sábado, 25 de febrero de 2023

LA SAL EN LA CULTURA DE LOS ANDES Y LA SELVA ALTA

 

LA SAL EN LA CULTURA DE LOS ANDES Y LA SELVA

ALTA

Francisco Carranza Romero

RESUMEN

Los pueblos de las montañas andinas y selváticas conocen y aprecian la sal por eso la usan como saborizante, conservador de alimento, remedio, como elemento protector contra las energías negativas, y en la tintorería. Además, crean relatos antropomorfizando a este mineral como mujer, por eso la llaman Kachi Mama (Madre Sal).

I. INTRODUCCIÓN

La sal, kachi en quechua, es un mineral muy apreciado por los animales, por los seres y humanos y, seguramente, también por algunos vegetales.

Las sales son compuestos resultantes de la combinación de un metal con otro elemento no metálico o con un radical ácido que puede ser orgánico o inorgánico. Ejemplos: Cloruro de sodio, sulfuro de plomo, fosfato de calcio, etc. En estado sólido no es conductor de electricidad”. (Comunicación personal con el ingeniero químico Mario Carranza Romero, con Maestría en Ciencias de Alimentos).

Los seres humanos, al observar a los pájaros y a otros cuadrúpedos amontonarse en ciertos lugares para tragar o lamer ciertas arcillas y rocas, se habrían acercado curiosos hasta probarlos. Así pudieron sentir el sabor ácido agradable.  

Con el paso del tiempo el homo sapiens fue descubriendo muchas clases de sal (por su estado: sólido y líquido, por el color, olor y brillo), fue conociendo sus propiedades y usos: Sal común o cloruro de sodio (NaCl), sazonador de las comidas. Elemento útil para la conservación de los alimentos (carne, verdura). Medicina para curar algunos males. Y también llegó a descubrir el uso adecuado de la sal. Así la sal se convirtió en un elemento muy importante de la comida humana.

La presencia de Ayar Kachi, uno de los participantes en el mito fundacional del imperio incaico, hace referencia a la tribu que explotaba, trataba y comerciaba la sal en la región cercana al lago Titicaca. Desde entonces se conocía su importancia en la vida humana.

Y el ser humano, usando y observando la sal en su realidad física, recurrió a su imaginación, y creó un mundo de fantasía y magia como se verá en las siguientes páginas.

 

II. LA SAL EN LA REALIDAD FÍSICA

Perú es un país con cuatro regiones muy diferenciadas: 1. El mar, al oeste, parte del Océano Pacífico, es una masa de agua salada, donde abundan vegetales y animales adaptados durante millones de años. 2. La costa es una faja desértica con áreas verdes en las desembocaduras de los ríos andinos. 3. La sierra se caracteriza por la naturaleza muy accidentada por tener montañas y valles. 4. La selva, al este de los Andes, es el área verde por la abundante vegetación.  

La naturaleza andina, aunque alejada del mar, es rica en diferentes sales que se manifiestan en diferentes estados como mencionamos a continuación:

SAL ANDINA

Qispi Kachi (cristal de sal). Esta sal natural emana desde las profundidades de los cerros y se convierte en cristal de muchos colores que lo mencionamos en orden alfabético: anqas kachi (sal azul. Se dice que esta sal es la que da más salud a animales y gentes).

puka kachi (sal roja).

qarwa kachi: (sal amarilla).

suqu kachi (sal gris).

yana kachi (sal negra).

yuraq kachi (sal blanca).

En los Andes y en la Selva hay muchos cerros que contienen sal, y son conocidos como Cachicaca (kachi qaqa: roca de sal, cerro de sal). Los quechuas dicen: Kachiqaqa kachita wachan: El cerro de sal pare sal.

Si sale a borbotones es conocido como Cachiyaco (kachi yaku: agua de sal, agua salada). -El castellano tiene la tendencia de abrir la vocal cerrada en margen final de sílaba; más, si es en distribución silábica final absoluta: u > o. Ejemplos: Del latín lupum (acusativo) > lobo; dictum > dicho. Del quechua: yaku > yaco; kuntur > cóndor-. Para aprovechar la sal de esta agua se sigue un proceso: represar, solear, batir y recoger hasta lograr la sequedad.

