su feligresía, ahora dice en una homilía que la jerarquía de la iglesia católica no se involucró ni se equivocó en esos años de la violencia. Quizás el silencio de aquel entonces fue suficiente complicidad. Si él ahora mantuviera el silencio reflexivo sería más respetado. Qué problema: Cuando debió indignarse ante las masacres y desapariciones de gente inocente de su diócesis, se calló. Y ahora, cuando debería callarse porque, después de muchos años presenciamos el cambio de gobierno en forma pacífica y democrática, habla: "Nosotros no nos equivocamos". Entonces, ¿quién o quiénes se equivocaron?