lunes, 9 de julio de 2018

INDÍGENAS TODOS


INDÍGENAS TODOS
Francisco Carranza Romero

“Indígenas todos” (Promesa, San José, Costa Rica, 2011) es un libro ameno, rico en  datos y escrito con mucho cuidado y reflexión, que apenas salió de la imprenta, su autor Víctor Valembois, amigo desde que nos conocimos en el pueblo donde se encuentran tres ríos, Passau (Alemania), me lo envió desde San José para darme el honor, gusto y alegría de ser uno de los primeros lectores. Desde la dedicatoria ya muestra su espíritu definido del intelectual que se ha sacudido de la visión prejuiciosa y colonialista sobre los latinoamericanos. Mejor transcribo textualmente la dedicatoria manuscrita con letras menudas y temblorosas, no de miedo, sino de broma amical.
De: un indígena flamenco, pero sin castañuelas.
Para: un indígena, “indio” y todo lo que quiera… pero nada indigente de humanisno social-cristiano. ¡Ad multos annos, gaudeamus!
Víctor Valembois
Oct. 2011

Víctor Valembois (VV) es un belga nacido en Flandes como el rey Carlos V. Por sus estudios filológicos y labores vivió muchos años en España, Chile y Costa Rica. Por eso, basado en la etimología de la palabra indígena se declara, sin ningún problema conciencial, un indígena de Europa o un europeígena: un hombre nacido en un espacio y tiempo definidos de los que no reniega, sino que los asume. Trata con afecto y respeto a otros que no iniciaron sus vidas en el mismo lugar y tiempo que él, los ve como hombres sin importarle el color de piel, la forma de los atuendos que cubren sus cuerpos, los códigos de su comunicación, las ideologías políticas y religiosas, con plumas o sin plumas, con barbas o sin barbas… No toma la actitud prejuiciosa de Ginés de Sepúlveda ni de Robinson Crusoe ni de Gulliver. Para él, “Una manera muy simple y bastante eficaz de rebajar y hasta aniquilar a alguien es encasillarlo aunque sea generalizando […] Con solo una etiqueta se puede destrozar” p. 87. Su actitud ecuménica, no común en muchos europeos, lo distingue y lo hace merecedor de nuestro trato fraterno en cualquier lugar del mundo. “[T]odos somos indígenas en alguna parte y de alguna parte” p. 88. Sus palabras, desde el título del libro, rompen los muros divisorios.

Con emoción y seriedad analiza algunos escritos del sacerdote guatemalteco Gustavo González Villanueva (GGV), a quien cita oportunamente: “Los indígenas –yo soy un indígena guatemalteco cien por cien- nos movemos y estamos presentes en todas las instancias nacionales. No tener un apellido kiché, kakchikel, tzuhil, o unas facciones de maya de terracota, no priva de la propia identidad (GGV)” p. 14.

Pero la indigenidad no implica cerrar los ojos a la realidad de América mestiza por los aportes americano, europeo y africano que comenzó desde 1492. Ahora podemos añadir el aporte asiático. “Para una persona nacida en Guatemala, es imposible no tener en el “lugar común” europeo de la sangre, no gotas sino litros de sangre kikché, kakchikel, tzuhil… y quien sabe qué otras mezclas más de tequila, ron y chicha (GGV)” p. 132. Recurre al pensamiento del obispo Francisco Marroquín (XVI) quien escribió desde Guatemala un sabio consejo a Carlos V: “Conocerlos hemos, conocernos han”. ¡Cuánta razón tenía ese clérigo del siglo XVI. El poeta guatemalteco también se dirige al rey español desde el presente invitándole a sentarse para dialogar en el mismo nivel y bajo el mismo sol. Esta sugerencia nos llega también a los europeos y americanos:
-Oye, Emperador:
el sol se ha puesto
en tu imperio.
-Ese sol del Volcán de Agua
que me calienta, amoroso,
no es tu sol,
¡no es tu sol, Emperador!
Emperador, puedes,
si quieres, quitarte corona y manto
y sentarte -¡si quieres!-
aquí en el suelo
y conmigo a platicar (GGV) pp. 108-9

Valembois, mientras analiza y comenta los poemas, ensayos, discursos y conversaciones de GGV, muestra sus propuestas: Se debe hacer una historiografía real y profunda frente a la historia oficial y patriotera que convierte a los campesinos pobres en objetos: “Son ellos los que pagan el precio –con sus vidas- aquel aborrecible patriotismo (VV). República en calma. Indios abatidos a metralla. Soldados disfrazados de indios, o indios disfrazados de soldados (GGV)” p. 50. Y en la vida y escritos de GGV encuentra dos trilogías: lo artístico, lo histórico y lo espiritual; pero, como se trata de un religioso, el tercero prima sobre los dos. La otra trilogía es geográfico-cultural: americano, europeo y cristiano. Y aquí también lo cristiano sirve para juntar lo americano y europeo en una pacífica convivencia. Este encuentro de tres vertientes me recuerda a nuestro encuentro en Passau.

El poeta y cura González no sólo habla de lo espiritual, pisa tierra y nos dice hastiado de tantas gigantescas ágoras para la práctica diaria del compraditis y consumitis, y han diseñado la “cultura normall” (la cultura del mall) donde hasta nuestras ilusiones llevan el dato de “made in...”

La publicidad con sus agencias
nos ha robado el sol.
Ahora lo alquila . (…)
Somos turistas de ilusiones (GGV), p. 75

El colega VV se pasea seguro citando en francés, inglés, alemán y castellano; sólo le falta citar en maya o chorotega. Quizás nos sorprenda algún día, porque su voluntad de aprendizaje es elogiable. Claro, para estar en la actitud de aprender hay que ser humilde, vivir con el cielo lejano de arriba como los europeígenas o con el cielo cercano de abajo como los amerígenas.

El poeta Gustavo González Villanueva nos pide que terminemos aquí y sigamos reflexionando sobre nuestra historia y nuestra realidad. Con la expresión nuestra historia y nuestra realidad me refiero a la tuya y a la mía (nuqantsikpa en quechua: de todos nosotros sin excluir a nadie); no sólo sólo a las cosas mías (nuqakunapa: sólo de nosotros que excluye al interlocutor).
Apaga ya la luz.
Cierra los ojos:
es hora de encender
tu misma vida (GGV), p. 107


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