Topónimos. Hay muchos nombres de lugares con la palabra quechua kachi (sal) que hace referencia de ser salinera:

Cachi. En la provincia de Salta (Argentina).

Cachicadán (kachi kanan: donde hay sal, salinera). Distrito de la provincia de Santiago de Chuco, departamento La Libertad.

Cachillacta (kachi llaqta: pueblo de sal): En Pichincha, Ecuador.

Cachimarca (kachi marka: pueblo de sal). En distrito de Pacaraos, provincia de Huaral, departamento de Lima. También hay otro pueblito con el mismo nombre en el distrito de Cochorro, provincia de Sánchez Carrión, departamento de La Libertad.

Cachimayo (kachi mayu: río de sal). Distrito en la provincia de Anta, departamento de Cuzco.

Cachipampa (kachi pampa: llanura de sal). En distrito de Yaután (provincia de Casma, departamento de Áncash). Otro poblado en el distrito de Independencia (provincia de Huaraz, departamento de Áncash).

Cachirrumi (kachi rumi: piedra de sal). Comunidad en la provincia de Cañar (Ecuador).

Cachiyaco (kachi yaku: agua salada; se refiere a un riachuelo. Cuando el río es de poco caudal se usa yaku). En distrito Balsapuerto (provincia de Alto Amazonas, departamento de Loreto). Denominación de otros riachuelos en el departamento de Junín; en el distrito de Uchiza (provincia de Tocache, departamento de San Martín). 

 


Cuatro regiones del Perú: Mar, Costa, Andes y Selva.

 

III. LA SAL NATURAL COMO MEDICINA

Los andinos no sólo conocen y valoran la sal como saborizante y conservador de las comidas; también como material terapéutico y protector. Los usos medicinales obedecen al conocimiento de la naturaleza de la sal y al rito que acompaña.

Frotación con grano de sal (Kachiwan kupay). Los granos de sal son usados para frotar a los enfermos por el ojeo y chucaque como explicamos a continuación.

“Mal de ojo” u “ojeo” (ñawipa: ñawi-pa literalmente: por el ojo, por la mirada). Es un mal propio de los seres débiles o frágiles. Se dice que es el efecto de la fuerte descarga de energía afectiva no controlada. Las víctimas son los niños y animales tiernos como vicuña, pichón de pavo, perdiz y paloma. Un ser tierno, por su naturaleza, es delicado porque aún no ha desarrollado las defensas para muchas enfermedades; por eso, la persona mayor debe evitar la expresión de mucho afecto visual, verbal y gestual, ni tener mucho contacto porque lo enferma. En algunos pueblos no se hacen las visitas para conocer al bebé antes de que cumpla tres meses.

Los síntomas del mal de ojo: fiebre, vómito, diarrea, anorexia, insomnio y abulia. Un adulto debe saber controlar sus afectos. La adultez no es sólo la acumulación del tiempo vivido, es también la acumulación de conocimientos para no afectar a la comunidad.

Curación: Generalmente, una persona mayor -después de lavarse bien las manos- frota todo el cuerpo del niño con granos de sal natural. La sal procesada no tiene los efectos curativos. Después de este acto el paciente comienza a sentir alivio: la fiebre comienza a bajar lentamente, cesan el vómito y la diarrea, se abre el apetito, duerme bien y tiene ganas de vivir que las expresa con sus movimientos y expresiones alegres.

 “Chucaque” (chukaki). Este malestar es para gente de toda edad sensible o pudibunda. Los síntomas son: dolor de cabeza, fiebre, náusea y desgano. Es la consecuencia de haber experimentado una repentina vergüenza (descoordinación brusca de la energía interna). En este caso también se soba la cabeza con granos de sal que luego son arrojados al fuego para que reviente y muera la causa del mal. La sal absorbe el mal.

Agua con sal (Kachi yaku).

 Hinchazón de pies (chaki saksa). Es la mala circulación sanguínea por caminar mucho. Los pies hinchados son remojados en un depósito de agua fría con sal. Poco a poco baja la hinchazón.

Salmuera. Cuando las encías se inflaman y hasta sangran, se recomienda el enjuague bucal (muqtsikuy) con agua salada para desinflamarlas.  La sal natural es mejor que la sal yodada.

Una sopa con sal ayuda mejor la recuperación del enfermo muy débil ya que la sal es de propiedad cálido; mejor, si es caldo de animal negro (cuy, gallina, oveja, cabra…). La mazamorra dulce es menos efectiva porque el dulce es de propiedad frío.

La sal protege de las fuerzas negativas

Cuando se sube por lugares de mucha altura conviene portar granos de sal en la bolsa (piksha o chuspa) porque puede sufrir el mal de la altura (soroche, veta). También sirve para protegerse del mal sitio (patsa), que es por la emanación de gases tóxicos en los humedales. En estos casos se chupa granos de sal, y así se supera el malestar físico (dolor de cabeza y estómago, náusea, pesadez de todo el cuerpo, dificultad para respirar, desgano, etc.).

Se porta granos de sal también para protegerse de las energías negativas, por eso es un elemento apotropaico. Los espíritus evitan el contacto con la sal; la sal los espanta. Y,  entre los preparativos para el encuentro con Ayra (hada que mora en catarata y laguna) se evita comer comida que contenga sal, ají, ajo, cebolla y azúcar.  

 

IV. SALITRE (PATSU)

Wakin qaqakunam patsuta waqayan: Ciertos cerros lloran lágrimas de salitre.

Wakin qaqakunam patsuta wachayan: Algunos cerros paren salitre.

Hay cerros que emanan gotas de salitre de diferentes colores que se usan en los teñidos y en la terapia.

Usado en la tintorería: Su acidez afirma el color en telas de lana, de algodón y cáñamo.

Puka patsu (salitre rojo). La bayeta y tocuyo hervidos con salitre rojo y con tallos ácidos de tsullku o chullku (Oxalis peduncularis) rojo obtienen el color rojo vivo.

Qarwa patsu (salitre amarillo). La bayeta y tocuyo hervidos con salitre amarillo y con flores de tsintsanku son de un amarillo vivo.

Yana patsu (salitre negro). La bayeta y tocuyo hervidos con salitre negro y hojas machacadas del árbol patsatsin adquieren el color negro azabache.

La buena combinación de los materiales mantiene el color superando los climas y el paso del tiempo.

Usado en la terapia: Cura muchos males.

Yuraq patsu (salitre blanco). La terapia de sobe: Los niños que se orinan en la cama al dormir son sobados con salitre blanco en la cadera para calentarlos y así evitar el problema nocturno.

Para el susto (mantsakay). Los niños enfermos por el susto son sobados con salitre en todo el cuerpo. Terminado el sobe se arroja el salitre al fuego donde, al quemarse, toma una figura que sugiere la causa del susto. Un dato testimonial: Mi sobrino Aulli (hipocorístico de Aurelio) preocupó a la familia porque perdió el apetito, su rostro palideció, sus pestañas crecieron, se despertaba asustado y llorando. La señora Juliana le hizo el rito de curación: sobó todo el cuerpo del niño con salitre blanco; luego arrojó ese salitre al fuego donde se quemó. Después de sacar el salitre quemado lo miró dando vueltas y vueltas en su mano, hasta que lo interpretó y nos mostró: “Kayqa allqunawmi. Ari, allqum. Allqum matsakatsishqa” (Esto es un perro. Sin duda, es un perro. El perro lo ha asustado). En ese momento mi hermana recordó que el perro Pincullu había salido saltando bruscamente sobre el niño sentado; salía para espantar un animal intruso en el patio. Inmediatamente se llamó al perro para que el niño lo tocara sin miedo; y el perro lo acarició al niño lengüeteando y moviendo la cola. “Hicieron la paz”. En la noche, después del sobe con salitre, Aulli ya no tuvo malos sueños ni llantos. Recuperó el apetito y su rostro ya tuvo el color de la vida. Doña Juliana había acertado en la etiología del mal y en el tratamiento de la curación.

El salitre es también usado como desinflamante.

 

QULLPA > collpa > colpa: arcilla fina, muy rica en sal que los animales degustan.

Los guacamayos, papagayos, loros y muchas aves picotean la arcilla salitrosa para complementar su alimentación.

Los monos y los cuadrúpedos (oveja, cabra, vaca, burro, caballo) comen y lamen disputándose el mejor lugar. Es una forma cómo los herbívoros complementan su alimentación. Como resultado de tanto colpeo algunos cerros se convierten en cuevas o áreas cóncavas. Algunas personas también gustan chupar la sal de la arcilla salitrosa cuando ésta está húmeda.

 

V. LA SAL EN LA FANTASÍA


Mito fundacional del imperio inca.

Se dice que cuatro hermanos con sus respectivas parejas salieron de unas ventanas del cerro Paucartambo). Aquí recurro a los cronistas donde un personaje está relacionado con la sal (kachi), posiblemente una tribu que tenía a la sal como producto principal para los trueques.

“Dicen que al principio del mundo salieron por unas ventanas de unas peñas que están cerca de la ciudad (Cosco o Cusco) en un puesto que llaman Paucartampu, cuatro hombres y cuatro mujeres… Al primer hermano llaman Manco Cápac y a su mujer Mama Ocllo… Al segundo hermano llaman Ayar Cachi y al tercero Ayar Uchu y al cuarto Ayar Manco” (De la Vega, Inca Garcilaso: “Comentarios Reales”, Lib. I, Cap. XVIII ).

 

En otro relato fundacional se dice que de los cuatro hermanos que salieron de la cueva, Ayar Cachi era muy poderoso porque destruía cerros y hacía valles a hondazos. Sus hermanos, temerosos de él, le tendieron una trampa pidiéndole que sacara alhajas de oro de la cueva; pero, cuando él entró a la profundidad, los hermanos le cerraron la entrada con inmensas piedras. (Betanzos, Juan de: “Suma y narración de los incas”, Primera parte, Cap. III).  Ayar Cachi, comprendió la traición, se quedó llorando para siempre en el subsuelo; y sus lágrimas saladas salen en algunos lugares.

En el relato que recoge Miguel Cabello Valboa Ayar Cachi se convirtió en una roca por faltar el respeto a un hechicero sentándose sobre él (Cabello Valboa, Miguel: “Miscelánea antártica”, Tercera parte, Cap. IX).

Origen de la sal (Kachi Mama).

1. En Áncash. El presente relato lo escuché en quechua muchas veces desde mi infancia en Quitaracsa (distrito de Yuramarca, provincia de Huaylas, departamento de Áncash, Perú), cada vez era algo diferente porque los relatos orales nunca se repiten igual.

“Kachi era una joven muy hermosa, más hermosa que la flor de cantuta. Su rostro sonrosado como si hubiera recibido el beso apasionado del sol en la hora del crepúsculo, sus ojos brillantes y negros eran capaces de ablandar la roca más dura, sus pestañas largas y arqueadas hacia el cielo invitaban a la contemplación, su cabellera negra, abundante, amarrada en dos gruesas trenzas que remataban en cintas de colores vivos, danzaban sobre la espalda delicada cuando ella caminaba con la esbeltez de las vicuñas y llamas. Su bata azul marina bordada con ramos de flores marcaba el ritmo de sus pasos seguros. Su monillo verde con cintas de colores en la parte delantera ocultaba y abrigaba su pecho turgente y lleno de vida. Su presencia opacaba a las flores y emanaba una atracción irresistible. Desde su adolescencia se había comprometido con Cullqi, un joven de su pueblo que, fuera de su hermosura exterior, era respetado por todos por ser laborioso, honrado y amante de la verdad; tres virtudes que a un individuo lo convierten en runa o gente.

Sin embargo, como todos alababan la belleza de la agraciada muchacha, ella llegó a sentirse muy importante y hasta que comenzó a pensar que tenía derecho a grandes riquezas, a ser servida con exquisitos manjares, a vestirse mejor que las flores, y otros caprichos vanos. Sus ambiciones interiores pronto se convirtieron en palabras que fueron mal recibidas por todos los miembros de su ayllu, hasta que llegaron a detestarla.

Cullqui se convirtió en víctima de los desaires y rechazos frecuentes. Su amor sincero no fue correspondido, llegando a ser despreciado hasta delante de muchas personas. Con el corazón herido y desesperado, maldijo a su suerte de haberse enamorado de Kachi, y, por último, maldijo a la vanidad que ofusca la razón y el sentimiento. Humillado y hundido en la más profunda y oscura desesperación se marchó hacia la región del olvido y del imposible retorno que está ubicada en la orilla de un inmenso cráter. Él solo cargaría su mala suerte. Su definitiva ausencia entristeció a su familia y a sus amigos. Hubo muchos comentarios: El amor ablanda a la piedra más dura. El amor causa desvaríos al hombre más cuerdo. El amor puede echar a perder a la joya más valiosa, como puede valorar a la cosa más fútil.

Una tarde en que la cocina quedó vacía de gente, las cuyes de la casa de la hermosa joven, que se calentaban junto al fogón y que habían escuchado todos los comentarios de aquellos días, comenzaron a cuchichear entre ellas en voz baja. Cada quien tenía su opinión; pero, en general, censuraban a Kachi y hasta ponían en tela de juicio su belleza. Hasta que Cututu, el macho padrillo de toda la cuyada, poco amante de cuchicheos y murmuraciones, intervino con voz de autoridad máxima.

-¡Silencio! Una cosa es innegable: Kachi es la mujer más hermosa. Pero también, ella es la más malvada porque le falta la razón y la humildad. Ella es igual a una flor venenosa.

El cuyero se quedó en silencio, todos estaban de acuerdo con el razonamiento de Cututu. Es que él tenía la buena costumbre de reflexionar antes de hablar.

Pasó el tiempo, Kachi no encontraba un hombre digno para sus grandes ambiciones; sin darse cuenta, se fue enamorando del cercano y lejano radiante Inti (Sol). Todas las mañanas salía a recibirlo y casi todo el día se quedaba observándolo. Sabía con detalles por dónde aparecía radiante y alegre, y por dónde se ocultaba guiño tras guiño. “Inti me mira de frente solamente a mí, a los demás les envía sus rayos sobrantes”. Estaba orgullosa y llena de pasión.

Acudió al templo de Pachacamac en búsqueda de una fórmula que le acercara más para estar para estar al lado de su amado todo el tiempo. Los sacerdotes, conocedores de la opinión pública, le escucharon todo y le aconsejaron que se calmara y que entrara en razón. El más anciano de todos concluyó lacónico: Hermosa Kachi, abandona tus locas ilusiones; porque querer apropiarte del padre Inti es un pensamiento descabellado. Él es padre de todos y no puede convertirse en algo que satisfaga los caprichos de una sola persona. Un bien común no debe, de ninguna manera, llegar a convertirse en propiedad privada.

Desilusionada del poder de los sacerdotes, y contrariada de sus opiniones se dirigió a la bruja y servidora del poderoso y temible Supay, más conocida como Achicay, en recuerdo de una que había muerto al caer desde las alturas. Ella también ya conocía la opinión pública acerca de la ambiciosa joven. La escuchó simulando compasión y comprensión mientras en su interior sonreía de las locas pretensiones de la muchacha. Después de escucharla le aconsejó: Como eres la mujer más bella del mundo tienes derecho a todo. La belleza, hija mía, es una bendición que hay que saber aprovecharla mientras esté en su plenitud. Yo, en tu lugar, también haría cualquier locura para sacar provecho de mi belleza; pero, como no soy bella ni joven, me conformo con lo que soy -bajó la voz en signo de su triste resignación-. Pero tú, si sigues mis consejos, lograrás todo lo que ahora deseas.

-Gracias, Mamita, gracias -exclamó emocionada y feliz de haber encontrado a alguien que sí la comprendía en todo.

-Anda a esa montaña, en la cima hay un túnel que desciende hasta los cimientos de todas las montañas, adentro está el pueblo de los enanos piñiñicos. Allí esperarás oculta hasta que Inti descienda para reposar; entonces lo atraparás lo más rápido posible porque su reposo es tan breve como el pestañeo. Suerte, hija.

Kachi volvió feliz a su casa, se vistió de gala, rápido partió sin despedirse de nadie. Durante su larga jornada de descenso encontró vidas diferentes y de formas grotescas. Hasta que llegó al pueblo de los piñiñicos, quienes también se quedaron admirados de la belleza de la forastera. Cuando ella estaba aguardando con toda su atención el Inti penetró besándole la mejilla.

-¡Lo atrapé! -gritó tan fuerte que estremeció una roca que cayó sobre el camino delgado tapándolo para siempre-. Ella seguía gritando: ¡Es mío, mío y solamente mío…!

Muy tarde Kachi comprendió su suerte de eterna prisionera mientras, afuera, la vieja Achicay se reía y carcajeaba a sus anchas. “El vientre oscuro de la tierra puede alocar al más cuerdo”, dicen los que saben. Su llanto inconsolable formó ríos subterráneos y mares interminables. Su moco, que fluía sin cesar, comenzó a filtrarse por las comisuras de las rocas. Delicadas flores blancas, negras, amarillas, rosadas, verdes… salieron de las grietas. Cristales brillantes se derritieron con la humedad. Los animales y personas que lo probaron gustaron mucho su sabor.

De tanto llorar y lamentarse de su equivocada conducta se envejeció, pero siguió con vida porque ése era su castigo.

Algunos obreros de las minas de sal cuentan haber soñado y hasta visto a la Madre Sal, Kachi Mama, convertida en una mujer muy vieja, horriblemente fea y que por sus fosas nasales vierte imparables lavas de moco que da asco verla. “Viéndola, no da ganas de probar la sal”, comentan”.

(Carranza Romero, Francisco: “Madre Tierra, Padre Sol” pp. 20-22)

2. En Rioja (departamento de San Martín). Este relato está separado en párrafos para facilitar la lectura.

“Cuenta la leyenda que en Rioja, en las afueras del pueblo, había una mina de sal. Esta mina tenía una madre, que tomaba la forma de una viejita muy canosa y haraposa.

Una vez, la viejita se presentó en la casa de una señora, que estaba preparando tortillas de yuca, las cuales son muy populares en esa región. La viejecita, tocó la puerta desesperadamente y suplicó a la señora le invitara un pedacito de sus tortillas, para probar la sal. La señora, muy amablemente, al ver el estado de la viejecita, accedió sin problema. La viejecita probó el trozo convidado, lo saboreó y luego estornudó sobre el batán donde estaba el resto de la masa de yuca, diciendo que le faltaba más sal.

Cuando esto sucedió, la dueña de la casa se molestó mucho y la echó insultándola por haber contaminado todas las tortillas. La vieja, resentida, cuando salió de la casa, dijo: “Si no me quieren por aquí me iré muy lejos y hasta allá irán a buscarme”. Luego, se marchó.

La dueña de la casa, muy molesta, cerró bruscamente la puerta y le gritó que nunca más vuelva, pero no comprendió lo que la viejita quería decir, ni quién era. Esa noche, entre sueños, comprendió que era en realidad la Madre de la Sal. Pasaron los días, y cuando los pobladores necesitaban sal para realizar sus tortillas fueron a recoger a la mina, pero no la encontraron y regresaron a sus casas muy apenados.

Cierta vez, un grupo de cazadores del pueblo se internaron en la selva en busca de animales, y encontraron allí una mina de sal, en las faldas de un cerro, en un lugar muy lejano de donde estuvo la mina anterior. Desde ese día, el pueblo debe utilizar la sal la sal de esa mina lejana”. (Llemllij, Moisés y Millones, Luis: “Mujer, poder y prestigio en los Andes” pp. 39-40).

 

3. Comunidad 9 de Octubre (Río Bajo Marañón, Dpto. de Loreto). Narrado por Ridder Huaymacari Silvano (septiembre de 2019).

Un cazador cocama se quejaba porque los animales se escapaban cuando los quería cazar. Triste por su situación de no poder llevar carne a su casa se encontró con un forastero a quien le contó su mala suerte sin saber que era Awara (diablo). El diablo lo llevó a una cueva y le ofreció la solución: Te daré la piedra mágica tewe pitanin (tewe: piedra de sal; pitanin: colorada) que atrae animales para que los puedas cazar; pero, a cambio me entregarás al primero que salga a recibirte cuando llegues a tu pueblo.

El hombre aceptó el trato porque pensando que el primero en recibirlo sería su mascota tayatsu (huangana o cerdo silvestre). Recibió la piedra colorada envuelta en hojas de la palmera shapaja, luego se sobó todo el cuerpo con esa piedra. Desde entonces, apenas mostraba la piedra a los animales, éstos se acercaban a lamerle las manos. Era la oportunidad para cazarlos. Acumuló mucha carne y la guardó en shapaja y se dirigió a su pueblo.

Cuando llegó a su pueblo vio que su única hija era la que salía a recibirlo. Apenado, por un momento, trató de apartar a su hija porque recordó el trato; y hasta se olvidó la fecha del cumplimiento del pacto. Cuando llegó el día fijado apareció Awara pidiéndole el cumplimiento del pacto. El hombre se negó entregarle su hija y comenzó a huir con su familia hacia las tierras altas buscando la salvación. En el camino se encontró con Yakumama (Madre del Río, serpiente anaconda, boa gigante) quien los guio hasta la falda de una montaña boscosa donde había una cueva. Entraron allí y se escondieron. Sin embargo, Awara los encontró y cerró la cueva para que nunca salieran de ella.

El cazador y su familia, encerrados y abandonados a su suerte dentro de la cueva, lloraron tanto hasta que sus lágrimas brotaron por la montaña, y éstas, al secarse, se convirtieron en tewe (roca de sal).  

 

VI. LA SAL Y LA MAGIA

 

Magia.

Repetimos que la sal es considerada como elemento apotropaico porque espanta a las malas energías; defiende y protege al que lo tiene. Así la sal está relacionada con la buena suerte. Y este modus cogitandi no es sólo del mundo andino porque también lo he visto y experimentado en Seúl.

Espanta las malas energías de la vivienda. Los granos de sal esparcidos en la entrada y puerta principal de la vivienda atajan la entrada de las malas energías. Pero, si éstas ya estuvieran dentro de la casa, la limpia. Así la sal protege a los que residen en la casa.

Espejo roto. Cuando un espejo se rompe en pedazos al caerse repentinamente, causa miedo y espanto porque puede ser el anuncio de algún acontecimiento malo (mala suerte). Para superar este mal momento se hace el siguiente rito: Inmediatamente se esparcen los granos de sal sobre los trozos de espejo. Si hay agua, también se rocían unas gotas sobre los trozos. Si todo esto se hace con la mano izquierda, mejor; porque esta mano es las preferida para la comunicación con las energías negativas y los espíritus. Después de unos minutos, tiempo suficiente para neutralizar el mal, se procede a barrer los pedazos de vidrios y a secar el piso.

Este rito ayuda a tranquilizar al autor del accidente y a los que están relacionados con él.

El diablo teme a la sal. Los campesinos de la comunidad campesina de Quitaracsa dicen, muy seguros: Supaypis kachita mantsan: Hasta el diablo teme a la sal. Supay evita el contacto con ella.

Sin embargo, cuando alguien quiere contactarse con los seres de otro mundo, considerados puros, como Ayra (mujer encantada de las cataratas y encañadas) y Apu (espíritu de la montaña), no debe consumir sal (kachi), ají (utsu o uchu) ni tener relación sexual cinco días antes. Por algo, el chamán no consume sal, ají, ajo ni cebolla para celebrar un rito importante.

 

VII. LA SAL EN LA EXPRESIÓN POPULAR HISPANA

Significado positivo

Sal: gracia, donaire, vida. “Vosotros sois la sal de la vida” (Vos estis sal vitae) es una expresión atribuida a Jesús.

Sal ática: elegancia como el lenguaje de los escritores y oradores atenienses

Sal y pimienta (negra): Con buen sabor

Sal y ají: Delicioso

 

Significado negativo

Salar: causar mala suerte, desgraciar.

Salado: desafortunado, de mala suerte. “Los curas y monjas son salados” dicen algunos, por eso no quieren viajar con ellos.

Hacerse sal y agua: Deshacerse.

 

BIBLIOGRAFÍA

Betanzos, Juan de (1987). Suma y narración de los incas.  Atlas, Madrid.

Cabello Valboa, Miguel (1951). Miscelánea antártica. Universidad Nacional Mayor de San      Marcos, Lima.

Carranza Romero, Francisco (2000). Madre Tierra, Padre Sol. Computer Age, Trujillo,              Perú.

    (2003). Diccionario Quechua Ancashino – Castellano. Vervuert, Frankfurt.

Llemllij, Moisés y Millones, Luis (2016). Mujer, poder y prestigio en los Andes. Argos,            Lima.

De la Vega, inca Garcilaso (1991). Comentario Reales. FCE, Méx. DF.

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